Connect with us

Entrevistas

Miradas. 5 años de Mazoka en Vitoria-Gasteiz

Published

on

[cmsmasters_row data_shortcode_id=»ihnahi887c»][cmsmasters_column data_width=»1/1″][cmsmasters_text]

Increíble, organización maravillosa, buen ambiente, contacto con otros y otras profesionales, feedback de tu trabajo,… Así definen su experiencia las personas que han participado en alguna de las primeras cuatro ediciones del Mazoka, el Mercado de Dibujo e Ilustración de Vitoria-Gasteiz. Sus puertas se vuelven a abrir en unos días. Llega el quinto aniversario de este interesante encuentro, que entre el 20 y el 22 de diciembre llenará el Centro Cultural Montehermoso de actividades. Pero además este año se suman otros espacios: el Palacio Villasuso, el BIBAT, Museo de Arqueología y Naipes Fournier, las librerías Zuloa y Mara-Mara y la Sala de Conciertos The Garage.

 

Retrocedemos en el tiempo a los inicios del Mazoka, y visitamos sus diferentes ediciones a través de los ojos y la experiencia de algunos y algunas de las mazokalaris que han participado desde 2015 en este Mercado de Dibujo e Ilustración. “Mi experiencia en Mazoka, las dos veces que he participado, han sido increíbles. La maravillosa organización es lo que más destaco, forman un equipo que lo da todo, se dejan la piel en que lo tengamos todo cubierto y con mucho mimo. El feedback con el público sería lo segundo que más me gustó. Acostumbrada a estar sola en mi estudio e interaccionar con él sólo a través de las redes, sentir sus miradas de asombro, sus palabras de reconocimiento, su calorcito, se convierten en una gran motivación para seguir dibujando”. Son las palabras de Natalia López de Munain. Ella participó como mazokalari en la primera edición del mercado, y repitió el año pasado, en la cuarta. “La primera vez, como gran novata, fui con todo originales y la acogida, sorprendentemente, fue brutal. Recuerdo que vendí un dibujo de 50×60 antes de colocarlo en la mesa. No llevé tarjetas (las hacía a mano en el momento si me las pedían), ni reproducciones, ni bolsas, ni página web, ni blog….nada de nada…”, nos cuenta. Natalia ahora está metida de lleno en un proyecto que se llama ‘miss rayas’. “Retrato a gente metamorfoseándola. Para hacer la transmutación les paso una batería de preguntas que comienzan con un «y si fueras…» un animal, una flor… una vez recogida la información, doy forma al retrato introduciendo elementos que definen a la persona, creando una obra que va más allá de un mero retrato. Por otro lado sigo haciendo obra propia y preparo exposición para el año que viene”.

 

Con Natalia coincidió en la primera edición la ilustradora Yolanda Mosquera. Esa ha sido su única participación como mazokalari en el mercado, aunque también está detrás de la imagen gráfica de la edición de 2017 del Mazoka. Yolanda recuerda aquella primera edición “con los nervios e incertidumbre de lo que se estaba fraguando. Recuerdo con mucho cariño el éxito de público, el ambiente distendido con la música en directo y el espacio tan bonito. También recuerdo los momentos compartidos con los compañeros, en los momentos de descanso. Para mi lo mejor fue el cuidado de la exquisita organización, que además hizo que me sintiera apreciada y partícipe de un evento tan especial”.

 

En su rinconcito en la primera edición del Mazoka encontrábamos prints, algún calendario y libro. “Al ser la primera edición todo lo preparé con mucha inocencia y sin grandes pretensiones, porque no sabía lo que iba a pasar ni la repercusión que tendría, pero recuerdo colocar la mesa expositiva con mucho mimo e ilusión -confiesa Yolanda-. Y nervios, también. Ahora, viendo la repercusión que tiene, tendría otra estrategia”. Yolanda ha trabajado este año sobre todo para instituciones, y en breve se publicará un librito ilustrado para el Departamento de Restauración de la Diputación Foral de Álava. “Tengo algún proyecto de álbum ilustrado a la vista súper emocionante y estoy preparando una exposición que presenta mi trabajo como oficio. Por lo demás, siempre con los proyectos personales y los encargos del día a día”.

 

El éxito de la primera edición desembocó como no podía ser de otra manera, y gracias al gran esfuerzo de la organización, en la segunda edición del Mazoka, en diciembre de 2016. Esa segunda edición fue la primera experiencia de Celsius Pictor en el mercado. “Mi experiencia en el Mazoka siempre ha sido una maravilla (repitió también en la tercera edición). Desde la organización, que vela porque no te falte de nada y estés a gusto, hasta la propia ciudad que me tiene enamorado desde el primer año que fui. Mi primer Mazoka fue en 2016, el segundo año que se organizó, y era mi tercer mercado de ilustración. Recuerdo que además de disfrutar de Vitoria, que estéticamente me recuerda mucho a mi Ourense natal, me sorprendió la afluencia de público y el interés de la gente. Hice algunos amigos y en general lo disfruté. Volví el año siguiente, en 2017, por la buena experiencia vivida”.

 

Esa segunda edición del Mazoka fue también destacada para Celsius Pictor porque para el evento inició su colección de porcelana. “Para aprovechar que iba al mercado a llevar mis animales mecánicos, probé a aplicar mis ilustraciones en algunas piezas de porcelana en el horno de una amiga y su éxito en Mazoka hizo que lleve desde entonces metido en ello. Vendí todas las piezas el sábado, así que me hace ilusión pensar que mis primeras porcelanas están repartidas por hogares de Vitoria”. Actualmente está trabajando mucho con marcas de moda de fuera de España, aplicando sus ilustraciones a campañas y productos. “Además para Bolonia del año que viene publicaré un libro ilustrado con la editorial Thule que va a ser un bombazo porque es espectacular. Y mientras, mi marca paralela de porcelana ilustrada ha ido creciendo, aumentando las piezas y desarrollando su propia identidad y a partir de esta navidad se va a hacer más grande y con posibilidad de hacer encargos. Este año he creado varias piezas para el Orgullo por encargo de un hotel rural y estoy creando varias piezas como regalo de boda, así que el universo de Monsterkompendium que estaba en pañales en el primer Mazoka está ahora en plena preadolescencia”.

Con Celsius coincidió en la segunda (2016) y tercera edición del Mazoka (2017) la ilustradora Calle. “La primera vez que participé en el Mazoka era también la primera vez que participaba en un mercado de ilustración de estas características, y recuerdo que fue una experiencia muy emocionante. Viajaba sola y no conocía a nadie. No sabía qué podía pasar. Lo mejor sin duda fue conocer a tantas compañeras y compañeros de profesión y hacer piña como colectivo. Compañeras con las que colaboré en proyectos posteriores como Vireta o Pili Aguado”.

En su primera participación expuso sobre todo originales y prints. “En aquella ocasión estaba experimentando. No tenía un registro de ilustración marcado y estaba empezando a familiarizarme con la acuarela y la tinta. También probé con la ilustración aplicada a objetos como puzzles de madera pintados a mano”, nos cuenta Calle.

Ahora Calle sigue experimentando en otros medios. “Soy una persona que se ahoga en su círculo de confort, necesito constantemente aprender y probar cosas nuevas. Mi primer objetivo fue especializarme en la acuarela y la tinta, y ahora que me manejo bien en técnicas tradicionales, me estoy centrando en la edición de vídeo y la animación”. En la tercera edición, Calle coincidió con Elena Odriozola, Premio Nacional de Ilustración en 2015. “Sobre todo tengo un recuerdo por comparación -nos cuenta Elena-. Antes de ir, recuerdo pensar que sería duro estar tantas horas seguida… y que luego no se me hizo pesado en absoluto, se pasó sin sentir. También recuerdo pensar que me daría vergüenza estar de cara al público y vender… al final fue todo lo contrario, lo disfruté mucho. Fue un poco como jugar a las tiendas. Me gustó mucho el ambiente que había, hablar con los que se paraban en el puesto, el resto de participantes, la parada para el café… todo son buenos recuerdos”.

En el stand de Elena en 2017 había sobre todo impresiones digitales de muy buena calidad, algunos dibujos originales, serigrafías, una pieza de madera para montar y ejemplares de la revista ¡La leche! Ahora Elena Odriozola está ilustrando un texto de Clarice Lispector para la editorial Nórdica y “dando vueltas a un cartel”. Aparte de eso, “el resto del tiempo se lo dedico a la editorial que he creado junto a Gustavo Puerta Y Marta Ansón: Ediciones Modernas el Embudo”. En esa tercera edición, la de 2017, junto a Celsius Pictor, Calle y Elena, estaba Juanjo Gasull. “Mi paso por el Mazoka ha sido quizá de los viajes relacionados con la ilustración que más me ha influido a nivel personal. Quizá sea por las grandes amistades que se han generado estos dos años o también por el buen rollo que se vive en la ciudad durante esos días”, nos cuenta. “Creo que explicar lo mejor del Mazoka es complicado. Una organización de oro y un entorno totalmente enigmático te obliga a que desciendas hasta las profundidades de un antiguo deposito de aguas de la ciudad, para vender ilustraciones y arte la semana previa a las Navidades. La combinación perfecta”. “La primera vez que llegue a Vitoria, acababa de terminar mis estudios y estaba enfrentándome al mundo laboral con mis primeros encargos y publicaciones”, confiesa Juanjo. “Me pareció fantástico poder conocer a gente que del mismo modo y desde puntos muy distintos al mio, se dedicaban a lo mismo que yo. Quise ser ambicioso como cualquier novato y llevé de todo. Muchas láminas y también algunos muñecos que por aquel entonces estaba haciendo en un taller fallero utilizando mis ilustraciones. También camisetas y algunas lámparas que hice ilustrando botes de cristal. Y un proyecto de libro ilustrado que mi pareja y yo estábamos haciendo por aquel entonces”.

Juanjo repitó en la cuarta edición, la pasada, en 2018. “El segundo año mi trabajo estaba dirigiéndose hacia otra dirección pero sin perder la línea de ilustración conceptual. Este segundo año llegué con un trabajo mucho más profundo y dado a la reflexión, elegancia y estética. También llevé algunas camisetas con una ilustración muy concreta que funcionaron a la perfección. Preferí llevar menos cantidad, pero con la lección aprendida del primer año de lo que podía o no funcionar.” Desde principios de año Juanjo está representado por la agencia Colagene Creative Clinic, con sede en París. “Ellos en cierta manera están haciendo que mi trabajo esté madurando y cobrando presencia a un ritmo mucho más rápido de lo normal. Trabajando para medios editoriales y prensa, aprendes a ser rápido y a solucionar problemas de una manera casi instantánea. Pronto publicaré en mis redes sociales uno de los mejores proyectos que he realizado hasta el momento, consta de 4 portadas de sección para la revista francesa del Centro Nacional de investigación científica o CNRS”.

Con Juanjo coincidió en las ediciones de 2017 y 2018 la ilustradora Bea Enríquez. “Cualquiera de las ediciones del Mazoka en las que he estado, me he encontrado como en mi casa. Recuerdo días agotadores, pero llenos de conversaciones con la gente que pasaba por allí, con personas interesadas en tu obra y en seguir tu trayectoria, comprando las cosas que haces y aguantando la enorme cola para poder entrar al recinto donde estábamos todos los compañeros”, recuerda Bea. “También recuerdo en la segunda edición en el 2018, primer día sin dormir (rematando últimos detalles) y viaje desde Madrid. ¿Cómo aguanté despierta? Yo creo que por la gente y el movimiento del primer día, montar el puesto y organizarte con todo el material. Toda la organización del Mazoka siempre me ha parecido de 10, mucho cuidado hacia nosotros por parte de todo el equipo y la información de todo el funcionamiento siempre bastante clara. Un dato importante para mi es el coste de este Festival y las facilidades que te ofrecen como mercado, con una tarifa bastante asequible sin ser el negocio que se han convertido muchos eventos de este tipo”.

“La segunda edición en la que particié (2018) la recuerdo con especial cariño porque varios compañeros hicimos piña, cada uno veníamos de una parte de España y hasta de otros países. Mucho intercambio de obra y mucho apoyo para poder descansar durante las jornadas. Una maravilla. Además desde mi stand, pude hacer el llamamiento de la presentación en la librería Mara-Mara de mi Novela Gráfica premiada ese mismo año ‘¿Dónde estás?’, XI Premio Internacional Fnac-Salamandra Graphic. Fue un éxito porque gran parte de la gente que pasó por el Mazoka, después se desplazó a la presentación”. En su primera edición, en 2017, llevó láminas impresas de exposiciones anteriores celebradas en Madrid, junto con sus cuentos-caja, y “algún experimento que me gustaba siempre llevar y ver cómo reaccionaba el público. Experimentos que te ayudan a tener más información sobre el impacto de lo que creas en los demás. Otra maravilla”.

“Ahora estoy escribiendo la segunda parte de ‘¿Dónde estás?’ y mientras tanto moviendo nuevos proyectos de Cómic adulto y para niños con intención de publicarlos en Francia y EEUU. Por cierto, el año que viene en el mes de enero ‘¿Dónde estás?’ llegará a las librerías en Francia, publica Editorial Cambourakis. También estoy actualizando mi página web junto con la tienda online y como siempre, dándole vueltas a la cabeza para crear cosas nuevas. A fin de cuentas, un no parar constante y necesario para seguir desarrollando nuestra obra y crecer hacia nuevos lugares.”. El año pasado en Mazoka también estaba Patricia Gutiérrez, aunque al contrario de Bea, esa era su primera participación. “La experiencia fue muy positiva. El evento tiene una organización estupenda y eso se nota. Nos acogieron muy bien y en todo momento estuvieron pendientes de nosotros. Poder compartir momentos con otros ilustradores fue igualmente muy positivo, en general el ambiente era genial y los compañeros estupendos. Desde mi punto de vista es necesario para nuestro trabajo salir un poquito de la cueva y poder compartir espacios y opiniones con otros compañeros. Para mi lo mejor fue el público que acudió al evento, gente muy interesada y respetuosa con el trabajo que llevaba y muy amable. También me encantó conocer a Noemí Villamuza a la que admiro mucho y que es una persona maravillosa”.

En el rinconcito del Mazoka de Patricia encontrábamos diversas ilustraciones originales enmarcadas y sin enmarcar, láminas de varios formatos, tazas decoradas con sus personajes y ejemplares de uno de sus libros, «Me das un beso». “También conté con unas lámparas hechas con material reciclado para iluminar el puesto que mis hermanos fabricaron y que agradaron a bastante público. Y por supuesto a mi marido y a mi hijo, que disfrutaron un montón”. Ahora Patricia está tomándome un descanso debido a su segunda maternidad. “Junto con la crianza de mi hijo de 2 años, ocupa todo mi tiempo. Quiero pensar que este reposo me hará ver las cosas con perspectiva y coger impulso para retomar este trabajo, que me encanta”.

Como decía Patricia, en la cuarta edición coincidió con Noemí Villamuza. Para Noemí “participar en el Mazoka tiene mucho encanto, de repente eres parte de un colectivo en el que se mantiene la singularidad pero predomina el equipo. Imagino que esto es por el espíritu de sus organizadoras, yo me sentí parte de una comunidad de artistas. Lo mejor fue reflexionar sobre mi propio trabajo a partir de lo que el público comentaba, porque estás allí, en una tiendecita sin puertas, y desprovista de palabras, de guión… de la historia que estructura tus imágenes habitualmente. Vender ilustraciones originales fue un gesto muy liberador”.

“En la edición pasada, llevé una tela roja sobre la que resaltar mis dibujos de grafito sobre fondo blanco, y acompañaban para dar ambiente, algunos pequeños objetos fetiche, que forman parte de mi estudio, una muñeca Heidi, cajitas, muebles diminutos, lápices, hojas secas…”.
Ahora Noemí está ilustrando un proyecto editorial literario y otro musical, “no puedo contar gran cosa todavía, salvo que son trabajos dirigidos a la infancia, que verán la luz en primavera, espero que transmitan el humor y la sensibilidad de quienes los han creado”.

En la última edición, junto a Patricia y Noemí, también estaba Luis F. Sanz. “Recuerdo la experiencia con bastante cariño y extremadamente positiva. Es difícil seleccionar lo mejor porque fueron muchas cosas, sin duda la organización: la atención y trabajo de Marta y compañía. También destacaría el espacio y el ambiente”. Era su primera vez en Mazoka, y llevó ilustraciones originales de un proyecto personal de Humor Gráfico llamado «Oscuras Razones. Razones Métricas», un par de publicaciones y algunos prints.

Actualmente Luis está realizando un par de libros para Anaya que aparecerán el próximo año y otros libros para el mercado americano. “También estoy con un proyecto de cómic que espero publicar el próximo año e ilustraciones varias para clientes diversos”. Junto a Patricia y Luis, Sara Betula también participaba por primera vez en la pasada edición, en diciembre de 2018. “Es un festival que seguía desde sus inicios porque como ilustradora me  parecía muy interesante. Mazoka ha sido una experiencia increíble, una oportunidad que pude disfrutar a tope, ¡me traje mucho más de que lo que lleve! Fue la primera vez que participaba en un mercado de este tipo y me sorprendió gratamente las redes que pude crear con mis compañeros. Lo mejor de Mazoka es sin duda acercar la ilustración a un público receptivo, involucrado y con ganas de conocer, todo esto gracias a una organización que cuida todos los detalles”.

Sara trajo al Mazoka mucha ilusión. “Ilusión en forma de láminas de la colección “Animales Singulares”, cuadernos cosidos a mano, chapas donde se podían apreciar las siluetas de algunos de mis dibujos, ilustraciones originales de pequeño formato y piezas únicas de cerámica en forma de platos, tazas o lámparas de la serie “COSMOS”. En estos momentos Sara está trabajando “en la nueva imagen de BAFFEST 2020 (Barakaldo Foto Festival) como ilustradora en mi faceta más gráfica, además de dos álbumes ilustrados que próximamente verán la luz y como colofón a este año inauguro en diciembre una exposición en Palencia (El Cafetín) donde di a conocer mi primeras obras”.

[/cmsmasters_text][/cmsmasters_column][/cmsmasters_row]

Continue Reading

Álbum Ilustrado

Matthias Picard y las tres dimensiones de ‘Pataslargas’

Published

on

Matthias Picard

Ponte las gafas 3D y sigue a ‘Pataslargas’ en su viaje al interior de la tierra, recorriendo simas calcáreas y bosques de cristal y enfrentándote a murciélagos, tormentas abisales y la inagotable belleza del inframundo. Una cuerda sobresale de la superficie del agua. En su bote, un misterioso ser, llamémoslo Pataslargas, lo agarra para ver adónde lo lleva: a una isla. Atraca y sigue ese hilo de Ariadna, que lo conduce a las profundidades de la tierra. ¡Cuántas maravillas! ¡Qué espectáculo! Matthias Picard nos ofrece una nueva y espléndida aventura en 3D, esta vez fotografiando los sublimes paisajes que se esconden bajo nuestros pies, en un libro que edita Fulgencio Pimentel.

Matthias Picard

¿Cómo surgió este proyecto? «Todo comenzó en otoño de 2020. Realicé una residencia artística en Pont-du-Fossé, en la región de los Altos Alpes, rodeado de árboles y montañas. Justo después de la pandemia de COVID-19, me emocionó poder ir a investigar en la naturaleza. Al pasear libremente, me fascinaron las setas que brotaban del suelo y las diminutas cosas que veía a mis pies. Esto me inspiró a explorar este mundo macroscópico en 3D. En la biblioteca me prestaron una cámara digital y, utilizando las imágenes que tomé durante mis paseos, incorporé a mis fotografías a este personaje, que ya existía en mis cuadernos. Al mismo tiempo, sentía un gran deseo de recrear una cueva y comencé a hacer maquetas de yeso. De vuelta de la residencia, continué el proyecto sin tener ni idea de la historia, y me equipé comprando una cámara y un objetivo macro. También encontré un taller, un lugar ideal para hacer maquetas».

Matthias Picard

¿Qué encontraremos en las páginas de este libro? «Morfológicamente, ‘Pataslargas’ (Jeanjambe) es el opuesto de Jim Curious, el protagonista de mis primeros libros en 3D. Le puse ese apodo porque era una figura de alambre, con dos piernas largas, dos brazos largos y una cabeza muy pequeña. Jim Curious, en cambio, es todo curvas, mucho más detallado, pero está creado principalmente con la técnica del raspado y se mueve dentro de un entorno dibujado donde los planos están recortados. En los volúmenes de un entorno fotográfico, parecería completamente plano. El dibujo de alambre se integra fácilmente en cualquier entorno. Con una línea, puedes recorrer cualquier espacio y crear una ilusión. La silueta de Pataslargas surge de esta idea de reducir una forma a la mínima expresión, de dejar que el dibujo emerja a través de la experiencia sin un plan predefinido. Con Pataslargas descubro el proceso al mismo tiempo que él, y veo adónde nos lleva», nos cuenta Matthias Picard.

Matthias Picard

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a la fase de investigación, la documentación, las pruebas, incluso los bocetos en una libreta… «No hay una fase de investigación seguida de una fase de producción. Como en Pataslargas, se trata de exploración. Con Pataslargas, por primera vez, también me interesé por los videojuegos. Juegos como Heart of Darkness, Limbo, Inside y Another World influyeron en mi concepción del movimiento y la circulación, especialmente en las ilustraciones a doble página. Adopté la idea de avanzar sin poder retroceder. Al darle este ritmo, la trama se sustituye por el viaje a través de diferentes atmósferas», continúa Matthias Picard.

«Las secuencias de escenarios crean la historia, pero para imaginar el significado de esta exploración, también necesitaba anticipar la puesta en escena de las fotografías. Dado que había realizado todos mis experimentos de forma independiente, imagen por imagen, finalmente decidí descartar todas las imágenes que había tomado en la naturaleza y crear todas mis fotografías en el estudio, diseñando mis instalaciones como lo había hecho para la maqueta de yeso de la cueva. Así que pasé a otra fase».

Matthias Picard

Cuéntanos algo sobre las ilustraciones. «La naturaleza sigue siendo mi principal fuente de inspiración. El erizo de mar, por ejemplo, fue uno de mis primeros experimentos. Al fotografiarlo, descubrí unas columnas gigantescas, imposibles de ver a simple vista. En las rodillas, añadí unos pequeños ojos al estilo de Miyazaki e imaginé seres diminutos e inmóviles, como los juguetes de la máquina de garras de Toy Story, que veneran la garra y celebran al elegido cada vez que uno de los suyos es atrapado. Todos nos detenemos frente a un árbol, un trozo de corteza, una nube, una piedra donde creemos reconocer un rostro, una forma. El dibujo comienza ahí, y muchas de mis imágenes juegan con este fenómeno de la pareidolia, que consiste en ver un símbolo en una imagen de la realidad -asegura Matthias Picard-. La fotografía captura estos efectos. Inicialmente, quería crear este libro con estas fotos tomadas en la naturaleza a escala de conejo, pero técnicamente es muy complicado homogeneizar el procesamiento y la iluminación. No logré establecer una conexión entre un mundo y otro, encontrar una lógica para organizar las imágenes. En el estudio, al tener control sobre lo que veo, me siento más cómodo como artista que crea sus imágenes y paisajes. Sin embargo, desde mis primeros modelos de yeso para la cueva, trabajé con bicarbonato de sodio para que el material adquiriera cierta elasticidad, permitiendo así cierta libertad creativa; no buscaba un efecto esculpido, un modelado demasiado liso».

Matthias Picard

Cuéntanos algo sobre la técnica utilizada en este libro. «El 3D mediante anaglifos es una técnica antigua, que data del siglo XIX. La conozco bastante bien porque ya he creado dos libros con este método: ‘Jim Curious: Viaje al corazón del océano’ y ‘Jim Curious: Viaje a través de la selva’. Hay que separar los planos, construyendo una imagen para el ojo izquierdo y otra para el derecho. Para este libro, añadí muchas otras técnicas, que fui aprendiendo sobre la marcha. Fotografía, escultura, modelado, …».

¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? «El proceso fue muy empírico. Experimenté mucho acompañando a Pataslargas en sus exploraciones y descubrimientos. Al principio, sentía una gran fascinación por las setas, las cuevas y la exploración subterránea. Para la ocasión, leí Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne, que me encantó. También me regalaron el libro del diseñador gráfico italiano Bruno Munari, «Desde lejos parecía una isla», que juega con la percepción en torno a un guijarro que, visto de cerca, se convierte en una montaña, una ciudad, una isla. Esto resonó con mi intuición y empecé a fotografiar los guijarros que tengo en casa -afirma Matthias Picard-. Después creé esta isla de guijarros con un mar de silicona. Para mí, un libro siempre es un poco como una isla esperando ser explorada. Partiendo de esta premisa, inicialmente quise agotar la imaginación colectiva, evocando la isla misteriosa, el volcán, la cueva, las calaveras que sugerían una presencia humana, el vuelo de los murciélagos, la escalera que conducía a un reino más fantástico con los cristales. Jugando con estos clichés, el lector se siente lo suficientemente seguro como para continuar el viaje».

Matthias Picard

«Siempre había soñado con crear cristales, pero al llevar a cabo este experimento, me topé con las limitaciones del proceso artificial. En la naturaleza, las rocas y los cristales son el resultado de procesos complejos, entrelazados y fascinantes. Necesitaba encontrar ejemplares reales. Serge Darpeix, organizador de los Rencontres du 9ème art (Encuentros del Cómic) en Aix-en-Provence, me había hablado de las colecciones del Museo de Historia Natural de la ciudad, que cerró en 2014. Me puso en contacto con el equipo de paleontólogos que aún trabaja en los depósitos, y me encontré ante esas colecciones almacenadas en cientos de cajas. Había minerales, conchas, corales. Con las conchas, se abrió una nueva puerta, trazando un nuevo camino. Imaginé un viaje que partiría de un entorno artificial, modelado con materia inerte, hacia la materia natural, cada vez más animada y viva, hasta llegar finalmente a la realidad. También juego con los materiales para crear sensaciones de aventura», asegura Matthias Picard.

«Lo que me interesa es ver aparecer imágenes que me sorprenden, no necesariamente crear las que tengo en mente. En Jim Curious, proyecté principalmente imágenes mentales. Con la fotografía, es todo lo contrario; soy el primero en ver los resultados, y eso a veces es engañoso: lo que conmueve a simple vista no necesariamente se traduce bien en una fotografía. Trabajo alternando entre la fotografía y el dibujo, entablando un diálogo entre ambos. Un reflejo en una roca inspiró la secuencia de relámpagos. Partiendo de las formas florales de la calcita, añadí pistilos. Lo importante es percibir cómo reaccionan los objetos y los materiales a la luz. Con el yeso, es obvio: demasiada luz y no se ve absolutamente nada. Para obtener fotos convincentes y poder reutilizarlas, hay que perfeccionar el juego de luces y sombras. La iluminación lleva casi más tiempo que la construcción de los decorados. Para crear mis paisajes, también hago montajes. En el ordenador, no me limito a superponer dos imágenes en azul y rojo para crear profundidad; combino varias fotos, añado un cielo…».

Matthias Picard

No es solo un libro, creemos que leerlo es una experiencia, un viaje… ¿Qué opinas? «El fenómeno de los espejismos siempre me ha fascinado; debí de descubrirlo en mi infancia con Tintín y el cangrejo de las pinzas de oro. La imagen del capitán Haddock creyendo ver una botella de champán en el desierto. ¡Impresionante! Cuestionar el espejismo significa, ante todo, intentar comprender cómo la imaginación proyecta significado sobre los fenómenos reales, cómo se crean los mitos y las historias a partir de la percepción de los fenómenos físicos. El espejismo sugiere esta ambivalencia entre realidad e imaginación, el placer de la ilusión óptica y la promesa de una decepción que quería superar. Pensé mucho en el final. Al llevar a Pataslargas a descubrir la otra cara de la moneda con un efecto similar al de «El show de Truman», el viaje adquiere una dimensión más filosófica sin resultar moralizante -asegura Matthias Picard-. Cuando el sol se revela como iluminación artificial, como un foco de escenario, el personaje dibujado se percata gradualmente de los efectos del resplandor al descubrir el trasfondo de su viaje. Proyecto el shock existencial producido por este viaje a través del espejo. ¿Entonces, todo fue solo un decorado? ¿Soy solo un personaje de cómic, una ilusión de mí mismo? El espejismo es tanto la idea que Pataslargas tiene de su identidad, su viaje y sus experiencias, como la imagen que percibe en el mundo real de las representaciones de lo imaginario sobre la mesa del creador. Al concluir con la figura de pie sobre la mano del artista, reconectando con la realidad, quise reafirmar la existencia de dos mundos, borrar la frontera que supuestamente separa lo real de lo imaginario».

Matthias Picard

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Ahora mismo acabo de tener un bebé y estoy en plena hibernación, encerrado en casa; así que cualquier proyecto tendrá que esperar hasta la primavera».

Continue Reading

Cómic

Jérémie Almanza nos guía a ‘Los reinos silenciosos’

Published

on

Jérémie Almanza

Con un toque de humor, este cómic de inspiración gótica con grandes tintes de Tim Burton invita a un fabuloso viaje a ‘Los reinos silenciosos’. Perséfone parece que murió un jueves a los doce años. Era el día del velatorio de su vecino, Víctor Columbaria, al que solo lo conocerá de verdad después de su muerte, cuando se encuentre cara a cara con su fantasma. Charles y Théophile, coleccionistas de suspiros, llegan con dos días de retraso. Así, Perséfone no duda en cruzar el umbral del más allá para ir en busca del último aliento de Víctor. Pero ¿por qué puede ver a los muertos? ¿Podrá regresar al mundo de los vivos? Así nos presenta la editorial Nuevo Nueve este cómic de Sévernie Gauthier y Jérémie Almanza. Con éste último hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en este cómic.

¿Cómo nace este proyecto? “Este proyecto surgió de una conversación con la guionista de cómics Séverine Gauthier, quien guardaba en sus cajones una historia con esqueletos. Debo admitir que todo lo relacionado con esqueletos me atrae. Al examinar su historia con más detenimiento, descubrí un universo fascinante para explorar y crear desde cero. Crear un universo entero es, sin duda, la parte más interesante de dar vida a un proyecto, así que decidí formar parte de él”.

Jéremie Almanza

¿Qué encontrarán los lectores en este libro? “Descubrimos la historia de una joven aparentemente normal que descubre por accidente que puede viajar entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Esta habilidad es un misterio que intentaremos desentrañar a medida que avancen los volúmenes. Nos ponemos en la piel de la protagonista para descubrir el mundo de los muertos, una especie de distopía burocrática y fantástica gobernada por la mismísima Muerte”, nos cuenta Jérémie Almanza.

Jérémie Almanza
Investigación para «La Muerte»
Jérémie Almanza
Escena del encuentro entre la Muerte y Perséfone

¿Cómo fue el trabajo con Séverine? “Trabajamos de una forma bastante dinámica. Séverine me propone una historia, yo le doy mi opinión y ella la adapta un poco. Luego, cuando paso a la versión gráfica, Séverine también me da su opinión, lo que modifica ligeramente el mundo que he imaginado. Todo esto es el resultado de numerosas conversaciones e intercambios de correos electrónicos. A veces hacemos pequeñas concesiones mutuas para que las ideas de los autores puedan tomar forma”.

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a la fase de investigación, la documentación, las pruebas, incluso los bocetos en la libreta… “El comienzo de la creación de un libro suele ser la parte más emocionante. Hice muchos bocetos y pensé en los escenarios -continúa Jérémie Almanza-. Hubo muchísima investigación, ensayo y error que dieron como resultado el libro tal como es hoy. Por ejemplo, al principio, el cómic estaba más influenciado por el Día de Muertos mexicano, pero esta referencia se descartó en favor de una estética gótica más europea. Dicho esto, esta ligera influencia aún se puede apreciar en algunos escenarios y en algunos esqueletos”.

Jérémie Almanza

“Al final, resultó que el Reino de los Muertos era una especie de infierno burocrático, y pensé que sería interesante que los esqueletos llevaran trajes de oficina, como funcionarios públicos”.

Jérémie Almanza

“Se realizaron las mismas pruebas con los fondos. Me llevó mucho tiempo encontrar la forma adecuada de abordar el universo gráfico; lo más difícil fue distanciarme un poco de las cosas que más me inspiran. En este caso, fue el juego Grim Fandango el que me cautivó cuando salió”, asegura Jérémie Almanza.

Jérémie Almanza

Jérémie Almanza

¿Cómo nació el personaje de Perséfone? “Creo que hay varias pequeñas inspiraciones gráficas, pero diría que la más obvia es el personaje Me-Mow de Hora de Aventuras. Claro que lo he transformado por completo, pero cuando ya no sé cómo dibujar a Perséfone, miro a Me-Mow y la inspiración vuelve a mí. Al mismo tiempo, mientras veía vídeos en YouTube, me impactó un vídeo en blanco y negro de Miércoles Addams. Ella también fue una gran fuente de inspiración”.

Jérémie Almanza

Jérémie Almanza

Jérémie Almanza

Cuéntanos algo sobre las ilustraciones. “Al principio, me interesaba más la ilustración que el cómic. Por eso, siempre que puedo, me gusta crear viñetas muy ilustrativas que muestren los escenarios. Creo que esto me permite experimentar con un tipo diferente de narrativa: la narrativa ambiental, que me fascina, tanto en películas como en videojuegos. Por eso tardo tanto en hacer mis viñetas: quiero que cada pequeño detalle contribuya a la inmersión en el universo”, afirma Jérémie Almanza. «Normalmente, cada detalle es coherente, e imagino que hay una pequeña historia detrás de él. Este es el caso, por ejemplo, de las pequeñas imágenes que se encuentran a lo largo de la tira cómica”.

Jérémie Almanza

Cuéntanos algo sobre la técnica utilizada en este libro. “Utilizo tinte de nogal, pluma y tinta, y aguada. También puedo usar rotuladores Rotring. Trabajo en formatos muy grandes; algunas ilustraciones están en papel A2. Como solo tengo un escáner A4, tengo que trabajar en dos hojas A3 colocadas una tras otra, lo cual es terrible. Luego escaneo todo y añado el color en Photoshop. El objetivo es crear una colorización minimalista que deje respirar el dibujo”.

¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? “Hubo muchos intentos fallidos, muchos ensayos y errores, pero también fue un libro que me permitió disfrutar mucho del aspecto gráfico. El universo creado por Séverine permite mucha interpretación gráfica, así que no me sentí limitado por su visión. Por otro lado, tardé muchísimo en terminarlo, principalmente por el gran formato de mis dibujos, y no le recomendaría a nadie trabajar en estas condiciones”, sonríe Jérémie Almanza.

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tras una breve incursión en el mundo de Greenwood bajo la dirección de Barbara Canepa, actualmente estoy trabajando en el volumen 2 de ‘Los reinos silenciosos’. Aunque me prometí a mí misma que no volvería a trabajar en formatos tan grandes, sigo trabajando en formatos demasiado grandes, pero esto permite una inmersión total. Descubriremos nuevas capas de este universo, incluyendo un nivel -2 poblado por esqueletos de una clase completamente distinta a la de los funcionarios».

Jérémie Almanza

«Pronto empezaré a trabajar en cosas nuevas, pero aún no puedo adelantar mucho. Sin embargo, me permitirá explorar muchos mundos gráficos nuevos y más contenido para adultos”.

Jérémie Almanza
Continue Reading

Álbum Ilustrado

Irene Bofill y su trabajo en ‘¡Ana, dónde vas!’

Published

on

Irene Bofill

Ana es una niña con un oído muy fino. Los ruidos le molestan tanto que se pone a correr sin parar cuando oye las bocinas de los coches, gritos en una película de cine… Y sus padres ¡tienen que perseguirla! Pero, ¡Ana, dónde vas! Y es que Ana sabe muy bien dónde quiere estar de verdad, el lugar del mundo en el que mejor se siente. ¿Cuál será el refugio de Ana? Con estas palabras La Estrella Azul, la editorial de Autismo Ávila, nos presenta este álbum ilustrado de David Gómez (padre de un niño con autismo y es autor de varios álbumes infantiles) e Irene Bofill. Con ella hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en este libro.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “Entré a formar parte de este proyecto cuando Autismo Ávila y su editorial La Estrella Azul me propusieron ilustrar un cuento escrito por David Gómez sobre Ana, una entrañable niña con autismo. El objetivo de esta y demás publicaciones de su editorial es dar a conocer y acercar el TEA (trastorno del espectro autista) a los lectores y lectoras de todas las edades”. 

Irene Bofill

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán con la historia de Ana, una niña con hipersensibilidad auditiva debido a su TEA. En el cuento se nos muestra cómo Ana sufre mucho viviendo en la ciudad con sus padres por la cantidad y variedad de ruidos a su alrededor que no puede soportar y le hacen salir huyendo siempre. Esta hipersensibilidad se convierte en un don cuando Ana va a casa de su abuela en la montaña, allí conecta con todos los sonidos de la naturaleza y se funde con ellos, se siente en paz”, nos cuenta Irene Bofill.

¿Qué te pareció el texto de David la primera vez que lo leíste? “Me enamoré de Ana, la comprendí perfectamente. La verdad es que conecté muy bien con su personaje porque me sentí muy reflejada. Justo empecé el proyecto en el momento en que acababa de dejar todo para iniciar un viaje en furgoneta por las isla canarias, de alguna manera también huía de ese ruido de la ciudad buscando refugio en la naturaleza. Fue una sincronía muy bonita”. 

Irene Bofill

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Lo que más me gustó de la fase de investigación fue adentrarme en el mundo de las personas con TEA, aprender sobre el tema y poder comprenderles un poquito más -continúa Irene Bofill-. Aprendí que tienen dificultades a la hora de procesar los estímulos sensoriales, los sentidos del movimiento y la propiocepción, con diferentes grados de hiper o hiposensibilidad y esta es la razón por la que rechazan o evitan determinados estímulos. Su percepción es muy diferente a la estándar y esto me pareció fascinante… Tanto David como Gerardo y Cristina de Autismo Ávila me proporcionaron mucho material valioso para hacer el estudio del personaje de Ana y el tono del cuento”.

Irene Bofill

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Algo característico en este libro fue captar y representar con imagen la sensación que causaban en Ana esos sonidos tan intensos. Intenté transmitir lo que ella sentía con cada uno de los estímulos auditivos, cómo se transformaba su realidad a través de los sonidos que entraban en su campo de percepción”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Técnica digital, trabajé todo en el iPad con Procreate”, afirma Irene Bofill.

Irene Bofill

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “En la creación tanto de las ilustraciones como de los personajes fue de gran ayuda todos los comentarios de David y del resto del equipo, que me ayudaron a ajustar cada detalle para que se comprendiera mejor el mensaje que se quería transmitir”.

Irene Bofill

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En este viaje que inicié por las islas canarias acabé grabando un disco muy vinculado a la naturaleza y ahora estoy terminando unas ilustraciones que acompañarán a cada uno de los cantos. Como Ana, yo también encontré refugio en la Naturaleza”.

Continue Reading

Tendencia

2024 © Un Periodista en el Bolsillo | Las ilustraciones pertenecen a cada uno de sus autores