Un día María descubre en su jardín un curioso árbol. Y desde ese momento no puede dejar de hacerse preguntas. Del árbol de las cosas florecen peces, estrellas y nubes. Pero cuando las flores de los demás árboles dejan paso a los frutos, las flores del árbol de las cosas desaparecen y no se convierten en nada.
Un recorrido por un jardín y por los misterios de la vida de la mano de la palabra poética de María José Ferrada y de las ilustraciones de Miguel Pang Ly que pueblan el jardín de María de criaturas curiosas y llenas de vida, al mismo tiempo que le dan al árbol de las cosas el aspecto de algo bello, que viene de un lugar lejano y desconocido. Así nos presenta la editorial A buen paso este álbum, ‘El árbol de las cosas’, del que hemos hablado con su ilustrador, Miguel Pang.
¿Qué te pareció el texto de María José la primera vez que lo leíste? “Cuando Arianna me envió el texto del Árbol de la cosas me encantó y enseguida quise ilustrarlo. Me parecía un texto muy sugerente. Además trataba de árboles y a mi me fascinan”.
“Luego vino el proceso de adentrarme en el texto y buscar los huecos por los que pudiera ilustrar y complementar al texto, sin desvelar “el Misterio” de María. Dediqué bastante tiempo a explorar los personajes, el jardín y los árboles”.
“Mientras estaba realizando todo este trabajo preparatorio, tuve la suerte de poder viajar por primera vez a la tierra de mi madre, Camboya. Fue un viaje de pocos días, atravesando el país de punta a punta con una camioneta, y yo me armé con mis dos libretas en las que iba dibujando árboles y paisajes, anotando anécdotas de mi madre y mi tía, su vida allá, la guerra… aunque eso es quizás otra historia. Estas dos libretas fueron esenciales para iniciar el libro ya que algunos árboles y personajes que dibujé dieron a lugar a los del libro final”.
En algunos aspectos nos recuerda a ‘La invasión marciana’ pero, ¿qué hay de nuevo en las ilustraciones de este libro? “La primera diferencia que se percibe es que el libro tiene mucho menos texto. En la invasión marciana, la mancha tipográfica era mayor, por lo que la ilustración tenía que tener más blanco. El texto del Árbol de las cosas es mucho más corto, apenas ocupa una página A4. Sigue habiendo una presencia del blanco en la ilustración del Árbol de las cosas, pero hay una mayor continuidad entre página y página”.
“Pude jugar con las ilustraciones, haciendo que todo sucediera en un mismo escenario; el jardín de María. En este jardín, María crece y se puede ver cómo el tiempo es diferente para María y para los árboles. El resultado es una especie de flip-book-album”.
Respecto a la técnica, ¿con cual o con cuáles has trabajado? “La técnica que he utilizado es la misma que utilizo para la mayoría de mis trabajos. Utilizo la acuarela que luego escaneo y prácticamente no retoco. Si tengo que cambiar detalles o hay algo que no me convence repito de nuevo toda la ilustración. Siento la necesidad de trabajar directamente con la mano sobre un papel y el material. Es más bien una manía o un tipo de fetichismo, no me parece imprescindible para ilustrar tener que mancharse las manos y envidio a los que trabajan directamente en ordenador”.
Cuéntanos algo del uso del color en el libro, porque si que nos parece algo muy característico de tu trabajo. “El color para mi es un elemento también importante para narrar. Lo aplico de una manera intuitiva. Una vez puesto en el papel, siento si está en sintonía con lo que tengo en la cabeza. En el caso que no me guste lo repito por completo. En el dibujo soy más meditativo. Para mi todos lo elementos que se colocan en el papel tienen su sentido. Y el color lo tiene a nivel simbólico o para crear un ambiente concreto”.
¿Qué y quiénes te han servido de inspiración para crear las ilustraciones? “Hay gente que me dice que María, el personaje del libro se parece a Iratxe. Quizás sea el inconsciente que salió, pero cuando estaba dibujando el libro no me centré en que se pareciera a nadie en concreto :>)”
¿Qué saldría de un árbol de las cosas que tuvieras en tu propio jardín? “Cuándo al principio me estuve informando sobre los árboles y los bosques, leyendo y viendo documentales, llegué a algunas teorías científicas que demostraban que los árboles se comunican entre sí. También conocí a una guarda forestal que decía que en los bosques y selvas los árboles más viejos, los árboles madre, son los que guardan más conocimiento del entorno y se lo comunican a los árboles más jóvenes de su alrededor. Los árboles son hermosos. No sé que saldría exactamente de un árbol de las cosas de mi propio jardín. Lo dejaría crecer, a su libre albedrío, y me gustaría tener tiempo para observar, como María, los frutos que pudiera dar”.
¿En qué andas metido ahora? “Acabo de entregar un libro para la colección Barco de Vapor de SM y ahora mismo estoy con un libro de Maria José Ferrada que estamos haciendo juntos y otro de Catalina González Vilar, la escritora de la Invasión Marciana. Ambos proyectos han surgido a raíz de conocernos y trabajar en los anteriores libros”.
“Por otra parte estoy desarrollando otros proyectos de libros propios, el segundo libro autoeditado de una serie de manifiestos ilustrados, bajo el sello Pangfletos, y preparando la nueva colección de una marca de abanicos que diseñé y presenté el año pasado llamada Aire para regalar, entre otras cosas”.