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Neus Caamaño e Inês Castel-Branco y ‘Un paisaje, una flor’

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Neus Caamaño

Las flores son seres maravillosos, arraigados en la tierra y orientados hacia el cielo. Estallan en los prados y las montañas, en los lagos y los estanques, en los bosques y las selvas, en las ramas de los árboles y en el borde de los caminos, en la arena y en medio del desierto. Cada una de ellas está intrínsecamente asociada a un lugar concreto, a un tipo de suelo y de clima que han forjado su personalidad y la han hecho tal como es. Cuando se juntan, crean un paisaje único teñido de blanco, amarillo, naranja, rojo, rosa, morado, azul…

Si por un instante nos detenemos a contemplarlas, nos daremos cuenta de que son uno de los regalos más delicados y sorprendentes de la naturaleza, un espejo donde encontrarnos y redescubrir quiénes somos. Y es que cada flor es una obra de arte, un milagro, un prodigio de la inteligencia de la vida. ¡Cada flor llena el mundo de belleza! Con ilustraciones que captan la esencia de cada paisaje y cada flor, ‘Un paisaje, una flor’ es un recorrido a través de los colores y las características extraordinarias de treinta flores muy especiales de todo el mundo. Así nos presenta Akiara Books este trabajo de Inês Castel-Branco y Neus Caamaño. Con ellas hemos hablado sobre este precioso libro.

Neus Caamaño

¿Cómo nace este proyecto? Inês Castel-Branco: “Este proyecto nace en una madrugada de mayo de 2024, cuando «vi» el libro que quería hacer con Neus. Teníamos otro libro medio pactado, pero que finalmente no iba a salir con Akiara, porque era un libro en cartón para niños muy pequeños, y mi compromiso con la ecoedición y la producción local no me permitían hacerlo. Neus me dijo que lo entendía, pero que le gustaría volver a trabajar con Akiara, que ya contaba con ello… Me acosté pensando en su mensaje, y por la mañana me llegó la inspiración. En este caso, vi claramente que el libro debería ir sobre flores en su paisaje natural, que debería tener una estructura muy clara, que debería ser muy bello. Lo vi de manera tan potente, que pensé que yo misma podría escribir el texto, haciendo a la vez de editora y de autora”.

Neus Caamaño

¿Qué vamos a encontrar en sus páginas? Neus Caamaño: “Es un libro con un título muy descriptivo, muy directo. Cada doble página presenta la misma estructura: en la página de la izquierda vemos un paisaje dominado por una flor, en la página de la derecha encontramos una ilustración más bien científica de esta flor en detalle que hace de acompañante de un texto de carácter informativo con toques literarios”.

Neus Caamaño

Inês Castel-Branco: “Vamos a encontrar treinta flores muy especiales de todo el mundo, ordenadas cromáticamente. No me interesaba una flor aislada, sino los paisajes rebosantes de colores que las flores configuran cuando se juntan en los prados y las montañas, en los lagos y las selvas, en los jardines y los desiertos. Más que unos conocimientos demasiado técnicos, que pudieran interesar a unos pocos especialistas, yo quería contagiar la pasión que siempre he sentido por las flores, e indagar sobre lo que nos pueden enseñar con su «carácter», con su forma, con sus estrategias para multiplicarse o sobrevivir, a veces en condiciones adversas”.

Neus Caamaño

¿Cómo ha sido todo el trabajo de investigación y documentación para este libro? Inês Castel-Branco: “Ha sido un trabajo intenso, de consultar muchos libros de botánica y páginas de internet, primero para escoger las protagonistas de nuestro libro (había muchas «suplentes» con las que se podría hacer un nuevo libro), y después para intentar descifrar lo que realmente importa de cada flor de cara a un lector adolescente o adulto. Para algunas flores era muy fácil encontrar su paisaje característico: los cerezos en Japón, los girasoles en Toscana, las lavandas en Provença, las hortensias en las Azores, las flores de nieve en los Alpes, los tulipanes en Holanda… pero otras pedían un trabajo más a fondo a fin de plasmar un contexto. Nos interesaba que la flor no fuera un elemento aislado, sino que creara un paisaje impregnado de un color característico. Yo iba pasando mis textos a Neus, ella hacía un primer boceto del paisaje, lo comentábamos, y después ella ya hacía la ilustración final. Lo bonito de todo este proceso es cómo íbamos avanzando cada semana: normalmente yo le enviaba los textos que escribía en mis «domingos con flores», y los lunes ella me pasaba todo lo que había trabajado durante la semana anterior. ¡Era emocionante el momento de ver cada nueva ilustración! Después yo maquetaba la doble página y, en función del espacio que quedaba, seguía afinando el texto. Hubo también un gran trabajo de diseño desde el inicio, de contraste entre fuentes tipográficas y de ordenación cromática, para que el libro constituya una experiencia estética para despertar el asombro”.

Neus Caamaño

Neus Caamaño: “El libro se ha ido construyendo poco a poco. Inês iba preparando los textos a partir de listas de flores posibles con datos informativos muy concretos para que yo pudiera empezar a investigar aunque el texto no estuviera redactado del todo. A partir de estas primeras listas, escogí un par de flores con las que siento un vínculo especial (la amapola y el acónito) para empezar a documentarme y a hacer esbozos, pruebas de técnicas, de composición… En definitiva, para encontrar el tono de las ilustraciones (especialmente el de los paisajes)”.

Tras ese trabajo de documentación, ¿cuál fue tu mayor descubrimiento? Neus Caamaño: “Cada vez que Inês me pasaba un texto nuevo había algo de descubrimiento, incluso de las flores que podemos considerar menos especiales por estar muy presentes en nuestros paisajes. Por ejemplo, de la retama me encantó descubrir que las abejas, con su peso, hacen que las flores se abran para así acceder al polen”.

Neus Caamaño

¿Cual es tu flor favorita? ¿Y tu paisaje? Inês Castel-Branco: “¡No es fácil contestar a esta pregunta! Puedo decir que el primer texto que escribí fue sobre el girasol, después la amapola… pero cada vez que entraba a fondo en el estudio de una nueva flor, ésta pasaba a ser mi flor preferida. De hecho, acabé el libro diciendo que quería tener un jardín con todas ellas, porque de verdad que ¡son maravillosas! Y cuando paso cerca de un prado, un jardín o una floristería, me detengo a mirarlas y a llamarlas por su nombre. Hay alguna ilustración de flor aislada que me ha impactado verdaderamente cuando la vi por primera vez, como por ejemplo la de las hortensias, que encuentro de una belleza extraordinaria, casi con una estética japonesa. Los paisajes que Neus iba ilustrando eran todos maravillosos. Me encantó el de las amapolas, que representa la silueta del Montgrí, una montaña que las dos conocemos bien, en la Costa Brava. Por ello la he escogido para la cubierta, ya que, además de sus colores potentes, tiene un significado simbólico para las dos. Pero también son bellísimos los paisajes de los nenúfares, de la flor de nieve, de los cerezos de Japón, de los campos de lavandines… ¡Estoy muy contenta con el libro! Pienso que Neus lo ha dado todo para que llegara a tiempo para la primavera, y que esta es la obra más madura, bella y pura que ha hecho nunca. Lo único que deseo es que el libro pueda despertar un poco del entusiasmo que las dos sentimos al hacerlo, al plasmar cada uno de estos paisajes y estas flores”.

Neus Caamaño: “No tengo una favorita, aunque justamente las que he mencionado hasta ahora son algunas de las que más me gustan: amapola, acónito, retama; y podría añadir: flor de cerezo, cempasúchil (o caléndula), pensamiento, aciano… si sigo enumeraré todas las del libro 😉

Neus Caamaño

¿Cómo fue el trabajo con Inês? “Es el quinto libro que publico con Akiara, pero esta es la primera vez en la que, aparte de ser editora, Inês es también escritora. Por muchos motivos, trabajar con ella es siempre un placer. Valoro enormemente su capacidad de escucha y su instinto editorial. Me fío de su criterio y siento que ella se fía del mío. Esta sensación de confianza mutua para mí es básica”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? Neus Caamaño: “No sabría decir qué hay de nuevo o diferente. Cuesta valorar esta parte del trabajo de una, creo que para eso se necesitan ojos frescos, externos. Lo que sí que puedo decir es que, para este trabajo, desde el principio he tenido muy presente la técnica del ukiyo-e, especialmente (claro) los grabados referentes a flores y paisajes. Es un estilo que me apasiona desde hace muchos años. Descubrí el mundo del grabado japonés al poco de acabar Bellas Artes, justo antes de empezar un curso de ilustración, y en mi recuerdo ha quedado como uno de esos descubrimientos que te marcan. No sé si fue así o no, pero me gusta pensar que ese descubrimiento me ayudó a acabar dar el paso para matricularme en la escuela de ilustración”.

Neus Caamaño

¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajé con mezcla de técnicas: estampación con goma eva, plata de gelatina y acetato, stencil con polvo de grafito, retoque digital para composición y color y, finalmente, algún pincel digital para reforzar alguna textura”, nos cuenta Neus Caamaño.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Ha sido un libro largo de elaborar -confiesa Neus Caamaño-. Cada ilustración (especialmente los paisajes) ha requerido su tiempo. Creo que soy una ilustradora de procesos lentos pero, en este caso, todavía un poco más. Hubo un momento en el que me quedé bastante estancada, no acababa de encontrar cuál era mi posición, desde dónde estaba ilustrando. Finalmente, después de muchas vueltas, di con una clave que me abrió un mundo de posibilidades y que he disfrutado enormemente. Es algo muy sencillo: se trata de añadir al paisaje un pequeño elemento humano. A veces es un rastro casi imperceptible, otras algo rotundo como un castillo o un faro. Con este pequeño elemento encontré una manera de reforzar un aspecto que a mí me importaba especialmente: hacer que el paisaje, más que ser una ilustración informativa, fuera una ilustración evocadora con posibilidades narrativas y que, además, esas narrativas tuvieran apertura de significados. Para mí, el elemento humano es una puerta, el inicio de una historia, un misterio”.

Neus Caamaño

“Otro tema que ha sido muy importante para mí durante la elaboración del libro ha sido la presencia del vínculo personal, íntimo, que tengo con las flores -continúa Neus Caamaño-. Mi madre, aparte de ser una gran amante de las plantas y las flores, es una gran conocedora de sus propiedades, sus usos y formas de elaborar preparados tanto cosméticos como medicinales. Sabe mucho, siempre está investigando, y habla de ellas constantemente. Así que, de alguna manera, cada dibujo que he hecho siento que ha sido por y para ella”.

Neus Caamaño

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora estoy trabajando en un álbum que me hace mucha ilusión porque es en tándem con Francesc Bononad, un escritor con el que ya he trabajado anteriormente con ‘El rey que reía y no reía’ (Thule, 2024). Me encanta el uso que tiene Francesc del lenguaje, del humor, y cómo su literatura me hace conectar con los cuentos de mi infancia. También voy a tener en breve sobre la mesa un par de textos para prelectores, un formato con el que cada vez me siento más conectada”.

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Carmen Segovia y los ‘Cuentos oscuros’ de Shirley Jackson

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Carmen Segovia

Shirley Jackson, autora de obras maestras como La maldición de Hill House y Siempre hemos vivido en el castillo, firmó también numerosos relatos; no solo «La lotería» (1948), cuya célebre aparición en The New Yorker causó tanto revuelo y que, durante décadas, fue la única obra verdaderamente conocida de una autora por lo demás relegada, durante largo tiempo, a los rincones del «género» (llámese horror gótico o terror). Autora cuyo genio literario por fin aflora con la fuerza que merece ante lectores de todo tipo. 

Cuentos oscuros‘ es una selección, coeditada entre Libros del Zorro Rojo y la editorial Minúscula e ilustrada por Carmen Segovia que reúne once cuentos que revelan una mirada penetrante sobre la oscuridad que permea la vida cotidiana, combinada con un talento peculiar para valerse de narradores poco fiables y crear personajes tan retorcidos como aparentemente ordinarios y hasta respetables. Sobre este proyecto hablamos en las siguientes líneas con Carmen.

Carmen Segovia

Lo primero, cuéntanos cómo nace este proyecto. «Para mí este libro es un proyecto muy deseado que viene de lejos. En el verano de 2018, en una conversación con las editoras de Libros del Zorro Rojo, me preguntaron a qué autor de narrativa me gustaría ilustrar, y enseguida les respondí que a Shirley Jackson. Ahí quedó la idea sobre la mesa, nada más. Tenía clara la respuesta, porque ya llevaba tiempo con esa pequeña obsesión, la de ilustrar a esta autora».  

«Había descubierto a Shirley a través de otras autoras. En 2014 estaba viviendo en México. Allí  había descubierto otras maneras de entender el espacio entre lo real y lo fantástico, y cómo lo representaban artistas como Leonora Carrington, Remedios Varo..  pero a raíz de un duelo buscaba  literatura que explorara lo inexplicable, y así fue como me topé con la antología de cuentos “Pájaros en la boca” de Samantha Schweblin editado por Almadía. Este libro me voló la cabeza y empecé a tirar del hilo.  Así fue como descubrí a Shirley Jackson, una amiga me recomendó “Siempre hemos vivido en el castillo” y ya no pude parar de leerla.  Quería ilustrarla para meterme de lleno en sus historias», confiesa Carmen Segovia

Carmen Segovia

«En el 2015, cuando se iba a cumplir el centenario del nacimiento de Shirley Jackson, junto con una agente literaria, estuvimos moviendo un proyecto de su cuento  “La bruja”, uno de mis favoritos,  pero no prosperó.  Después intenté ilustrar sus cubiertas, pero tampoco se materializó nada. Paralelamente a los proyectos con editoriales, que no había manera que salieran, su referencia me iba acompañando de una manera u otra en proyectos personales de aquella época como en los fanzines “Hiedra Venenosa” o “Haunted House”, un experimento escénico con una amiga música».

«Pero no fue hasta hace tres años que Libros del Zorro Rojo me pregunta si todavía seguía interesada en ilustrar a Shirley Jackson. La respuesta fue un sí, claro. Y el proyecto se convirtió en el libro que tenemos entre manos “Cuentos Oscuros”, publicado finalmente en 2024 en coedición con Minúscula y traducido por Maia Figueroa Evans». 

Carmen Segovia

Carmen Segovia

¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? «Yo creo que  encontrarán el universo de una de las mejores escritoras de relatos, más allá del género con el que se la quiera etiquetar. Esta edición reúne once relatos,  y cada relato contiene una ilustración a doble página, que propongo como un momento de pausa en la lectura, para poder entrar en la historia desde otro lugar. Encontrarán personajes que deambulan entre la ingenuidad y la crueldad, casas que son refugio y cárcel, escenas domésticas donde se abren grietas a lo insólito. Personajes, en su mayoría femeninos, con problemas de adaptación  a una casa,  a un marido, a una familia, a un pueblo, a una sociedad opresora. Historias inquietantes contadas con maestría, humor, humor negro, sutileza e inteligencia, o sea, pura diversión», afirma Carmen Segovia

¿Que te parecieron estos cuentos de Shirley Jackson la primera vez que los leíste? «Yo los disfruté muchísimo, como la misma autora dijo “I delight in what I fear”. Creo que es una selección interesante, todos los relatos son diferentes entre sí, una buena muestra de las distintas aproximaciones al terror que tiene esta autora -nos cuenta Carmen Segovia-. Algunos ya los conocía y otros no. “Los del verano” ya estaban entre mis favoritos, pero otros no, como “Louisa, por favor, vuelve a casa” o “El desconocido”, que me dejaron KO. Los cuentos de Shirley tienen ese poder increíble de acompañarte durante mucho tiempo una vez leídos, muestran contradicciones morales sin ser moralista, propone más preguntas que respuestas». 

Carmen Segovia

Carmen Segovia

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? «Aunque, en su mayoría, los cuentos están ambientados en un contexto muy concreto, el de las grandes mansiones decadentes,  pequeñas poblaciones y suburbios estaudounidenses de posguerra (1940-1960), mi intención no era hacer un retrato realista del mundo de Shirley Jackson,  sino intentar captar la esencia de sus temas y dejarme llevar por mi propia interpretación, crear imágenes que dialogaran con los relatos desde una visión de síntesis más que mostrar escenas en particular», afirma Carmen Segovia.  

Carmen Segovia

«Ilustrar una antología de cuentos es diferente a ilustrar una única historia en un álbum ilustrado. Los personajes, los escenarios, son diferentes, pero los temas o el tono de la autora son recurrentes, así que hay que buscar ideas visuales que también atraviesen y cohesionen todos los cuentos y que al mismo tiempo muestren lo particular de cada historia. Después de muchas vueltas, encontré los elementos recurrentes que iba a usar: las casas, los reflejos, las flores y el contraste entre colores brillantes y oscuros. Estos elementos pretenden ser la representación visual de los temas, para mí, importantes de los cuentos de Shirley: la ambivalencia entre el bien y el mal, la crueldad cotidiana, la opresión doméstica y social, la locura…».

¿Con qué técnicas trabajaste? «Los bocetos y estudios previos a lápiz, las ilustraciones finales están realizadas con acrílico y luego intervenidas mínimamente en digital». 

Carmen Segovia

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. «El proceso fue todo un reto, precisamente porque me gustaba mucho y quería hacer algo que me pudiera interesar como lectora, o que le interesara a alguien que no conociese a Shirley Jackson.  Aproveché para empaparme bien de la autora, biografías, películas… y de otras autoras/pintoras que me resonaban en el mismo universo, como Gertrude Abercrombie. En una libreta del proyecto iba tomando notas, bocetos… También tomo fotos y voy montando un archivo que me sirve de referencia. Ahí fui llegando a las conclusiones que os explicaba antes y ya me lancé a los bocetos más definitivos», continúa Carmen Segovia.

Carmen Segovia

«Tenía claro que quería que todas las ilustraciones fueran a página doble, que no se mezclaran visualmente con el texto, para abrir un paréntesis entre las dos experiencias. Así que todas las ilustraciones tienen el mismo formato. Mi editora Diana Hernández me iba acompañando en los diferentes pasos. Luego pasé a la fase de pintura. Era verano y una parte de este proceso me tocó en la casa familiar de Galicia. Para concentrarme y no verme tentada por las tentaciones vacacionales me encerraba a trabajar en la buhardilla o fallado, como se dice allí. Un escenario muy de novela gótica. Acabaron las fiestas y la mayoría de veraneantes empezaron a irse menos nosotros. Cuando bajaba del fallado, bromeaba con risa nerviosa al observar que todo empezaba a parecerse sospechosamente a los cuentos de Shirley».  

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Sigo con mis encargos de ilustración y clases. En cuanto a libros,  desde hace un tiempo estoy más metida en la poesía, veremos si sale algo en forma de libro». 

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Marco Chamorro nos presenta a ‘Cara de Hollín’

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Marco Chamorro

Cuenta la leyenda que las aguas del río Skeena y del océano Pacífico –en la parte noroccidental de Canadá– han visto crecer a los hombres más fuertes del mundo. En ellas se han entrenado cientos de hombres del pueblo tsimshian, aunque ningún otro como ‘Cara de Hollín’, el sobrino más joven de Jefe Acantilado de Piedra. Un joven en el que nadie tenía puesta ningún tipo de esperanza ni expectativa. Pero entonces, ¿qué pasó con Cara de Hollín?, te preguntarás. Eso es algo que sólo las chispas del fuego te pueden explicar. Este libro que edita A buen paso cuenta un mito que es al mismo tiempo la historia de un héroe reacio, un mito que tiene que ver con las cenizas del hogar, con el mensaje de los pájaros, con la fuerza del mar, con las tres pruebas de los cuentos de siempre. En fin, un mito que tiene que ver con cada uno de nosotros. Un libro de Arianna Squilloni y Marco Chamorro. Con ésta último charlamos en las siguientes líneas sobre su trabajo en este libro.

Marco Chamorro

¿Lo primero cuéntanos cómo nace este proyecto? “Desde hace algunos años venía conversando con Arianna sobre mis ganas de trabajar con A buen paso. Le envié un proyecto, pero no terminaba de encajar en el catálogo de la editorial. Tiempo después, Arianna me propuso ilustrar ‘Cara de Hollín’, y así comenzó la aventura”.

¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? “Cara de Hollín es una leyenda del pueblo tsimshian que cuenta la historia de un niño perezoso al que lo que más le gusta es quedarse en casa, junto al fuego, durmiendo todo el día con su piel de ciervo. Como ocurre en muchos mitos o cuentos populares, el protagonista atraviesa una transformación -nos cuenta Marco Chamorro-. Cara de Hollín no es la excepción, a lo largo de la historia deberá enfrentar distintas pruebas que lo harán cambiar, hasta convertirse en la persona más fuerte del mundo. Cargará sobre su espalda todo el peso del universo y lo hará con gusto, incluso con una sonrisa”.

Marco Chamorro

¿Qué te pareció el texto de Arianna la primera vez que te lo envió? “El texto me gustó mucho. Entré fácilmente en la historia y me dejé llevar por los personajes, por las situaciones y las pruebas que enfrentan a lo largo del libro. La construcción de Cara de Hollín me encantó, es tan niño, tan humano, con sus claros y oscuros, que le dan credibilidad al personaje”.

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, quizá de dibujos en algún cuaderno… “Esta es una de las etapas que más disfruto al ilustrar un libro -confiesa Marco Chamorro-. Es ese momento en que todo es posible, en que se puede experimentar con distintas técnicas, sabiendo que con cada una ganas ciertas cosas y pierdes otras. Pero justamente en esa búsqueda el libro empieza a hablarte, y los diferentes elementos van encontrando su lugar”.

Marco Chamorro

“La documentación la hice primero en internet, y después fui profundizando en la biblioteca, buscando materiales más específicos. Tuve la suerte de encontrar un catálogo de una exposición realizada en 2018 en el Museo de Bellas Artes de Rennes, dedicada a la artesanía, vestimenta, juegos y danzas de varios pueblos indígenas de Canadá, entre ellos el pueblo tsimshian. Ese material fue un hallazgo y me ayudó muchísimo”.

“El primer dibujo que hice fue a grafito, y durante un buen tiempo Arianna y yo pensamos que ese sería el estilo del libro: en blanco y negro, con un tono más “realista”. Pero mientras intentaba dibujar a Cara de Hollín, tratando de descubrir cómo dibujar su ternura, sus miedos, su fuerza, fui conversando con Arianna y decidimos cambiar de técnica. En resumen, creo que una vez que logré dibujar a Cara de Hollín y ambos quedamos contentos con el resultado, el resto del libro fluyó de una manera mucho más fácil y natural”, asegura Marco Chamorro.

Marco Chamorro

Marco Chamorro

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que algo que me gusta mucho de estas ilustraciones es la presencia del trazo, tienen fuerza. Por otro lado siento que los dibujos te meten de lleno en la historia, te acompañan y eso me encanta. La técnica que utilicé me permitió jugar con distintos registros: en las partes donde la historia se mueve en lo real, la usé de una forma; y cuando aparece ese lado más mágico o místico, la llevé hacia otro lugar, buscando nuevas texturas y sensaciones. Esa posibilidad de cambio dentro de la misma técnica fue algo muy enriquecedor para mi y es algo que no lo había explorado en otros libros”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajé con linograbado, usando dos placas de color para cada imagen. Es una técnica que vengo explorando desde hace algunos años y me gusta mucho el resultado que da, tiene algo artesanal, la huella de la tinta, no se puede controlar todo al milímetro o yo no lo logro… y justamente eso es lo que más me atrae”, afirma Marco Chamorro.

Marco Chamorro

Marco Chamorro

Marco Chamorro

Marco Chamorro

Háblanos del uso del color en este proyecto. Es muy característico. “Escogí el color negro por el hollín, por la ceniza y el naranja por el fuego. El fuego es muy importante para Cara de Hollín y para todo el pueblo tsimshian, la vida en las casas gira en torno a ese pequeño fuego donde se calientan, cocinan y se reúnen. El blanco del papel, en cambio, me ayuda a que la imagen respire, no se vuelva demasiado pesada y para su composición”.

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. “He tenido la suerte de ilustrar algunos libros, y con el tiempo me doy cuenta de que lo que más disfruto como artista es el proceso, todo el trabajo, la reflexión y las decisiones que hay detrás de cada dibujo. En este proyecto, los mensajes y las conversaciones con Arianna fueron fundamentales. Estaban la Arianna amiga, la Arianna autora y la Arianna editora, con sus preguntas necesarias, que me abrían varias puertas y posibilidades para orientar el rumbo de los dibujos, sin imponerme nunca nada. Esa parte fue muy importante para mí”.

Marco Chamorro

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Sí, estoy ilustrando un libro, Lorombo, del poeta guatemalteco Julio Serrano. Lo publicará Amanuense el año que viene”.

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Laura Agustí y el recorrido íntimo de ‘Furor botánico’

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Laura Agustí

Cansada de la estresante vida de la ciudad, Laura decide trasladarse con su pareja a una casa en Nevà, un pequeño pueblo de los Pirineos. La idea es pasar tres meses de prueba antes de atreverse a dar el gran salto y, tal vez, mudarse de forma definitiva. Pronto se reencontrará con todo un ecosistema muy familiar y que casi había olvidado: el de su infancia en la fría tierra de Teruel rodeada del lenguaje de las flores, los árboles y las plantas, así como el de toda una estirpe de mujeres comprometidas con el amor y el conocimiento de la naturaleza que le inocularon el «Furor botánico». Su bisabuela Pilar, que curaba los desánimos con azafrán y la planta de San Juan; su abuela Carmen, con la que Laura recogía la aceituna; su madre, que sigue mandándole alcoholes para friegas, y su hermana Marina, que calma las rabietas de su hija con aceites esenciales.

Entre recuerdos entretejidos con espléndidas ilustraciones, paseos por los senderos de los bosques para recoger setas, proyectos para su nueva casa y consejos para ajardinar nuestras vidas, Laura Agustí nos descubre la exuberante bondad del universo de las plantas. Editado por Lumen, en las siguientes líneas hablamos un poquito más sobre este proyecto con Laura.

Laura Agustí

Lo primero, cuéntanos cómo nace este proyecto. “‘Furor botánico’ comenzó hace varios años, a partir de una idea sencilla: quería hacer un libro que hablara de las plantas que me recordaban a mi abuela y, a través de ellas, de todas las mujeres de mi familia. Con el tiempo, esa semilla fue creciendo hasta convertirse en un proyecto más amplio, que habla de la herencia femenina, del cuidado y de la memoria. De cómo las plantas, a veces, son un hilo que nos conecta con quienes ya no están”.

¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? “Un recorrido íntimo y visual por el vínculo entre las personas y las plantas. No es un libro de botánica al uso, sino una reflexión ilustrada sobre el cuidado, el paso del tiempo, la calma y la observación. También hay historias familiares y esa forma de entender la naturaleza como algo muy cercano, casi doméstico”, nos cuenta Laura Agustí.

Laura Agustí

¿Qué hay de Laura en todo este libro? “En realidad, en todos mis libros hay mucho de mí. ‘Historia de un gato’ también era muy personal. Creo que, como autora, siempre parto de lo que vivo o he vivido, de lo que siento y me interpela. En ‘Furor botánico’ está mi entorno, mi familia, mis rutinas y esa forma de mirar las cosas pequeñas que muchas veces se pasan por alto”.

¿Es más fácil o más difícil cuando una habla de cosas más personales? “Para mí es más fácil hablar de lo que he vivido o de lo que vivo y siento. Cuando algo te atraviesa, escribir o dibujar sobre ello se convierte en una forma de ordenar y comprender. No me resulta tan complicado como puede parecer, porque hablo desde la experiencia, y eso siempre aporta una cierta verdad”, confiesa Laura Agustí.

Laura Agustí

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? “El trabajo previo lo hice junto a mi hermana y mi madre, que siempre me ayuda mucho en mis libros y, sobre todo, tienen más memoria que yo. Estuvimos recordando historias, conversaciones y remedios caseros que habían pasado de mi abuela a mi madre y luego a nosotras. Fue un proceso de recopilar recuerdos y también de observar las plantas que tengo alrededor”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “El color -asegura Laura Agustí-. En mis libros anteriores predominaba el negro, y aquí me atreví con una paleta mucho más viva, más vegetal. También hay más detalle y textura, porque quería que las ilustraciones respiraran como si fueran parte de un herbario emocional”.

Laura Agustí

¿Con qué técnicas trabajaste? “Todo el libro está hecho en digital. Me llevó tiempo encontrar una manera de reproducir con Procreate la textura del rotring y una forma de colorear que se pareciera a lo manual. Para trabajar editorialmente resulta mucho más práctico hacerlo en digital: te ahorras escanear, limpiar y ajustar cada dibujo, y el resultado mantiene igualmente esa sensación manual”.

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. “Primero escribí el texto. Cada doble página trata un tema, y luego pensé qué imagen podía acompañarlo. El proceso fue lento, muy de laboratorio -afirma Laura Agustí-. Poder hacerlo desde la paz de los Pirineos ayudó a que esa calma se perciba al leerlo; no hubiera sido lo mismo hacerlo en Barcelona, donde los ritmos son otros. ‘Furor botánico’ me enseñó a trabajar con calma, a dejar que las ideas maduren, igual que crece una planta”.

Laura Agustí

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “El mes pasado entregué las ilustraciones para ‘Hamnet’, de Maggie O’Farrell, que se publicará en noviembre. Es un proyecto muy distinto, pero igual de exigente y emocionante. Mientras tanto, sigo dibujando para otros encargos y tomando notas para el próximo libro, sin prisa, dejando que las ideas crezcan poco a poco, como las plantas”.

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