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Entrevistas

Carolina Luzón ilustra ‘Leo no es un extraterrestre’

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Leo es un niño con TEA (Trastorno del Espectro del Autismo), no sabe comunicar sus necesidades ni expresar sus emociones a través del lenguaje oral. Sus padres están muy preocupados porque la comunicación con él es muy complicada. A veces se comporta como un gorila que golpea todo cuanto se pone a su alcance, otras como un tigre enjaulado y en ocasiones llora un mar. Pero un día Leo aprende a comunicarse con palabras, aunque ninguna sale de su boca. Un precioso texto lleno de sensibilidad y empatía. Las ilustraciones de Carolina Luzón nos muestran una imagen poética de la realidad para adentrarnos en el universo metafórico de Leo. Así nos presenta la editorial Libre Albedríoeste álbum ilustrado, del que hablamos con su ilustradora.

¿Cómo nace este proyecto? Carolina Luzón: “David y yo habíamos tratado ya el tema de las particularidades del autismo en «Lila la pequeña Libélula» y quisimos seguir en esa línea. David tenía una borrador sobre los chicos/as con autismo no verbales que me encantó y comencé a pensar en algunas ilustraciones mientras el texto iba tomando forma. David se lo enseñó a Susana que decidió participar a cuatro manos en la redacción de la historia, aportando toda su experiencia y energía. Así que asistí en directo al nacimiento del texto final mientras las ilustraciones comenzaban a consolidarse en mi cabeza. Fue un proceso extraordinario de gran entendimiento y creatividad colectiva”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una historia diferente, profunda, interesante y unas imágenes que sin ser redundantes la complementan, la enriquecen, conteniendo las claves para entenderla mejor. «Leo no es un extraterrestre» nos habla de la dificultad para comunicarse, de lo complejo que puede ser salir del propio mundo para compartirlo con lo demás. Pero con un mensaje de esperanza, que siempre hay un modo para conseguirlo”.

¿Quién es Leo? “Leo es un niño con trastorno del espectro autista que no sabe comunicarse a través del lenguaje oral -nos cuenta Carolina Luzón-. No gestiona bien sus emociones y por eso se transforma en un gorila cuando le asustan los ruidos o en un tigre furioso cuando tiene mucha hambre, por citar dos de las muchas situaciones que vive. A lo largo del libro vamos a acompañarle en su búsqueda de un equilibrio, de un contacto, de una forma de comunicación”.

Ya has comentado algo, pero, ¿cómo fue el trabajo con David y Susana? “David y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo y nos entendemos de maravilla. Y con Susana Peix la conexión fue total, de hecho hemos seguido trabajando juntas en otros proyectos. Y ya te avanzo que no será el último proyecto en el que repetiremos los tres. También quiero agradecer a Gema Sirvent,la editoria de Libre Albedrío, su exquisita edición y su profesionalidad. Con este equipo el resultado no podía ser otro que un libro excepcional”.

¿Qué importancia crees que tiene el álbum ilustrado para poder hablar de cualquier tema? “Es un sector que está creciendo muchísimo, afortunadamente se va ampliando el número de editoriales que están publicando libros de gran calidad y que tratan temas cada vez más complejos. Son proyectos elaborados, verdaderas obras de arte que son capaces de tratar cualquier argumento y que van dirigidos a una franja de edad cada vez más amplia. El potencial del álbum ilustrado es ilimitado y puede ser una interesante puerta de acceso para tratar con los niños temas importantes”, asegura Carolina Luzón.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? “He conseguido adaptar los recursos técnicos a las necesidades de la historia. He mezclado sutileza y fuerza, dos características del universo interior del niño. El grafito frente al acrílico, los chorreones o el papel. Los contrastes de luces y sombras que provoca el collage son los que vive el protagonista en su vida. En «Leo no es un extraterrestre» no he dejado nada al azar, todos los elementos están muy pensados, tienen un porqué. Sólo mirando las imágenes somos capaces de conocer a Leo e intuir que le está pasando”. 

¿Qué hay de diferente respecto a otros trabajos? “Creo que en este libro he conseguido que las imágenes cuenten una historia completa independiente del texto y que a la vez contengan las claves para entenderlo mejor. Por supuesto -continúa Carolina Luzón– está abierto a la interpretación personal del lector, pero si observa atentamente todos los detalles, se acercará mucho a la intención de los escritores y conseguirá comprender a Leo. Esa autonomía puesta al servicio de la historia en este libro ha alcanzado un nivel superior a los que había hecho anteriormente”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “He utilizado una técnica mixta: grafito sobre papel, acuarela, acrílico, collage y digital. No todas las imágenes siguen el mismo proceso. Hay algunas imágenes que no han tenido ninguna manipulación posterior, como el dibujo de la hiena o el del niño comiéndose la tarta, otras como el primer plano de Leo o el de la gacela, tienen algún detalle añadido posteriormente en el ordenador como el color de la pulsera o los elementos de los ojos. En el resto de las imágenes los elementos han sido dibujados sobre papel y luego recortados y sobrepuestos a diferentes fondos para crear sombras y texturas. Los fondos y las gamas cromáticas tienen un papel importante porque contribuyen a crear la atmósfera de las escenas”.

Háblanos de esa pulsera que siempre lleva el protagonista del libro… “La pulsera es un recurso gráfico para poder identificar al protagonista cuando se transforma en los diferentes animales según su estado de ánimo. Es su manera de reaccionar antes los estímulos exteriores que no es capaz de controlar y la pulsera ayuda al lector a no perderlo de vista durante las diferentes escenas”.

Cuéntanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Empecé por la primera página doble, es un primer plano del protagonista hecho con grafito sobre papel, que ocupa todo el espacio disponible. Quería que el lector «entrase» dentro de los ojos de Leo, que pudiese ver su mundo interior. Normalmente uso los grafitos B (que dan un negro más intenso) pero esta vez he usado los H, que me han permitido crear una trazos muy delicados y una gama de grises más sutil. Leo seguirá estando durante todo el libro, dibujado, sin color, es mi manera de expresar que le falta algo. Solo cuando encuentra su manera de hablar, tendrá color. El resto de los personajes en cambio si que tienen colores aunque la base de dibujo esté siempre presente”.

“Una vez terminadas todas las páginas interiores seguí con la portadilla que nos presenta a un Leo que se tapa la boca, como un interrogante, quizás sea una pregunta que nos lanza o que se hace a sí mismo. Las guardas me gusta hacerlas diferentes -afirma Carolina Luzón-, las delanteras suelen contener pistas de lo que se van a encontrar más adelante y las finales del recorrido que ha vivido el protagonista. Después vino la contraportada y por último la portada que es la imagen clave que resume lo esencial de la historia”.

¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “A dar una interpretación mucho más personal del texto, a utilizar metáforas visuales más complejas y a establecer con el lector una relación más profunda. En este libro le pido una lectura pausada, atenta, en la que puede que necesite volver atrás para entender, en la que puede que tenga que volver a observar”.

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Cómic

José Luis Munuera y ‘Su olor después de la lluvia’

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José Luis Munuera

Tras ver un anuncio en el periódico, Cédric decide adoptar a Ubac, un perro boyero. Desde este momento, se crea un vínculo único entre ambos, que durará trece años y cambiará para siempre la mirada de Cédric sobre el mundo. De repente, solo importa el presente. La vida se convierte en paseos llenos de olores y sabores nuevos, juegos, miradas cómplices o simplemente compañía silenciosa. Una presencia que se hará imprescindible y cuyo recuerdo permanecerá grabado en la memoria como un olor amado, incluso después de la lluvia. José Luis Munuera adapta la obra de Cédric Sapin-Defour, una poderosa historia de amor incondicional, que llegó a ser el libro de no ficción más vendido en Francia en 2023, con más de 400.000 lectores.

José Luis Munuera

Así nos presenta la editorial Astiberri ‘Su olor después de la lluvia’, el último trabajo de José Luis Munuera. Con él quedamos para charlar un poco de este cómic aprovechando una sesión de firmas en Granada, en Subterránea Cómics. En las siguientes líneas podéis leer el resultado de esa entrevista, mientras él dedicaba cómics con un dibujo de Ubac, el perro boyero protagonista de la historia. Y podréis leer no solo la conversación con el dibujante, sino también la intervención de alguna lectora. Al final igual más que una entrevista es una conversación, y no solo entre dos personas.

Había hablado con mi editor en Lombard y él me preguntó si me apetecía hacer algo diferente, algo más relajado, más contemplativo. Entonces me propuso leerme esta novela. Me envió ‘Su olor después de la lluvia’. No se había traducido todavía al castellano, y me encantó. Me encantó la novela porque me parecía que era un relato totalmente emocional, sin filtro intelectual de ningún tipo, sin excusas, era pura emoción. Así que me dije: “vamos a intentar hacerlo”. Entonces, la editorial inició el proceso de búsqueda de derechos y yo por fin me reuní con el autor de forma virtual. Y conectamos muy, muy bien”.

José Luis Munuera

“Yo tenía mucho miedo, porque es una historia muy personal, él la cuenta en primera persona, es su peripecia personal, su aventura, su vida con su perro durante trece años, y cómo el contacto con el perro le cambia, le modifica su visión de las cosas, y cómo le afecta a título personal -continúa José Luis Munuera-. Y tenía mucho miedo porque, claro, me iba a meter yo allí, como un elefante en una cacharrería, a trastocarle a este hombre sus intimidades, inventarme personajes nuevos, situaciones, en definitiva, hacer una ficción a partir de su historia real. Y tenía miedo de que el autor fuera muy protector con sus propias vivencias”.

“Pero nada más lejos de esto. Encontré un tipo absolutamente adorable, abierto, receptivo, que entendió desde el principioesas “traiciones” que podía yo realizar respecto al relato, y que me animó desde el primer momento. Así que ha sido una experiencia fabulosa”, asegura José Luis Munuera.

No es lo habitual, ¿no? Ese contacto con el autor del texto… En realidad no te puedo decir bien, porque es la primera vez que adapto a un autor vivo, y no había tenido la experiencia de tratar con el autor. Pero me imagino que te puedes encontrar todo tipo de personalidades, desde los que son súper protectores con su trabajo, a los que pasan olímpicamente y dicen: “haz lo que te dé la gana”, a los que quieren participar más directamente. Con Cédric, ya te digo, fue cojonudo. Él estuvo allí, en el proceso, me mandó todas las fotos que necesitaba de su casa, de su vida. Fue estupendo”.

José Luis Munuera

Ya has comentado un poco que al final son sus vivencias personales , las de Cédric, pero ¿qué se van a encontrar los lectores cuando empiecen a pasar las páginas de este cómic? “En Francia ahora mismo lo que está triunfando, lo que lo está petando editorialmente es una serie de novelas que se llama ‘La femme de ménage’, que son como una especie de novelas románticas, thriller, violento, medio erótico a veces. Pues ‘Su olor después de la lluvia’ está en el otro extremo del espectro narrativo”, nos cuenta José Luis Munuera.

“Esto es un ‘feel good’, una historia humana, de la experiencia vital, sin ningún tipo de epopeya dramática, la historia de un hombre y cómo construye, digamos, su familia de elección, cómo encuentra a su pareja, cómo vive con su ‘perrete’. Una cosa realmente muy ‘low-key’ en términos de aventura, pero espero que muy fuerte en términos de emoción”. 

Ya hemos comentado que tú no tienes perro, entonces, ¿ha sido quizás más difícil a lo mejor conectar con la historia por eso? “No, porque la historia tiene un componente muy universal, digamos que habla del amor en términos generales. En este caso es con un perro, pero puede ser con tu hijo o puede ser con cualquier otro ser vivo. Y fue lo que me llamó también mucho la atención de la novela, cómo había conseguido, a mí como lector, emocionarme tanto sin que tuviera yo la experiencia directa de convivir con un perro en mi vida adulta, si lo tuve cuando era un crío. Y ese misterio, ese preguntarte por qué me ha afectado a mí, es una de las claves del lanzarme a intentar reconstruir el relato”, confiesa José Luis Munuera.

José Luis Munuera

Y en todo ese proceso, una vez que ya hablas con él, que también estudias un poco la historia, ¿qué ha sido quizás lo más difícil? “Bueno, había varias cosas que eran complicadas. Una de ellas fue la representación del propio perro, Ubac. Yo soy un dibujante con tendencia al ‘cartoon’, más bien de escuela ‘disneyniana’. Y aquí el perro tenía que estar al mismo nivel que el humano en términos de credibilidad”. 

En este momento en el que hablamos de Ubac, el perro protagonista de la historia, un un perro boyero, José Luis saluda a una de las lectoras que se ha acercado a la firma, Cris. Ella tenía un perro boyero del que se tuvo que despedir recientemente. “Sabía que estabas haciendo el libro y me lo encontré en Francia, y cuando salió, me dije, esto es para mí”, comenta esta lectora. ¿Y lo pasas muy mal con la lectura? Le pregunta Munuera. “Sí, hasta el punto de que empecé y dije, ahí se va a quedar…”, confiesa Cris. “Bueno, leí la primera parte”. “Pues ahora te toca la parte dura”, le advierte José Luis. “Y que te lo encontraras en Francia es normal, porque es como la canción del verano. Está por todos lados”. 

José Luis Munuera

En este momento también está a nuestro lado Joaquín López Cruces. Su nuevo trabajo, su nuevo cómic junto a Enrique Bonet está en el horno y saldrá a finales de agosto, ‘El otro mundo’. Comentamos la necesidad de juntarnos los tres para charlar de este proyecto pensando en ese lanzamiento… antes de volver a la conversación con José Luis Munuera.

Estábamos hablando del personaje del perro, de Ubac… “Sí, te decía que tengo una afiliación clara y que además reconozco sin pudor, disneyniana, y lo último que quería era hacer una versión de los 101 Dálmatas. Quería hacer algo que fuera más creíble. Entonces, el hecho de dibujar al ‘perrete’ en un registro que sea reconocible, pero que al mismo tiempo mantuviese la cualidad expresiva, que a mí me interesa mucho, de mi dibujo, era un pequeño ‘tour de force’ que me ha tenido bien entretenido. Porque la idea era que quien conoce esta raza de perros, lo reconociera”.

“Y así es. Es súper expresivo. Son unos animales increíbles”, participa de nuevo Cris. “Increíbles estos animales -comenta José Luis Munuera-. De verdad, una maravilla. Son un tipo de perro pastor que está seleccionado desde hace cientos de años para transportar carros con leche por los Alpes y demás. Y son muy familiares, muy domésticos. La verdad es que esun perro muy chulo. Un boyero”.

José Luis Munuera

“Yo creo que puede tener un efecto catártico. De hecho, me he encontrado con muchas lectoras, sobre todo como tú (se dirige a Cris), que habían tenido, no necesariamente un boyero, pero sí un perro y que lo habían perdido recientemente. Es muy difícil cuando estás con alguien, y como si de repente se autorizaran a expresar todo lo que llevan dentro y no habíapodido contar. Porque tenemos como una especie de prejuicio cultural a la hora de hablar de que se te ha muerto un perro… Algunas de estas lectoras me decían que le había hecho mucho bien el libro”.

José Luis Munuera

Volvemos a hablar con Joaquín que tiene entre manos varios proyectos, de los que hablaremos en el futuro seguro. Y reconectamos con la conversación con José Luis Munuera para preguntarle por la técnica utilizada en este cómic. “La técnica es un poco la misma que estoy utilizando en las adaptaciones de clásicos anglosajones, ‘Peter Pan’, ‘Cuento de Navidad’… El dibujo lo hago primero en un iPad. Eso lo imprimo. Sobre esa impresión empiezo a guarrear con acuarela, meter texturas, el modelado, el volumen, luces, sombras, etc. Con el objetivo de que sea lo más guarro posible. Lo hago sobre un papel random, un folio random que me obliga a ser muy rápido y muy eficiente y tomar decisiones así muy rápidas. Y luego eso me lo paso a Photoshop y hago un trabajo de postproducción allí, que es casi retoque fotográfico, en el que voy trabajando en la profundidad de campo y tal. Al final acabo con un fichero en escala de grises en el que están todas las texturas, todo el tratamiento de la luz. Y eso se lo paso a mi colorista que en Photoshop también aplica capas de color”.

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Álbum Ilustrado

Gusti nos invita a jugar con los animales de ‘¿Qué están mirando?’

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Gusti

Descubre “¿Qué están mirando?”, un libro infantil ilustrado con textos llenos de humor e imaginación. Con poemas de Salvador Comelles e ilustraciones originales de Gusti, este álbum de poesía visual invita a los niños y niñas a explorar doce animales fantásticos como la Galliespí o el Cocopardo. Una propuesta poética y creativa que estimula la fantasía, el lenguaje y la curiosidad desde los primeros años. Así nos presenta la editorial Carambuco este libro sobre el que hablamos un poquito con Gusti.

Gusti

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El origen auténtico es que Cesca, la editora de El Cep i la Nansa y Carambuco, vino a casa a ver material para poder hacer algún libro, y ambos coincidimos en unas ilustraciones muy grandes hechas a bolígrafo donde podíamos jugar con el hecho de juntar animales diversos, y que eso podría dar lugar a algo muy divertido para los niños”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Yo creo que el hecho de juntar dibujos de animales tan diferentes y crear un tercer personaje es muy divertido para los peques y da lugar a la imaginación, al juego, y a cambiar la mirada”, nos cuenta Gusti.

Gusti

¿Qué te parecieron los textos de Salvador Comelles? “Salvador es muy bueno, me sorprendió la calidad de sus poemas. Encantado de colaborar con él”.

¿Habías trabajado ya con poesía? ¿Qué hay de diferente con respecto a trabajar con otro tipo de textos, como un álbum por ejemplo? “Si, no es la primera vez. En este caso comenzamos la casa por la ventana, ya que los animales ya estaban hechos y la idea era encontrar cuáles se acomodan mejor entre ellos -continúa Gusti-. Así que sobre la mesa había un montón de combinaciones. Creo que la interacción dibujo-texto le da alas a los dibujos y viceversa”. 

Gusti

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Como te comentaba, sobre la mesa había unas 10 láminas terminadas llenas de personajes. La idea fue separarlos y empezar a jugar cual se acomodaba mejor con la otra”.

Gusti

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Ya sabes que varío mucho de técnicas y estilos, en este caso son dibujos hechos con bolígrafo, esos de muchos colores y que me llevan muy profundo al niño interior -asegura Gusti-. Podría decirse que es una continuidad del libro que hicimos con Lola Casas, ‘Animales escondidos’. El trabajo fue así: yo propuse unos cuantos animales, los separé y probamos cómo funcionaban con otras mitades. Y luego Salvador fue poniendo voz a esos personajes, todo muy libre y con espíritu de jugar”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahorita estoy embarcado en hacer una segunda parte de Mallko y Papá. Él ya va cumplir 18 años y me gusta la idea de hacer un libro, tipo libreta de apuntes, con las cosas que suceden con un adolescente con un cromosoma de más, y estos meses anteriores terminé un libro que se llama ‘Es muy fácil viajar con un oso’. Y terminé uno para Nube Ocho que se llama ‘Super Fede’.

Gusti
Ilustración segunda parte de ‘Mallko y papá’
Gusti
‘Es muy fácil viajar con un oso’
Gusti
‘Súper Fede’
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Álbum Ilustrado

Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català construyen ‘Vecinos’

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Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català

Una niña y un niño viven en este libro. Ella, en la página derecha, él en la izquierda. Cada uno vive feliz, creando su mundo, sin interactuar con el vecino. Pero ¿qué pasa si un día, uno de ellos, se aventura a entrar en la página del otro? Este será el punto de inflexión, el inicio de una batalla de color y espacio. Después de la batalla, despertarán en la página del otro, descubriendo así que hay muchos colores desde los que observar la vida. ¿Y si dibujando juntos la vida pudiera ser más bella? Dos realidades, dos paletas de color. Y una doble página para compartir. ‘Vecinos’ es un álbum hecho a 4 manos, dos ilustradores, Anna Aparicio Català e Ignasi Blanch, haciendo un ejercicio de creatividad y generosidad compartida dibujando juntos en una única hoja. Una pequeña joya coronada con un magnífico texto a cargo de Àngel Burgas. Con Anna e Ignasi hemos charlado un poquito más alrededor de este libro.

Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català

¿Cómo surge este proyecto? Anna Aparicio Català: ”Nos conocemos con Ignasi desde 2012, cuando comencé a estudiar en l’Escola de la Dona de Barcelona, donde él es profesor y coordinador del área de ilustración. Con el tiempo, nos hicimos amigos y colegas de profesión. En 2017, cuando creamos el libro, éramos vecinos en el barrio de Gràcia y nos veíamos con frecuencia. En este mismo año, Ignasi sufrió una fractura en el brazo (¡no en el brazo con el que dibuja!), y tuvo que pasar un tiempo de reposo en casa. Yo lo visitaba y, durante esos encuentros, surgió la idea de crear un proyecto juntos. Partimos de la idea de trabajar con dos registros gráficos distintos, y a partir de ahí, se nos ocurrió el concepto de crear dos mundos que, por alguna razón, se terminan encontrando. El hecho de ser vecinos en la vida real también nos pareció un guiño, o igual fue una fuente de inspiración inconsciente”.

Ignasi Blanch: “Las visitas de Anna fueron un gran estímulo para crear este proyecto desde una situación, inicialmente adversa, por un accidente que me ocasionó cierta inmovilidad. Dibujar juntos en un mismo proyecto fue una idea enriquecedora y de crecimiento para ambos. ¡El resultado es sorprendente y tiene algo de magia y autenticidad al proponer un nuevo universo desde dos registros distintos pero complementarios!

Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català

¿Qué se van a encontrar los lectores en sus páginas? Un diálogo entre dos mundos. Es una invitación a reflexionar sobre la convivencia, sobre compartir la vida con otros, incluso cuando esas personas son muy diferentes a nosotros. Queremos que el lector se detenga y piense en lo que significa vivir juntos, en la intersección de las diferencias y en cómo, a veces, el contraste enriquece la experiencia”, nos cuenta Anna Aparicio Català.

“Un diálogo entre dos mundos y también entre nosotros mismos como ilustradores -continúa Ignasi Blanch-.¡La importancia de ser generosos y saber crear unos espacios de convivencia, donde la actitud de cada uno sea para construir, sumar y convivir con más ventajas! Las diferencias pueden enriquecer y hacen crecer y ampliar la mirada del mundo”.

¿Cómo fue el trabajo a cuatro manos? ¿Cómo se organizó? “Para mí fue un verdadero regalo poder trabajar de esta manera, a partir de una idea conjunta, y hacerlo codo con codo -afirma Anna Aparicio Català-. Era la primera vez que trabajaba con otro ilustrador para crear una historia y fue una experiencia muy enriquecedora. La colaboración se fue desarrollando de forma muy natural y orgánica. Fue, además, un proceso muy libre; acostumbrados como estamos a recibir encargos (que nos gustan mucho), donde la historia ya está escrita, aquí tuvimos la oportunidad de decidir qué dibujar y cómo hacerlo. Creamos todo el libro con imágenes, sin palabras, lo que nos permitió explorar mucho más la parte visual”.

¡Fue un regalo recíproco! -asegura Ignasi Blanch-. Sobre todo iniciar esta idea desde la confianza y con una ilusión conjunta por crear algo nuevo, hecho a cuatro manos (a pesar de que yo tenía una ¡en plena recuperación!) y con mucha energía positiva”.

Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català

Habladnos un poco sobre las ilustraciones de este libro. “Decidimos unificar la técnica para que el libro tuviera un registro gráfico coherente, pero queríamos que la diferencia en los estilos fuera evidente -relata Anna Aparicio Català-. El desafío era mantener una cierta unidad visual sin perder las particularidades de cada uno. Trabajamos juntos en el storyboard y cortamos los papeles a medida. A menudo nos instalábamos en el comedor de Ignasi, y mientras uno avanzaba en una ilustración, el otro comenzaba otra. De esta manera, el trabajo iba fluyendo y nos íbamos pasando los papeles”.

“Dibujamos encima de las mismas hojas de papel que nos íbamos repartiendo. Cada uno dibujaba en la misma hoja que quizás anteriormente, el compañero, ya había hecho su ilustración. Entre Anna y yo fue muy fácil y trabajamos con confianza absoluta pero también con cierta exigencia. Ambos mantuvimos una cierta espontaneidad a partir de la idea preconcebida. Por eso hay un trazo fresco y suelto y aparentemente inmediato. Gestual, podríamos decir”, nos cuentaIgnasi Blanch.

Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català

¿Con qué técnicas trabajasteis? “Principalmente, lápices de color y lápiz sobre papel. Para esta ocasión, decidimos que la gama cromática de Ignasi se basaría en azules, grises y negros, muy presentes en su trabajo, mientras que la mía sería a todo color (con lo que me identifico mucho). Esta diferencia de tonos y colores ayudaba a que el contraste fuera más evidente cuando se mezclaban ambos mundos, visualmente”, nos dice Anna Aparicio Català.

“Ciertamente como explica Anna, hicimos una selección cromática y la técnica, sobre todo en mi caso, venía determinada por las posibilidades de trabajo con una mano. ¡El grafito y los lápices de colores facilitaron mucho el trabajo!”, confiesa Ignasi Blanch.

Ignasi Blanch y Anna Aparicio Català

Contadnos algo del proceso de elaboración de este libro. Anna: “Una vez que el libro estuvo terminado gráficamente y consideramos que se podía leer bien, decidimos pedirle al escritor Ángel Burgas que lo enriqueciera con su mirada. Su contribución le dio un nuevo significado, aportando una capa más profunda al proyecto y cerrando el ciclo de colaboración”.

Ignasi : “Los dibujos podían ir solos, pero la idea de añadir un texto y la experiencia del escritor Àngel Burgas nos pareció que daría un tono, aún más onírico, inspirador y con un punto surrealista. Finalmente, el resultado final es un relato revisado conjuntamente por la editora Mar González y quizás paralelo a la narrativa de las ilustraciones. Un libro que nos parece necesario para poder trabajar desde las aulas de una escuela pero, sin duda, que hay que tener en las bibliotecas familiares para no olvidar que es necesario aprender y saber convivir con los demás”.

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