“Conserva nuestro artista los recuerdos de lo vivido en aquello que dibuja y su alma se va quedando repartida de alguna manera en esos lugares en los que tuvo algo parecido a una conversación con un paisano. Y ocurre que, de vez en cuando, y más en los países pobres, una desgracia atroz parte el país visitado en dos, hay una catástrofe natural que sacude los cimientos de la tierra y se lleva por delante una cantidad de vidas tan enorme que desde nuestro mundo no podemos hacernos a la idea de cómo debe ser sufrir en carnes propias la representación real del fin del mundo. […] Siempre me gustan los cuadernos de Flores, pero este en caso particular me provoca un cierto estremecimiento. Gracias.”
Estas son las palabras de Elvira Lindo en el prólogo de ‘Nepal. 300 kilómetros a pie alrededor del Annapurna‘, una adaptación a libro del cuaderno que Enrique Flores llevó a esta zona del mundo, y en el que recogió sus experiencias. Algunas de esas experiencias las comparte con todos en este libro y con un fin social. Un libro editado por A buen paso.
¿Qué nos vamos a encontrar en las páginas de este libro? “El libro contiene una selección de las páginas de un cuaderno que utilicé durante un viaje de 300 km a pie por el Himalaya. Incluyo mapas de las etapas del viaje y muchas descripciones de arquitectura y naturaleza. El cuaderno era mi diario personal entonces y en él escribí mucho. Gran parte de ello está reproducido”.
¿Cómo fue la experiencia de ese viaje? “La sensación de no ver ni oír coches durante casi un mes me llevó a no querer volver a la “civilización”. La sensación de conocer un país a ritmo muy pausado es algo que he intentado repetir muchas veces sin conseguirlo”.
Imagino que son muchas las ilustraciones que se han quedado fuera de este libro pero que siguen viviendo en tus cuadernos… “Sin duda. Mucho se quedó fuera por razones editoriales. Casi todo lo de Kathmandú quedó fuera porque preferí centrarme en el viaje alrededor de los Annapurnas”.
Háblanos un poco de esos cuadernos que te llevas a un viaje y, sobre todo, del que te llevaste a Nepal. “Es un cuaderno A4 de unas 120 páginas. Marca Winsor/Newton de unos 120 grss. si no recuerdo mal. Más pesado de lo que me hubiera gustado porque tuve que acarrearlo todo el tiempo en mi mochila. En un viaje así cada gramo cuenta. Ultimamente uso cuadernos con papel de menos gramaje. Prefiero dibujar mucho”.
¿Con qué técnica sueles dibujar en ellos? “Normalmente uso acuarela y tinta china. No pesa y seca rápido”.
¿Qué es lo que más te sorprendió en ese viaje a Nepal? “Descubrir que podía caminar a esa altura. No tuve problemas de aclimatación ni siquiera cuando pasé el puerto del Thorong-La, a 5416 metros”.
El libro además tiene un fin social… “La única razón para publicar el libro es recaudar algo de dinero para ayudar a las víctimas del terremoto. Elegimos una ONG fiable que se ocupa de niños huérfanos y a ellos va el dinero que consigamos juntar”.
¿Cual es el último viaje en el que te has embarcado con la mochila llena de cuadernos? “Estuve en Marruecos en septiembre. Dí unos talleres de dibujo allí aprovecharé la estancia para conocer algo el Rif. Los cuadernos, en cualquier caso, me acompañan en mi día a día. El viaje no empieza únicamente en el aeropuerto”.