“Suena el teléfono atiendo la llamada desde el otro lado una voz lejana que intento entender qué me está diciendo, a mi lado un papel donde dejo que mi rotulador se deslice sobre ese blanco nieve y en el fondo todo tipo de criaturas apiñadas en la charca, o es un mar que se convierte en largo pelo, pelo humeante que se pierde en un horizonte cubierto de globos nubes que cruzan un desierto donde los elefantes en fila emigran junto a un río y a lo lejos el chamán con su antorcha de conocimiento antiguo incendia el cielo cabalgando sobre un viejísimo cocodrilo que ya ha dado buena cuenta de ese hombre incauto que no sabía lo que había al otro lado de la línea donde todo está confuso, donde el pez gordo se come al chico en el fondo peces verticales abren sus bocas a ver si cae algo mientras que en el pantalán el enano de la pipa no deja de soltar humo psicodélico mientras en el lago del sombrero un árbol crece de la boca del que duerme o no duerme, me fundo, me deshago, me disuelvo, me convierto e hilo que se desliza en un horizonte lejano, metálico, oscuro, de pronto de nuevo esa voz, vuelvo, perdona, qué decías”.
Este es el planteamiento que hace Pep Carrió en la exposición “Al otro lado de la línea”, que podemos visitar en el LAVA (Laboratorio de las Artes de Valladolid), de la mano de IlustraTour 2013. Todas esas alusiones a las que hace en ese texto, las podemos encontrar en los paneles que se distribuyen por la Sala Multiusos ExpoLava, o las podíamos encontrar el día de la inauguración, porque después todo se ha transformado, más o menos, tras la intervención de los ilustradores que han participado en esta edición de las Jornadas IlustraTour, denominadas este año “En otros charcos”.
“Nuestra mente es un ser inquieto y creativo que trabaja constantemente y a una velocidad de vértigo. Incluso cuando estamos realizando una actividad, es asombroso cómo sigue viajando de forma inconsciente.
Una buena prueba de ello son los clásicos garabatos que suelen acompañar a una conversación telefónica, pues si tenemos a nuestro alcance papel y bolígrafo y la conversación es larga y distendida, resulta difícil no desatar nuestra capacidad creativa y enredarnos entre líneas sinuosas, trazos geométricos o pequeños dibujos curiosos que no sabemos de dónde han salido, pero que son fruto del trabajo incansable de la mente.
El ilustrador y diseñador Pep Carrió explora esta idea en su trabajo “Al otro lado de la línea”, que originariamente tiene forma de libro. Un libro raro, pues carece de texto y sus páginas están dobladas como un acordeón.
Esas líneas se han traducido a tamaño gigante en esta exposición, y además se ha invitado a los participantes en IlustraTour a coger un rotulador y continuar libremente los trazos que ha dejado inacabados. Y los ilustradores no se han cortado…
“Hace unos tres años empecé a dibujar, y cada vez que sonaba el teléfono, empezaba a dibujar -contaba Pep en la inauguración de la exposición-. Luego esa hoja iba al cajón, acompañando a otros dibujitos. Así hasta que una amiga pasa por mi estudio, yo soy diseñador gráfico, el trabajo le encanta, y me dice: esto no lo tienes que publicar. Luego otro amigo, Carlos Grassa, opinaba igual, y llegó el libro, editado en una editorial que he montado, para hacer proyectos propios y ajenos. La vocación de este proyectos ha sido el que una cosa lleve a la otra. Un trabajo asociativo, inconsciente. Os invito a que intervengáis en la obra, dibujando, colaborando, haciendo que esto se convierta en otra obra”.