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Entrevistas

‘Cuando mamá llevaba trenzas’ de Concha Pasamar

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‘Cuando mamá llevaba trenzas’ ha obtenido múltiples reconocimientos desde su publicación. Es un álbum cargado de nostalgia que nos adentra en una infancia no demasiado lejana pero que las generaciones actuales apenas conocen. Así nos presenta bookolia este álbum ilustrado. Un trabajo de Concha Pasamar, con la que hemos hablado un poquito más sobre este libro.

¿Cómo nace este proyecto? Concha Pasamar: «El álbum tiene doble origen: en primera instancia nace como proyecto para mi segundo curso de álbum ilustrado con Marián Lario. En realidad yo esperaba poder retomar y terminar uno anterior, pero finalmente seguí el consejo de emprender algo nuevo. Partiendo de ahí, ‘Cuando mamá llevaba trenzas’ nace de un deseo concreto de conectar las generaciones familiares que no habían llegado a conocer mis hijos con ellos o con mis sobrinos; en otras palabras, de trazar una especie de hilo de unión entre mis padres y abuelos y sus nietos y bisnietos en cuyo centro estaría el relato y descripción de propia infancia. Sin embargo, al mismo tiempo iba percibiendo que algo tan personal también podría tener un alcance mucho más amplio o general y podría servir como un libro para acercar generaciones».

Concha Pasamar

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? «Encontrarán un recorrido por los modos de vida propios de la infancia de un tiempo determinado, un posible punto de contraste –si se mira desde la niñez actual o cercana- o simplemente un estímulo para volver la vista a la propia infancia. Espero que encuentren también un texto y una estética que consiga resonar de algún modo en quien lo lea. En uno u otro caso, creo que pueden hallar el punto de partida para conversar y entender que la vida es cambio, que hay pérdidas y ganancias, que todos nos configuramos por lo que somos, pero también por lo que nos toca vivir». 

¿Qué hay de Concha en el libro?  «Hay muchísimo, claro. El personaje cuya infancia se desgrana soy yo misma, ya lo he mencionado. Son mías las propias trenzas, el contraste vital entre la ciudad y los pueblos de donde procedían mis padres: ahí están mis veranos, mis inviernos, mis domingos; una vida como muchas otras. Incluso diría que en la niña que encuentra la caja que encierra el pasado de su madre –que es mi pasado- hay mucho de mí misma: uno de los mayores placeres de niña era curiosear entre los objetos de las vidas ajenas y lejanas, tan misteriosos; también está en mí esa naturaleza curiosa, reflexiva y autorreflexiva». 

Concha Pasamar

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? «Diría que son muy mías en el sentido de que presentan una gran dosis de realismo, pero creo que existe también una reducción y abstracción de elementos que facilita a los lectores establecer una conexión con sus propios escenarios. Es decir, yo conozco todos los detalles de mi entorno, pero me pareció oportuno simplificarlos, en algunos casos incluso anular toda realidad (dejando, por ejemplo, un fondo de color uniforme) y centrar la atención en las acciones», nos cuenta Concha Pasamar

¿Con qué técnicas trabajaste? «Hice varias pruebas en técnicas diferentes, pero me decidí por emplear tinta para el dibujo –siempre dibujo manualmente- (empleé pilot negro muy fino y pentel), los tonos de la piel van en rotuladores al alcohol, a veces con un toque de lápiz de color. Todo el resto es color digital, incluyendo las texturas o estampados, que son también una constante en las ilustraciones y forman también parte del estilo del libro, que en mi primera consulta sobre el interés del libro describía, desde la confianza, así: “la idea es este estilo retro un poco especial: de dibujo suelto a tinta, más realista, y «tortazo de Photoshop»”.

Háblanos un poco del proceso de elaboración del libro. «Este ha sido un trabajo que tuvo dos grandes “empujones”. Al terminar el curso de álbum tenía ya escrito el texto y el storyboard, e incluso había terminado varias ilustraciones definitivas; ese fue el primero, pero lo aparqué porque tenía otras ocupaciones y entretanto emprendí los primeros proyectos como ilustradora -continúa Concha Pasamar-. De hecho, tras haber trabajado con bookolia en la publicación de ‘Arrecife y la fábrica de melodías’ (texto de Patricia García Sánchez), me animé a pedir opinión en confianza a Luis Larraza, el editor, sobre ‘Cuando mamá llevaba trenzas’. Me respondió a los pocos días, “a la carrera”, decía, y reproduzco aquí en primicia sus palabras –con su permiso ;)-: “El texto desprende esa nostalgia que muestran también las ilustraciones. Me ha encantado. Dame unos días pero a primera vista parece que vamos a trabajar juntos también este otoño/invierno.” Y así fue. A lo largo de ese invierno y primavera de 2018 terminamos de darle forma». 

Es un libro que ha obtenido diferentes reconocimientos, ¿qué supone también esto? «La verdad es que hubo un primer impulso para el libro en cuanto salió, en noviembre de 2018. En ese primer arranque me emocionó mucho la acogida entre personas de muy diferentes edades, pero, sin duda, el Premio Fundación Cuatrogatos 2019, apenas un par meses más tarde, le otorgó una difusión de otras dimensiones. Fue, de una parte, una alegría personal, porque había hecho una apuesta por una leve reducción laboral, sin ambición, la verdad: solo por permitirme el disfrute de dedicarle tiempo a algo que me resultaba entonces “necesario”. Digamos que un reconocimiento así te indica que esa decisión había merecido la pena y que tal vez merezca igualmente la pena seguir en ello. Por otra parte, el premio multiplica también los reconocimientos individuales, los de los lectores. A la vez, crea un cierto compromiso, una voluntad de estar a la altura, porque también te pone en otra posición en la que el escrutinio posterior será necesariamente diferente».

¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? «He aprendido a usar algo más las técnicas digitales (quien me conozca sabrá que eso constituye para mí un aprendizaje importante, y me ha resultado útil después, claro ); también en qué consiste ser autora integral de un álbum ilustrado y cómo es el proceso de edición en ese caso. Me ha conducido igualmente a presentarme ante el público con esa responsabilidad completa. Por mi profesión, no me cuesta demasiado hablar ante un auditorio, pero normalmente es adulto. Es cierto que siempre me ha gustado contar cuentos a los niños, o charlar con ellos, pero el libro me ha llevado a hacerlo con gente menuda a la que no conocía previamente, o con grupos en que puede haber personas de muy diferentes generaciones». 

«En otro orden de cosas, he aprendido que aún puedo ser capaz de emplear la palabra con ciertas dosis de creatividad, algo a lo que por pudor y respeto había renunciado hacía ya mucho», afirma Concha Pasamar

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Hay varios proyectos en proceso, sí. Tengo la suerte de repetir con bookolia; la relación con Luis Larraza es muy buena, en el sentido de que cuando trabajamos juntos ambos nos planteamos hacer un buen libro, y para ello estamos dispuestos a tener en cuenta la opinión del otro: si yo hago una propuesta y hay alguna observación o contrapropuesta por su parte, eso me conducirá a buscar la mejor solución, tanto si me acomodo a su sugerencia como si insisto en mi opción. Pienso que es igual por su parte y que valoramos el criterio de la otra parte: el sentido crítico (constructivo) y la disposición a escuchar son muy de agradecer. Así que en bookolia saldrá un nuevo álbum ilustrado el próximo otoño, si todo va bien a pesar de la que está cayendo, del que soy también autora de ilustraciones y texto. Y en la primavera siguiente saldría también un libro muy especial para mí, con texto de alguien a quien admiro mucho en sus dos facetas profesionales».

«Quisiera, además -continúa Concha Pasamar-, encontrar poco a poco hueco para algún nuevo proyecto personal, que aún no sé bien a qué formato me conducirá, ni para qué público. Si creo, lo hago en primera instancia según lo que va naciendo me sugiere. No me propongo objetivos ni públicos concretos». 

«Y tengo propuestas, a veces muy interesantes, pero mi tiempo es limitado: sigo dedicándome a enseñar, y a investigar en la medida de mis posibilidades. Tengo la suerte de que ambas actividades me siguen haciendo disfrutar mucho, pero me ocupan mucho también. De hecho, hay un par de proyectos con otros autores que se encuentran en evaluación. Resulta difícil encontrar tiempo para crear, pero también para mover lo que se idea o se crea, que es una tarea que requiere tiempo y esfuerzo, y puede, además, no recibir gratificación. Ojalá encontremos hueco para prestarles atención».

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Cómic

Cecilia Vårhed nos habla de su trabajo en ‘Santa Carencia’

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Cecilia Vårhed

A Amor acaban de ponerle los cuernos y tiene que ser ella misma quien rompa con su novio por teléfono porque él es demasiado cobarde para hacerlo. Además, no tiene ni casa ni trabajo ni dinero. Lo que sí tiene es un grupo de amigos en los que no se puede confiar demasiado, pero que han creado una extraña dependencia entre sí y, a pesar de todo, permanecen juntos. Quizá lo que los une es que ninguno parece capaz de hacer otros amigos, y que tampoco están mucho mejor que ella. Entre fiestas decadentes, videojuegos, citas fallidas, sueños frustrados y mucho autodesdén, Amor hará todo lo que la procrastinación le permita para sobrellevar su pena. Con estas palabras La Granja Editorial nos presenta ‘Santa Carencia’. Con Cecilia Vårhed charlamos en las siguientes líneas sobre este cómic.

Cecilia Vårhed

¿Cómo nació este proyecto? “Alquilé una habitación en una casa que pertenecía a un «grupo de medicina alternativa». Eran como una secta. Los coches aparcaban afuera todos los lunes y realizaban exorcismos en la planta baja, justo debajo de mi habitación, así que oía cánticos, toses, gemidos y gritos. Cada semana había una nueva catástrofe con mis amigos y nunca supimos por qué. Fue una época miserable y cómica. He hecho cómics sobre mis amigos toda mi vida, así que se ha convertido en una especie de hábito”.

¿Qué encontramos en este cómic? “Santa Carencia trata sobre unos amigos que tienen una dinámica de grupo muy extraña: creen que todos los demás son unos perdedores, como una forma de defenderse de ser ellos mismos los verdaderos perdedores. No soportan la idea de que alguien se separe del grupo y triunfe por sí solo. Dentro del grupo hay amor, pero es indistinguible del odio”, nos cuenta Cecilia Vårhed.

Cecilia Vårhed

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a la fase de investigación, la documentación, las pruebas, quizás incluso los dibujos en un cuaderno… “Solía hacer fanzines sobre cosas que me sucedían la semana anterior, y cuando tuve cinco, ¡sentí que debía rehacerlos en un libro! Fue genial porque a todos les pareció bien que los usara como personajes de cómic. Zack dijo que le hacía sentir «como una persona real». Algunos eventos reales se edulcoraron en la versión de cómic, y no al revés”. 

Cecilia Vårhed
Imagen de uno de los fanzines anteriores

“También se hicieron algunos cambios entre los fanzines y el libro. Alfons solía ser humano, pero muchos personajes humanos resultaban espeluznantes. Además, los hice mucho más atractivos en el libro que en los fanzines. En Suecia, los personajes suelen ser muy feos. Incluso los dibujantes más atractivos se hacen ver muy feos en sus cómics. Entiendo que es una representación del yo interior del artista. Y eso suma; cuando hice los fanzines estaba muy agotada y ansiosa, pero cuando hice el libro me sentí genial. Por eso Amor solía parecer anémica y ahora parece que le han hecho una transfusión de sangre”, asegura Cecilia Vårhed.

¿Cómo nacieron estos personajes? ¿Por qué son diferentes? Cuéntanos tu enfoque al crearlos. “Originalmente tenía más personajes, pero el editor sueco Fredrik Jonsson me recomendó este ejercicio narrativo genial: escribir cinco adjetivos para cada personaje, que no se puedan superponer con los de ningún otro. Así defines a los personajes con mayor claridad. Todos provienen en mayor o menor medida de personas que he conocido, pero me aseguro de que sean arquetípicos para poder seguir inspirándome en ellos, independientemente de quién esté o no en mi vida. Quiero que los personajes crezcan conmigo para poder seguir usándolos incluso cuando tenga 100 años y esté en una residencia de ancianos. Siempre habrá un Alfons o una Guerrera del Amor en algún lugar”.

Cecilia Vårhed

¿Con qué personaje te identificas más? ¿O cuál tiene más en común con Cecilia? “Es una mezcla entre Amor y Alfons… Amor tiene más de mi historia, pero temperamentalmente soy más colérica, como Alfons. Aunque gran parte del personaje de Alfons depende de que sea un hombre. Hay muy pocas mujeres que puedan ser mujeres como Alfons”, continúa Cecilia Vårhed.

Cuéntanos algo sobre las ilustraciones. “¡Me encantan los estilos de dibujo que cambian mucho! Muchos dibujantes de cómics de mi generación en Suecia empezaron a leer manga en la biblioteca del colegio, así que tenemos esta raíz en común. Cuando una chica del instituto empezó a darme la lata con la anatomía, dejé de dibujar manga y aprendí cómics alternativos. Entonces quise volver a hacer algo bonito y lo mezclé todo”.

Cecilia Vårhed

¿Con qué técnicas trabajaste en este libro? “El libro está hecho digitalmente, lo cual tiene un estatus bastante bajo en la comunidad artística. En el futuro podría volver al dibujo tradicional por un tiempo, o tal vez no. Para mí, lo más importante es la narrativa, y cualquier método que me permita hacerlo y, al mismo tiempo, tener tiempo para mi trabajo en la fábrica de cajas prevalecerá”, confiesa Cecilia Vårhed.

¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? “Fue muy largo, ya que hice los fanzines hace algunos años. Tuve que encajar todo en una historia coherente. Sabía que quería seguir usando a los personajes durante mucho tiempo, y como esta es su historia, tuve que empezar el primer libro como en los fanzines”.

Cecilia Vårhed

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “¡La secuela saldrá en Suecia dentro de un año aproximadamente! En el nuevo libro, la pandilla se ha separado por el tiempo y parece que a todos les va bastante bien. Pero, a medida que avanza, todo se desmorona y se ven obligados a reencontrarse con la amistad. Se embarcan en un viaje para ver si el destino existe y, sobre todo, si está de su lado o no. Ha sido genial escribir algo completamente nuevo con todo lo que sé sobre el mundo ahora y que antes desconocía. El proceso ha sido divertidísimo, como bajar una montaña en coche”.

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Álbum Ilustrado

Antonio Lorente y su versión personal de ‘El Principito’

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Antonio Lorente

En esta edición ilustrada, la célebre narración ‘El Principito’ vuelve a latir con fuerza gracias al talento del reconocido artista Antonio Lorente. Su trazo delicado y expresivo aporta una nueva mirada al pequeño príncipe venido de otro planeta, cuyas preguntas ingenuas desvelan las verdades más hondas sobre la vida, la amistad y el amor. Con estas palabras nos presenta la editorial Edelvives este proyecto, sobre el que hablamos con su autor, Antonio Lorente.

Antonio Lorente

¿Cómo surge este proyecto? “Fue una propuesta mía. Sabíamos que la obra iba a estar libre de derechos. Hace un par de años lo comenté con mi editora, y en realidad estábamos pensando en lo mismo, íbamos todos al unísono”. 

¿Cuándo fue la primera vez que leíste ‘El Principito’? “Yo tuve dos lecturas importantes de ‘El Principito’ en mi vida. Luego la he leído otras muchas, pero la más importante y, digamos, la que me ha marcado en mi vida, fue cuando era un niño. Igual tendría 8 o 9 años. No le vi la profundidad que realmente tiene, sino que me pareció como un libro de aventuras, ¿no? Y me marcó, me encantó -confiesa Antonio Lorente-. Pero después tuve una segunda lectura cuando fui a vivir a Londres, a buscarme la vida. Lo leí en inglés, quería un libro sencillo, un libro que no fuese muy denso para aprender inglés y para hacerme con el idioma, y me leí ‘El Principito’. En esa segunda lectura ya empecé a comprender lo que era esta obra, qué es lo que te quiere decir. La magia de este libro es que cada vez que te lo lees le sacas una lectura diferente”.

Antonio Lorente

¿Cómo ha cambiado un poco esa visión? Ahora que lo has trabajado más en profundidad, por decirlo de alguna manera. “He llegado a hacerlo propio, y eso está muy guay. Al final he construido mi propio universo de ‘El Principito’. Me headentrado tanto, tanto, que al final lo he hecho muy mío, que era de lo que se trataba. Respetando todo lo que viene siendoel libro, lo que es la historia, intentando siempre respetar al máximo su imaginario. Pero en este caso me he permitido incluso algunas licencias”.

“Tienen bastante similitud, si te das cuenta, porque tiene mucho espacio blanco. Era difícil intentar hacer un libro con mi estilo de algo tan sencillo. Esas pequeñas líneas del autor, y hacerlas de repente tan barrocas… Entonces, ahí tuve un poco de miedo al principio, pero luego pensé que era una idea bastante buena, hacer una nueva versión”, asegura Antonio Lorente.

Antonio Lorente

¿Has disfrutado este proyecto? “Un montón, lo he disfrutado muchísimo. Empecé con miedo, pero me suele pasar en muchos proyectos, sobre todo con proyectos que tienen una iconografía tan marcada, como el caso de ‘El Principito’. Esemiedo fue desapareciendo conforme humanicé a Mi Principito, y estoy súper contento, la verdad, con lo que he realizado”.

Recuero, por ejemplo, cuando hablábamos sobre tu trabajo en ‘Peter Pan’, como le habías dado también tu toque al personaje… ¿Cómo es El Principito de Antonio? “Yo quería que fuese muy especial. Muy especial ya desde ese primer impacto visual. Y al principio empecé a inspirarme un poco, no en el personaje en sí de Eduardo Manos Tijeras, pero sí en esa sensación que transmite de pureza, de nobleza, de un punto lunático. Por eso, cuando empecé a crear ‘El Principito’, en los primeros pasos, le di muchas vueltas, hasta que llegué al que quería. “Al principio lo hice como muy repeinado, y empecé como a desmelenarlo, a sacarle mechones más largos, a darle ese punto más lunático que yo considero que tiene, hasta que dije: “lo tengo”, este es El Principito que tiene que salir”, afirma Antonio Lorente.

Antonio Lorente

Si hablamos de técnicas, imagino que está en la misma línea que los últimos proyectos… “Sí, es cierto que estoy retrocediendo, estoy volviendo a las bellas artes… pero luego, como todo, lo termino digitalizando, dándole toques de color digital, pero sí que hay mucho de gouache, de óleo, de técnica artesanal tratada con alguna pintura digital o con toques concretos”.

Antonio Lorente

¿Qué hay de Antonio Lorente en este Principito? “Pues yo diría que todo, tiene todo de mí, porque he intentado volcar todo lo que sé en este libro y la verdad que viendo el resultado final estoy súper contento, he salido de mi zona de confort también, porque es algo muy diferente a lo que suelo hacer, imágenes sin fondo. “No me habría imaginado nunca hacer un libro prácticamente sin fondo, y que a la vez funcione como esa sensación de espacio. Todo lo conceptual que he metido en este libro creo que ha funcionado, y como objeto final estamos muy contentos”.

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Cómic

Fran Mariscal une problemas sociales y fantasía en ‘Moribundo’

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Fran Mariscal

Novelista de terror en cierne, Egon trata de mantenerse a flote mientras su vida entera se va a pique. La causa de su caída se llama Liz Tombstone y es la única heredera del antiquísimo clan de vampiros que gobierna la localidad de Hollow Hill. Juntos, Liz y Egon han establecido una relación tóxica que solo puede conducir a un destino peor que la muerte. Fran Mariscal debuta con una historia angustiosa y sobrenatural a medio camino entre el horror y el delirio, una historia que expresa al mismo tiempo el miedo a la separación y la esperanza de construir una vida mejor. Norma Editorial publica este cómic. Sobre ‘Moribundo’ hablamos en las siguientes líneas con su autor.

Fran Mariscal

¿Dónde está el origen de este proyecto? “Nace, precisamente, de una depresión que tuve a raíz de una ruptura de pareja que fue muy nociva, y que termina en una depresión. Estuve yendo a una psicóloga, con terapia, rodeado de la familia, todo para salir del bache. Y fue durante estas sesiones donde la propia psicóloga me sugirió la idea de que yo expresara, purgara ese malestar que tenía, mediante la escritura. Como la escritura no era mi medio de expresión, decidí hacerlo mediante el dibujo. Hice algunas páginas, pero no lo continué porque no estaba en condiciones en ese momento de hacer realmente nada”.

“Pasó el tiempo, me recuperé, rehice mi vida, con todo lo que conlleva una recuperación, que es un proceso lento. Cuando ya me vi más capacitado, retomé aquellas páginas y sentí la necesidad de terminar ese tebeo para ya purgar del todo lo que tenía ahí dentro. También para utilizarlo a modo de cuento, como podría ser un cuento de los hermanos Grimm, con metáforas y con alegorías de los peligros que de adultos nos podemos encontrar, por ejemplo, lo que puede ser una depresión, o una relación de pareja tóxica y relaciones, en general, nocivas”, nos cuenta Fran Mariscal

Fran Mariscal

“Yo no quería hacer una crónica ni una historia autobiográfica, así que me lo llevé a mi terreno y encontré la figura del vampiro, un ejemplo perfecto para hablar de esto mismo que he comentado, y así nace Moribundo”. 

Si tuvieras que definirlo en una o dos frases, ¿qué se van a encontrar los lectores en las páginas de este cómic? “Se van a encontrar una historia con tintes góticos sobrenaturales, con una estética que bebe mucho de autores como Dave McKean, como Bill Sinclair, como Jorge González, y que bebe mucho, sobre todo, de esa gran época que fueron los cómics de vértigo, en mi opinión, y van a encontrar una historia con una doble lectura”, asegura Fran Mariscal.

Si hablamos del dibujo, de las ilustraciones, ¿qué dirías que tienen de característico? A simple vista con ilustraciones como desdibujadas… “Sí, y creo que también está entrando por los ojos precisamente por el apartado gráfico. Sí que es mi primera obra como autor completo, pero con el tema de los lápices, sí que tenía más seguridad en mí mismo. Entiendo que gráficamente pueda sorprender, porque se ve diferente a lo que hay ahora”. 

Fran Mariscal

Has hablado de que te sientes cómodo con los lápices, ¿con qué técnicas sueles trabajar o con qué técnicas has trabajado en concreto en este proyecto? “Vengo de darle mucha caña a lo que es el tema tradicional y de mancharme las manos con pintura y técnicas mixtas, pero sí que es verdad que en ‘Moribundo’ y en los últimos trabajos que he ido realizando he optado por trabajar en digital, más que nada por la versatilidad y por la velocidad con la que se puede trabajar -continúa Fran Mariscal-. Siendo Moribundo un cómic tan extenso, haberlo hecho todo en tradicional habría sido muy laborioso y, sobre todo, que me habría llevado mucho más tiempo. Entonces opté por hacerlo en digital. El que me conoce sabe que yo trabajo el digital de la misma manera que en tradicional, voy pintando encima y voy aplicando mis texturas, uso mis pinceles, o sea, que más o menos es lo mismo, solo cambia el medio, la herramienta”.

Fran Mariscal

Hay una cosa que me ha llamado mucho la atención, y es ese recurso que utilizas cuando rompes en pedazos la línea que separa las viñetas. “No puedo decir que sea original, no lo es, ya había un cómic de Batman, en el que cuando las cosas se iban poniendo un poco tensas o desagradables, pues las viñetas se rompían y parecían que formaban parte de la propia ilustración, como si fuera un collage, y eso en su día me sorprendió bastante. En Moribundo lo vi como un recurso que podía ir bien y que le podía aportar un punto más interesante, eso de romper lo que son las viñetas, al final las viñetas separan las acciones de la historia y muchas veces son elipsis de tiempo”, asegura Fran Mariscal.

“Entonces, siendo un cómic, digamos, tan onírico y tan personal, me parecía interesante que se rompieran todos los esquemas posibles y que precisamente el lector, cuando ve una página en la que se están rompiendo esas celdas que encasillan las acciones, se quede desconcertado también, y creo que eso sí que lo he conseguido”. 

Fran Mariscal

Me estás contando que al final es un proyecto que es bastante personal. ¿Es más fácil de trabajar con ello, porque es algo que evidentemente has vivido, o es más difícil porque realmente te expones al lector? “Creo que un poco de ambas, la verdad. Creo que no sería capaz de contar una historia de algo que no conozco, de lo que no tengo información o algo con lo que no me sienta cómodo. Pero, por otro lado, también durante el proceso de la creación del cómic, sí que había momentos en los que me incomodaba un poco contar alguna cosa, porque al final sí que eran muy parecidas a como realmente a mí me ocurrieron. Tenía que buscar alguna manera de contar cosas sin entrar en el morbo, porque es algo que a mí no me interesaba, yo realmente con esta historia no quería hablar de mí, ni de mi expareja, ni de nadie, al final quería hacer algo lo más genérico posible, pero teniendo alma, que no quedara un producto vacuo, y que, sobre todo, el lector se pudiera sentir identificado o que le pudiera ayudar si está pasando por algo parecido o conoce a alguien que haya vivido algo parecido”, nos cuenta Fran Mariscal.

Fran Mariscal

Ahora estás volcado con la promoción de Moribundo, que acaba de salir, como quien dice, pero no sé si tienes algún proyecto ya en mente y no sé hasta dónde nos puedes contar. Pues sí, ahora estoy volcado con esto, pero sí que ya empecé con otro proyecto, que es un western. Es un género que a mí me gusta mucho y creo que se pueden contar historias también crudas e historias de violencia, de venganza, pero quiero darle mi toque de terror, volcar mis inquietudes ahí. De momento lo tengo en pausa. Ahora toca Moribundo”.

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