Entrevistas
Enrique Quevedo ilustra ilustrando ‘Libro libresco’

En ‘Libro libresco’, el escritor y narrador oral Juan Arjona explica la historia de un león leonino que se pasa el día en medio del desierto desértico suspirando suspiros y esperando que así pase el tiempo. Pero ¿qué pasaría si la vida de este león leonino pudiera ser distinta? ¿Podría transformarse el león en un león leo nado? ¿… y el desierto desértico en una selva salvaje? Juan Arjona le cuenta a la editorial A buen paso que escribió este cuento jugando a acompañar cada nombre que aparece en él con un complemento que tuviera el mismo significado: desierto desértico, suspiro suspirado, león leonino… Este juego él lo llama «la redundancia redundante». Las ilustraciones de Enrique Quevedo acompañan el juego de Juan Arjona, introduciendo toda una serie de detalles, objetos y personajes que sorprenderán a los lectores y las lectoras de esta curiosa y divertidísima historia. Nosotros hemos charlado un poquito más sobre este proyecto con su ilustrador.

¿Cómo nace este proyecto? Enrique Quevedo: “El proyecto nace como el resto de proyectos que he hecho con Juan Arjona, nos vemos, él suele enseñarme varios textos y el que más me llega es el que ponemos en marcha. Así ocurrió con ‘A veces me aburro’ que salió con Tres Tigres Tristes y con ‘No pierdas de vista al lobo’ que publicó Combel. Una vez que tenemos decidido el texto comienzo a trabajar en las primeras ilustraciones y entre los dos vamos construyendo la criatura. Lo bueno en esta ocasión es que nuestra querida Arianna se sumó al lío, así que ha sido un poco distinto”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? 『Diría que un divertidísimo juego con las palabras. Juan Arjona para estas cosas es un mago que saca de su chistera cosas inesperadas una y otra vez. Por mi parte, intenté acompañar esas palabras suyas con una forma de hacer que se adaptase lo mejor posible a ellas; quien me conoce sabe que no tengo un estilo, una forma de hacer única sea el que sea el texto que me llega, sino que cada texto me sugiere un tipo de solución”.

Háblanos del trabajo con Juan. Sabemos, como has indicado, que no es la primera vez… “No, no, como decía antes este es el tercer libro que hacemos juntos. Ante todo a Juan lo quiero mucho y me consta que él a mí, somos grandes amigos y por tanto entre tanta confianza las cosas nos las decimos claramente, sin problema alguno -nos cuenta Enrique Quevedo-. Nos llevamos mucho mejor que bien. A partir de ahí el trabajo es fácil, muy fácil”.
“Verás, una vez que tengo las primeras ideas sobre el papel nos volvemos a ver y decidimos qué tipo de dibujo es el más apropiado para el texto. Luego vamos imaginando ilustración por ilustración y comentamos qué podría aparecer en cada una. Cada uno suelta el disparate que se le ocurre. Es un momento divertido. Luego me toca a mí ya en solitario construir las ilustraciones, y de todo aquel torbellino de ideas seleccionar y hacer. Te contaba antes que en el ‘Libro Libresco’ Arianna quiso participar de alguna manera y al principio fueron muchos correos de un sitio a otro hasta que se puso en marcha el proyecto definitivo”.
¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Eso quizás te lo debería contestar otra persona que lo vea desde fuera porque a mí me cuesta bastante verlo, aunque a veces me da la impresión de que a pesar de que superficialmente haya cambios, en el fondo sigo haciendo lo mismo -continúa Enrique Quevedo-. En cualquier caso creo que necesito llegar al final del camino para poder mirar hacia atrás y entender con exactitud qué he hecho. Eso sí, a grandes rasgos te podría decir que frente a lo que normalmente he venido haciendo y sobre todo comparando con los primeros trabajos que hice, estas ilustraciones del Libro Libresco tienen un aspecto más fresco, más divertido y a eso me ayudó el uso del pincel; dejé los rotuladores calibrados y estilógrafos a un lado y decidí dibujar con algo mucho menos preciso buscando precisamente ese objetivo”.

¿Con qué técnicas trabajaste entonces? “Usé tinta china y como te decía, dibujé con pincel. Luego, el color es digital que es el que menos problemas me da a la hora de pasar por imprenta. Prácticamente igual que ‘A veces me aburro’, solo que en aquella ocasión dibujé con rotulador en vez de con el pincel y la tinta”.

Cuéntanos algo de vuestras singulares “biografías” al final del libro. “Bueno, no hay mucho que contar. Arianna propuso que cada uno hiciese la suya y que yo (Juan no, (risas)), me dedicase a los dibujos. Así que eché mano del pincel, de la tinta y de la misma manera “imprecisa” que dibujé al león leonino, dibujé a Juan y me dibujé a mí mismo. Luego escribí mi “biografía” siguiendo el juego que Juan había creado para el libro. Solo quedaba situarnos en algún lugar y claro, no podía ser otro que el desierto desértico. Era obvio obviamente”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ando terminando un álbum para Tramuntana con texto de Pilar Serrano. Acabo de terminar también mi primer cómic que saldrá a finales de octubre, publicado por Sallybooks. Tenía ganas de meterme en ese mundo y como el trabajo de Méliès me apasiona, decidí trabajar a partir de su película Viaje a la Luna, dibujé algunas páginas, le ofrecí a Fran Nuño (porque sabía también de su pasión por “el mago”) la posibilidad de hacer el guión a lo que accedió encantado, y como colaboradora en el tema del color no había quién mejor que Luz Marina Salas, profesora de la facultad de Bellas Artes de Sevilla. Sallybooks nos subió a su nave”.
“Ahora necesito parar un tiempo -confiesa Enrique Quevedo-, han sido doce o trece años de trabajo intensísimo y como proyecto más inmediato tengo muchísimas ganas de volver a dar clases (a ver si hay suerte este año); los poquitos meses que estuve el curso pasado en la Escuela de Arte Dionisio Ortiz de Córdoba como sustituto, volvió a despertar en mí ese gusanillo. Fue un gusto trabajar allí, un lugar especial del que además me he traído grandes amistades. Tienen ciclo de cómic entre otros, así que imagina, una experiencia única que ojalá se vuelva a repetir. Una vez que descanse veremos qué pasa con esto de la ilustración y el cómic. Algo habrá que hacer”.
Álbum Ilustrado
Pedro Oyarbide y su visión de ‘El Principito’

Venerado por generaciones de lectores -pequeños y grandes- en todo el mundo, ‘El principito’ es un clásico inagotable que logra conmovernos en cada lectura. La historia de Saint-Exupéry narra el encuentro, en la soledad del desierto del Sáhara, entre un aviador que ha sufrido una avería y un niño que se acerca a él para pedirle el dibujo de un cordero. Este hombrecito de cabellos dorados, que ha viajado por varios planetas antes de recalar en la Tierra, es muy sabio en su inocencia. Su capacidad para el asombro y su arrojo en las preguntas constituyen el origen de las poderosas reflexiones sobre la vida que atesoran estas páginas.

“Puede que el piloto que nos cuenta la historia no consiguiera desarrollar su talento artístico, pero sin duda sí lo ha hecho Pedro Oyarbide, que ha reinterpretado con inigualable maestría uno de los libros más entrañables de la literatura universal”, nos cuenta la editorial Lunwerg. Sus ilustraciones, vibrantes y detalladas, nos ofrecen la extraordinaria oportunidad de asomarnos a este libro como si fuera la primera vez. Este es el primer libro ilustrado de este artista español, que está detrás de las icónicas portadas de la arrolladora saga ‘Blackwater’. Con Pedro hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en ‘El Principito’.
¿Cómo nace este proyecto? “Pues es curioso, porque yo había propuesto a Lunwerg ilustrar ‘El Principito’, pero no era posible ya que aún no estaba en dominio público. Tiempo después, me encontraba ilustrando otro título cuando mi editora me dijo que justo se habían liberado los derechos, por lo que nos pusimos manos a la obra, dejando el otro libro en standby, ya que era una oportunidad buenísima de sacar cuanto antes mi versión de El Principito”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Mi intención no era hacer una versión actualizada, sino ofrecer una visión en paralelo a la original aportando mi estilo y estética -nos cuenta Pedro Oyarbide-. Me he alejado del aire delicado y aniñado de las ilustraciones originales y lo he traducido a mi estilo, en muchos casos ilustrando pasajes desde otra óptica completamente diferente y en algunas ocasiones simplemente reinterpretando los originales”.
¿Cómo era tu relación con este libro antes de este proyecto? ¿Cómo ha cambiado o cómo es ahora tras este trabajo? “No lo leí de niño, siempre me causó cierto rechazo el estilo naif de las ilustraciones. No ha sido hasta meterme de lleno con el proyecto cuando he descubierto realmente todo lo que ofrece el texto, e incluso ahora las ilustraciones de Saint-Exupéryme parece que cobran sentido. Por otra parte me parece que es un libro que ya seas niño o adulto, tiene lecciones para todos. No tengo duda del porqué de su trascendencia, forma parte de la cultura popular”.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Es un tarea que a priori impone, por eso mismo, es uno de los libros más traducidos y leídos de la historia, quería hacer algo que estuviese a la altura, o al menos que yo estuviese orgulloso del trabajo -confiesa Pedro Oyarbide-. Primero de todo lo leí un par de veces y tomé anotaciones para potenciales enfoques, no había unos márgenes de tiempo demasiado grandes ya que corría prisa sacarlo cuanto antes. Fue un proceso bastante fluido y de los bocetos originales a las ilustraciones finales, apenas hubo cambios compositivos”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Romper con la estética asociada a la obra original puede que acerque el título a otros lectores”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajo en digital, desde el boceto al arte final”, afirma Pedro Oyarbide.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tengo varios proyectos editoriales interesantes, por una parte sigo ilustrando portadas de Michael McDowell, el autor de Blackwater. Próximamente saldrá ‘Hija de la Venganza’ con Blackie Books. También estoy con un libro completamente ilustrado de uno de los autores más relevantes de la literatura contemporánea española, pero que desgraciadamente no puedo revelar. Saldrá en 2026. A parte de eso estoy trabajando en varios proyectos para Miller Lite y Playstation”.
Álbum Ilustrado
Fermín Solís nos presenta a ‘Las niñas intrépidas’

‘Las niñas intrépidas’ es el abecedario con las niñas más divertidas, personajes de la A a la Z que realizan las hazañas más increíbles. Un libro en mayúsculas que invita a la lectura autónoma, a jugar con los nombres propios y los pareados, y a aprender la grafía de letras. Las ilustraciones del premiado Fermín Solís juegan con personajes cómicos, un poquito gamberros y muy, muy divertidos. Con Fermín hemos charlado un poquito más sobre este proyecto que publica Editorial Libre Albedrío.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El origen de este proyecto está en un libro anterior llamado Los niños valientes de las mismas características, pero que mezclaba nombres tanto de niños como de niñas. Digamos que esta es una actualización, pero las protagonistas son las chicas”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán un abecedario donde una serie de personajes realizan acciones bastante atrevidas. Algunas de ellas mejor no intentar hacerlas en casa”, asegura Fermín Solís.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “En este caso, no hay mucho trabajo de investigación, es un libro divertido sin más para primeros lectores y ya tenía la base del anterior”.
¿Cómo nacen estos personajes? “Pues al contrario que otros libros míos, donde los personajes son importantes, porque la historia gira en torno a ellos, en este caso es simplemente una serie de gags en función al nombre de la protagonista de cada página, es casi más importante la rima que el dibujo”, afirma Fermín Solís.

¿Con qué niña intrépida te quedas? “La que lee cómics en la cornisa. Felisa. Aunque es difícil elegir”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Pues respecto a mis nuevos trabajo es más clásico, últimamente estoy evolucionando con la línea, haciendo cosas más atrevidas. En estas me mantuve bastante fiel al estilo del anterior libro”, nos cuenta Fermín Solís.

¿Con qué técnicas trabajaste? “En este caso, la técnica es digital”.
Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Te diría que casi lo más difícil es encontrar la rima divertida para cada nombre. A veces hay nombres difíciles de rimar. Luego me hago un boceto en un papel, y finalmente lo paso a limpio en digital”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En noviembre aparece mi nuevo libro publicado por la editorial Salamandra. Fue el proyecto con el que gané el premio Salamandra FNAC de novela gráfica. Se trata de una historia que transcurre en un pueblecito de Extremadura llamado Deleitosa y, de nuevo, lleva como protagonista a una mujer”.
Álbum Ilustrado
Anna Pirolli nos guía en el viaje de ‘Fred y Gloria’

Fred ha recibido una carta de su amiga Gloria, que vive al otro lado del océano. Pero… ¿Dónde está el océano? ¿Cómo se llega hasta alguien a quien quieres mucho, pero no sabes dónde está? La editorial Flamboyant publica “Fred y Gloria”, escrito por Ratha Tep e ilustrado por Anna Pirolli. Una historia para leer en voz alta, compartir en silencio y soñar despiertos. Con Anna Pirolli charlamos un poco más sobre este libro.
¿Cómo surgió este proyecto? “Del encuentro entre Ratha Tep, una talentosa periodista que también escribe libros infantiles, y mi agente, Debbie Bibo. Ella me propuso el texto y acepté: me encantó de inmediato la ironía de la historia y la fuerza del personaje principal”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una historia de amistad que va más allá de las apariencias, una aventura llena de desafíos y situaciones irónicas a través de lugares increíbles, encuentros con personajes extraños y un giro que asombrará a todos”, asegura Anna Pirolli.


¿Qué te pareció el texto de Ratha la primera vez que lo leíste? “Me pareció muy tierno, divertido e intenso. La elección de Fred es contundente y no teme las consecuencias. Me gusta este tipo de personaje: aparentemente pequeño, pero al final decidido e incisivo, como una cuchilla afilada. Me encanta la ironía, y este libro está lleno de situaciones divertidas que aligera el difícil viaje del protagonista. Y también me pareció curioso que la historia comience con una correspondencia. Las cartas son un medio de comunicación casi obsoleto, pero conservan un atractivo poderoso y evocador”.

¿Cómo fue el proceso previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, documentación, pruebas y quizás incluso bocetos en un cuaderno… “Me encanta interpretar textos y encontrar el registro adecuado para dar vida al contenido, a veces oculto, de la historia -confiesa Anna Pirolli-. En cuanto leo una historia, tengo impresiones visuales, pero no tengo una idea precisa de cómo será el libro terminado, así que dedico mucho tiempo a recopilar ideas e imágenes que me ayudan a adentrarme cada vez más en la atmósfera del texto. Cuando esta sensación se hace más evidente, me sumerjo y empiezo a dibujar: primero los personajes, luego los escenarios”.


¿Qué dirías que caracteriza tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otras obras? “Esta fue mi primera vez usando acuarela y me divertí mucho. Desde hace unos años, siempre que puedo (dependiendo del tiempo disponible y del coste del proyecto), dibujo analógicamente. Tras veinte años de técnicas digitales, necesitaba volver a tocar la veta del papel y a oler los colores. La satisfacción de pintar no tiene precio, y la había olvidado -continúa Anna Pirolli-. Quería que las ilustraciones de este libro contaran la historia de Fred con detalles realistas. Quería crear entornos agradables e inmersivos para los niños, retomando las imágenes «clásicas» de los libros de mi infancia, que aún recuerdo y que me transportaron a un mundo paralelo”.

¿Qué técnicas utilizaste entonces? “Acuarela, aplicada en una capa muy densa”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “¡Empecé a trabajar en este proyecto hace tres años! La primera versión del storyboard fue completamente diferente; me centré por completo en los personajes y casi nada en los escenarios. Mi agente se lo presentó a los editores, quienes lo apreciaron, pero con algunas reservas: parecía demasiado minimalista (¡y sin duda lo era!), y quizás el título no era apropiado. Dejé el libro a un lado por un tiempo, porque tenía otras cosas que hacer. Cuando finalmente lo retomé, dos años después, tenía una mentalidad diferente y empecé desde cero. La autora también hizo algunos cambios: dejar que el proyecto «descansara» nos ayudó a centrarnos mejor en los temas fuertes del texto. Si los lectores supieran las revoluciones que hay detrás de un libro infantil «sencillo», ¡se sorprenderían de la cantidad de trabajo!”, nos cuenta Anna Pirolli.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Nuevos proyectos? “Disfruto mucho dando clases, así que estoy preparando nuevos cursos para ofrecer en escuelas y por fin estoy escribiendo mi propio proyecto. Pero no te diré nada, ¡soy supersticiosa!”.

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