Entrevistas
Rodrigo Mattioli nos anima a plantar ‘Un árbol’

Alina decidió plantar un árbol y todo comenzó a cambiar. A veces una pequeña decisión es suficiente para transformar todo lo que nos rodea. Así nos presenta Apila Ediciones el álbum ilustrado ‘Un árbol‘, un trabajo de Rodrigo Mattioli. Es el álbum ganador del Premio Apila Primera Impresión 2019. Con su autor charlamos un poco más sobre este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? Rodrigo Mattioli: «Siempre me gustó la naturaleza pero crecí en entornos urbanos. En 2012, después de cinco años viviendo en Londres, me cansé del estilo de vida de la ciudad y el impacto ambiental. Mi pareja y yo decidimos experimentar cómo sería vivir en una comunidad de permacultura. Después de vivir en diferentes lugares y experimentar propuestas de permacultura, me di cuenta de que los humanos también podríamos ser agentes positivos en el medioambiente. Además, fue terrible darse cuenta de cómo perdimos nuestro contacto y nuestros lazos con la naturaleza. ¿Cuántos niños estudian árboles a través de un libro sin plantar un árbol?
Aparte de esto, me encantan páginas dobles con bosques y muchos animales y plantas. Tenía muchas ganas de hacer algo así y encontré la excusa perfecta.La idea del libro surgió de la unión de estos tres puntos.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? «Al principio, un árbol, dos pájaros y 3 huevos. Al final, espero que encuentren ganas para plantar un árbol».
¿Qué importancia tiene para ti el juego en este álbum y en general en tu trabajo? «Para mí, jugar es mantenerse vivo -asegura Rodrigo Mattioli-. No físicamente, sino psicológicamente. En general, no encajo en lo que esperaba y me enseñaron a ser y hacer. Me aburro en los trabajos tradicionales y no estoy de acuerdo con las metas y prioridades más comunes. Jugar, de una manera muy amplia, fue lo que me permitió llevar una vida donde pueda ser yo mismo, o al menos, seguir esta búsqueda. En un mundo lleno de problemas con mucha gente sintiéndose desesperada, jugar es una medicina».

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? «Yo no estudié ilustración y por mucho tiempo me creía incapaz de ilustrar. Confundía ilustrar y dibujar. Cuando tuve la idea para mi primer libro, hace unos 10 años ya, yo no sabía dibujar. Entonces, hice los personajes y escenarios con materiales como tela, plastilina, botones, alambre, etc. Fotografié todo y mezcle en photoshop con escenarios reales. Lo hice sin ninguna prisa y me gustó mucho el resultado. Pero tardé más de 5 años para finalizarlo. Después, empecé otro proyecto utilizando la misma técnica. Visualmente queda muy bien pero sería imposible trabajar de esta manera. Y era muy difícil hacer personajes expresivos con esta técnica».
«De ahí empezó la búsqueda por un proceso más simple. Dibujé mucho hasta quedar contento con la forma actual del personaje. Después de esto, todo fluyó de manera más fácil. Creo que esta búsqueda por simplicidad y agilidad al ilustrar se nota en el libro. Me gusta la espontaneidad -asegura Rodrigo Mattioli-. Ahora, siempre que puedo utilizo el personaje que es una mezcla de mis dos hijas (Alice y Nina). De ahí el nombre Alina. Aparte de esto, yo nací y crecí en Brasil. Creo que esto influencia mucho los colores de mi trabajo».


¿Con qué técnicas trabajaste? «Hice casi todos los dibujos con los polychromos de Faber-Castell. Dibujé los elementos aisladamente y después mezclé todo en photoshop. El cielo está hecho con acuarelas».


«Es como si hubiera hecho un collage digital con mis dibujos. Con esta técnica es my sencillo mover los elementos y componer las páginas», nos cuenta Rodrigo Mattioli.
Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. «La historia es muy sencilla: La niña planta el árbol. Surgen elementos acumulativos pero en algún momento el caos ganaría. La verdad es que no soy un enamorado de los cuentos acumulativos entonces lo tomé un poco como una broma. El primer paso fue decidir qué elementos aparecerán y el orden de aparición. Tenía que buscar elementos para desordenar el conteo. Por ejemplo, los huevos se convertirían en pájaros, de esta manera, tendría que garabatear sobre el texto del conteo. Después, los conejos se multiplican. Ese tipo de cosas. Después de determinar el orden, fue principalmente el trabajo manual. Dibujar, escanear y mezclar todo en photoshop. La verdad es que he sido un proyecto fácil de realizar. Hay ideas que estoy intentando terminar hace años y no logro. Este cuento ha sido un regalo».

¿Qué supuso el premio Apila? «Ha sido un cambio maravilloso. Yo ya estaba haciendo libros y metido en esto hace unos años. Pero hasta ganar el premio era algo que hacía en el poco tiempo libre que tengo. La possibilidade de hacer esto como trabajo es una bendición. Además, me sentí muy en casa con la línea editorial de Apila. Cuando estaba en Zaragoza para recibir el premio me regalaron el libro ¨Imágenes de Cuento. Diez años de ilustración infantil¨ que tiene un resumen de los 10 años de la editorial. Sentí que cuadraba bien con lo que hago».
¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? «A llevar ideas a cabo. A veces estoy trabajando en una idea que no me gusta y surge otra idea que me agrada más. Es tentador dejar de lado una idea y siempre saltar a un nuevo proyecto sin terminar algo que se inició. Inicialmente, no estaba 100% contento con la idea, pero no quería dejarla sin terminar. Como ya lo había comenzado, terminé lo que solicitaba las bases del premio y fue una excelente decisión».
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «El próximo libro ya está terminado y sale en marzo. De momento sigo pensando en nuevas historias para Alina. También estoy desarrollando mejor su universo. Pensando en los detalles de su casa, sus vecinos, cosas así. Siempre hay algún proyecto».
Álbum Ilustrado
Pedro Oyarbide y su visión de ‘El Principito’

Venerado por generaciones de lectores -pequeños y grandes- en todo el mundo, ‘El principito’ es un clásico inagotable que logra conmovernos en cada lectura. La historia de Saint-Exupéry narra el encuentro, en la soledad del desierto del Sáhara, entre un aviador que ha sufrido una avería y un niño que se acerca a él para pedirle el dibujo de un cordero. Este hombrecito de cabellos dorados, que ha viajado por varios planetas antes de recalar en la Tierra, es muy sabio en su inocencia. Su capacidad para el asombro y su arrojo en las preguntas constituyen el origen de las poderosas reflexiones sobre la vida que atesoran estas páginas.

“Puede que el piloto que nos cuenta la historia no consiguiera desarrollar su talento artístico, pero sin duda sí lo ha hecho Pedro Oyarbide, que ha reinterpretado con inigualable maestría uno de los libros más entrañables de la literatura universal”, nos cuenta la editorial Lunwerg. Sus ilustraciones, vibrantes y detalladas, nos ofrecen la extraordinaria oportunidad de asomarnos a este libro como si fuera la primera vez. Este es el primer libro ilustrado de este artista español, que está detrás de las icónicas portadas de la arrolladora saga ‘Blackwater’. Con Pedro hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en ‘El Principito’.
¿Cómo nace este proyecto? “Pues es curioso, porque yo había propuesto a Lunwerg ilustrar ‘El Principito’, pero no era posible ya que aún no estaba en dominio público. Tiempo después, me encontraba ilustrando otro título cuando mi editora me dijo que justo se habían liberado los derechos, por lo que nos pusimos manos a la obra, dejando el otro libro en standby, ya que era una oportunidad buenísima de sacar cuanto antes mi versión de El Principito”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Mi intención no era hacer una versión actualizada, sino ofrecer una visión en paralelo a la original aportando mi estilo y estética -nos cuenta Pedro Oyarbide-. Me he alejado del aire delicado y aniñado de las ilustraciones originales y lo he traducido a mi estilo, en muchos casos ilustrando pasajes desde otra óptica completamente diferente y en algunas ocasiones simplemente reinterpretando los originales”.
¿Cómo era tu relación con este libro antes de este proyecto? ¿Cómo ha cambiado o cómo es ahora tras este trabajo? “No lo leí de niño, siempre me causó cierto rechazo el estilo naif de las ilustraciones. No ha sido hasta meterme de lleno con el proyecto cuando he descubierto realmente todo lo que ofrece el texto, e incluso ahora las ilustraciones de Saint-Exupéryme parece que cobran sentido. Por otra parte me parece que es un libro que ya seas niño o adulto, tiene lecciones para todos. No tengo duda del porqué de su trascendencia, forma parte de la cultura popular”.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Es un tarea que a priori impone, por eso mismo, es uno de los libros más traducidos y leídos de la historia, quería hacer algo que estuviese a la altura, o al menos que yo estuviese orgulloso del trabajo -confiesa Pedro Oyarbide-. Primero de todo lo leí un par de veces y tomé anotaciones para potenciales enfoques, no había unos márgenes de tiempo demasiado grandes ya que corría prisa sacarlo cuanto antes. Fue un proceso bastante fluido y de los bocetos originales a las ilustraciones finales, apenas hubo cambios compositivos”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Romper con la estética asociada a la obra original puede que acerque el título a otros lectores”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajo en digital, desde el boceto al arte final”, afirma Pedro Oyarbide.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tengo varios proyectos editoriales interesantes, por una parte sigo ilustrando portadas de Michael McDowell, el autor de Blackwater. Próximamente saldrá ‘Hija de la Venganza’ con Blackie Books. También estoy con un libro completamente ilustrado de uno de los autores más relevantes de la literatura contemporánea española, pero que desgraciadamente no puedo revelar. Saldrá en 2026. A parte de eso estoy trabajando en varios proyectos para Miller Lite y Playstation”.
Álbum Ilustrado
Fermín Solís nos presenta a ‘Las niñas intrépidas’

‘Las niñas intrépidas’ es el abecedario con las niñas más divertidas, personajes de la A a la Z que realizan las hazañas más increíbles. Un libro en mayúsculas que invita a la lectura autónoma, a jugar con los nombres propios y los pareados, y a aprender la grafía de letras. Las ilustraciones del premiado Fermín Solís juegan con personajes cómicos, un poquito gamberros y muy, muy divertidos. Con Fermín hemos charlado un poquito más sobre este proyecto que publica Editorial Libre Albedrío.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El origen de este proyecto está en un libro anterior llamado Los niños valientes de las mismas características, pero que mezclaba nombres tanto de niños como de niñas. Digamos que esta es una actualización, pero las protagonistas son las chicas”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán un abecedario donde una serie de personajes realizan acciones bastante atrevidas. Algunas de ellas mejor no intentar hacerlas en casa”, asegura Fermín Solís.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “En este caso, no hay mucho trabajo de investigación, es un libro divertido sin más para primeros lectores y ya tenía la base del anterior”.
¿Cómo nacen estos personajes? “Pues al contrario que otros libros míos, donde los personajes son importantes, porque la historia gira en torno a ellos, en este caso es simplemente una serie de gags en función al nombre de la protagonista de cada página, es casi más importante la rima que el dibujo”, afirma Fermín Solís.

¿Con qué niña intrépida te quedas? “La que lee cómics en la cornisa. Felisa. Aunque es difícil elegir”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Pues respecto a mis nuevos trabajo es más clásico, últimamente estoy evolucionando con la línea, haciendo cosas más atrevidas. En estas me mantuve bastante fiel al estilo del anterior libro”, nos cuenta Fermín Solís.

¿Con qué técnicas trabajaste? “En este caso, la técnica es digital”.
Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Te diría que casi lo más difícil es encontrar la rima divertida para cada nombre. A veces hay nombres difíciles de rimar. Luego me hago un boceto en un papel, y finalmente lo paso a limpio en digital”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En noviembre aparece mi nuevo libro publicado por la editorial Salamandra. Fue el proyecto con el que gané el premio Salamandra FNAC de novela gráfica. Se trata de una historia que transcurre en un pueblecito de Extremadura llamado Deleitosa y, de nuevo, lleva como protagonista a una mujer”.
Álbum Ilustrado
Anna Pirolli nos guía en el viaje de ‘Fred y Gloria’

Fred ha recibido una carta de su amiga Gloria, que vive al otro lado del océano. Pero… ¿Dónde está el océano? ¿Cómo se llega hasta alguien a quien quieres mucho, pero no sabes dónde está? La editorial Flamboyant publica “Fred y Gloria”, escrito por Ratha Tep e ilustrado por Anna Pirolli. Una historia para leer en voz alta, compartir en silencio y soñar despiertos. Con Anna Pirolli charlamos un poco más sobre este libro.
¿Cómo surgió este proyecto? “Del encuentro entre Ratha Tep, una talentosa periodista que también escribe libros infantiles, y mi agente, Debbie Bibo. Ella me propuso el texto y acepté: me encantó de inmediato la ironía de la historia y la fuerza del personaje principal”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una historia de amistad que va más allá de las apariencias, una aventura llena de desafíos y situaciones irónicas a través de lugares increíbles, encuentros con personajes extraños y un giro que asombrará a todos”, asegura Anna Pirolli.


¿Qué te pareció el texto de Ratha la primera vez que lo leíste? “Me pareció muy tierno, divertido e intenso. La elección de Fred es contundente y no teme las consecuencias. Me gusta este tipo de personaje: aparentemente pequeño, pero al final decidido e incisivo, como una cuchilla afilada. Me encanta la ironía, y este libro está lleno de situaciones divertidas que aligera el difícil viaje del protagonista. Y también me pareció curioso que la historia comience con una correspondencia. Las cartas son un medio de comunicación casi obsoleto, pero conservan un atractivo poderoso y evocador”.

¿Cómo fue el proceso previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, documentación, pruebas y quizás incluso bocetos en un cuaderno… “Me encanta interpretar textos y encontrar el registro adecuado para dar vida al contenido, a veces oculto, de la historia -confiesa Anna Pirolli-. En cuanto leo una historia, tengo impresiones visuales, pero no tengo una idea precisa de cómo será el libro terminado, así que dedico mucho tiempo a recopilar ideas e imágenes que me ayudan a adentrarme cada vez más en la atmósfera del texto. Cuando esta sensación se hace más evidente, me sumerjo y empiezo a dibujar: primero los personajes, luego los escenarios”.


¿Qué dirías que caracteriza tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otras obras? “Esta fue mi primera vez usando acuarela y me divertí mucho. Desde hace unos años, siempre que puedo (dependiendo del tiempo disponible y del coste del proyecto), dibujo analógicamente. Tras veinte años de técnicas digitales, necesitaba volver a tocar la veta del papel y a oler los colores. La satisfacción de pintar no tiene precio, y la había olvidado -continúa Anna Pirolli-. Quería que las ilustraciones de este libro contaran la historia de Fred con detalles realistas. Quería crear entornos agradables e inmersivos para los niños, retomando las imágenes «clásicas» de los libros de mi infancia, que aún recuerdo y que me transportaron a un mundo paralelo”.

¿Qué técnicas utilizaste entonces? “Acuarela, aplicada en una capa muy densa”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “¡Empecé a trabajar en este proyecto hace tres años! La primera versión del storyboard fue completamente diferente; me centré por completo en los personajes y casi nada en los escenarios. Mi agente se lo presentó a los editores, quienes lo apreciaron, pero con algunas reservas: parecía demasiado minimalista (¡y sin duda lo era!), y quizás el título no era apropiado. Dejé el libro a un lado por un tiempo, porque tenía otras cosas que hacer. Cuando finalmente lo retomé, dos años después, tenía una mentalidad diferente y empecé desde cero. La autora también hizo algunos cambios: dejar que el proyecto «descansara» nos ayudó a centrarnos mejor en los temas fuertes del texto. Si los lectores supieran las revoluciones que hay detrás de un libro infantil «sencillo», ¡se sorprenderían de la cantidad de trabajo!”, nos cuenta Anna Pirolli.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Nuevos proyectos? “Disfruto mucho dando clases, así que estoy preparando nuevos cursos para ofrecer en escuelas y por fin estoy escribiendo mi propio proyecto. Pero no te diré nada, ¡soy supersticiosa!”.

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