Cómic
Pep Brocal nos habla de su cómic ‘Lily MegaMosca’: «Un niño o niña de tres, cuatro, cinco o seis años que lo pase bomba con los tebeos hoy, puede que continúe esa afición y de adulto siga siendo lector de tebeos y novelas gráficas»

En un futuro no tan lejano, Lily vive con su familia en una antigua casa en la ciudad. Un día, en el laboratorio químico de Solikamsk una lamentable explosión causa una nube tóxica de colosales dimensiones que se va expandiendo, cubriendo prados, montañas, ríos y ciudades. Inadvertidamente, sus efectos tóxicos generan una alteración celular en los bichos más pequeños, por la que estos mutan hasta alcanzar un tamaño sorprendente. Uno de ellos se erige en cabecilla en la rebelión contra el maltrato que han sufrido por parte de los humanos durante siglos. Mientras los mutantes intentan asaltar la casa de Lily, ella y su abuelo planean una descabellada idea para salvar a su familia. Hay carrerillas, luchas de poder, persecuciones y puñetazos. Y, sobre todo, un buen montón de insectos. Así nos presenta Mamut Cómics este trabajo, ‘Lily MegaMosca‘, un cómic de Pep Brocal. Con él hemos charlado.
¿Cómo surgió este proyecto? Pep Brocal: «Hace mucho tiempo, unos tres o cuatro años mínimo, que le daba vueltas a una historia de este estilo y para chavales. Como reza el subtítulo, quería hablar del «mundo patas arriba» basándome en esas aucas de los siglos XVIII y XIX en las que se mostraban «espeluznantes» visiones del mundo al revés. En este caso son los bichos los que toman el poder, esa es la idea base. También quería que el protagonista, una niña, sufriera algún tipo de transformación. Ello le otorga una singularidad creo que necesaria para contar sus vivencias en ese mundo alterado. Le hablé de todo ello a Stef y tiré para adelante desarrollando lo que en teoría y en la práctica debería ir explicándose en una serie de títulos por venir. Tanto él como Maxi y Ed se mostraron super receptivos, y eso es fundamental para el empujón definitivo».
¿Quién es Lily MegaMosca? «Lily es una niña que se somete valientemente al rayo transformador y se convierte en mosca, ¡tal que así! Bueno, en realidad se convierte en MegaMosca, para pasar inadvertida en medio de ese nuevo orden recién instaurado por insectos y otro tipo de bichejos como arácnidos, gusanos, etc. Camuflada como uno de ellos para que la aventura continúe -nos cuenta Pep Brocal-. La idea es que todos aquellos animalillos que hasta ahora se han visto pisoteados implacablemente por los humanos tengan también su oportunidad. Para que se tomen de una vez esa revancha pendiente o no. Eso ya se verá».
¿Cómo ha sido el proceso de elaboración de este cómic? «El proceso ha sido largo porque desde que tuve más o menos claro el enfoque fueron entrando en mi mesa algunos otros trabajos. Una vez tuve el esquema básico a seguir, lo fuí puliendo in situ, en el campo, observando muy de cerca toda clase de habitantes minúsculos (hormigas, moscas, arañas, escarabajos, cienpiés, libélulas, etc.) que venían a su vez a espiar lo que demonios estuviera haciendo yo ahí en esa mesa de pino a la sombra de un prunus con todos esos cuadernos y hojas garabateadas que el viento se llevaba de vez en cuando -recuerda Pep Brocal-. En realidad trabajar en esas condiciones, algo que así de entrada parecería «lo ideal» de tan bucólico, en mi caso supone una distracción permanente y continua. Un placer y a la vez una deliciosa pérdida de tiempo, lo contrario de lo que se espera de un profesional, vamos. Pero muy inspirador».
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este trabajo? «En cada trabajo me planteo nuevos retos. Retos personales, digo -afirma Pep Brocal-. En lo que atañe al aspecto plástico, quise dotar al color de una carga expresiva y trabajar ese nuevo mundo de insectos y demás como si no se hubiera hecho aun nada en esa línea, algo completamente falso. Pero esa era la idea para si cabe encontrar soluciones propias».
¿Con qué técnica o técnicas trabajas? «El método de trabajo ha sido empezar con los bocetos a lápiz azul; pasar a tinta negra con plumilla y rotuladores de distintos grosores; escanear y trabajar el color en Photoshop con una base de acuarela y témpera también escaneada para darle un carácter más cálido, fluctuante, imperfecto y neutralizar en lo posible la frialdad del color digital -asegura Pep Brocal-. Por eso mismo de vez en cuando añado texturas, procurando de se integre todo en un conjunto armónico».
¿Qué importancia tiene el crear cómics para los más pequeños? «Mucha, creo que es fundamental que se hagan también historias pensando en los más pequeños, cosa que lleva realizando estupendamente Mamut Comics desde hace bastantes años con un fantástico elenco de autores a cual mejor -afirma Pep Brocal-. Un niño o niña de tres, cuatro, cinco o seis años que lo pase bomba con los tebeos hoy, puede que continúe esa afición y de adulto continúe siendo lector de tebeos y novelas gráficas. Y eso quiere decir lo que quiere decir, que no hay que renunciar a nada por más que tu lector sea un crío. He tenido eso en cuenta a la hora de hacer «Lily MegaMosca» y además procurando que lo pueda disfrutar de igual modo un adulto. De seis a noventa y seis años, ese es mi lema. Esa era al menos la intención. Y por cierto, que el editor ha añadido al álbum un kit de entomólogo con cuaderno de campo, lápiz y lupa para que los más pequeños ensayen ya esa posible vocación a temprana edad (risas)».
Cómic
Joaquín López Cruces, Enrique Bonet y ‘El otro mundo’

Verano de 1933. Un reducido grupo de estudiantes y maestros llega a Neveros, una remota aldea de la Alpujarra, enviados por el gobierno de la Segunda República para desarrollar allí uno de sus proyectos culturales más ambiciosos: las Misiones Pedagógicas, con las que quiere hacer llegar a los campesinos un inmenso patrimonio cultural al que nunca han tenido acceso -la música, el teatro, la poesía, el arte…-. En sesiones cargadas de magia, les descubrirán el cine y sus asombrosas proyecciones; les ofrecerán charlas sobre sus derechos y deberes como ciudadanos de la República, y les dejarán el rastro imperecedero de una biblioteca de libros y discos de pizarra. Con mucho esfuerzo, los viajeros se irán ganando la complicidad y el entusiasmo de los aldeanos, especialmente de los niños; pero también la hostilidad y la desconfianza de quienes ven amenazadas sus ideas, sus creencias y sus formas tradicionales de vida…

‘El otro mundo’, editado por Astiberri, se inspira en la experiencia real de la Misión Pedagógica desarrollada en varios pueblos de la Alpujarra granadina en agosto de 1933, entre cuyos miembros se encontraban el cineasta José Val del Omar y el escritor y poeta Antonio Sánchez Barbudo. Enrique Bonet y Joaquín López Cruces indagan en los efectos del choque cultural entre dos mundos que siempre se habían dado la espalda, y en el enfrentamiento entre los anhelos de transformación social y la feroz resistencia al cambio y la pérdida de privilegios. Con ellos hablamos una mañana, en una cafetería junto al Arco de Elvira, en Granada, en una cafetería con libros que gestiona una familia gazatí. En las siguientes líneas tenéis algunas pinceladas y reflexiones alrededor de este trabajo.
¿Cuántos encuentros como este, aunque solo entre los dos, ha habido? “Alguna que otra, pero también muchas digitales, evidentemente, con mucho WhatsApp y mucho correo electrónico”, comenta Enrique Bonet. “Recuerdo que tuvimos la primera reunión, eso ya lo hemos contado varias veces, y esto fue por culpa de Munuera, fue el que nos lió. Fue en una reunión con varios dibujantes y cerveza -continúa Joaquín López Cruces-. Llevaba tiempo queriendo hacer un cómic largo, porque desde el primero que hice, hace más de 30 años, solo había hecho cosas más pequeñitas. Tenía mi propio proyecto, pero nada, eso de trabajar en solitario es muy complicado. Y fue Munuera el que me dijo que Enrique tenía un proyecto muy interesante”.
‘Le pedí a Enrique que me contara, pero me extrañó también un poco, porque siendo dibujante, y le dije: “¿no lo quieres hacer tú?” Y me dijo, no, no, estupendo”. “Yo llevaba tiempo dándole vueltas a la cabeza, con esta idea, con este proyecto de las misiones. Llevaba casi un año reuniendo documentación, pero no arrancaba con el guión”, apunta Enrique. “Si lo dibujas tú, no me lo pienso.Porque Joaquín, él lo sabe, ha sido uno de mis referentes o de mis maestros”.

¿El proceso de documentación? Enrique Bonet: “Yo había reunido mucha documentación escrita, empecé a informarme sobre las misiones, porque en internet había muchísima información, muchos artículos, y luego un libro que fue la fuente fundamental de información, tanto para mí como para Joaquín, que es un catálogo de una exposición que hizo la Residencia de Estudiantes hacia 2006, muy rico en imágenes y fotos. Es un libro muy bien editado. Fue un incentivo también para empezar a meterme en el mundo gráfico. Porque a mí esta idea surge gráficamente. La primera idea fue viendo imágenes que encontré por casualidad, y vi las primeras imágenes de un pequeño documental rodado por Val del Omar. Y esas primeras imágenes fueron las que me abrieron la pista y lo que me motivó a hacer la historia”.
“También unida al tema de la Alpujarra -continúa Joaquín López Cruces-, que es un mundo que conozco bastante. He ido muchas veces y me parece también muy sugerente para dibujarlo”. En este momento comentamos cómo se refleja la singularidad de esta comarca granadina en una doble página, en la que Joaquín nos traslada casi a vista de pájaro a la plaza del pueblo… “Sí, eso fue gracioso, hacer la doble página fue una sugerencia de un amigo, de Javier de Isusi, el dibujante. Le enseñé las páginas que llevaba, y esa ilustración era una media página. Y me dijo, “estás loco, ponlo más grande, eso merece más”. Entonces, empecé a pensar, hice la prueba, y claro, tenía razón. Pero eso me obligó a retroceder, para que eso fuera una doble página, tuve que volver al principio y rehacer muchas cosas. Pero se lo agradezco, porque es una doble página que le gusta mucho a la gente. Además al lector le ayuda a descansar un poco, a situarse, a entender ese momento, hay como un cambio de ritmo, narrativamente funciona muy bien”.

Una de las esencias de la historia es ese momento previo a la Guerra Civil, en el que ya algo se palpa en el ambiente. “Realmente el objetivo de la historia es contar ese momento en el que ya la gente no se ponía de acuerdo, la gente no hablaba, sino que empezaba a haber un enfrentamiento en el que el diálogo parece que era imposible”, señala Enrique Bonet. Y, claro, el papel de las misiones era todo lo contrario, era la idea de llevar la cultura, el diálogo, la razón, de extenderla a todos los rincones, y te encuentras con esa realidad donde el país ya empezaba a estar dividido y partido. Que, además, tiene unas lecturas muy contemporáneas también, desgraciadamente. Quizás no era la intención, alprincipio, no teníamos esa idea, pero luego te das cuenta de que estamos casi reflejando un momento”.
“Una cosa que me ha gustado mucho, a la hora de todo el desarrollo del libro, es que muchas de las cosas que han ido ocurriendo con el libro han sido, no digo casuales, sino que la propia estructura de la historia, los propios elementos que Joaquín iba aportando, van construyendo la historia. Al final, es todo como muy orgánico”.

“No había cosas premeditadas, sino que han sido hallazgos que hemos ido encontrando, conforme el guión se iba construyendo y la historia iba creciendo también gráficamente. Aparte que yo he hecho una cosa que creo que no hay que hacer, que es que lo he dibujado por orden y página por página, y la primera parte incluso sin que se hubiera acabado el guión. Por eso, quizás, tiene ese aspecto orgánico, que ha ido desarrollándose”, indica Joaquín López Cruces.
“Él me ha sugerido cambios de dibujo, yo le he sugerido cambios de guión… Yo tenía una estructura básica desde el principio, que fueran tres días, tres actos, sabía cómo empezaba, cómo acababa, sabía más o menos lo que pasaba en medio, pero el desarrollo de todo eso lo fui desgranando poco a poco. Lo del color, también fue surgiendo. Me gustó mucho cuando Álex Romero dijo que parecía hecho por una sola persona, lo lees y no se nota que hay dos autores, y eso me encanta porque yo también lo veo así, y además pienso que esa es la magia de trabajar con alguien”.

Después hablaremos un poco más del uso del color, pero me gustaría también que habláramos de la figura del maestro. “Hay una frase cuando llegan al pueblo y los recibe el maestro, es el que recibe a la misión, porque las autoridades estaban en otras cosas, y uno de los componentes de la misión dice: “nadie mejor que un maestro para representar a la República”. Creo que esa es una de las claves también de la historia, el papel que hizo la República en ese sentido”, nos comenta Enrique Bonet. “Era un apoyo, todo ese suministro de libros, era para apoyar a la escuela y al maestro, para que tuviera herramientas. Las misiones, yo las veía como una extensión de la escuela pública, de ese intento que hizo la República y en el que invirtió muchísimo esfuerzo en dignificar el papel de los maestros, en crear escuelas, y que esas escuelas enseñaran de una determinada manera. Y las misiones eran un poco una extensión de esa política”.

“A mí lo que me gustaba de los proyectos de las misiones, entre otros, como el de La Barraca, que es más conocido, es que éste era un plan sistemático y un plan muy bien pensado, muy bien programado, muy planificado, y con una intención a muy largo plazo -continúa Enrique-. Lo que siempre pedimos en las políticas culturales, que no se suele hacer, aquí era una cosa muy a largo plazo, sabiendo que esto no iba a dar un resultado inmediato. Eran semillas. Y lo que contamos nosotros, la misión ha pasado por ese pueblo, ha dejado una semilla, y algo va a pasar ahí, personificado en esta niña, en Lucía, lo que recibe, pero no solo ella, porque el resto de los niños también, al final cambia su vida”.

Vamos con el color, que lo marcan la niña, Lucía, el pelo de María y el fantasma… “Es como una V, porque es Lucía la que se relaciona con las otras dos -nos cuenta Joaquín López Cruces-. Fíjate que ni siquiera en el guión estaba eso, tampoco son exactamente protagonistas, porque María es una más de las misiones. Pero a mí me gustó, ya que teníamos una pelirroja, que es la que da ese color rojo, unirla con las otras, me parecía que era interesante. Al principio, yo pensaba hacerlo en blanco y negro, pero claro, una pelirroja en blanco y negro, cómo se indica, cómo se cuenta, es relevante que sea pelirroja, porque también añade ese punto de extrañeza a los lugareños… Pensé hacerla a dos tintas, hice bastantes pruebas, a ver cómo quedaba, pero en el fondo era como un reto para mí, porque siempre he sido más dibujante de líneas, de blanco y negro. Al final me obligué a trabajar con una paleta pequeña. Que no fuera blanco y negro, pero mitigarlo de manera que el rojo destacara”.

¿Y las técnicas? “Hice bocetos a lápiz, pero en una libreta aparte, y luego las páginas están dibujadas directamente en un iPad. A veces fotografiaba los bocetos con el mismo iPad o escaneaba alguna cosa, si lo tenía muy trabajado prefería escanearlo y lo calcaba”, afirma Joaquín López Cruces.
¿Y el fantasma? “Bueno, esta es una historia de ficción, estamos fabulando, estamos en un mundo donde se van a mezclar elementos mágicos con elementos reales y quería jugar desde el principio en ese terreno, no de la fantasía, pero sí donde, como fabulador, nos permitía hacer cualquier otra cosa. Y si conseguíamos que el lector ya desde el principio entrara en ese juego, pues ya eso nos daba una herramienta. Tenía claro desde el principio que quería mezclar el tema de la magia, quería que aparecieran elementos mágicos y en la Alpujarra eso también estaba muy presente”, asegura Enrique Bonet. “Y en ese mundo pensé rápidamente en este fantasma, que nos permitía, por un lado, tener el contacto con la niña, como la niña era muda, la niña no hablaba, el único personaje con el que mantiene cierto diálogo es con este fantasma, aunque ella no habla, pero hay un diálogo entre las dos, y permitía introducir esas pinceladas de lo que está por venir, del futuro y también esa referencia al pasado sangriento de la Alpujarra. Con todas esas claves se va construyendo ese personaje. Y luego la aportación de Joaquín, que fue fundamental, a la hora de darle forma a ese fantasma, que yo lo había imaginado de una manera totalmente distinta…”.

“Yo, en vez de poner a una señora andando, la envolví en sudarios, me documenté en esculturas griegas, porque era lo que me sugería a mí alguien envuelto así, en vendas, no iba a poner a la momia, pero tampoco a una señora muy bien arreglada. Esta mujer se ha despertado, la han sacado de ahí, pues estará envuelta así… Y luego, no sé, la primera vez que la puse andando, la subí unos centímetros por encima del suelo, y ya la hice que volara y todo. Pero yo pienso que sí, que si eres un fantasma, qué menos que puedas volar, no tienes esas limitaciones que tenemos en vida”, sonríe Joaquín López Cruces.
‘El otro mundo’ cuenta además con un sugerente apéndice de 16 páginas escrito por Enrique Bonet, que incluye diverso material gráfico y ubica lo que fueron las Misiones Pedagógicas que se desarrollaron en la Segunda República española. Un extra sobre el qué, y el quién es quién de aquel proyecto de promoción de la cultura que llegó a miles de pueblos y aldeas de España y que se desmanteló con la instauración de la dictadura franquista al fin de la guerra civil. También en esta parte del libro podemos disfrutar de los bocetos de Joaquín… “Tenía claro que quería meter algún tipo de complemento, de contextualización de las misiones -afirma Enrique Bonet-. Porque eso me permitía, también, no tener que explicar cosas en el tebeo. Habrá gente que se lea esto y quiera saber algo más, pero no se lo voy a contar en la historia”.


“La mayoría de bocetos son de la libreta, claro. Así es como yo trabajo, subo aquí las paginitas que hago antes de meterme en faena. Primero los hago sin páginas ni nada para ver si funciona la lectura de las viñetas, luego ver cómo encajan en la página… Tiene una parte que siempre es más rica el boceto”, añade Joaquín López Cruces.
Cómic
PROFESIONALES 4 reunirá a referentes del cómic y la ilustración en Madrid

La cuarta edición de PROFESIONALES, el evento que busca poner en valor el trabajo y la trayectoria de los expertos del mundo del arte y el entretenimiento, ya tiene fechas: será del 13 al 16 de noviembre de 2025 en el Barrio del Cómic de Madrid.
PROFESIONALES 4 reunirá a lo más granado del sector del cómic, la ilustración, la animación y los videojuegos, reflejo de la diversidad de sectores en la que se mueven los profesionales, caracterizados por la versatilidad, por la disposición a tomar distintos caminos y aprender diferentes funciones, asegurándose opciones disponibles dentro de las diferentes industrias.
Con una amplia programación gratuita y abierta al público, la cuarta edición vuelve con charlas y mesas redondas donde los profesionales compartirán su trabajo, experiencias y opiniones sobre la industria, talleres, actividades infantiles, etc. y, tras la enorme acogida del año pasado, revisión de portafolios, en la que las personas interesadas podrán recibir comentarios de grandes profesionales de la industria.

Esta edición apostará, además, fuertemente por el networking entre los asistentes. Para ello, habilitará espacios durante las cuatro jornadas del evento. Asimismo, como novedad, celebrará una sesión de firmas de originales exclusivos; también, la primera de una serie de exposiciones homenaje a grandes figuras del cómic español ya fallecidas, en colaboración con Madrid Cómic Summit. Este año, en memoria del dibujante Enrique Ventura.
Recorrido
En 2017, tuvo lugar la primera edición de PROFESIONALES que consistió en una firma multitudinaria de artistas del mundo del cómic en la céntrica Omega Center, con invitados de la talla de los dibujantes David Lafuente, David López o Pepe Larraz. Lo que comenzó siendo una reivindicación de la figura de los profesionales del dibujo a nivel nacional se acabó convirtiendo en una puesta en valor de los mismos, así como la mejor forma de acercar su trabajo al público amante del cómic, interesado en adquirir su producto y obra.

Tras 6 años, y ante la insistente demanda del público, PROFESIONALES volvió a la carga el año pasado; esta vez, como un proyecto más grande y ambicioso. Se involucraron a algunas de las librerías que conforman el Barrio del Cómic de Madrid (Elektra Cómics, Atom Cómics, GenX Puebla y Omega Center) y se contó con la participación de más de 30 profesionales de diferentes sectores, sumando además del cómic, la ilustración, la animación y los videojuegos.
El resultado: un evento multidisciplinar de tres días de duración con más de 20 actividades. Como colofón, se organizó una gran sesión de revisión de portafolios para aspirantes a profesionales, respondiendo a la esencia de un evento creado por profesionales para profesionales, independientemente de la fase de su carrera se encuentren.

Tal fue la acogida del evento que, la siguiente edición, PROFESIONALES 3, cerró con una participación récord de casi mil asistentes, logrando así el objetivo de convertirse en punto de encuentro entre profesionales, aspirantes a profesionales y público general, dando respuesta a la necesidad de crear un evento de esta naturaleza.
Barrio del Cómic de Madrid
El Barrio del Cómic hace referencia a una zona céntrica de la capital conocida por concentrar numerosos establecimientos y actividades en torno a la cultura pop, geek y friki.
Este área, punto de encuentro para los aficionados de los cómics, el manga, el gaming, la literatura de fantasía y ciencia ficción, la novela gráfica, etc., se organiza en torno a la comúnmente conocida Plaza de la Luna, a tan solo unos pasos de Gran Vía, punto donde desde los años 80 establecieron campamento base la mayor parte de las tiendas especializadas en esta subcultura.

Para impulsar la zona, varios de los propietarios de los establecimientos más icónicos del barrio crearon un proyecto bajo el nombre Barrio del Cómic que ha lanzado su propio mapa para que los aficionados puedan hacer la ruta sin perderse nada.
Actualizado recientemente, cuenta ya con casi una veintena de librerías. Entre otras, Otaku Center opta por el producto japonés, Hobby Converters se centra en los productos de segunda mano frikis y Metrópolis, en cómics de Estados Unidos. También en cómics y merchandising se especializan Omega Center, Atom Cómics, Generación-X Puebla o Crisis.

Sobre Profesionales
Profesionales es un evento independiente de cómic, ilustración, animación y videojuegos que busca poner en valor el trabajo y la trayectoria de los profesionales del sector, y convertirse en punto de encuentro de referencia para expertos y aspirantes a profesionales.
Profesionales es un evento gratuito y abierto al público, creado y organizado por profesionales y dirigido a profesionales, aspirantes a profesionales y amantes de la industria del arte y el entretenimiento.
Cómic
Marina Velasco y su trabajo en ‘Mientras sea verano’

El verano es una época de oportunidades, capaz de crear situaciones que en ningún otro momento se darían. En Almajadilla, un pequeño pueblo ficticio que aúna la cultura mudéjar aragonesa y la herencia andalusí del sur, coinciden dos mujeres de generaciones y vidas muy distintas. Lejos de chocar, crean un fuerte vínculo gracias a la búsqueda conjunta del amor propio: Fina, vecina y trabajadora del pueblo, nunca lo ha conocido; a Berta, recién llegada de la ciudad, se le ha arrebatado a la fuerza. ‘Mientras sea verano’, editado por Salamandra Graphic, es una historia que homenajea la cultura popular, celebra la diversidad y pone en valor el conocimiento transmitido entre mujeres. Con su autora, Marina Velasco, hablamos en las siguientes líneas.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El proyecto surge de las ganas de reflexionar sobre las posibles relaciones que se darían si nos detuviéramos a conocer verdaderamente a las personas de nuestro entorno (compañeras de trabajo, vecinas, etc…). Personas con las que compartimos gran parte de nuestro día y, sin embargo, apenas conocemos”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontrarán dos historias de crecimiento. Dos mujeres, totalmente opuestas, que coinciden en un pueblo recóndito de España. Movidas por su necesidad mutua de compañía, entablan una relación que les hace reflexionar y aprender sobre el cuidado. Todo ello contado desde la cotidianeidad y el humor. Acompañado de las sorpresas, el color y la magia que una DragQueen inesperada trae a sus mundos”, nos cuenta Marina Velasco.

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Esta obra se aleja del carácter documental de «Que no se olvide«, introduciéndose en la ficción. Por ello el inicio del proceso tuvo que ser muy diferente. El primer trabajo era dar vida y personalidad a los personajes. Algo que, para mí, empieza en mi mente: creé tres personajes que dejé habitar mis pensamientos a su modo; observando la manera en que interactuarían unos con otros en la vida real y planteando situaciones ficticias con las que ir desarrollando su personalidad y su forma de expresarse -continúa Marina Velasco-. Una vez tuve los personajes y las motivaciones de la historia claras, llegó la hora de materializarlo. Para ello tengo un cuaderno, reservado exclusivamente a esta obra, que fui llenando de bocetos, ilustraciones, anotaciones de guion, etc.”.
Háblanos un poco más sobre cómo nacen estos personajes. “A pesar de ser personajes o historias ficticias, me gusta que mi trabajo nazca siempre de la realidad y de mi percepción del mundo. Observo el entorno, buscando detalles y fragmentos de historias que llamen mi atención y las anoto en mi cuaderno. Los personajes de «Mientras sea verano» nacieron de una de esas observaciones. Una breve situación en la que pude ver cómo el mundo de una mujer rural, que apenas conocía lugares fuera de su pueblo, se puso patas arriba al chocar, de manera inocente y genuina, con la comunidad LGTB”

¿Con cuál te identificas más? o ¿Qué hay de Marina en estos personajes? “Por edad, me es más fácil identificarme con Berta. Pero tengo un cariño enorme a Fina. Podría afirmar que Fina ha ido absorbiendo su ternura desbordante de mujeres imprescindibles en mi vida. Creo que es imposible descubrir a Fina y no quererla”, confiesa Marina Velasco.
¿Qué relación tienes (si la hay) con ese mundo rural que se muestra en el cómic? “Los veranos de mi infancia han trascurrido en un pequeño pueblo aragonés. Un lugar perdido en el monte, en el que la vida sucede ajena a la velocidad y la locura de las ciudades. Conforme crecí, mi vida se desplazó a Madrid y ninguno de los pueblos que yo veía a su alrededor se parecía a los pueblos de mi memoria. Eran grandes, con carreteras recorriendo sus calles y con tantos habitantes que no podían conocerse todos entre ellos. Por trabajo, me marché una temporada a la zona rural de Almería. Y para mi sorpresa, allí, en la otra punta de la península, los pueblos eran iguales a los que tanto conocía. Pueblos pequeñitos, llenos de cuestas, de rincones en los que ni los coches ni las prisas pueden entrar, con una historia propia en la que todos sus habitantes son protagonistas. De esa gran sorpresa surge el pueblo de esta historia, Almajadilla. En el que se mezcla la herencia Andalusí con la Mudéjar, el sur con el norte y nos da como resultado un lugar que podría estar en todos y en ningún sitio de España”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Mis ilustraciones están siempre marcadas por la búsqueda de la expresividad. No pretenden ser anatómicamente correctas o fieles a la realidad, sino que deforman la perspectiva y las proporciones para ganar expresividad y narrar a través de los cuerpos. En esta obra, busco además explorar con mayor profundidad el lenguaje del cómic. Parto de las composiciones de viñetas más clásicas y juego con ellas para crear páginas dinámicas llenas de color y movimiento”, afirma Marina Velasco.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Al igual que en mi obra anterior, parto del dibujo analógico. Me gusta mucho la fuerza y la expresividad que los materiales dejan sobre el papel. Creo todas las ilustraciones en papel, empleando lápiz y manchas de tinta. Seguidamente escaneo los dibujos y les añado el color de manera digital”.

Nos ha llamado mucho la atención y nos ha encantado ese recurso que has utilizado en algunas viñetas para describir algunas acciones o movimientos, a través de flechas discontinuas, y nos gustaría que nos hablaras un poco de este recurso. “Ese recurso viene de mi pasión por el movimiento. Me encanta jugar con las diferentes maneras de representarlo -comenta Marina Velasco-. Por ello, en la obra podemos ver figuras que se duplican, como si se superpusieran los fotogramas de una animación tradicional. O cuerpos de los que salen numerosos brazos, siguiendo el movimiento que realizan cuando gesticulan al hablar. Las flechas acompañan estas estrategias. En algunos casos enfatizan el dinamismo y guían el movimiento de la propia ilustración. En otros, adquieren un valor más irónico, recalcando detalles que ya son obvios para el espectador”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Después de haber publicado dos libros en 2025 («Mientras sea verano» y «Luna por encima de todo«), ahora estoy tomándome un pequeño descanso antes de ponerme manos a la obra con los siguientes proyectos editoriales que tengo en mente. Mientras tanto, sigo trabajando en proyectos artísticos de otra índole, como mi colaboración con La Pulpería, espectáculo de la DragQueen Lucy Octopussy, que dibujo en directo y para el que realizo toda la cartelería; el diseño del cartel del XXIV Salón del Cómic de Zaragoza; o intervenciones artísticas para el Festival Asalto de arte urbano”.
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