Hay tantos desayunos como días del año. Cada desayuno tiene un gusto especial y le corresponde un determinado estado de ánimo. Alicia Bululú ha creado un inventario de desayunos en forma de poemas que ahora presenta con la esperanza de que puedan romper la monotonía matutina de sus lectores y de sus lectoras y de que sean acicate para que en adelante estos lectores y estas lectoras los vivan con mayor conciencia y disfrute en su paladar. Porque no es lo mismo beber un vaso de leche bajo un almendro en flor que beber ese vaso de leche a toda velocidad ya que, si no, perderás el autobús.

Raquel Catalina

La protagonista de este libro es una niña, Violeta, y mientras leemos en voz alta los poemas que, con rimas musicales e imágenes sobrecogedoras describen sus despertares, en las imágenes vemos cómo es la familia de esta niña, qué personajes entran y salen de su vida, qué es lo que la preocupa y qué lo que la hace feliz. Las fascinantes ilustraciones de Raquel Catalina le otorgan al libro una secuencia narrativa y animan cada mañana y cada personaje con una vitalidad inagotable. Con estos dos párrafos la editorial A buen paso nos presenta este precioso libro, ‘Diario desayuno’, sobre el que hemos charlado un poquito más con Raquel.

¿Cómo nace este proyecto? Raquel Catalina: “Recibí un correo de Arianna Squilloni, editora de A buen paso, había visto mi trabajo y pensó en mí para ilustrar los poemas de Alicia Bululú. No conocía a Alicia aún, pero trabajar con Arianna ya era un reclamo antes siquiera de leer el texto. El catálogo de A buen paso contiene maravillas, estoy muy contenta de formar parte de él”.

Raquel Catalina

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Diario Desayuno es un inventario de desayunos y es, además, un relato, por acumulación, a modo de mosaico o de cuadro puntillista, de lo que la vida es. Hay desayunos dulces y los hay más amargos, en soledad o en compañía, reposados o a la carrera, y Alicia nos invita a saborearlos todos”.  

¿Qué te parecieron los poemas de Alicia Bululú la primera vez que los leíste? “Arianna definió los poemas de Alicia en aquel primer correo como un “catálogo de comienzos” y pienso que es una bellísima descripción que retrata muy bien el trazo luminoso, la alegría y la ligereza de sus versos. Yo soy de madrugar, de mañanas, de desayunos. Me levanto soñando con el primer café del día y me produce una ternura infinita irme cruzando con los madrugadores camino del colegio, del trabajo… Me pareció un hallazgo por parte de Alicia elegir precisamente ese momento del día para narrar, un momento con todo por delante, todo posibilidad”, nos cuenta Raquel Catalina

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “Creo que mis ilustraciones para ‘Diario Desayuno’ siguen la línea de mi trabajo anterior en cuanto a que me gusta describir lo cotidiano. Es un proceso que intensifica mi mirada sobre lo que me rodea, me pide estar atenta. Quizá en este proyecto he encontrado que los poemas dejaban mucho espacio abierto para mi, para llevármelo a mi terreno. Tengo que agradecer mucho a Alicia y a Arianna su confianza en ese sentido y toda la libertad que me han dado”. 

¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajé con lápiz, gouache y lápices de color en papel y luego a algunas partes las terminé de dar color digitalmente”.

Cuéntanos algo del proceso de este libro. ¿Qué tiene de especial ilustrar este tipo de textos? “En general, como ilustradora, busco la coherencia con el texto pero intento huir de la redundancia, y en este caso, tratándose de poesía, aún más. Está llena de imágenes evocadoras y resulta casi grosero replicarlas sin más, así que intenté encontrar otras vías -continúa Raquel Catalina-. En el proceso siempre empiezas siendo lectora, intentas entender qué quiere contar la autora y ver dónde resuena en ti su texto, y ese va a ser el lugar desde el que empiezas a trabajar”.  

“En ‘Diario Desayuno’ partí de la idea de cómo, con la perspectiva del paso del tiempo, lo malo, la pena, se entrelaza con lo bueno y son indivisibles. Si quisieras evitarte algún dolor, alterarías inevitablemente alguna dicha posterior, y así el dolor adquiere cierto sentido y nos reconciliamos con los que nuestra vida ha sido. Entendemos que compone un cuadro completo. Yo elegí contar un año, o mejor dicho, un curso, en la vida de Violeta. En ese año vivimos sus rutinas y ocurren también cosas excepcionales. Me costó decidirme a alterar el orden de los poemas para dar sentido a mi historia y crear un personaje que en principio no estaba en el texto, pero a Alicia y Arianna les gustó la idea y ahí nació Violeta”. 

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy trabajando de nuevo en un libro de poemas, muy intimista, que habla de lo femenino. Es un proyecto que está en sus comienzos y me ilusiona mucho. También preparo un proyecto personal”.