Entrevistas
Santiago González y ‘Un amigo inesperado’

Guillo siempre había querido un perro. Por eso, cuando su tío Hugo le trae una caja con agujeros el día de su cumpleaños, él aúlla de alegría. Pero, ¿será el regalo que Guillo tanto desea? Con estas palabras nos presenta la editorial Tres Tigres Tristes el álbum ilustrado ‘Un amigo inesperado‘. Un trabajo de Santiago González, con el que hemos charlado.
¿Cómo nace este proyecto? Santiago González: «Surge de cierta inquietud por contar historias y de hacerlo mediante el uso de los recursos narrativos del libro-álbum. Hace algunos años, al no encontrar textos de otras personas que me estimulen decidí aventurarme a escribir. Conseguí reunir algunas ideas más o menos resueltas pero las archivé porque no me convencían. Esto fue alrededor del 2010. Algunos años después, con una dosis de excepticismo, abrí la carpeta de tales archivos y recuperé un par de cuentos donde vi algún potencial para continuar trabajándolo, a la par que desechaba el resto. Un amigo inesperado es uno de dichos cuentos».

«En él me remito a ciertos recuerdos de mi infancia -continúa Santiago González-, como cuando a mi padre, que fue abogado de litigios de campesinos, le obsequiaban animales como muestra de agradecimiento; y así llegaron a casa una cantidad de gallos, gallinas, cuyes y conejos, animales que estaban destinados a alimentarnos; pero la mayoría de las veces se les perdonaba la vida y pasaban a ser parte del paisaje cotidiano, llegando incluso a reproducirse con lo que el jardín de casa se convertía en una especie de granja improvisada, a la que yo particularmente, de entre toda la familia, prestaba mayor atención. Incluso llegaron animales silvestres como periquitos, loros y hasta un par de tortugas tropicales, pero conviene decir que eran tiempos en que no existía control ni conciencia sobre la captura de estas especies; los menciono para dar idea de lo común que era tener animales “poco comunes” en casa. Y ante este panorama, recién cuando entraba en la adolescencia llegué a tener mi primera mascota oficial: una perrita cruce de pekinés».
«Cuando retomé este cuento, 7 años después, me había trasladado a vivir hacia las afueras de Quito a un vecindario semi rural, el cual se convirtió en un entorno ideal ya que sirvió de contexto para la historia y así pude resolver algunos aspectos que se complicaban si la ubicaba en un entorno más urbano. Llegué a sentir que tenía las soluciones nada más con salir y observar a mi alrededor. Pero además en esta nueva morada ya estaba acompañado por dos perros: Simón y Zeta, que hicieron todavía más cercana la experiencia narrativa».

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? «Es una historia con cierto aire pastoril donde la distancia entre los adultos y los anhelos de un niño se convierte en el detonante para que sucedan algunos descubrimientos propios de la niñez asociados a la naturaleza campesina que lo rodea».
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? «Tienen una estética cercana al grabado, con ciertas imperfecciones que sugieren lo rústico de la vida en el campo. Además están realizadas con una cromática reducida para tomar distancia de la abundancia de colores más propios de la ciudad», asegura Santiago González.

¿Con qué técnicas trabajaste? «Trabajé con una técnica mixta que se llama falso grabado; su nombre se debe a que sigue ciertos procedimientos similares a las técnicas de grabado, con la ventaja de ser más inmediata. Es una técnica donde los residuos de tintas y los acabados imperfectos son muy bienvenidos y más aún cuando cobran sentido dentro de un contexto».
«Esta técnica -explica Santiago González– se ha convertido en mi preferida durante los últimos años porque encontré en ella una dosis de descontrol que necesitaba para librarme de algunas manías que había adquirido por el culto al perfeccionismo, ya que, dicho de una manera rápida, el falso grabado supone un reto al pintar algo que no se ve, es decir que se trabaja en un modo inverso y el resultado de lo que se hace se verá solamente al final, después de una especie de revelado en agua. Sin embargo, la he llevado a cierto grado de sofisticación para poder combinarla con colores, como sucede en este libro».



Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. «Lo primero fue tener la historia bastante resuelta, luego, a la par que iba haciendo pruebas de técnica y estilo gráfico, hice un primer storyboard para visualizar el conjunto de la obra e ir definiendo su extensión, la división de textos y el ritmo de la narración. Luego vinieron ajustes y reajustes de textos, de escenas, de encuadres, deteniéndome más en ciertas páginas que en otras, hasta llegar a un storyboard final a partir del cual ya pude hacer ilustraciones definitivas. Para ese momento ya había hecho varios ejercicios de técnicas para evaluar y elegir la definitiva, así como para disipar los nudos creativos que van surgiendo en la etapa anterior. Entonces viene la elaboración de ilustraciones que comparado con todas las fases anteriores equivale a disfrutar de un delicioso postre».
¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? «Hacer un libro equivale a hacer un extenso curso sobre varios temas, y por más formación que uno tenga, las particularidades de cada libro suponen nuevos descubrimientos, unos más tangibles que otros. En este caso, más que aprender, yo diría que apliqué un concepto que estaba pendiente de hacerlo cuando encontrara la oportunidad, y consistió en recrear visualmente un pequeño mundo donde sucede la historia, ya que por una parte requería de un espacio donde se citara con más frecuencia al personaje cada vez que se encuentra en un estado de ánimo determinado y repetitivo en la historia (esto es la piedra sobre la que se sienta cerca de su casa), pero también necesitaba ciertos traslados del personaje hacia las cercanías que son posibles de hacer por un niño solo en el campo, para lo que tracé una especie de mapa que muestre ese perímetro, del mismo que cuando sale, en una especie de climax de la historia, se ve frente a una situación de riesgo ante la cual surge una inusual figura protectora, su gallo. Esto por poner un ejemplo de cuánto se aprende cuando una teoría se vuelve práctica».

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto de libro-álbum en base a un cuento escrito por una amiga escritora ecuatoriana. Ya superé la fase de storyboard y estoy empezando de a poco a hacer ilustraciones, lo que me tiene muy expectante y emocionado. Creo que me viene muy bien trabajar esta vez en dupla para reposar un momento de mis propios textos, pero sobre todo porque es un texto que me gusta mucho, además de que trabajar en equipo genera unas dinámicas diferentes que pueden enriquecer mi trabajo posterior».
«También estoy trabajando en un proyecto de cómic para jóvenes y adultos con el que gané un fondo de fomento para creación artística a través del Ministerio de Cultura de mi país. El cómic está basado en un cuento escrito por un amigo y me encuentro finalizando la adaptación a guión técnico para enseguida empezar a bocetar. Todo esto lo hago en combinación con mis actividades como ilustrador free lance, además de las clases que imparto en un par de talleres en la Universidad San Francisco de Quito».
Álbum Ilustrado
Pedro Oyarbide y su visión de ‘El Principito’

Venerado por generaciones de lectores -pequeños y grandes- en todo el mundo, ‘El principito’ es un clásico inagotable que logra conmovernos en cada lectura. La historia de Saint-Exupéry narra el encuentro, en la soledad del desierto del Sáhara, entre un aviador que ha sufrido una avería y un niño que se acerca a él para pedirle el dibujo de un cordero. Este hombrecito de cabellos dorados, que ha viajado por varios planetas antes de recalar en la Tierra, es muy sabio en su inocencia. Su capacidad para el asombro y su arrojo en las preguntas constituyen el origen de las poderosas reflexiones sobre la vida que atesoran estas páginas.

“Puede que el piloto que nos cuenta la historia no consiguiera desarrollar su talento artístico, pero sin duda sí lo ha hecho Pedro Oyarbide, que ha reinterpretado con inigualable maestría uno de los libros más entrañables de la literatura universal”, nos cuenta la editorial Lunwerg. Sus ilustraciones, vibrantes y detalladas, nos ofrecen la extraordinaria oportunidad de asomarnos a este libro como si fuera la primera vez. Este es el primer libro ilustrado de este artista español, que está detrás de las icónicas portadas de la arrolladora saga ‘Blackwater’. Con Pedro hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en ‘El Principito’.
¿Cómo nace este proyecto? “Pues es curioso, porque yo había propuesto a Lunwerg ilustrar ‘El Principito’, pero no era posible ya que aún no estaba en dominio público. Tiempo después, me encontraba ilustrando otro título cuando mi editora me dijo que justo se habían liberado los derechos, por lo que nos pusimos manos a la obra, dejando el otro libro en standby, ya que era una oportunidad buenísima de sacar cuanto antes mi versión de El Principito”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Mi intención no era hacer una versión actualizada, sino ofrecer una visión en paralelo a la original aportando mi estilo y estética -nos cuenta Pedro Oyarbide-. Me he alejado del aire delicado y aniñado de las ilustraciones originales y lo he traducido a mi estilo, en muchos casos ilustrando pasajes desde otra óptica completamente diferente y en algunas ocasiones simplemente reinterpretando los originales”.
¿Cómo era tu relación con este libro antes de este proyecto? ¿Cómo ha cambiado o cómo es ahora tras este trabajo? “No lo leí de niño, siempre me causó cierto rechazo el estilo naif de las ilustraciones. No ha sido hasta meterme de lleno con el proyecto cuando he descubierto realmente todo lo que ofrece el texto, e incluso ahora las ilustraciones de Saint-Exupéryme parece que cobran sentido. Por otra parte me parece que es un libro que ya seas niño o adulto, tiene lecciones para todos. No tengo duda del porqué de su trascendencia, forma parte de la cultura popular”.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Es un tarea que a priori impone, por eso mismo, es uno de los libros más traducidos y leídos de la historia, quería hacer algo que estuviese a la altura, o al menos que yo estuviese orgulloso del trabajo -confiesa Pedro Oyarbide-. Primero de todo lo leí un par de veces y tomé anotaciones para potenciales enfoques, no había unos márgenes de tiempo demasiado grandes ya que corría prisa sacarlo cuanto antes. Fue un proceso bastante fluido y de los bocetos originales a las ilustraciones finales, apenas hubo cambios compositivos”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Romper con la estética asociada a la obra original puede que acerque el título a otros lectores”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajo en digital, desde el boceto al arte final”, afirma Pedro Oyarbide.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tengo varios proyectos editoriales interesantes, por una parte sigo ilustrando portadas de Michael McDowell, el autor de Blackwater. Próximamente saldrá ‘Hija de la Venganza’ con Blackie Books. También estoy con un libro completamente ilustrado de uno de los autores más relevantes de la literatura contemporánea española, pero que desgraciadamente no puedo revelar. Saldrá en 2026. A parte de eso estoy trabajando en varios proyectos para Miller Lite y Playstation”.
Álbum Ilustrado
Fermín Solís nos presenta a ‘Las niñas intrépidas’

‘Las niñas intrépidas’ es el abecedario con las niñas más divertidas, personajes de la A a la Z que realizan las hazañas más increíbles. Un libro en mayúsculas que invita a la lectura autónoma, a jugar con los nombres propios y los pareados, y a aprender la grafía de letras. Las ilustraciones del premiado Fermín Solís juegan con personajes cómicos, un poquito gamberros y muy, muy divertidos. Con Fermín hemos charlado un poquito más sobre este proyecto que publica Editorial Libre Albedrío.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El origen de este proyecto está en un libro anterior llamado Los niños valientes de las mismas características, pero que mezclaba nombres tanto de niños como de niñas. Digamos que esta es una actualización, pero las protagonistas son las chicas”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán un abecedario donde una serie de personajes realizan acciones bastante atrevidas. Algunas de ellas mejor no intentar hacerlas en casa”, asegura Fermín Solís.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “En este caso, no hay mucho trabajo de investigación, es un libro divertido sin más para primeros lectores y ya tenía la base del anterior”.
¿Cómo nacen estos personajes? “Pues al contrario que otros libros míos, donde los personajes son importantes, porque la historia gira en torno a ellos, en este caso es simplemente una serie de gags en función al nombre de la protagonista de cada página, es casi más importante la rima que el dibujo”, afirma Fermín Solís.

¿Con qué niña intrépida te quedas? “La que lee cómics en la cornisa. Felisa. Aunque es difícil elegir”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Pues respecto a mis nuevos trabajo es más clásico, últimamente estoy evolucionando con la línea, haciendo cosas más atrevidas. En estas me mantuve bastante fiel al estilo del anterior libro”, nos cuenta Fermín Solís.

¿Con qué técnicas trabajaste? “En este caso, la técnica es digital”.
Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Te diría que casi lo más difícil es encontrar la rima divertida para cada nombre. A veces hay nombres difíciles de rimar. Luego me hago un boceto en un papel, y finalmente lo paso a limpio en digital”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En noviembre aparece mi nuevo libro publicado por la editorial Salamandra. Fue el proyecto con el que gané el premio Salamandra FNAC de novela gráfica. Se trata de una historia que transcurre en un pueblecito de Extremadura llamado Deleitosa y, de nuevo, lleva como protagonista a una mujer”.
Álbum Ilustrado
Anna Pirolli nos guía en el viaje de ‘Fred y Gloria’

Fred ha recibido una carta de su amiga Gloria, que vive al otro lado del océano. Pero… ¿Dónde está el océano? ¿Cómo se llega hasta alguien a quien quieres mucho, pero no sabes dónde está? La editorial Flamboyant publica “Fred y Gloria”, escrito por Ratha Tep e ilustrado por Anna Pirolli. Una historia para leer en voz alta, compartir en silencio y soñar despiertos. Con Anna Pirolli charlamos un poco más sobre este libro.
¿Cómo surgió este proyecto? “Del encuentro entre Ratha Tep, una talentosa periodista que también escribe libros infantiles, y mi agente, Debbie Bibo. Ella me propuso el texto y acepté: me encantó de inmediato la ironía de la historia y la fuerza del personaje principal”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una historia de amistad que va más allá de las apariencias, una aventura llena de desafíos y situaciones irónicas a través de lugares increíbles, encuentros con personajes extraños y un giro que asombrará a todos”, asegura Anna Pirolli.


¿Qué te pareció el texto de Ratha la primera vez que lo leíste? “Me pareció muy tierno, divertido e intenso. La elección de Fred es contundente y no teme las consecuencias. Me gusta este tipo de personaje: aparentemente pequeño, pero al final decidido e incisivo, como una cuchilla afilada. Me encanta la ironía, y este libro está lleno de situaciones divertidas que aligera el difícil viaje del protagonista. Y también me pareció curioso que la historia comience con una correspondencia. Las cartas son un medio de comunicación casi obsoleto, pero conservan un atractivo poderoso y evocador”.

¿Cómo fue el proceso previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, documentación, pruebas y quizás incluso bocetos en un cuaderno… “Me encanta interpretar textos y encontrar el registro adecuado para dar vida al contenido, a veces oculto, de la historia -confiesa Anna Pirolli-. En cuanto leo una historia, tengo impresiones visuales, pero no tengo una idea precisa de cómo será el libro terminado, así que dedico mucho tiempo a recopilar ideas e imágenes que me ayudan a adentrarme cada vez más en la atmósfera del texto. Cuando esta sensación se hace más evidente, me sumerjo y empiezo a dibujar: primero los personajes, luego los escenarios”.


¿Qué dirías que caracteriza tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otras obras? “Esta fue mi primera vez usando acuarela y me divertí mucho. Desde hace unos años, siempre que puedo (dependiendo del tiempo disponible y del coste del proyecto), dibujo analógicamente. Tras veinte años de técnicas digitales, necesitaba volver a tocar la veta del papel y a oler los colores. La satisfacción de pintar no tiene precio, y la había olvidado -continúa Anna Pirolli-. Quería que las ilustraciones de este libro contaran la historia de Fred con detalles realistas. Quería crear entornos agradables e inmersivos para los niños, retomando las imágenes «clásicas» de los libros de mi infancia, que aún recuerdo y que me transportaron a un mundo paralelo”.

¿Qué técnicas utilizaste entonces? “Acuarela, aplicada en una capa muy densa”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “¡Empecé a trabajar en este proyecto hace tres años! La primera versión del storyboard fue completamente diferente; me centré por completo en los personajes y casi nada en los escenarios. Mi agente se lo presentó a los editores, quienes lo apreciaron, pero con algunas reservas: parecía demasiado minimalista (¡y sin duda lo era!), y quizás el título no era apropiado. Dejé el libro a un lado por un tiempo, porque tenía otras cosas que hacer. Cuando finalmente lo retomé, dos años después, tenía una mentalidad diferente y empecé desde cero. La autora también hizo algunos cambios: dejar que el proyecto «descansara» nos ayudó a centrarnos mejor en los temas fuertes del texto. Si los lectores supieran las revoluciones que hay detrás de un libro infantil «sencillo», ¡se sorprenderían de la cantidad de trabajo!”, nos cuenta Anna Pirolli.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Nuevos proyectos? “Disfruto mucho dando clases, así que estoy preparando nuevos cursos para ofrecer en escuelas y por fin estoy escribiendo mi propio proyecto. Pero no te diré nada, ¡soy supersticiosa!”.

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