Arte Urbano
El Festival Art Aero Rap viste a La Bañeza de arte urbano
El Festival Internacional de Arte Urbano de La Bañeza “Art Aero Rap” nació en 2013 como una iniciativa de una peña local con el objetivo de recuperar las tradicionales fiestas Jam que se celebraban en la ciudad. Sin embargo, el festival no se limitó al graffiti tradicional, sino que evolucionó al incorporar la creación de murales de gran formato, ampliando así su alcance artístico.
Con el paso de las ediciones, tanto el público como los vecinos de La Bañeza mostraron un creciente interés por esta forma de expresión, lo que permitió consolidar el festival y posicionar a la ciudad como un referente internacional en el mundo del arte urbano. A lo largo de más de 12 años, el “Art Aero Rap” ha transformado el paisaje cultural de La Bañeza, dejando un legado de creatividad y color que traspasa fronteras, señalan desde la organización.
¿Cuál es el objetivo de este evento? “Nuestro objetivo con el Art Aero Rap es crear un espacio dedicado al arte y la cultura que impulse el desarrollo de nuestra comunidad, al tiempo que contribuya a desterrar la percepción del arte urbano como un acto de vandalismo, demostrando su auténtico valor creativo y cultural. Una de las principales diferencias que distinguen al Festival Art Aero Rap de otros eventos similares es el trato excepcional que los vecinos de La Bañeza brindan a los artistas. Desde el inicio de esta aventura en 2013, nos propusimos transformar la percepción del arte urbano, y hoy podemos afirmar con orgullo que, al menos en nuestra ciudad, hemos logrado este objetivo”, aseguran.
“Los vecinos de La Bañeza son anfitriones inigualables para los creadores. No es raro que, edición tras edición, los artistas sean recibidos con agradecimiento, invitados a comer en hogares particulares o sorprendidos con obsequios por parte de los residentes. Este trato cálido crea un vínculo especial con nuestra ciudad, haciendo que muchos de ellos regresen año tras año para seguir viviendo y compartiendo estas experiencias únicas. Otra característica que nos diferencia y objetivo desde los inicios fue dar la libertad creativa total que ofrecemos a los participantes. En el Art Aero Rap, no imponemos temáticas ni estilos: cada artista tiene plena autonomía para plasmar su inspiración en el momento, lo que enriquece el festival con una diversidad de obras, técnicas y enfoques únicos. Nuestra visión inclusiva y abierta garantiza que ninguna corriente artística quede fuera, fomentando así una variedad vibrante y auténtica”.
“Además -continúan-, el festival aspira a ser un verdadero punto de encuentro internacional para artistas de todo el mundo. Desde su fundación en el siglo IX, La Bañeza ha sido históricamente un cruce de caminos, y esa identidad como lugar de conexión se refleja en nuestra misión. Queremos que el Art Aero Rap sea más que una plataforma para mostrar talento: buscamos que sea un espacio de intercambio cultural, donde artistas, vecinos, visitantes y compañeros puedan compartir vivencias, conocimientos y experiencias únicas. En definitiva, nuestro propósito trasciende la creación de un festival: queremos forjar una gran familia en torno al arte urbano, donde la conexión humana y cultural sea el verdadero motor de esta iniciativa. A través del Art Aero Rap, trabajamos por consolidar un legado de creatividad, inclusión y comunidad que inspire a futuras generaciones”.
¿Cuántos artistas han participado hasta el momento? “A lo largo de más de 12 ediciones, el Art Aero Rap ha contado con la participación de una extraordinaria cantidad de artistas provenientes de todo el mundo. En total, más de 170 creadores diferentes han contribuido al festival, acumulando 349 participaciones únicas. A día de hoy, y pese a la pérdida de algunas obras, La Bañeza conserva un impresionante legado de 341 murales que adornan los muros y fachadas de la ciudad. Estas creaciones, fruto del talento y la diversidad artística de los participantes, han transformado el paisaje urbano de La Bañeza en un auténtico museo al aire libre, testimonio vivo del impacto cultural del festival”.
Contadnos un poco qué se puede encontrar la gente en las calles de La Bañeza relacionado con este Festival. “La Bañeza se ha consolidado como un auténtico museo al aire libre, donde personas de todas las edades pueden disfrutar del arte en un entorno accesible y abierto. Tanto jóvenes como adultos tienen la oportunidad de recorrer sus calles, contemplando y reflexionando sobre los diversos significados de las obras que adornan la ciudad. Con más de 340 creaciones, el legado del Art Aero Rap tras más de 12 años de historia es tan diverso como impactante. Las calles de La Bañeza exhiben una variedad de estilos y técnicas que van desde murales de corte clásico, graffitis vibrantes, esculturas integradas en las paredes, murales compuestos de pegatinas, hasta retratos bordados a punto de cruz de más de 4 metros de altura. Esta rica mezcla artística refleja el espíritu inclusivo del festival, haciendo de La Bañeza un lugar donde cualquier forma de expresión artística es bienvenida. Aquí, todo creador encuentra un espacio para inspirarse y desarrollar futuras obras, contribuyendo a una ciudad que respira creatividad y cultura en cada rincón”.
¿Qué importancia tiene una actividad de estas características en un municipio como La Bañeza? “Desde el punto de vista turístico, La Bañeza no se caracteriza por poseer grandes monumentos, pero sí por la fuerza de sus festividades, que son el principal atractivo para los visitantes. Entre ellas destacan los coloridos y singulares Carnavales, así como el Gran Premio Urbano de Motociclismo, un evento único que logra reunir a más de 80.000 personas en tan solo un fin de semana. Aunque estas celebraciones tienen un notable impacto turístico, su efecto se concentra en fechas específicas y de manera limitada. En este contexto, el Art Aero Rap aporta un valor diferencial a La Bañeza al transformarla en un museo al aire libre accesible durante todo el año. Con obras de artistas de renombre internacional, el festival ha creado un patrimonio cultural vivo que atrae a visitantes de forma continua, diversificando la oferta turística y enriqueciendo la vida cultural y artística del municipio”.
“A pesar de que el festival no siempre cuenta con el respaldo institucional que merece, seguimos firmes en nuestro compromiso de consolidar este espacio excepcional para los amantes del arte urbano. Nuestro propósito es no solo fomentar el turismo, sino también posicionar a La Bañeza como un referente internacional en el panorama del arte urbano, ofreciendo una experiencia cultural única que trascienda fronteras”.
¿Quién está detrás de su organización? “La organización del festival está a cargo de la Asociación de Arte Urbano de La Bañeza AARTE, una entidad sin ánimo de lucro nacida de la necesidad de profesionalizar la gestión del festival ante su creciente repercusión. La asociación está compuesta por jóvenes de la ciudad comprometidos con nuestra tierra, con el objetivo de generar espacios artísticos y culturales en áreas menos visibles mediáticamente. Año tras año, luchamos con dedicación y esfuerzo para mantener viva la llama del arte urbano en nuestra comunidad, contribuyendo al desarrollo cultural de La Bañeza y sus alrededores”.
Arte Urbano
Dulk y el reto que supone trabajar en un mural
Nos acercamos en las siguientes líneas al trabajo de Antonio Segura, Dulk, y lo hacemos tomando como punto de partida uno de sus últimos trabajos, que nos hace viajar hasta Australia. Se trata de ‘The bird watcher’, y en pleno proceso se encontraba cuando contactamos con él. Ahora ya de vuelta hemos charlado de este y otros trabajos.
“Era un proyecto en el cual la temática era, sobre todo, representar la fauna local. Toda la diversidad que hay allí es brutal, hay muchas aves, muchos animales australianos y tal. Entonces, por mi temática también, yo creo que presentamos una propuesta que gustó y nos seleccionaron. Estuvimos, creo, 15 días haciendo el mural, más o menos, algo así”.
Háblanos un poco de cómo es tu proceso de trabajo. ¿Cómo es un poco todo ese proceso hasta que te pones a trabajar sobre la pared? “Pues, normalmente, a no ser que esté cerca, yo no veo la pared hasta que no llego al lugar. Entonces, me envían fotos, o si no, con el Google Maps, pues me veo la calle, veo un poco todo lo que hay en la zona, y a partir de ahí, si hay una temática establecida, pues trabajo un poco sobre la temática, siempre aportando mi toque personal, mi estilo. Y si no hay temática -continúa Dulk-, pues creo algo, lo que se me ocurre o lo que quiero transmitir, pero siempre inspirándome en el lugar donde va a vivir la obra, digamos. Siempre me gusta la temática de la naturaleza, y la fauna en concreto. Siempre, dependiendo de dónde vaya a hacerlo, me gusta un poco trabajar sobre la fauna del lugar o la situación en la que se encuentran algunas especies”.
“A partir de ahí, hago como un diseño en el ordenador, muy rápido, a base de fotos y un poco de ideas que pueden ir saliendo, y luego hago un dibujo a lápiz para ya ver un poco las formas, lo llevo más a mi lenguaje, y después ya se va al lugar y se pinta”.
¿Es quizá un poco esa parte la más difícil? El pasar de un dibujo que a lo mejor tiene un tamaño, poder trasladarlo a esa grandiosidad, por decirlo de alguna manera. “Sí, sí, es la gracia al final de los murales y, bueno, yo creo que es lo que lo diferencia, sobre todo del trabajo en el estudio. Es eso, que no lo puedes tener todo controlado, hay muchas cosas que pueden pasarte con la grúa, con la climatología, con el tiempo que tienes, las horas de luz que tienes al día, no sé, son muchos factores que al final lo convierten en un reto. Y al final es lo divertido también.”
¿Y tú con qué técnicas sueles trabajar? ¿Con qué materiales? “Con pintura al agua acrílica, y luego con pincel, brocha, rodillo y ya está. Antes utilizaba spray pero hace años que ya lo dejé y porque al final la pintura plástica como que me permite hacer otro tipo de tratamiento a la obra -nos cuenta Dulk-. Se pueden conseguir texturas más ricas y mezclar los colores, y es mucho más complejo, pero a la vez es mucho más divertido para mí”.
¿Qué hay de diferente en este trabajo respecto a otros anteriores? Sigue más o menos la misma línea, ¿o al final lo diferente es quizá un poco el espacio? “Sí, en este en concreto lo diferente es la superficie, que era circular y muy grande, y nunca había pintado una superficie circular. Entonces es como muy complicado a la hora de encajar el diseño. Una vez lo tienes encajado ya es básicamente pintar como en cualquier pared, pero para encajarlo es mucho más complejo. Sobre todo cuando tú has trabajado el boceto con una forma cuadrada y de repente lo tienes que poner en una superficie circular, pero tú al final solo ves una cara cuando estás trabajando, una cara del trabajo, entonces que en todos los lados de la circunferencia del cilindro quede todo interesante… Eso fue lo más complejo, yo creo. Y un poco recomponer, tuvimos que recomponer un poco el diseño cuando fuimos a dibujarlo en el cilindro. Claro, los primeros días fueron como de mucho estrés porque es mucho trabajo, aparte tú lo ves y es muy estrecho, pero claro, vas dándole la vuelta y el dibujo continúa, continúa y se une por donde empiezas. Entonces al final esa es la gracia de este proyecto. Quedamos muy contentos cuando lo hicimos”, asegura Dulk.
Hablando un poquito en general, no solo de este trabajo, ¿cuál dirías que es el momento más satisfactorio de todo el proceso? “Más satisfactorio cuando lo terminas, sin duda. Cuando lo terminas, aparte este lo terminamos unos días antes de lo que teníamos pensado y bueno, fue un momentazo, aparte lo acabamos a última hora del día, había un atardecer espectacular, como muy mágico. Además, pues estás lejos de casa, en un país que está súper, súper lejos, y cuando lo ves todo acabado, ves la hora y dices va, se va a quedar aquí esto y nosotros nos volvemos, es como ¡guau!, ¡qué guay! Y luego ves la reacción de la gente, a la que también le gustó mucho. No sé, es un conjunto de cosas, pero sí, es el momento. Cuando llegas y lo ves por primera vez es como muy tenso todo, no te da tiempo a disfrutarlo. Claro, y luego cuando terminas lo disfrutas poco, porque te tienes que marchar cuando es lejos también”.
No sé si tú sueles trabajar solo, si tienes la ayuda o el apoyo de alguien. ¿Qué importancia tiene la colaboración con otras personas en la realización de trabajos de esta envergadura? “Sí, yo ya hace años que no pinto un mural solo. Tenemos un equipo de gente, normalmente, y el proyecto en este caso éramos tres, bueno mentira, al principio éramos cinco porque había dos personas de allí, de Australia, que nos echaron un cable, pero nosotros somos tres y al final una obra así requiere de un trabajo en equipo, así y más pequeña, porque son muchas cosas a tener en cuenta cuando estás haciendo un mural y no estás en casa -nos sigue contando Dulk-. Pues bueno, la grúa, la pintura, cargar todo, los pinceles, limpiarlos, volver, o sea, hay un montón de cosas que hay que hacer, ya no solo pintar. Y sobre todo eso, que son proyectos que al final intentas hacer en tiempo récord y solo, es imposible, es imposible. Yo lo hacía hace años, pero cuando era más joven, ahora no me veo capaz”.
“Tengo dos personas que trabajan conmigo que son muy buenas y siempre están con ganas, y nos lo pasamos muy bien. Al final yo creo que ese es el secreto del mural, porque al final yo me acuerdo siempre de la experiencia que tengo y eso es lo que hace que te acuerdes o que te quieras olvidar”.
Has comentado algunas cosas en ese sentido, pero ¿qué dirías tú que caracteriza tus trabajos en la calle? Porque sí que hablan mucho de la vida salvaje, los animales… “Yo creo que sobre todo la estética, que me gusta trabajar el tema crítico de la situación en la que se encuentran muchas especies, la naturaleza en general, pero me gusta hacerlo de una manera diferente, agradable, que al final gusta a todos los públicos. Y cuando un trabajo está en la calle y lo ven todos los públicos y gusta, pues al final llegas a más gente. Me gusta enrevesar mucho la historia que cuento para que empieces a fijarte e indagar un poco en lo que está, intentar buscar lo que está pasando y no sé, a mí me divierte mucho eso. Y crear personajes, unas veces reales, otras ficticios. Y la gente como que se empieza a perder en las obras”, afirma Dulk.
Antonio, tu trabajo se sale también un poco de la superficie plana, por decirlo de alguna manera, en algunas ocasiones. Me gustaría que me comentaras un poco tu experiencia pasada, y creo que tienes un proyecto también de futuro relacionado con las Fallas de Valencia. “Si, si. La escultura, al final lo que suelo hacer es bastante tridimensional, entonces de ahí que la escultura, desde hace años, me llamó mucho, y recuerdo que el primer paso que di de 2D a 3D fue como súper emocionante para mí. A día de hoy intento colaborar con escultores y en este caso con artistas falleros para hacer algo tan valenciano como una falla, ¿no?”
“Yo desde pequeño es algo que me ha gustado, y siempre pensaba que estaría guay llegar a hacer algo, y mira, parece que poco a poco, porque al final la escena fallera es bastante cerrada y no te dejan demasiado indagar en nuevos estilos o nuevas formas, y es una pena porque al final es una plataforma artística súper potente, está en la calle también como los murales y estaría genial, sobre todo en Valencia, que somos un montón de gente buena pintando, dibujando, pues que nos dejarán colaborar más. Yo estoy contento porque a raíz de la falla que diseñé hace años, pues parece que me metí un poco en el mundo. La verdad que disfruto mucho. Al final es como una escultura y me divierte mucho el proceso, que es un proceso largo, que va desde la fase de dibujar hasta construir, pasar al diseño 3D digital, después construir, después pintar y después montarlo en la calle y compartirlo con toda la gente y con familia y amigos, porque yo soy de Valencia. A mí me gusta mucho y ojalá se abran más puertas para poder colaborar y aportar un poco más a lo que es el tema artístico dentro de las fallas, yo creo que lo necesita”.
No sé si tienes ahí en el horizonte, volviendo un poco al tema de murales, algún proyecto a corto plazo o previsto que se pueda contar algo. “Sí, la semana que viene empiezo un mural en Valencia, en la zona del Cabañal, y lo hago en colaboración con la Fundación Oceanographic. Vamos a hacer un proyecto didáctico, y vamos a representar todas las especies que están amenazadas en el mar Mediterráneo, pero de una manera diferente, de mi estilo, y vamos a hacer un mural que será el primer mural de gran escala que haga en la ciudad de Valencia, así que estoy muy contento”.
Actualidad
Elisa Capdevila y la inspiración en la gente de su alrededor
La artista Elisa Capdevila daba el pasado mes de noviembre de 2024 los últimos retoques del mural ‘Final de función’, de 24 metros de altura, en la avenida del Paral·lel. Esta obra producida y comisariada por Street Art Barcelona es una reivindicación del recuerdo del histórico escenario Talía inaugurado en 1900 con el nombre de Las Delicias. Luego, en los años 50, el actor Paco Martínez Soria adquirió el equipamiento, que permaneció activo hasta los 80.
Elisa Capdevila ha explicado que ‘Final de función’ representa el momento en que acaba el espectáculo, «en aquel momento nostálgico en que se han vivido muchas cosas bonitas», pero que es necesario también «para que empiecen otros», explica Capdevila. Es por eso que decidió pintar un telón bajado y una artista desmaquillándose.
Su carrera artística comienza en 2014 cuando empieza a estudiar pintura y dibujo en la Barcelona Academy of Art. En ese momento dejó inacabada una carrera de Ciencias y se metió de cabeza en el proceso de aprender a dibujar. Durante dos años estuvo pintando del natural durante unas siete horas diarias. En esa época empieza a pintar sus primeros murales, al principio como un simple ejercicio donde el lienzo fue reemplazado por una pared, pero con el tiempo se dio cuenta de sus posibilidades y decidió enfocar su trabajo a proyectos a una mayor escala.
Desde 2017, trabaja activamente en festivales de arte urbano y realiza grandes murales a nivel nacional e internacional, sin dejar de lado el trabajo de estudio en lienzo. En muchas de sus obras suele plasmar fotografías de su propio ámbito familiar en las que el mundo de la infancia es, a menudo, el protagonista.
Sus obras exploran las complejidades de las relaciones personales, la intimidad y la vida cotidiana, capturando la esencia de la experiencia humana con un estilo propio. A nivel técnico, trabaja desde una perspectiva figurativa, poniendo especial atención en la armonía cromática, así como en los recursos plásticos propios en cada material empleado.
¿Cómo empezó todo esto del muralismo? “Empecé a pintar murales por diversión, cuando un amigo que pintaba tanto en lienzo como en muro me propuso que pintásemos un mural juntos. A partir de ahí, seguí practicando”.
¿De dónde nacen tus trabajos? ¿Dónde o en qué te inspiras? “En la mayoría de mis murales las protagonistas son personas de mi alrededor, pues es donde encuentro la inspiración. Mi arte se mantiene bastante cercano a cómo yo experimento el mundo. Hablo de temas como relaciones, maternidad, infancia…”, afirma Elisa Capdevila.
Entre las satisfacciones de crear al aire libre, en los barrios de las ciudades, Elisa Capdevila piensa que ese trabajo “pasará a formar parte del día a día de aquel barrio, esto en mi opinión hace que tenga un compromiso mayor a la hora de decidir qué representar. Personalmente, también me ha nutrido mucho pintar en la calle, porque se crean muchas conexiones”.
Arte Urbano
Lula Goce y sus murales que dialogan con el entorno
Lula Goce nació en Galicia. A los 20 años se trasladó a Salamanca, donde se licenció en Bellas Artes. Ha participado en festivales de arte urbano en todo el mundo, como 501 SeeStreet en Nueva York, North West Walls, Waterford Walls en Irlanda, Memorie Urbane en Italia, Zona Maco en México, Street Art Summer en Hannover, Nasimi Festival en Azerbaiyán, Poliniza//Dos en Valencia, Twenty Urban Art en Murcia, Mad Cool Festival en Madrid, Bac en Barcelona, entre otros. Nos acercamos a su trabajo en las siguientes líneas, partiendo de uno de sus trabajos, ‘The whisper’.
¿Cómo surge la idea de ‘The whisper’? Lula Goce: “Este proyecto es un encargo del Concello de Vigo para el festival “Vigo Cidade de color”. Suelen dejar bastante libertad a la hora de crear, por lo que supongo que tendrá algo que ver con el momento en el que me encontraba. Ese mural se encuentra al lado del mercado de La Florida, tal vez la temática marina tenga algo que ver ¡con el genero que se vende en él!, jajajaja”.
¿Qué has querido reflejar en este mural? “Es un mural intimista, susurrante. ¡Un momento de confidencia!”
Me gustaría que me hablaras de tu proceso de trabajo. No sé si sueles trabajar con algún boceto previo… “Si, antes de ponerme manos a la obra me gusta saber la ubicación de la pared, conocer la historia del lugar e investigar sobre pequeños detalles que den claves cuando el espectador observe la obra. Realizo un boceto que se suele ajustar en un porcentaje muy alto a lo que voy a pintar -nos cuenta Lula Goce-. Hay muy poco espacio a la improvisación. Suelo ir con los deberes hechos pero a veces te encuentras con sorpresas”.
¿Con que técnicas trabajas? Y ¿materiales? “Pintura plástica y espray. En cuanto a herramientas, brochas, rodillos y dependiendo de la pared (tamaño y estado) utilizo airless para proyectar la pintura”.
¿Hay algo nuevo en este sentido respecto a otros trabajos? “No especialmente. Pequeños detalles van cambiando en función de los materiales de la pared, de la perspectiva del espectador, incluso del tiempo que tenga para pintar el mural. Muchas veces hay que adaptarse a determinadas condiciones con las que no cuentas, pero lo ideal es tener todo bien atado”, asegura Lula Goce.
¿Qué dirías que es lo más difícil a la hora de enfrentarse a una fachada en blanco? “Los tiempos de intervención y el desafío físico que conlleva pintar un mural de grandes dimensiones. Es algo parecido a un deportista de alto rendimiento. Los viajes y el jetlag también es un condicionante acusado”.
¿Y lo más satisfactorio? “Creo que el contacto con el vecindario es fundamental y reconfortante. Que sientan como propia la obra me llena de satisfacción. Estar pintando en medio del campo sola se convierte en aburrido. Para eso ya tengo el taller”, nos confiesa Lula Goce.
¿Qué importancia tiene la colaboración con otras personas en la realización de trabajos de esta envergadura? “Trabajo sola en la parte creativa y me rodeo de profesionales cuando no puedo abarcar el proyecto por cuestiones de dimensión. Si es cierto que hay trabajos en los que la parte curacional o por parte de clientes hay una tutorización, pero siempre trato de llevarme a mi terreno la parte estética y no se pierda la esencia y estilo particular”.
En este sentido, cuéntanos algo del trabajo en Salorino, Cáceres. “Se trata de un encargo para el Ayuntamiento de Salorino dentro del proyecto de visibilidad del área protegida del Parque Natural Tajo Internacional -afirma Lula Goce-. Es una llamada a la preservación de espacios de especial interés por su fauna y flora. Es un proyecto muy impactante puesto que hemos intervenido una plaza incluyendo las fachadas que la circundan”.
¿Qué dirías que caracteriza tus trabajos en la calle? “La manera en que interactúan con el entorno. Cómo combinan con los edificios que lo rodean”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Acabo de realizar una exposición para la Galeria Dupla y vamos a inaugurar el taller en el que trabajo después de dos años de estar en él para presentarlo al público. De cara al año que viene ya hay encargos, pero prefiero guardar la sorpresa”.
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