Cómic
Julien Lambert nos guía por la ciudad de ‘VilleVermine’

‘VilleVermine’, una ciudad sucia, inmunda… Una ciudad de pequeñas estafas, de pequeños negocios, en la que delincuentes y perdedores repiten una y otra vez la misma escena. Jacques Peuplier, un duro investigador privado, lidera una caótica investigación sobre la desaparición de la hija de la reina del inframundo, con la ayuda solo de objetos como compañeros, cuyas voces es lo único que puede oír… y con los que conversa. Durante su viaje se enfrentará a un ejército de aviadores pilotados por un científico loco, encontrará el refuerzo inesperado de un pequeño niño de la calle (acompañado de su gato Mauvais-Poil), se enamorará, será perseguido, golpeado por unos hermanos desagradables y unos extraños bichos le harán la vida imposible. Con estas palabras la editorial Nuevo Nueve nos presenta este trabajo de Julien Lambert. Con él hemos hablado un poquito más sobre este cómic.

¿Cómo nació este proyecto? “El comienzo fue mi proyecto de fin de carrera para la Escuela de Arte y Diseño ESA Saint-Luc de Lieja (Bélgica). Pasaron unos diez años entre esta primera versión escolar y la publicación del libro en 2018”.
¿Qué encontramos en este libro? “La historia se desarrolla en un pueblo imaginario llamado VilleVermine, una especie de «Ciudad Gótica» belga, inspirada en Lieja -nos cuenta Julien Lambert-. Trata sobre un hombre llamado Jacques Peuplier, quien tiene un poder especial: puede oír la voz de objetos inanimados y también hablar con ellos. Gracias a esta habilidad especial, es una especie de detective privado, especializado en encontrar objetos perdidos o robados. Pero la historia se descontrola cuando tiene que lidiar con otros humanos… Eso le supone un problema. Obligado a encontrar a una niña desaparecida, debe asociarse con un niño y un gato, y juntos se enfrentarán a un científico loco y a una especie de zombis voladores…”.

Cuéntanos algo sobre las ilustraciones. “Me influyó mucho el trabajo de Mike Mignola, Taiyo Matsumoto y Nicolas De Crecy. También me influyen las películas de Jean-Pierre Jeunet, Marc Caro y Guillermo Del Toro. Me interesa el expresionismo y le doy mucha importancia a la forma en que se mueven mis personajes”, asegura Julien Lambert.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Lápiz, tinta china y Photoshop (para los colores)”.

¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? “Fue mi primer libro como guionista. Escribí varias versiones del guión, luego tres versiones para el storyboard. Después, dibujé a lápiz y entinté de forma tradicional. Y finalmente, coloreé por computadora con la ayuda de amigos y mi novia para los colores. Me llevó más de tres años escribir esa historia (inicialmente publicada en dos libros)”, afirma Julien Lambert.

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “VilleVermine ya es una serie, y estoy trabajando en una nueva historia, la tercera. Pero voy con mucho retraso…”.
Cómic
Léa Mazé y ‘Elma, una vida de osa’

Elma y Papá Oso tienen que marcharse. Dejar su hogar en el bosque y lanzarse a un largo y arriesgado viaje del que Papá Oso no quiere desvelar ni el destino ni el motivo. Para Elma, una niña humana temperamental y cariñosa de casi ocho años criada desde bebé por el animal, el viaje es un misterio y solo sabe que irán lejos, muy lejos. El oso, en cambio, es plenamente consciente de que tiene que disfrutar de estos preciados momentos, ya que son los últimos juntos. Aceptó una misión hace siete años y ahora tiene que “devolver” a la pequeña humana. ¿Por qué razón? ¿Y por qué parece que el mismísimo bosque no quiere que padre e hija consigan terminar el viaje?
Los caracteres de los dos miembros de esta familia muy unida chocan a lo largo de un peligroso recorrido hacia el destino de Elma, recordando por momentos al Libro de la selva. La ternura y el suspense están presentes en cada una de las páginas de esta historia de Ingrid Chabbert, creadora de un relato iniciático que aborda cuestiones como la madurez, la resiliencia y el luto. Vuelve a impactar el colorido trabajo de la talentosa Léa Mazé, autora completa de la trilogía Los Muértimer (Astiberri, 2021-2022), ganadora entre otros galardones del premio al mejor cómic infantil ACBD (Asociación de periodistas y críticos de cómic de Francia). Con ella hemos charlado un poco más sobre su trabajo en ‘Elma, una vida de osa’.

¿Dónde está el origen de este proyecto? Léa Mazé: “El proyecto nació en 2016. En ese momento, solo había publicado un cómic; yo estaba apenas empezando. Un día recibí un correo electrónico de Ingrid, a quien todavía no conocía personalmente, quien me ofreció el guión de Elma. ¡Me sentí muy halagada y emocionada de que ella pensara en mí para esta historia! Además, los planetas estaban alineados: estaba haciendo las maletas para irme a Quebec durante varios meses. Así que pude inspirarme en los fabulosos colores del otoño y los paisajes canadienses para crear los decorados”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Los lectores encontrarán dos personajes extremadamente entrañables: Elma, una pequeña y alegre humana del bosque, y su Papá Oso, un oso gruñón con un corazón tierno. Ambos se embarcan en un viaje lleno de obstáculos, donde vemos florecer su hermosa relación padre-hija. Es una historia llena de aventuras, secretos, peligros, pero también llena de ternura, emoción y amor”.

¿Qué te pareció la historia de Ingrid la primera vez que la leíste? “Me encantó inmediatamente la atmósfera del bosque y los personajes -nos cuenta Léa Mazé-. En sus diálogos, Ingrid logró destilar una vivacidad y una complicidad loca entre Elma y Papá Oso, lo que me permitió visualizar inmediatamente los dibujos, los escenarios, las miradas. ¡Fue una historia hecha para mí!”
¿Qué hay de Léa en el personaje de Elma? “Al igual que Elma, me encanta la naturaleza y es en el bosque donde mejor me siento. Por otro lado, cuando era pequeña era muy tímida y tenía miedo de todo… ¡así que Elma es demasiado atrevida para mí!”

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Antes de empezar a dibujar, paso mucho tiempo recopilando documentación, haciendo bocetos de los personajes e investigando los escenarios. ¡También hice muchas pruebas de herramientas, técnicas de color, pinturas, papeles varios y variados antes de encontrar la técnica final!, asegura Léa Mazé.



¿Qué dirías que tienen de característico de tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “Elma, una vida de oso” es la primera tira cómica que he creado íntegramente con pintura. Descubrí lo mucho que me encantaba pintar y lo mucho que esta técnica daba vida a mis dibujos. ¡Aprendí y mejoré mucho con este libro y cambió mi visión del dibujo para siempre!”
¿Qué nos puedes contar del uso del color? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Como era mi primera vez trabajando con pintura, no tenía mucha confianza. Entonces encontré una técnica para tranquilizarme: pinté las páginas de Elma sobre papeles de colores (papel amarillo para el atardecer, azul para las escenas nocturnas, gris para los días de lluvia, etc.). Así que tuve una base desde la cual trabajar para crear el ambiente de iluminación que quería. Antes de empezar a pintar, siempre hacía un boceto rápido de los colores en la tableta, lo que me permitía saber hacia dónde iba. Luego agregué las áreas planas en gouache, las texturas en lápiz de color y los detalles y contornos en tinta”, afirma Léa Mazé.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Con Ingrid tuvimos la suerte de encontrar inmediatamente un editor que se enamoró del proyecto. Entonces fue todo un reto, porque al mismo tiempo estaba dibujando la serie “Los Muértimer”. Además, los dos volúmenes 1 fueron publicados el mismo día en Francia (en Francia Elma fue publicada en dos volúmenes, unidos en un solo volumen integral en la edición española de Astiberri). Así que fui pasando de un álbum a otro, y no conté mis horas de trabajo… Aunque trabajé mucho, disfruté mucho dibujando y pintando esta historia, cada página era un nuevo desafío y una alegría absoluta de lograr”.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente estoy trabajando en un cómic en solitario que se lanzará en Francia en 2026. Por primera vez, me dirijo a un público adulto en una historia que combina ciencia ficción, road movies e historias íntimas. Sigue a un grupo de centenarios que descubren que son inmortales… pero que aún envejecen. Es una historia divertida y conmovedora a la vez, que me permite abordar muchos temas que me llegan al corazón. ¡Y como Elma, dibujo todo el álbum en papel de colores!”
Cómic
Javi Rey su trabajo más personal: ‘Le llamábamos Bebeto’

“Le llamábamos Bebeto porque todo el mundo le llamaba Bebeto y no nos importaba cuál era su verdadero nombre. No sabíamos gran cosa de él. Solo que era mayor que nosotros y que siempre estaba sentado en las gradas mirándonos jugar. Siempre estaba en las pistas. Siempre. Como las porterías o las rayas gastadas del terreno de juego. Como las flores que volvían a crecer cada primavera entre las grietas del cemento…”. Javi Rey nos presenta su obra más personal. Un emotivo drama costumbrista ambientado en el Baix Llobregat catalán. Todo un viaje en el tiempo cargado de nostalgia que nos habla del duelo y del paso de la infancia a la edad adulta. Un cómic que edita Norma Editorial y sobre el que hablamos un poquito más con Javi Rey en las siguientes líneas.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “En dos relatos que tenía escritos desde hace tiempo y que, a medida que fui madurando como narrador y ganando confianza en mí como autor completo, vi con claridad que podían dar forma a una historia más larga y compleja”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Dos veranos en la vida del narrador, Carlos, que desde su edad adulta recuerda esa etapa vital desde cierta culpa por cómo se comportó en su relación con Bebeto, un personaje con una sensibilidad especial que no encaja en el contexto en el que vive, los años 90 de una ciudad de extrarradio de Barcelona -continúa Javi Rey-. Carlos quiere crecer antes de tiempo y se siente atrapado y sin alternativas a una sensación que empieza a invadirle: mi futuro está decidido por el hecho de haber nacido aquí. En el fondo, cada vez pienso más que la historia trata de la búsqueda desesperada de referentes de un chico que sabe que quiere otra cosa, pero nadie le ha mostrado el camino a algo diferente nunca”.

¿Qué hay de Javi en toda esta historia? “Me baso en mi infancia, en el contexto en el que crecí y en emociones que yo mismo he vivido. Pero es solo el punto de partida necesario, o que yo vi necesario, para atacar mi primer libro con guión y dibujo. Todo lo que sucede es pura ficción”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Muy fácil. Me he dejado llevar por aquello que me salía natural y, al trabajar en una época vivida por mí, he tirado mucho de memoria visual”, nos cuenta Javi Rey.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Es difícil para mí responder a este pregunta. Pero sí puedo decir que es un libro en el que el aspecto gráfioa ha salido de forma muy natural y sin forzarlo”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Siempre trabajo con tableta gráfica, dibujo digital”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Sigo las pautas tradicionales: escritura, story, dibujo y color. Quizá lo más destacable es lo que he comentado antes, que todo nació de dos relatos terminados y escritos con pretensión de ser relatos, no guiones. Luego, es cierto que en todas las fases, incluso en la de color, y aunque el guión estuviera ya hecho, he retocado diálogos o voz en off para ajustarlos cada vez más a lo que quería. El proceso de reescritura ha sido enorme”, asegura Javi Rey.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy dibujando una historia escrita por José Louis Bocquet, guionista francés, que fue antes mi editor durante muchos años en la colección Aire Libre de Dupuis. Es un libro para Dargaud Benelux y se trata de una adaptación de una novela de George Simenon. Saldrá el año que viene, para Angulema, creo en el mercado franco-belga”.
Cómic
Emma Ríos nos cuenta lo que hay detrás de ‘Anzuelo’

Al principio eran solo tres. Nubero, Lucio, Izma. Al principio, eran niños. La mar se había alzado, mostrando en todo su esplendor el poder y la complejidad que hasta ahora ocultaba en sus profundidades. Tres niños a la deriva, perdidos en los cambios físicos y mentales causados por la tragedia, que encuentran un vínculo en las mareas y en su deseo de no dañar a ningún ser vivo.
A través de unas virtuosas acuarelas cuyos colores transitan entre el amanecer y el atardecer, Emma Ríos lleva al lector a la orilla del mar para observar una historia de eco-horror postapocalíptico en la que la belleza y lo extraño se entrelazan. Los cuerpos de sus protagonistas, que se van diluyendo como la luz de la acuarela, van perdiendo su forma humana, a la vez que perdura una humanidad empática como única respuesta a una sociedad despojada de futuro. Con estas palabras la editorial Astiberri nos presenta ‘Anzuelo’, un cómic sobre el que pudimos hablar con Emma en Angulema, y estas son algunas de sus reflexiones en torno a este trabajo.

¿Cómo nace el proyecto de Anzuelo? “El proyecto de Anzuelo nace hace bastante tiempo ya. Hacía tiempo que quería hablar un poco de lo que es el mar desde mi punto de vista. De una persona que ha vivido bastante en contacto con él en Galicia. Y que siempre le ha interesado mucho lo que es el folclore, el terror, toda esta morriña, toda esta idea de, no sé, lo que sentimos nosotros por eso allí. Y al mismo tiempo tratar de convertirlo como en un pequeño cuento de terror y de tristeza, ¿no? Y de esa melancolía, que es bastante típica de mi propia cultura”.
“Llevaba tiempo pensando en escribir una carta de amor al mar y ha dado muchas vueltas. Y cuando acabé el último volumen de ‘Bella Muerte’ en 2020, vi la oportunidad, en el ecuador de mi carrera, y tomé la decisión de que quería realizar, de que tenía la posibilidad, de realizar un libro con plena libertad, ¿no? De tiempo, de espacio, etcétera. Para ver un poco en qué punto me encontraba yo como creadora. Y aunque quizá no contaba con que fuese un proceso tan largo, y que me fuese a llevar tanto tiempo, pero estoy bastante orgullosa de haberlo hecho”, nos cuenta Emma Ríos.

“Realmente ha sido un proceso bastante complejo, porque estaba desarrollando una distopía y había otra llamando a la puerta. Entonces, digamos que esto se solapó con lo que fue todo el tema de la pandemia. Y emocionalmente fue bastante duro para mí, pero por otro lado también era un refugio en el que meterse. Eso, en la situación vital en la que me encuentro, a mis cuarenta y bastantes, pues también he tenido que pasar como por varias pérdidas importantes. Digamos que todo eso como que ha sido bastante catárquico para lo que es el desarrollo y los cambios que se han producido en el libro en un proceso tan largo. Pero bueno, ahora lo veo y lo veo casi como una fotografía de un momento vital importante para mí y también como una fotografía de mi propia capacidad como autora que quiero poder superar en proyectos futuros”.

Comentabas que ‘Anzuelo’ es tu carta de amor al mar. “Sí, es una carta de amor al mar y es un cuento que habla mucho sobre la violencia. Se ha descrito como una especie de oposición a ‘El señor de las moscas’, como una idea lovecraftiana de ‘El viejo y el mar’ de Hemingway, pero digamos, eso es un poco lo que dice la gente. Yo en realidad lo que quería hacer era reflexionar sobre temas que a mí me preocupan, como lo que es la trivialización de la violencia en ficción o incluso en el mundo real, o ese abandono al nihilismo barato de que está todo hecho polvo, pero da igual, la gente de mi generación, nosotros no lo vamos a ver, y pensar un poco en realidad qué ocurre con la gente que queda atrás, con nuestros sobrinos, con nuestros hijos o lo que sea, qué ocurre para ellos, aunque realmente sigue siendo importante, aunque tú no vayas a ver este colapso”, afirma Emma Ríos.

“No es que pretendiese dar un mensaje ecologista, pero sí que hay un trasfondo de preocupación absoluta sobre la situación que estamos viviendo en general, tanto a la falta de educación en el humanismo, estamos demasiado obsesionados y agobiados por las consecuencias del capitalismo, nuestro curro, la situación económica, en general, las continuas crisis sucediendo, al mismo tiempo la crisis climática y toda esta desesperación, tratar de que haya una idea de esperanza, porque en realidad los seres humanos no tienen por qué recurrir a la violencia frente a una situación desesperada necesariamente, que tenemos un arma importante que es la empatía y que hay que aprovecharla para salir adelante. Incluso yo que sé, viendo por ejemplo imágenes hace poco de toda la desgracia de Valencia, de la Dana, de ver dos personas que se salvan una a otra y se dan un abrazo, que toda esa pureza para mí es súper válida y me interesa mucho, y realmente a mí me da ganas de vivir y de seguir adelante. Entonces quizá esa es una de las reflexiones y algunas de las ideas que yo pretendía defender, que en el fondo es mi propio pensamiento”, asegura Emma Ríos.

¿Con qué técnicas has trabajado? “He trabajado con acuarela, es una técnica en la que he trabajado a mano, son todo originales físicos, luego lo que he hecho es escaneado, he retocado los colores para que se parezcan a los originales, porque es una técnica muy difícil de reproducir y tal, pero he tenido mucha suerte con las imprentas. Es un trabajo bastante complicado, pero la acuarela era importante para la configuración de la atmósfera del libro, también el agua es un tema importante en el libro, entonces me interesaba mucho esa falta de control sobre todo. Evidentemente yo acabé siendo bastante mejor acuarelista al final de cuatro años, pero ha sido un proceso de aprendizaje brutal, he probado distintos papeles, distintas acuarelas, distintas técnicas, entonces ha sido como un proceso de aprendizaje propio que ha sido también muy interesante”

“Y ahora -continúa Emma Ríos-, viendo el objeto creo que ha merecido la pena, a pesar de todo el sufrimiento, repetir páginas, etc., repetir viñetas y tal, creo que ha merecido mucho la pena y me parece que como objeto, a pesar de que yo vea todos los errores y tenga mis dramas personales, creo que ha quedado bastante bello y me gusta mucho”.
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