Álbum Ilustrado
Guridi y ‘La verdadera historia de la mujer bala’

En una época en donde las mujeres eran confinadas a lo doméstico, ella encontró su libertad entre los aros de fuego, las sogas colgantes y, finalmente, en la boca de un cañón que la impulsaba uniendo cielo y tierra en un solo salto lleno de poesía y valentía. ‘La verdadera historia de la mujer bala’ es una oda a la libertad, a las mujeres silenciadas y a la valentía. Una joya en forma de álbum eterno que nos regala Guridi de la mano de Fun Readers.

Hace unos meses Guridi me hablaba de Zazel, y me contaba esto: “Es una figura fascinante y muy importante en la historia de los circos y los espectáculos de riesgo. Su nombre real era Rosa Matilda Richter, y se le conoce como la primera mujer «bala humana». La hazaña que la llevó a la fama en el siglo XIX consistía en ser disparada desde un cañón, lanzada a través del aire y atrapada en una red o plataforma a varios metros de distancia. Nace en Londres en 1860. Desde muy joven mostró una inclinación por las acrobacias y el entretenimiento, lo que la llevó a unirse a circos y espectáculos itinerantes. En 1877, con solo 17 años, fue disparada desde un cañón diseñado por el famoso ingeniero William Leonard Hunt, conocido como el Gran Farini, quien había perfeccionado este dispositivo para lograr la hazaña sin riesgo de explosión real”.
El cañón no utilizaba pólvora; en lugar de eso, era un sistema de resortes o aire comprimido lo que la impulsaba por el aire. Aun así, el riesgo de la actuación era muy alto, y la precisión en su ejecución debía ser impecable. Su acto causaba asombro y emoción en los espectadores, y rápidamente se convirtió en una sensación internacional. Zazel trabajó en algunos de los circos más importantes de su época, incluyendo el Royal Aquarium de Londres y el Barnum & Bailey Circus en Estados Unidos. En una época en la que las mujeres raramente participaban en actividades de riesgo, ella rompió barreras al protagonizar uno de los actos más peligrosos del circo. Además de su hazaña como bala humana también realizaba otras acrobacias, consolidándose como una figura versátil en el mundo del entretenimiento.

El acto de Zazel requería una combinación de fuerza, precisión y valentía, ya que cualquier error podía tener consecuencias graves. De hecho, sufrió varias lesiones a lo largo de su carrera, siendo la más grave una fractura de espalda que eventualmente la obligó a retirarse de la vida circense. No fue solo la primera mujer bala humana, sino una de las pioneras en los espectáculos de riesgo, ayudando a establecer una tradición que continuó evolucionando en el circo moderno. Su audacia abrió el camino para muchas otras mujeres que también se atrevieron a realizar actos peligrosos en el escenario público, contribuyendo a romper las expectativas tradicionales sobre el papel de las mujeres en los espectáculos.
Además, su impacto se extendió a la cultura popular, ya que la figura de la «bala humana» se convirtió en un ícono en el imaginario del circo, inspirando versiones contemporáneas y variantes más extremas. Si bien Zazel tuvo que retirarse debido a sus lesiones, su nombre sigue siendo recordado como sinónimo de coraje y espectáculo, una mujer que desafió los límites físicos y las normas sociales de su tiempo, ganándose un lugar en la historia del entretenimiento con su extraordinaria hazaña como la primera «bala humana».

“He querido utilizar la figura de Zazel como un alegato feminista”, nos contaba Guridi. Y con este contexto, hablamos con él sobre su trabajo en este álbum ilustrado que también rinde homenaje a esta figura, pero no de una forma convencional, lo hace con un álbum ilustrado que consigue ralentizar el tiempo.
¿Cómo conociste a este personaje? ¿Cómo se cruza en tu camino Zazel? Guridi: “Pues verás, yo siempre he tenido predilección por la figura del hombre bala en mi imaginario particular, es un personaje interesante por la contradicción que representa en cuanto al hecho de volar, salir disparado de un cañón y la parafernalia que le rodea. Cuando un día estoy curioseando sobre el tema me encuentro con la sorpresa de que quien primero salió disparado de un cañón no fue un hombre sino una mujer. (Claro, en cierta forma era lógico por las dimensiones necesarias para entrar en un cañón y cierto grado de contorsionismo necesario para meterse en el). Lo curioso es que descubro que la vida de Zazel, una niña de 14 años que se convierte a esa edad en la primera “bala de cañón humana” en el espectáculo de circo de P.T. Barnum. Desde ese momento quedo fascinado de una vida repleta de lucha y ruptura con tradiciones en un mundo mayoritariamente de hombres en el que la mujer no podía salirse de lo establecido. Hay que destacar que Jesús de Fun Readers se entregó como yo al proyecto dejándome deshacer y hacer a mi antojo. ¡Gracias Jesús!”


Háblanos del proceso de investigación y documentación en torno a su figura. “La verdad es que han sido muchos meses de investigación en redes y bibliotecas. Hay muy poco escrito sobre ella y la documentación se centra sobre todo en la parte más técnica del espectáculo, pero en cualquier caso ha servido para recrear un momento una instantánea necesaria para trabajar paralelamente otro concepto que es del que realmente trata el libro”, afirma Guridi.

Muchos libros hablan de un viaje, un viaje que dura días, meses, a veces incluso años, metidos en unas páginas, pero en este caso, son segundos… “Este libro narra la historia de un salto, un salto tan difícil como necesario, un momento de libertad aérea en el que la decisión lo es todo. El texto deja entrever una historia diferente de la visual, una historia de lucha y sufrimiento superada con el momento de explosión y el poder de lo femenino -continúa Guridi-. Para ello era crucial relatar cada segundo desde el cañón a la red. En el mundo hay muchas mujeres tomando una decisión en segundos que les cambiará la vida, igual que Zazel. Creo que lo más difícil para mí de este libro ha sido abordar la visión femenina desde el punto de vista más interno, más íntimo, menos social y estereotipado”.

En el sentido de la pregunta anterior, ¿cómo de importante ha sido la secuenciación en este libro? “Al principio el libro se planteó como una recopilación de datos biográficos para narrar la vida de esta increíble mujer, sus comienzos, sus dificultades, sus accidentes, etc… pero con el tiempo pensé que sería mucho más interesante invitar a quien leyera y viera las imágenes a acompañarla en el salto, a sentirse parte de la historia, a compartir esa instantánea llena de decisiones y reflexiones en cada una de las dobles páginas, sentir el viento, escuchar al público y finalmente caer con ella atrapada en esa red”, afirma Guridi.

Danos algunas pinceladas sobre tus ilustraciones para este proyecto. “Las ilustraciones debían ser sencillas, ligeras pero rotundas. La línea, segura y decidida y en todo momento debían mostrar aquello que el texto reforzaba, casi como iconos”.
El color, otro elemento de la narración… Negro para quien está dentro del cañón… un color crudo para todos los demás que estamos fuera… el rojo… “Ella tenia que ser roja, decidida, vital, expresiva en el color y segura en la forma, el fondo debía neutralizarse porque sólo estaba para alojar su vuelo…. Sí, quizás sea el álbum donde el color es más simbólico”, asegura Guridi.

¿Con qué técnicas trabajaste en este libro? “Gouache y digital, casi como si de diseño gráfico se tratase, en este libro la técnica no debía ser protagonista”.
Cuéntanos qué otros proyectos están en el horno o han salido recientemente. “Pues hay varios álbumes que saldrán en 2026 con autores italianos, alguna española, bastantes míos,… Hay también algún proyecto relacionado con la animación y sobre todo se presenta un 2026-2027 lleno de búsquedas y experimentación en otros campos, cosa que me apasiona”.
Álbum Ilustrado
Gusti nos invita a jugar con los animales de ‘¿Qué están mirando?’

Descubre “¿Qué están mirando?”, un libro infantil ilustrado con textos llenos de humor e imaginación. Con poemas de Salvador Comelles e ilustraciones originales de Gusti, este álbum de poesía visual invita a los niños y niñas a explorar doce animales fantásticos como la Galliespí o el Cocopardo. Una propuesta poética y creativa que estimula la fantasía, el lenguaje y la curiosidad desde los primeros años. Así nos presenta la editorial Carambuco este libro sobre el que hablamos un poquito con Gusti.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El origen auténtico es que Cesca, la editora de El Cep i la Nansa y Carambuco, vino a casa a ver material para poder hacer algún libro, y ambos coincidimos en unas ilustraciones muy grandes hechas a bolígrafo donde podíamos jugar con el hecho de juntar animales diversos, y que eso podría dar lugar a algo muy divertido para los niños”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Yo creo que el hecho de juntar dibujos de animales tan diferentes y crear un tercer personaje es muy divertido para los peques y da lugar a la imaginación, al juego, y a cambiar la mirada”, nos cuenta Gusti.

¿Qué te parecieron los textos de Salvador Comelles? “Salvador es muy bueno, me sorprendió la calidad de sus poemas. Encantado de colaborar con él”.
¿Habías trabajado ya con poesía? ¿Qué hay de diferente con respecto a trabajar con otro tipo de textos, como un álbum por ejemplo? “Si, no es la primera vez. En este caso comenzamos la casa por la ventana, ya que los animales ya estaban hechos y la idea era encontrar cuáles se acomodan mejor entre ellos -continúa Gusti-. Así que sobre la mesa había un montón de combinaciones. Creo que la interacción dibujo-texto le da alas a los dibujos y viceversa”.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Como te comentaba, sobre la mesa había unas 10 láminas terminadas llenas de personajes. La idea fue separarlos y empezar a jugar cual se acomodaba mejor con la otra”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Ya sabes que varío mucho de técnicas y estilos, en este caso son dibujos hechos con bolígrafo, esos de muchos colores y que me llevan muy profundo al niño interior -asegura Gusti-. Podría decirse que es una continuidad del libro que hicimos con Lola Casas, ‘Animales escondidos’. El trabajo fue así: yo propuse unos cuantos animales, los separé y probamos cómo funcionaban con otras mitades. Y luego Salvador fue poniendo voz a esos personajes, todo muy libre y con espíritu de jugar”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahorita estoy embarcado en hacer una segunda parte de Mallko y Papá. Él ya va cumplir 18 años y me gusta la idea de hacer un libro, tipo libreta de apuntes, con las cosas que suceden con un adolescente con un cromosoma de más, y estos meses anteriores terminé un libro que se llama ‘Es muy fácil viajar con un oso’. Y terminé uno para Nube Ocho que se llama ‘Super Fede’.



Álbum Ilustrado
Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català construyen ‘Vecinos’

Una niña y un niño viven en este libro. Ella, en la página derecha, él en la izquierda. Cada uno vive feliz, creando su mundo, sin interactuar con el vecino. Pero ¿qué pasa si un día, uno de ellos, se aventura a entrar en la página del otro? Este será el punto de inflexión, el inicio de una batalla de color y espacio. Después de la batalla, despertarán en la página del otro, descubriendo así que hay muchos colores desde los que observar la vida. ¿Y si dibujando juntos la vida pudiera ser más bella? Dos realidades, dos paletas de color. Y una doble página para compartir. ‘Vecinos’ es un álbum hecho a 4 manos, dos ilustradores, Anna Aparicio Català e Ignasi Blanch, haciendo un ejercicio de creatividad y generosidad compartida dibujando juntos en una única hoja. Una pequeña joya coronada con un magnífico texto a cargo de Àngel Burgas. Con Anna e Ignasi hemos charlado un poquito más alrededor de este libro.

¿Cómo surge este proyecto? Anna Aparicio Català: ”Nos conocemos con Ignasi desde 2012, cuando comencé a estudiar en l’Escola de la Dona de Barcelona, donde él es profesor y coordinador del área de ilustración. Con el tiempo, nos hicimos amigos y colegas de profesión. En 2017, cuando creamos el libro, éramos vecinos en el barrio de Gràcia y nos veíamos con frecuencia. En este mismo año, Ignasi sufrió una fractura en el brazo (¡no en el brazo con el que dibuja!), y tuvo que pasar un tiempo de reposo en casa. Yo lo visitaba y, durante esos encuentros, surgió la idea de crear un proyecto juntos. Partimos de la idea de trabajar con dos registros gráficos distintos, y a partir de ahí, se nos ocurrió el concepto de crear dos mundos que, por alguna razón, se terminan encontrando. El hecho de ser vecinos en la vida real también nos pareció un guiño, o igual fue una fuente de inspiración inconsciente”.
Ignasi Blanch: “Las visitas de Anna fueron un gran estímulo para crear este proyecto desde una situación, inicialmente adversa, por un accidente que me ocasionó cierta inmovilidad. Dibujar juntos en un mismo proyecto fue una idea enriquecedora y de crecimiento para ambos. ¡El resultado es sorprendente y tiene algo de magia y autenticidad al proponer un nuevo universo desde dos registros distintos pero complementarios!

¿Qué se van a encontrar los lectores en sus páginas? “Un diálogo entre dos mundos. Es una invitación a reflexionar sobre la convivencia, sobre compartir la vida con otros, incluso cuando esas personas son muy diferentes a nosotros. Queremos que el lector se detenga y piense en lo que significa vivir juntos, en la intersección de las diferencias y en cómo, a veces, el contraste enriquece la experiencia”, nos cuenta Anna Aparicio Català.
“Un diálogo entre dos mundos y también entre nosotros mismos como ilustradores -continúa Ignasi Blanch-.¡La importancia de ser generosos y saber crear unos espacios de convivencia, donde la actitud de cada uno sea para construir, sumar y convivir con más ventajas! Las diferencias pueden enriquecer y hacen crecer y ampliar la mirada del mundo”.
¿Cómo fue el trabajo a cuatro manos? ¿Cómo se organizó? “Para mí fue un verdadero regalo poder trabajar de esta manera, a partir de una idea conjunta, y hacerlo codo con codo -afirma Anna Aparicio Català-. Era la primera vez que trabajaba con otro ilustrador para crear una historia y fue una experiencia muy enriquecedora. La colaboración se fue desarrollando de forma muy natural y orgánica. Fue, además, un proceso muy libre; acostumbrados como estamos a recibir encargos (que nos gustan mucho), donde la historia ya está escrita, aquí tuvimos la oportunidad de decidir qué dibujar y cómo hacerlo. Creamos todo el libro con imágenes, sin palabras, lo que nos permitió explorar mucho más la parte visual”.
¡Fue un regalo recíproco! -asegura Ignasi Blanch-. Sobre todo iniciar esta idea desde la confianza y con una ilusión conjunta por crear algo nuevo, hecho a cuatro manos (a pesar de que yo tenía una ¡en plena recuperación!) y con mucha energía positiva”.

Habladnos un poco sobre las ilustraciones de este libro. “Decidimos unificar la técnica para que el libro tuviera un registro gráfico coherente, pero queríamos que la diferencia en los estilos fuera evidente -relata Anna Aparicio Català-. El desafío era mantener una cierta unidad visual sin perder las particularidades de cada uno. Trabajamos juntos en el storyboard y cortamos los papeles a medida. A menudo nos instalábamos en el comedor de Ignasi, y mientras uno avanzaba en una ilustración, el otro comenzaba otra. De esta manera, el trabajo iba fluyendo y nos íbamos pasando los papeles”.
“Dibujamos encima de las mismas hojas de papel que nos íbamos repartiendo. Cada uno dibujaba en la misma hoja que quizás anteriormente, el compañero, ya había hecho su ilustración. Entre Anna y yo fue muy fácil y trabajamos con confianza absoluta pero también con cierta exigencia. Ambos mantuvimos una cierta espontaneidad a partir de la idea preconcebida. Por eso hay un trazo fresco y suelto y aparentemente inmediato. Gestual, podríamos decir”, nos cuentaIgnasi Blanch.

¿Con qué técnicas trabajasteis? “Principalmente, lápices de color y lápiz sobre papel. Para esta ocasión, decidimos que la gama cromática de Ignasi se basaría en azules, grises y negros, muy presentes en su trabajo, mientras que la mía sería a todo color (con lo que me identifico mucho). Esta diferencia de tonos y colores ayudaba a que el contraste fuera más evidente cuando se mezclaban ambos mundos, visualmente”, nos dice Anna Aparicio Català.
“Ciertamente como explica Anna, hicimos una selección cromática y la técnica, sobre todo en mi caso, venía determinada por las posibilidades de trabajo con una mano. ¡El grafito y los lápices de colores facilitaron mucho el trabajo!”, confiesa Ignasi Blanch.

Contadnos algo del proceso de elaboración de este libro. Anna: “Una vez que el libro estuvo terminado gráficamente y consideramos que se podía leer bien, decidimos pedirle al escritor Ángel Burgas que lo enriqueciera con su mirada. Su contribución le dio un nuevo significado, aportando una capa más profunda al proyecto y cerrando el ciclo de colaboración”.
Ignasi : “Los dibujos podían ir solos, pero la idea de añadir un texto y la experiencia del escritor Àngel Burgas nos pareció que daría un tono, aún más onírico, inspirador y con un punto surrealista. Finalmente, el resultado final es un relato revisado conjuntamente por la editora Mar González y quizás paralelo a la narrativa de las ilustraciones. Un libro que nos parece necesario para poder trabajar desde las aulas de una escuela pero, sin duda, que hay que tener en las bibliotecas familiares para no olvidar que es necesario aprender y saber convivir con los demás”.
Álbum Ilustrado
David de las Heras ilustra ‘A sangre y fuego’

La edición de ‘A sangre y fuego’ que publica Lunwerg e ilustra David de las Heras recoge una serie de relatos que son considerados por muchos como una obra maestra de la literatura española sobre la Guerra Civil. Escritos por Chaves Nogales entre 1936 y 1937, los textos fueron publicados inicialmente en varias revistas internacionales y retratan distintos sucesos de la guerra que el propio autor vivió o pudo corroborar. Según se explica en el prólogo, cada uno de los episodios que se narran en el libro se basa en hechos reales y en personajes con una existencia y personalidad auténticas. Algo que convierte esta obra en un testimonio extraordinario sobre el acontecimiento más relevante de la historia reciente de nuestro país.
La empatía y la solidaridad que Chaves Nogales sentía hacia aquellos que sufrieron los horrores de la guerra le permitieron mantener una distancia crítica y una lucidez asombrosa a la hora de observar los acontecimientos bélicos. Gracias a su capacidad para comprender las distintas facetas y perspectivas del conflicto, logró crear un clásico de una gran intensidad emocional, que transmite la complejidad y la tragedia de la Guerra Civil con un estilo ágil y vibrante. Sobre su trabajo en este libro hemos charlado con David de las Heras. También aprovechamos esta entrevista para preguntarle por su labor con las portadas de algunas novelas, entre ellas, el último título de Isabel Allende.

¿Cómo te proponen este proyecto? ¿Cómo surge un poco todo? “El proyecto de ilustrar ‘A sangre y fuego’ de Manuel Chaves Nogales viene un poco por el trabajo con Antonio Machado y sus ‘Campos de Castilla’. La editorial es la misma, Lunwerg, que está recuperando clásicos de la literatura española. Querían que, supongo que por mi estilo, por cómo enfoco yo la ilustración y estos temas, que ilustrase este libro. No había leído el libro anteriormente, y cuando lo leí, me gustó muchísimo. Estoy encantado de poder ilustrarlo”.
¿Cómo ha sido un poco ese proceso previo de documentación e investigación para abordar un texto como este? “De alguna manera, la guerra civil española es un tema que siempre me ha apasionado. Forma parte de nuestra historia y es un momento un poco crucial, donde hay un conflicto. Y un conflicto más allá del gobierno, de la política, bastante social. Y también a nivel visual es una época que me interesa -nos cuenta David de las Heras-. Soy muy fan de Frank Cappa y de sus fotografías de la guerra civil española. También tengo libros sobre él y donde se refleja la documentación que hizo. Me sirvió también, a nivel visual, para definir un poco el libro”.
“También la estética del cartelismo de aquella época, este cartelismo socialista, también el cartelismo fascista, me parece que tenía una escuela muy importante y visualmente me llamaba mucho la atención. Más allá de lo que promocionen o de la propaganda”.


Al final las ilustraciones van un poco también en la línea del trabajo que vienes haciendo, ¿no? “Sí, bueno. Cuando ilustras un libro que no es contemporáneo, te tienes que nutrir de gente que fue contemporánea en ese momento. Entonces, en Campos de Castilla había una estética muy marcada, muy cercana a artistas como Goya… No sé, un poco ese paisajismo holandés. Y, por ejemplo, para la estética de esta época, sí que me nutrí de ese tipo de propaganda o del cartelismo. También de las fotografías de Frank Cappa y otros fotógrafos de la época”, asegura David de las Heras.
Si hablamos de técnica, no has cambiado, ¿no? Imagino que sigues trabajando más o menos lo mismo. “Sí que es verdad que técnicamente sigo trabajando con pintura al óleo, pero sí que con Campos de Castilla, introduzco una manera de ilustrar un poco diferente a lo que llevaba haciendo, que era incluir un tipo de narración más cercana al cómic o a la secuencia visual. Y aquí esto lo recupero también en este libro. Hay algunas situaciones que son un poco más clásicas, por así decirlo, y otras donde ya voy ahondando cada vez más en una representación más cercana al cómic”.

En este libro al final lo que tú haces es representar determinadas escenas, son al final un poco las que ilustras. ¿Cómo fue también un poco esa selección? Esa elección de: estas son las que quiero hacer para acompañar al texto. “Sí, son once cuentos que me ayudan a no tener que seguir una línea narrativa como muy continuista -afirma David de las Heras-. Podía un poco romper las imágenes que me llevaban a describir justamente lo que contaba en ese cuento concretamente. En este caso me interesé más por las escenas que más me interesaban o que me parecían visualmente más atractivas en cada historia y que contasen algo esencial del texto, pero que no fuese un spoiler o que desvelase algo que perjudicara al ritmo de lectura”.


¿Hay alguna de esas escenas que a ti te gusta especialmente o con la que te sientes más satisfecho? “Sí, hay una ilustración que es del cuento ‘Y a lo lejos una lucecita’. Hay una escena en la que los republicanos están persiguiendo a unos espías que están dentro de Madrid. Se encuentran con que la novia de un militar nacionalista, que forma parte de esos espías, es descubierta y la llevan a un lugar tranquilo para ejecutarla. Me interesaba no la ejecución de la chica en sí misma, sino el hecho de cómo describía Chaves Nogales esa ejecución. Decía que llevaba un camisón blanco y en el momento del disparo ese camisón imitaba el sacrificio de una polilla blanca. A nivel de ilustración esta lectura te lleva a algo muy visual y muy atractivo. Entonces no quise desaprovechar la oportunidad de ilustrar esa parte”.

Te quería preguntar también por otro proyecto. Me ha encantado ver que la portada del último libro de Isabel Allende es tuya. “Llevo como dos años en una nube porque han estado llegando proyectos de gran envergadura haciendo cubiertas de los libros más vendidos. ‘En agosto nos vemos’, de Gabriel García Márquez, ahora con Isabel Allende… Son autores que son clásicos de la literatura universal o que van a llegar a serlo. Y no entiendo muy bien por qué, pero me siento muy afortunado de que me lleguen estos trabajos”, confiesa David de las Heras.
“Llegó a partir de la editorial. Esto también fue como extraño, porque yo sé que soy reconocido en el mundo editorial en el mercado español, pero me llegó el encargo de la editorial norteamericana, que era la que publicaba originalmente el relato del último libro de Isabel Allende. Y no sé muy bien por qué me ha llegado desde allí. Sí que forma parte también de Penguin Random House y yo, cuando vi: ‘Isabel Allende’, fue como vale, pues sí, claro. Al fin y al cabo hacer la portada de un libro suyo o la portada original de una de sus novelas para un profesional de la ilustración es un mérito. A nivel creativo, pues la verdad es que al ser una autora tan reconocida no tuve una libertad muy grande. Presenté varios bocetos, pero fue bastante direccionado. Y hubo cambios obviamente. Al final entran muchos factores dentro de este tipo de cubiertas. Pero al final me quedé contento con el resultado. Yo creo que Isabel Allende también, no lo sé. No he hablado con ella personalmente, pero sí que muestra mucho la cubierta”.

En el trabajo que ha quedado al final reflejas un poco ese personaje del libro. Pero claro, lo representas de una manera también muy singular. “Una de las opciones que planteé al principio vino porque veía la importancia del personaje principal, de ella. Sí que presenté un retrato como mucho más en primer plano. Una actitud como mucho más valiente. Porque era un retrato que miraba al lector y demás. Pero se vio un poco agresivo. Entonces me pidieron que fuese como un plano mucho más lejano, plano americano, y que lo introdujera dentro del mar. Sí que hay aspectos que me hubiera gustado marcar más en la cubierta. Pero hay veces que, al ser autores tan grandes, hay muchas cosas que hay que tener en cuenta y que no puedes ser muy radical, por así decirlo. Hay que ser un poco más conservador”.

A la hora de hacer una portada de una novela, ¿te pasan la novela para que la leas o te dan algunas pautas para trabajar sobre eso? Por curiosidad del proceso… “Pues la verdad es que a mí me encantaría… Normalmente te pasan un briefing, pero es un briefing creado por alguien que ha leído el libro que tiene una opinión, que es un lector subjetivo. Objetivo, porque es su trabajo también. Pero, claro, igual descubres cosas como lector que te interesan más o que te pueden ayudar a crear una imagen mucho más personal. La cosa es que no tengo mucho tiempo para ello. Entonces hago un poco como una especie de selección -asegura David de las Heras-. Por ejemplo, ahora voy a ilustrar todos los libros, todas las cubiertas de Gabriel García Márquez. Cada vez que se reedite será con una cubierta mía. Y no sé cuántos años durará. Supongo que varias ediciones, espero. Creo que es un encargo tan importante que sí que me estoy leyendo todos sus libros. Además, poder haber leído los libros que tiene publicados, me parece como algo que es necesario y que me va a enriquecer en muchos aspectos. Y en este caso sí que me los voy a leer. Hay veces que, por ejemplo, con Haruki Murakami me llega el encargo antes de que se traduzca del japonés. Entonces ahí es imposible. Ahí sí que me pasan un briefing y hay como una puesta en común entre el director de arte, el editor y mi trabajo en persona para definir una imagen concreta” .
-
Álbum Ilustrado3 semanas ago
Antonio Lorente y los relatos de misterio de ’13 de fantasmas’
-
Álbum Ilustrado4 semanas ago
Edu Flores se sale del guión con ‘Tres Tigres Tiquismiquis’
-
Álbum Ilustrado2 semanas ago
Nono Granero nos presenta a ‘La hacedora de barcos’
-
Álbum Ilustrado1 mes ago
Marta Sevilla y el viaje de ‘Pipo y Bruma viven aquí’
-
Álbum Ilustrado1 mes ago
Susana Matos y la experiencia en ‘Las manos de mi abuela’
-
Cómic1 mes ago
Lou Lubie y los superdotados en ‘Como un pájaro en una pecera’
-
Álbum Ilustrado3 semanas ago
Ana Pez y las preguntas alrededor de ser ‘Más mayor’
-
Cómic1 mes ago
La memoria contra el olvido en la muestra de Paco Roca