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Entrevistas

Puerta y Odriozola: Sentimientos encontrados

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Cuando sentimos algo, no necesariamente identificamos qué sentimos. Es más, muchas veces ni siquiera somos capaces de distinguir un sentimiento de otro, calificamos erróneamente aquello que nos pasa o lo que consideramos que le sucede a otra persona. Una interpretación errónea seguramente conllevará una respuesta equivocada. Por eso, en este libro nos hemos planteado hacer una reflexión ilustrada que lleve al lector a pensar sobre lo que se siente, mientras juega y se relaciona con los, al menos, siete personajes del libro. Para eso, nos basamos en textos filosóficos clásicos y narramos a través de imágenes el acontecer diario de una familia. Son las palabras de la nueva editorial Ediciones Modernas El Embudo para presentarnos ‘Sentimientos encontrados’, un proyecto de Elena Odriozola y Gustavo Puerta Leisse. Con ellos y con Marta Ansón, parte de la nueva editorial, hemos charlado sobre este libro.

¿Cómo surge la idea de lleva a cabo un proyecto como este? Gustavo: «Déjame que me retrotraiga a la prehistoria. Recuerdo el primer libro que vi de Elena Odriozola. ‘Como un botón‘, se titulaba. Lo leí en Caracas, en el Banco del libro. Creo que sería en 1999. Me fascinó. Se trata de una colección de magníficos haikus de Juan Kruz Igerabide. Odriozola e Igerabide entonces para mí eran apellidos impronunciables y yo, que tan malo soy para los nombres, los aprendí al instante. Tres años después mientras visitaba Madrid, entré en la librería La Mar de Letras y lo compré. Si alguien me hubiese dicho en aquel entonces que un día yo escribiría un libro para niños, que lo ilustraría Elena, que lo traduciría al euskera Juan Kruz y que, además, lo sacaríamos en una editorial que crearíamos Elena, yo y Marta (la librera que me vendió el libro y que hoy, además de socia, es mi esposa y madre de mi hija), claramente le hubiese dicho a esa persona que deliraba. Sin embargo, viéndolo en retrospectiva, advierto que ya en aquel momento se estaban fraguando las bases de lo que veinte años después sería este libro y esta editorial: me sentía descontento con el academicismo de la filosofía y estaba convencido de que era necesario llegar al público general, me interesaba mucho la literatura infantil y veía enormes posibilidades creativas que no se estaban tomando lo suficientemente en serio y sentía una verdadera admiración por aquellos ilustradores capaces de expresar una forma de ver e interpretar el mundo personal. Seguro que Elena puede contar mejor que yo (o al menos de forma más precisa) el origen de ‘Sentimientos encontrados‘. Pero ahora que me lo preguntas, me vino el recuerdo de aquel remoto momento en el que descubrí el trabajo de la Odriozola».

Elena: «Creo que es imposible contarlo mejor, es tan emocionante. Pero siendo más precisa, este proyecto empezó después de hacer un ejercicio para un taller impartido por Gustavo y Javier Zabala en San Sebastián, allá por el año 2009. Una de las actividades consistía en contar una historia en forma de auca. El auca es un género de la estampa popular que consiste en una serie de viñetas agrupadas de cuatro en cuatro, acompañadas la más de las veces con unos pareados, que aborda temas muy variados: el mundo al revés, la vida del niño bueno y el niño malo, vidas de santos, la narración de episodios históricos… Yo hice una casa. En realidad, me apunté al taller por estar con Javier y Gustavo, sin ánimo de hacer gran cosa. Pero unos días antes, hablando con Gustavo, me dijo: «¿Y si haces una casa?». Le hice caso, y aunque por supuesto no acabé el ejercicio, Gustavo me animó a terminarlo. Lo hice y esta ilustración fue el inicio de ‘Sentimientos encontrados‘».

Contadnos un poco qué van a encontrar los lectores en las páginas de Sentimientos encontrados. Gustavo: «Una casa y una llave. Un espiral. Dos franjas separadas entre sí: una grande de ilustración y una pequeña de texto. Siete personajes humanos, un espíritu, dos pajaritos, un perro, un ratón y un periscopio que se interrelacionan entre sí. Una portada y dieciséis páginas ilustradas con dieciséis viñetas, lo que da un total de doscientos setenta y dos recuadros ilustrados. Cuarenta y cinco sentimientos que el lector puede relacionar con esas viñetas (lo que en términos estrictamente matemáticos posibilita doce mil doscientas cuarenta posibles combinaciones posibles entre cada ilustración y cada sentimiento). Y, sobre todo una propuesta, que el libro le sirva al lector para proyectar, identificar y reflexionar sobre aquello que siente».

Marta: «El libro nos invita a asomarnos a las ventanas de una casa donde habita una familia y en la que están sucediendo muchas cosas. Resulta fácil intuir que en el ir y venir de los personajes se esconden muchos sentimientos encontrados. Identificarlos es el juego que se propone, pero lo que el lector NO encontrará son instrucciones claras de cómo jugar, ni soluciones correctas a las preguntas que irremediablemente surgen. Al pie de las ilustraciones, hay pequeñas reflexiones acerca de distintos sentimientos cotidianos, reconocibles por todos, mayores y pequeños. Son textos que, aunque pueden usarse como guía, son abiertos. Sugieren e invitan a la reflexión, sin cerrar significados ni resolver el enigma». 

Es sin duda un proyecto rompedor, desde la encuadernación, a la disposición, estructura, juego… ¿qué papel juegan todos estos elementos en el proyecto? Elena: «Es un libro que tiene muchas lecturas posibles. Es un libro dividido en dos franjas que se pueden pasar por separado. Por un lado, está la franja de la ilustración: Aquí vemos una casa compuesta por 16 viñetas. Por otro, la franja inferior, donde aparece el texto y que corresponden a los sentimientos. El libro se puede abordar desde la forma más simple, que sería leer el texto por un lado o, simplemente, mirar las ilustraciones. Otra opción, escoger un sentimiento (alegría o vergüenza, por ejemplo) y buscar la ilustración que cada quien considere que le corresponde. O al revés, primero mirar una ilustración y después asignarle el sentimiento. O… la modalidad de lectura que cada lector considere». 

«Precisamente el hecho de que fuera un juego requirió de una estructura concreta que nos costó bastante encontrar -continúa Elena-. Tuvimos que hacer bastantes pruebas hasta dar con ella. Y una vez que estaba clara la disposición de todos los elementos, no fue fácil encontrar la encuadernación adecuada. Estaba bastante claro que necesitábamos unir las páginas con una espiral, ya que la ilustración y el texto debían ir por separado. Al principio, yo me resistí un poco. Me empeñaba en que fuera cosido. Pero vimos que no teníamos otra elección. Una vez decidido, había que encontrar la forma de tapar la espiral para crear un lomo… Creo que lo conseguimos. Estoy muy contenta con el resultado».

Sentimientos encontrados

Habladnos un poco de las ilustraciones para este libro. ¿Qué diríais que tienen de característico? Marta: Al empezar a pasar las páginas de ‘Sentimientos encontrados‘, la precisión técnica de Elena y la asombrosa minuciosidad de cada una de las viñetas le hacen a uno maravillarse. Sin embargo, esa no es la única razón por la que texto e ilustraciones alcanzan en este libro una simbiosis casi perfecta. Están sucediendo muchas cosas: no solo en el bullicio aparente y en la infinidad de situaciones que ha ilustrado Elena, sino también en los mundos internos de los personajes. Es allí, precisamente, en lo que las ilustraciones no nos dejan ver pero sí intuir, donde residen los sentimientos encontrados de los que se habla en el texto. En esta ocasión especialmente, la riqueza de las ilustraciones de Elena está en su capacidad asombrosa de sugerir, de inquietar. Por eso la minuciosidad está aquí más que justificada, no es una mera exhibición de un indiscutible virtuosismo técnico. La infinidad de detalles se pone al servicio del lector, se le invita a divagar durante horas acerca de lo que está pasando. Y así podremos volver muchas veces a la misma escena, porque siempre encontraremos algo nuevo, llegaremos a nuevas conclusiones que seguirán estando abiertas a nuevas visitas, nuevas miradas y nuevas interpretaciones».

Gustavo: «Solo me gustaría añadir una cosa. Si hay algo que para mí caracteriza este trabajo de Elena es la relación entre la parte y el todo. Cada viñeta funciona por sí misma y, al mismo tiempo, como parte de una página, como parte de una secuencia, como parte de una relación evidente o no con el texto. Elena emplea diferentes tipos de lápices, se vale de los matices que le brindan los distintos tipos de dureza del grafito y del blanco de la página para construir una red de acontecimientos, situaciones y estados de ánimo. Como lectores somos capaces de ver aquello que los personajes no pueden ver y, al mismo tiempo, en ellos siempre hay una zona opaca, algo que permanece oculto a nuestra mirada. Aquello que más admiro de este trabajo, es la capacidad de Elena de infundir vida a la casa y a sus habitantes, valiéndose únicamente de la claridad u oscuridad del grafito». 

¿Con qué técnicas están hechas las ilustraciones de Sentimientos encontrados? Elena: «Todas las ilustraciones están hechas a lápiz. Siempre uso portaminas, y en este caso he utilizado minas de distinta dureza (HB y B) y grosor (0.3, 0.5, 0.9). Es un trabajo que he realizado a lo largo de 9 años. Aunque no siempre estaba trabajando en este proyecto. Le dedicaba, por ejemplo, un mes entero al libro y luego lo tenía que aparcar para hacer otras cosas. Muchas veces me sucedía que, cuando volvía a retomarlo, habían pasado algunos meses y no recordaba qué mina había utilizado para determinados elementos que se repiten a lo largo de las páginas. Es algo que nunca se me ocurrió que pudiera pasar. Lo malo es que, aunque han habido varias de estas pausas, yo no escarmenté y seguía sin apuntar. Así que el problema volvía a surgir. Todavía no he escarmentado». 

De las palabras-conceptos que se abordan en el libro, ¿con cuál os quedáis cada uno? ¿Qué elegís? Marta: «A mí me gusta melancolía, porque es un sentimiento ambiguo, nada plano, nos sentimos tristes, pero a la vez disfrutamos. Es un sentimiento contradictorio y rico en matices».

Sentimientos encontrados

Elena: «Me quedo en la misma página que Marta y elijo Nostalgia».

Gustavo: «En este momento, la pena. También el alivio. Mi padre murió hace unos días. Los matices que diferencian dolor, sufrimiento, desdicha y pena, me ayudan para distinguir lo que yo siento, lo que sienten quienes están a mi alrededor (mi hermana, mi hija o mis tíos, por ejemplo) y a lo que tuvo que enfrentarse mi padre durante el transcurso de su enfermedad y el saber que su muerte era algo inminente. Mis sentimientos al respecto son encontrados: siento la tristeza intrínseca a la pena junto a la alegría inherente al alivio. En cambio, nunca me sentí enfadado y ya he dejado de sentirme ansioso. Es una situación anímicamente compleja y pasar por ella me reitera la necesidad y el valor de la palabra para elaborar lo que sentimos y cómo nos sentimos con ello».

¿Por qué nace Ediciones Modernas del Embudo? Marta: «La capacidad de crear cosas de Gustavo y Elena, trabajando a cuatro manos, empezaba a invadir todos los rincones de las casas de ambos y casi por necesidad nace la editorial, como un espacio de contención a esa creatividad desbordante. Más allá de ese primer impulso, Ediciones Modernas el Embudo surge para dar cabida a proyectos que corren el riesgo de perderse entre las demandas comerciales y las estrecheces de todo tipo que sufre la literatura infantil en los tiempos que corren. Proponemos libros divertidos, que retan al lector, con sentido, en los que damos una gran importancia a la calidad de los contenidos y de las formas. Sabemos de dónde partimos, pero aún no sabemos a qué puertos nos llevará esta aventura que, como sus libros, nace y se ha constituido como un espacio abierto, de experimentación».

¿En qué trabajáis ahora? Gustavo: «Poco antes de que le diagnosticaran el cáncer a mi padre, había comenzado a leer libros sobre la muerte. Me han interesado mucho las ars morendi, esas guías para «la buena muerte» que aparecieron al final de la Edad Media y que se consolidaron durante el Renacimiento y el Siglo de Oro. También me resulta fascinante toda la iconografía mortuoria: desde las danzas macabras a los emblemas, desde las alegorías sobre las vanitas al humor de las catrinas. Pues bien, estoy escribiendo un libro sobre la muerte para niños y quiero plantearle a Elena el desafío de apropiarse de todo ese imaginario. Me gusta escribir sobre aquello que no sé, aquello que me inquieta, los problemas que me implican tanto en lo afectivo como en lo intelectual. Y, en este momento, hay un problema que no deja de rondarme: cómo una persona que no es religiosa ha de enfrentar la muerte y cómo puede o no responder a las preguntas, miedos e inquietudes que le formulan los niños».

Elena: «Yo estoy rematando el primer libro de la colección ¿Te suena?, dedicada a las retahílas y tradición oral. Nos estrenamos con una versión ilustrada de la canción ‘Yo tengo un moco‘. La verdad es que puedo valerme del título de nuestro primer libro para describir lo que me provoca publicar este título: tengo Sentimientos encontrados. O, quizá, lo podríamos dejar en que me da un poco de vergüenza. A mí nunca se me habría ocurrido ilustrar esta canción. Cuando Gustavo me lo propuso, al principio pensé que estaba bromeando. Luego dudé entre si era una burrada o una genialidad. Al final me entusiasmé y no le di más vueltas, pensé que tenía que hacerlo. Pero este verano, mientras la estaba dibujando, mi hermana lo vio y me dijo: «Qué vergüenza, ¿pero vais a publicar eso? ¿Y tendré que decir que lo ha hecho mi hermana? ¡Qué vergüenza!». Y otra vez se apoderó de mí ese pudor que, por una vez, no sé dónde había dejado. La verdad es que me da un poco de apuro, y lo que más me cuesta es que vaya solo mi nombre en la portada, pero… ha quedado muy muy divertido».

«También estoy dándole vueltas a la segunda entrega de la colección para pre-lectores ‘Que ya sé‘, del que ya hemos publicado un primer título: ‘Ya sé vestirme sola‘. Con este libro me costó lo suyo hasta dar con cómo lo tenía que hacer. Creo que para mí es más difícil crear libros para pre-lectores que otro tipo de álbumes. Igual, esto se debe a que cuando me dirijo a niños muy pequeños tengo que considerar aspectos que normalmente no tengo en cuenta cuando hago libros destinados a otras edades, como la simplificación del texto y del manejo de la elipsis o la necesidad de reiteraciones. Otra dificultad con la que me topé fue la niña protagonista. A mí me parecía una niña pequeña, pero otras personas la veían con más edad».

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Pedro Oyarbide y su visión de ‘El Principito’

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Pedro Oyarbide

Venerado por generaciones de lectores -pequeños y grandes- en todo el mundo, ‘El principito’ es un clásico inagotable que logra conmovernos en cada lectura. La historia de Saint-Exupéry narra el encuentro, en la soledad del desierto del Sáhara, entre un aviador que ha sufrido una avería y un niño que se acerca a él para pedirle el dibujo de un cordero. Este hombrecito de cabellos dorados, que ha viajado por varios planetas antes de recalar en la Tierra, es muy sabio en su inocencia. Su capacidad para el asombro y su arrojo en las preguntas constituyen el origen de las poderosas reflexiones sobre la vida que atesoran estas páginas.

Pedro Oyarbide

“Puede que el piloto que nos cuenta la historia no consiguiera desarrollar su talento artístico, pero sin duda sí lo ha hecho Pedro Oyarbide, que ha reinterpretado con inigualable maestría uno de los libros más entrañables de la literatura universal”, nos cuenta la editorial Lunwerg. Sus ilustraciones, vibrantes y detalladas, nos ofrecen la extraordinaria oportunidad de asomarnos a este libro como si fuera la primera vez. Este es el primer libro ilustrado de este artista español, que está detrás de las icónicas portadas de la arrolladora saga ‘Blackwater’. Con Pedro hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en ‘El Principito’.

¿Cómo nace este proyecto? “Pues es curioso, porque yo había propuesto a Lunwerg ilustrar ‘El Principito’, pero no era posible ya que aún no estaba en dominio público. Tiempo después, me encontraba ilustrando otro título cuando mi editora me dijo que justo se habían liberado los derechos, por lo que nos pusimos manos a la obra, dejando el otro libro en standby, ya que era una oportunidad buenísima de sacar cuanto antes mi versión de El Principito”.

Pedro Oyarbide

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Mi intención no era hacer una versión actualizada, sino ofrecer una visión en paralelo a la original aportando mi estilo y estética -nos cuenta Pedro Oyarbide-. Me he alejado del aire delicado y aniñado de las ilustraciones originales y lo he traducido a mi estilo, en muchos casos ilustrando pasajes desde otra óptica completamente diferente y en algunas ocasiones simplemente reinterpretando los originales”.

¿Cómo era tu relación con este libro antes de este proyecto? ¿Cómo ha cambiado o cómo es ahora tras este trabajo? “No lo leí de niño, siempre me causó cierto rechazo el estilo naif de las ilustraciones. No ha sido hasta meterme de lleno con el proyecto cuando he descubierto realmente todo lo que ofrece el texto, e incluso ahora las ilustraciones de Saint-Exupéryme parece que cobran sentido. Por otra parte me parece que es un libro que ya seas niño o adulto, tiene lecciones para todos. No tengo duda del porqué de su trascendencia, forma parte de la cultura popular”.

Pedro Oyarbide

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Es un tarea que a priori impone, por eso mismo, es uno de los libros más traducidos y leídos de la historia, quería hacer algo que estuviese a la altura, o al menos que yo estuviese orgulloso del trabajo -confiesa Pedro Oyarbide-. Primero de todo lo leí un par de veces y tomé anotaciones para potenciales enfoques, no había unos márgenes de tiempo demasiado grandes ya que corría prisa sacarlo cuanto antes. Fue un proceso bastante fluido y de los bocetos originales a las ilustraciones finales, apenas hubo cambios compositivos”.

Pedro Oyarbide

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Romper con la estética asociada a la obra original puede que acerque el título a otros lectores”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajo en digital, desde el boceto al arte final”, afirma Pedro Oyarbide

Pedro Oyarbide

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tengo varios proyectos editoriales interesantes, por una parte sigo ilustrando portadas de Michael McDowell, el autor de Blackwater. Próximamente saldrá ‘Hija de la Venganza’ con Blackie Books. También estoy con un libro completamente ilustrado de uno de los autores más relevantes de la literatura contemporánea española, pero que desgraciadamente no puedo revelar. Saldrá en 2026. A parte de eso estoy trabajando en varios proyectos para Miller Lite y Playstation”.

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Fermín Solís nos presenta a ‘Las niñas intrépidas’

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Fermín Solís

Las niñas intrépidas’ es el abecedario con las niñas más divertidas, personajes de la A a la Z que realizan las hazañas más increíbles. Un libro en mayúsculas que invita a la lectura autónoma, a jugar con los nombres propios y los pareados, y a aprender la grafía de letras. Las ilustraciones del premiado Fermín Solís juegan con personajes cómicos, un poquito gamberros y muy, muy divertidos. Con Fermín hemos charlado un poquito más sobre este proyecto que publica Editorial Libre Albedrío.

Fermín Solís

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El origen de este proyecto está en un libro anterior llamado Los niños valientes de las mismas características, pero que mezclaba nombres tanto de niños como de niñas. Digamos que esta es una actualización, pero las protagonistas son las chicas”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán un abecedario donde una serie de personajes realizan acciones bastante atrevidas. Algunas de ellas mejor no intentar hacerlas en casa”, asegura Fermín Solís.

Fermín Solís

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “En este caso, no hay mucho trabajo de investigación, es un libro divertido sin más para primeros lectores y ya tenía la base del anterior”.

¿Cómo nacen estos personajes? “Pues al contrario que otros libros míos, donde los personajes son importantes, porque la historia gira en torno a ellos, en este caso es simplemente una serie de gags en función al nombre de la protagonista de cada página, es casi más importante la rima que el dibujo”, afirma Fermín Solís.

Fermín Solís

¿Con qué niña intrépida te quedas? “La que lee cómics en la cornisa. Felisa. Aunque es difícil elegir”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Pues respecto a mis nuevos trabajo es más clásico, últimamente estoy evolucionando con la línea, haciendo cosas más atrevidas. En estas me mantuve bastante fiel al estilo del anterior libro”, nos cuenta Fermín Solís.

Fermín Solís

¿Con qué técnicas trabajaste? “En este caso, la técnica es digital”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Te diría que casi lo más difícil es encontrar la rima divertida para cada nombre. A veces hay nombres difíciles de rimar. Luego me hago un boceto en un papel, y finalmente lo paso a limpio en digital”.

Fermín Solís

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En noviembre aparece mi nuevo libro publicado por la editorial Salamandra. Fue el proyecto con el que gané el premio Salamandra FNAC de novela gráfica. Se trata de una historia que transcurre en un pueblecito de Extremadura llamado Deleitosa y, de nuevo, lleva como protagonista a una mujer”.

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Anna Pirolli nos guía en el viaje de ‘Fred y Gloria’

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Anna Pirolli

Fred ha recibido una carta de su amiga Gloria, que vive al otro lado del océano. Pero… ¿Dónde está el océano? ¿Cómo se llega hasta alguien a quien quieres mucho, pero no sabes dónde está? La editorial Flamboyant publica “Fred y Gloria”, escrito por Ratha Tep e ilustrado por Anna Pirolli. Una historia para leer en voz alta, compartir en silencio y soñar despiertos. Con Anna Pirolli charlamos un poco más sobre este libro.

¿Cómo surgió este proyecto? “Del encuentro entre Ratha Tep, una talentosa periodista que también escribe libros infantiles, y mi agente, Debbie Bibo. Ella me propuso el texto y acepté: me encantó de inmediato la ironía de la historia y la fuerza del personaje principal”.

Anna Pirolli

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una historia de amistad que va más allá de las apariencias, una aventura llena de desafíos y situaciones irónicas a través de lugares increíbles, encuentros con personajes extraños y un giro que asombrará a todos”, asegura Anna Pirolli.

Anna Pirolli
Anna Pirolli

¿Qué te pareció el texto de Ratha la primera vez que lo leíste? “Me pareció muy tierno, divertido e intenso. La elección de Fred es contundente y no teme las consecuencias. Me gusta este tipo de personaje: aparentemente pequeño, pero al final decidido e incisivo, como una cuchilla afilada. Me encanta la ironía, y este libro está lleno de situaciones divertidas que aligera el difícil viaje del protagonista. Y también me pareció curioso que la historia comience con una correspondencia. Las cartas son un medio de comunicación casi obsoleto, pero conservan un atractivo poderoso y evocador”.

Anna Pirolli

¿Cómo fue el proceso previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, documentación, pruebas y quizás incluso bocetos en un cuaderno… “Me encanta interpretar textos y encontrar el registro adecuado para dar vida al contenido, a veces oculto, de la historia -confiesa Anna Pirolli-. En cuanto leo una historia, tengo impresiones visuales, pero no tengo una idea precisa de cómo será el libro terminado, así que dedico mucho tiempo a recopilar ideas e imágenes que me ayudan a adentrarme cada vez más en la atmósfera del texto. Cuando esta sensación se hace más evidente, me sumerjo y empiezo a dibujar: primero los personajes, luego los escenarios”.

Anna Pirolli

Anna Pirolli

¿Qué dirías que caracteriza tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otras obras? “Esta fue mi primera vez usando acuarela y me divertí mucho. Desde hace unos años, siempre que puedo (dependiendo del tiempo disponible y del coste del proyecto), dibujo analógicamente. Tras veinte años de técnicas digitales, necesitaba volver a tocar la veta del papel y a oler los colores. La satisfacción de pintar no tiene precio, y la había olvidado -continúa Anna Pirolli-. Quería que las ilustraciones de este libro contaran la historia de Fred con detalles realistas. Quería crear entornos agradables e inmersivos para los niños, retomando las imágenes «clásicas» de los libros de mi infancia, que aún recuerdo y que me transportaron a un mundo paralelo”.

Anna Pirolli

¿Qué técnicas utilizaste entonces? “Acuarela, aplicada en una capa muy densa”.

Anna Pirolli

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “¡Empecé a trabajar en este proyecto hace tres años! La primera versión del storyboard fue completamente diferente; me centré por completo en los personajes y casi nada en los escenarios. Mi agente se lo presentó a los editores, quienes lo apreciaron, pero con algunas reservas: parecía demasiado minimalista (¡y sin duda lo era!), y quizás el título no era apropiado. Dejé el libro a un lado por un tiempo, porque tenía otras cosas que hacer. Cuando finalmente lo retomé, dos años después, tenía una mentalidad diferente y empecé desde cero. La autora también hizo algunos cambios: dejar que el proyecto «descansara» nos ayudó a centrarnos mejor en los temas fuertes del texto. Si los lectores supieran las revoluciones que hay detrás de un libro infantil «sencillo», ¡se sorprenderían de la cantidad de trabajo!”, nos cuenta Anna Pirolli.

Anna Pirolli

Anna Pirolli

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Nuevos proyectos? “Disfruto mucho dando clases, así que estoy preparando nuevos cursos para ofrecer en escuelas y por fin estoy escribiendo mi propio proyecto. Pero no te diré nada, ¡soy supersticiosa!”.

Anna Pirolli
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