Entrevistas
Primera jornada de Vilustrado 2016: De las casas de la ilustradora Chiara Carrer a las salidas de página de Elena Odriozola y sus personajes principales que no aparecen
Comenzó un nueva edición del Encuentro Internacional de Ilustración ‘Vilustrado’. En Valladolid y durante cuatro días se puede asistir a charlas de ilustradores internacionales, charlas de ilustradores nacionales, talleres de ilustración para profesionales y en proceso de formación, masterclass de ilustración, mesas y debates, exposiciones…
En su jornada inaugural, tuvimos la oportunidad de escuchar las intervenciones de la ilustradora italiana Chiara Carrer y de la española Elena Odriozola, Premio Nacional de Ilustración en 2015. Un primer día de jornadas que tuvo un broche final con la inauguración de la exposición de Elena.
Las casas de Chiara Carrer
Casas. Casas grandes, casas pequeñas, casas que pueden ser un refugio y casas que pueden ser una prisión… Una charla la de la ilustradora Chiara Carrer basada en este elemento para ir mucho más allá, para contar muchas más cosas. “Para mí escribir es ver las cosas, tener una memoria visual, que es fundamental. Ante todo, son mis ojos los que miran lo que hay alrededor… Mis ojos, en general, son la manera que tengo de aprender. Me considero una persona muy visual, y poco racional”.
Chiara nos cuenta que las casas son recurrentes en su trabajo. Pueden decir mucho, y nos pueden hacer preguntarnos muchas cosas… Otra manera de hablar de las casas, es hablar de quien no tiene casa. “La belleza de dejar abierta a quien mira la interpretación de las imágenes. Mis imágenes son conceptuales, no quiero cerrar la lectura, sino dejarla abierta”, nos cuenta.
No hay un principio, no hay un fin, hay una continua transformación de las cosas… Y nos habla un poco de su versión de Caperucita, en la que también la casa juega su papel.
En un grupo de baile aprendí el concepto de espacio., dice Chiara Carrer. “Yo empecé a trabajar mis imágenes con este concepto de espacio. El espacio, la línea, el ritmo, la repetición, el movimiento, son elementos para mí a la hora de trabajar, conceptos que también están en el teatro, en la danza. Interactuar con los límites de la página, es como estar en un escenario, cosas que entran y salen de esa página”.
“Me fascinan las líneas, las sombras, los volúmenes… Es la base de mi trabajo. Mi cabeza está más cerca de la arquitectura que de las artes…”. Y hablando de profesiones, nos dice que ella no es escritora, pero últimamente escribe muchas cosas, tiene un cuaderno entero lleno de pensamientos. Y en su libro de casas juega mucho con combinaciones de palabras. Al final, son listas que le ayudan a hacer, por ejemplo, ese libro de las casas… ¿Cuánto podemos poner dentro de un concepto? Se pregunta.
Y al final de su charla volvemos al principio de la misma, a la mirada, a los ojos. “Se tiene que aprender a ver. Tenemos que tener ojos para ver lo que los demás no ven. Cosas que me llaman la atención, cosas al margen, que no son tan llamativas, … Es lo que deberíamos hacer todas las personas que trabajamos con la imaginación”.
Elena Odriozola: Salirse de la página y los protagonistas que no aparecen
Una garza. Con esa garza arranca la charla de la ilustradora Elena Odriozola, Premio Nacional de Ilustración 2015. Nos cuenta la historia de esa garza disecada que la acompaña en casa y que, por diferentes avatares del destino, ha acabado convirtiéndose en Edward, el Santo Edward de Montevideo. Y todo esto para enlazar con los trabajos que realizó en un taller en la Escuela Peripatética que dirige Gustavo Puerta y en los que escogió a Edward como protagonista. Y todo esto, digámoslo otra vez, para llegar a la línea de su discurso: salirse de la página, lo que uno puede hacer fuera de los libros.
Y nos enseña las figuras en tres dimensiones que se han creado a raíz de una de sus ilustraciones y a las que ella da color…
Y también nos muestra la experiencia que tuvo con la creación de ‘Txoritxoak‘, una exposición en la sala Gambara de Koldo Mitxelena Kulturunea, junto a otros amigos, un trabajo que incluía, por ejemplo, a cien pájaros como estos, realizados en la misma línea que las figuras anteriores.
Seguimos saliéndonos de la página, y Elena nos habla de ‘Frankenstein‘, con Nórdica Libros. ‘Esto es un teatro de papel, pero al principio era una ilustración. Cuando cambias el formato, haces lo que tienes que hacer, cobra vida algo diferente. A veces hay que salir de la ilustración. Yo quería contar esto. Si hubiera sido en papel hubiera salido otra cosa distinta», nos cuenta. «Cuando te encargan un clásico, a mi me gusta mucho, porque es un reto. Libros o historias que tienen tantas representaciones, no tiene ningún sentido ilustrarlas si no haces algo muy diferente, si no das tu interpretación». (Aquí podéis leer más sobre este proyecto: ‘Frankenstein‘).
«Con ‘La Celestina‘ -continúa Elena-, no lo tuve tan claro. Hay que tener claro qué contar y cómo contarlo. Le di muchas vueltas, quise hacer mucha gente que se mezclaban y se contaminaban… Me puse a dibujar y me di cuenta que lo que hacía nada tenía que ver con lo que había pensado. No era lo que yo iba a hacer, pero sirvió como punto de partida para salirme, una vez más, de la página, y hacer una ilustración de tres metros y medio».
Tanto en este caso como en Frankenstein, los protagonistas no aparecen. «Cuando un personaje tiene tanta fuerza y la gente ya lo conoce muy bien, no tiene sentido ilustrarlo», asegura Elena.
«He hecho más cosas que se salen de la página», dice, y nos enseña unas etiquetas de mermelada. Y a continuación unas etiquetas de vino, destinadas a unas cajas de 12 botellas y en las que cada botella era diferente (en cada una había un escritor). Nos habla también de su colaboración en la Revista La leche. «Tengo una página para dar mi visión de las cosas. La exigencia de hacerlo a dos tintas. La sorpresa es lo que me gusta».
Y también hay espacio en esta charla para una exposición: ‘Las mujeres y el Mar‘, en el Museo Naval de San Sebastián. Y también para algunos libros en los que también «me he salido de la página», como es el caso de ‘Tropecista‘, con Bárbara Fiore Editora, o ‘El tigre mundano‘, en el que se juega con la perspectiva, la profundidad. ‘Ur: libro de lluvia‘. «Iba a ser un libro, y terminó siendo una caja con cosas dentro», eso si, una auténtica caja de sorpresas. «Me gusta que las cosas estén en continuidad. El protagonista es la lluvia, y no aparece. Y después dije, vamos a meter la lluvia en acetatos y en colores. Y realicé cuarenta ilustraciones de lluvia. Y si pones una encima de otra, ninguna se pisa…
De esta charla, nos dice Elena, «se podría desprender que no me interesa mucho hacer libros, pero no es así». Y terminamos con ‘Eguberria‘. «No me gusta que se limiten las posibilidades de crear… Seguiré intentándolo», sentencia la Premio Nacional de Ilustración 2015.
Exposición de Elena Odriozola
Y como broche final a este arranque de Vilustrado, la exposición ‘Capas, manchas, teatritos, movimientos, siluetas, tiras y demás trastos’ de Elena Odriozola.
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Álbum Ilustrado
Matthias Picard y las tres dimensiones de ‘Pataslargas’
Ponte las gafas 3D y sigue a ‘Pataslargas’ en su viaje al interior de la tierra, recorriendo simas calcáreas y bosques de cristal y enfrentándote a murciélagos, tormentas abisales y la inagotable belleza del inframundo. Una cuerda sobresale de la superficie del agua. En su bote, un misterioso ser, llamémoslo Pataslargas, lo agarra para ver adónde lo lleva: a una isla. Atraca y sigue ese hilo de Ariadna, que lo conduce a las profundidades de la tierra. ¡Cuántas maravillas! ¡Qué espectáculo! Matthias Picard nos ofrece una nueva y espléndida aventura en 3D, esta vez fotografiando los sublimes paisajes que se esconden bajo nuestros pies, en un libro que edita Fulgencio Pimentel.

¿Cómo surgió este proyecto? «Todo comenzó en otoño de 2020. Realicé una residencia artística en Pont-du-Fossé, en la región de los Altos Alpes, rodeado de árboles y montañas. Justo después de la pandemia de COVID-19, me emocionó poder ir a investigar en la naturaleza. Al pasear libremente, me fascinaron las setas que brotaban del suelo y las diminutas cosas que veía a mis pies. Esto me inspiró a explorar este mundo macroscópico en 3D. En la biblioteca me prestaron una cámara digital y, utilizando las imágenes que tomé durante mis paseos, incorporé a mis fotografías a este personaje, que ya existía en mis cuadernos. Al mismo tiempo, sentía un gran deseo de recrear una cueva y comencé a hacer maquetas de yeso. De vuelta de la residencia, continué el proyecto sin tener ni idea de la historia, y me equipé comprando una cámara y un objetivo macro. También encontré un taller, un lugar ideal para hacer maquetas».

¿Qué encontraremos en las páginas de este libro? «Morfológicamente, ‘Pataslargas’ (Jeanjambe) es el opuesto de Jim Curious, el protagonista de mis primeros libros en 3D. Le puse ese apodo porque era una figura de alambre, con dos piernas largas, dos brazos largos y una cabeza muy pequeña. Jim Curious, en cambio, es todo curvas, mucho más detallado, pero está creado principalmente con la técnica del raspado y se mueve dentro de un entorno dibujado donde los planos están recortados. En los volúmenes de un entorno fotográfico, parecería completamente plano. El dibujo de alambre se integra fácilmente en cualquier entorno. Con una línea, puedes recorrer cualquier espacio y crear una ilusión. La silueta de Pataslargas surge de esta idea de reducir una forma a la mínima expresión, de dejar que el dibujo emerja a través de la experiencia sin un plan predefinido. Con Pataslargas descubro el proceso al mismo tiempo que él, y veo adónde nos lleva», nos cuenta Matthias Picard.

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a la fase de investigación, la documentación, las pruebas, incluso los bocetos en una libreta… «No hay una fase de investigación seguida de una fase de producción. Como en Pataslargas, se trata de exploración. Con Pataslargas, por primera vez, también me interesé por los videojuegos. Juegos como Heart of Darkness, Limbo, Inside y Another World influyeron en mi concepción del movimiento y la circulación, especialmente en las ilustraciones a doble página. Adopté la idea de avanzar sin poder retroceder. Al darle este ritmo, la trama se sustituye por el viaje a través de diferentes atmósferas», continúa Matthias Picard.
«Las secuencias de escenarios crean la historia, pero para imaginar el significado de esta exploración, también necesitaba anticipar la puesta en escena de las fotografías. Dado que había realizado todos mis experimentos de forma independiente, imagen por imagen, finalmente decidí descartar todas las imágenes que había tomado en la naturaleza y crear todas mis fotografías en el estudio, diseñando mis instalaciones como lo había hecho para la maqueta de yeso de la cueva. Así que pasé a otra fase».

Cuéntanos algo sobre las ilustraciones. «La naturaleza sigue siendo mi principal fuente de inspiración. El erizo de mar, por ejemplo, fue uno de mis primeros experimentos. Al fotografiarlo, descubrí unas columnas gigantescas, imposibles de ver a simple vista. En las rodillas, añadí unos pequeños ojos al estilo de Miyazaki e imaginé seres diminutos e inmóviles, como los juguetes de la máquina de garras de Toy Story, que veneran la garra y celebran al elegido cada vez que uno de los suyos es atrapado. Todos nos detenemos frente a un árbol, un trozo de corteza, una nube, una piedra donde creemos reconocer un rostro, una forma. El dibujo comienza ahí, y muchas de mis imágenes juegan con este fenómeno de la pareidolia, que consiste en ver un símbolo en una imagen de la realidad -asegura Matthias Picard-. La fotografía captura estos efectos. Inicialmente, quería crear este libro con estas fotos tomadas en la naturaleza a escala de conejo, pero técnicamente es muy complicado homogeneizar el procesamiento y la iluminación. No logré establecer una conexión entre un mundo y otro, encontrar una lógica para organizar las imágenes. En el estudio, al tener control sobre lo que veo, me siento más cómodo como artista que crea sus imágenes y paisajes. Sin embargo, desde mis primeros modelos de yeso para la cueva, trabajé con bicarbonato de sodio para que el material adquiriera cierta elasticidad, permitiendo así cierta libertad creativa; no buscaba un efecto esculpido, un modelado demasiado liso».

Cuéntanos algo sobre la técnica utilizada en este libro. «El 3D mediante anaglifos es una técnica antigua, que data del siglo XIX. La conozco bastante bien porque ya he creado dos libros con este método: ‘Jim Curious: Viaje al corazón del océano’ y ‘Jim Curious: Viaje a través de la selva’. Hay que separar los planos, construyendo una imagen para el ojo izquierdo y otra para el derecho. Para este libro, añadí muchas otras técnicas, que fui aprendiendo sobre la marcha. Fotografía, escultura, modelado, …».
¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? «El proceso fue muy empírico. Experimenté mucho acompañando a Pataslargas en sus exploraciones y descubrimientos. Al principio, sentía una gran fascinación por las setas, las cuevas y la exploración subterránea. Para la ocasión, leí Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne, que me encantó. También me regalaron el libro del diseñador gráfico italiano Bruno Munari, «Desde lejos parecía una isla», que juega con la percepción en torno a un guijarro que, visto de cerca, se convierte en una montaña, una ciudad, una isla. Esto resonó con mi intuición y empecé a fotografiar los guijarros que tengo en casa -afirma Matthias Picard-. Después creé esta isla de guijarros con un mar de silicona. Para mí, un libro siempre es un poco como una isla esperando ser explorada. Partiendo de esta premisa, inicialmente quise agotar la imaginación colectiva, evocando la isla misteriosa, el volcán, la cueva, las calaveras que sugerían una presencia humana, el vuelo de los murciélagos, la escalera que conducía a un reino más fantástico con los cristales. Jugando con estos clichés, el lector se siente lo suficientemente seguro como para continuar el viaje».

«Siempre había soñado con crear cristales, pero al llevar a cabo este experimento, me topé con las limitaciones del proceso artificial. En la naturaleza, las rocas y los cristales son el resultado de procesos complejos, entrelazados y fascinantes. Necesitaba encontrar ejemplares reales. Serge Darpeix, organizador de los Rencontres du 9ème art (Encuentros del Cómic) en Aix-en-Provence, me había hablado de las colecciones del Museo de Historia Natural de la ciudad, que cerró en 2014. Me puso en contacto con el equipo de paleontólogos que aún trabaja en los depósitos, y me encontré ante esas colecciones almacenadas en cientos de cajas. Había minerales, conchas, corales. Con las conchas, se abrió una nueva puerta, trazando un nuevo camino. Imaginé un viaje que partiría de un entorno artificial, modelado con materia inerte, hacia la materia natural, cada vez más animada y viva, hasta llegar finalmente a la realidad. También juego con los materiales para crear sensaciones de aventura», asegura Matthias Picard.
«Lo que me interesa es ver aparecer imágenes que me sorprenden, no necesariamente crear las que tengo en mente. En Jim Curious, proyecté principalmente imágenes mentales. Con la fotografía, es todo lo contrario; soy el primero en ver los resultados, y eso a veces es engañoso: lo que conmueve a simple vista no necesariamente se traduce bien en una fotografía. Trabajo alternando entre la fotografía y el dibujo, entablando un diálogo entre ambos. Un reflejo en una roca inspiró la secuencia de relámpagos. Partiendo de las formas florales de la calcita, añadí pistilos. Lo importante es percibir cómo reaccionan los objetos y los materiales a la luz. Con el yeso, es obvio: demasiada luz y no se ve absolutamente nada. Para obtener fotos convincentes y poder reutilizarlas, hay que perfeccionar el juego de luces y sombras. La iluminación lleva casi más tiempo que la construcción de los decorados. Para crear mis paisajes, también hago montajes. En el ordenador, no me limito a superponer dos imágenes en azul y rojo para crear profundidad; combino varias fotos, añado un cielo…».

No es solo un libro, creemos que leerlo es una experiencia, un viaje… ¿Qué opinas? «El fenómeno de los espejismos siempre me ha fascinado; debí de descubrirlo en mi infancia con Tintín y el cangrejo de las pinzas de oro. La imagen del capitán Haddock creyendo ver una botella de champán en el desierto. ¡Impresionante! Cuestionar el espejismo significa, ante todo, intentar comprender cómo la imaginación proyecta significado sobre los fenómenos reales, cómo se crean los mitos y las historias a partir de la percepción de los fenómenos físicos. El espejismo sugiere esta ambivalencia entre realidad e imaginación, el placer de la ilusión óptica y la promesa de una decepción que quería superar. Pensé mucho en el final. Al llevar a Pataslargas a descubrir la otra cara de la moneda con un efecto similar al de «El show de Truman», el viaje adquiere una dimensión más filosófica sin resultar moralizante -asegura Matthias Picard-. Cuando el sol se revela como iluminación artificial, como un foco de escenario, el personaje dibujado se percata gradualmente de los efectos del resplandor al descubrir el trasfondo de su viaje. Proyecto el shock existencial producido por este viaje a través del espejo. ¿Entonces, todo fue solo un decorado? ¿Soy solo un personaje de cómic, una ilusión de mí mismo? El espejismo es tanto la idea que Pataslargas tiene de su identidad, su viaje y sus experiencias, como la imagen que percibe en el mundo real de las representaciones de lo imaginario sobre la mesa del creador. Al concluir con la figura de pie sobre la mano del artista, reconectando con la realidad, quise reafirmar la existencia de dos mundos, borrar la frontera que supuestamente separa lo real de lo imaginario».

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Ahora mismo acabo de tener un bebé y estoy en plena hibernación, encerrado en casa; así que cualquier proyecto tendrá que esperar hasta la primavera».
Cómic
Jérémie Almanza nos guía a ‘Los reinos silenciosos’
Con un toque de humor, este cómic de inspiración gótica con grandes tintes de Tim Burton invita a un fabuloso viaje a ‘Los reinos silenciosos’. Perséfone parece que murió un jueves a los doce años. Era el día del velatorio de su vecino, Víctor Columbaria, al que solo lo conocerá de verdad después de su muerte, cuando se encuentre cara a cara con su fantasma. Charles y Théophile, coleccionistas de suspiros, llegan con dos días de retraso. Así, Perséfone no duda en cruzar el umbral del más allá para ir en busca del último aliento de Víctor. Pero ¿por qué puede ver a los muertos? ¿Podrá regresar al mundo de los vivos? Así nos presenta la editorial Nuevo Nueve este cómic de Sévernie Gauthier y Jérémie Almanza. Con éste último hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en este cómic.
¿Cómo nace este proyecto? “Este proyecto surgió de una conversación con la guionista de cómics Séverine Gauthier, quien guardaba en sus cajones una historia con esqueletos. Debo admitir que todo lo relacionado con esqueletos me atrae. Al examinar su historia con más detenimiento, descubrí un universo fascinante para explorar y crear desde cero. Crear un universo entero es, sin duda, la parte más interesante de dar vida a un proyecto, así que decidí formar parte de él”.

¿Qué encontrarán los lectores en este libro? “Descubrimos la historia de una joven aparentemente normal que descubre por accidente que puede viajar entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Esta habilidad es un misterio que intentaremos desentrañar a medida que avancen los volúmenes. Nos ponemos en la piel de la protagonista para descubrir el mundo de los muertos, una especie de distopía burocrática y fantástica gobernada por la mismísima Muerte”, nos cuenta Jérémie Almanza.


¿Cómo fue el trabajo con Séverine? “Trabajamos de una forma bastante dinámica. Séverine me propone una historia, yo le doy mi opinión y ella la adapta un poco. Luego, cuando paso a la versión gráfica, Séverine también me da su opinión, lo que modifica ligeramente el mundo que he imaginado. Todo esto es el resultado de numerosas conversaciones e intercambios de correos electrónicos. A veces hacemos pequeñas concesiones mutuas para que las ideas de los autores puedan tomar forma”.
¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a la fase de investigación, la documentación, las pruebas, incluso los bocetos en la libreta… “El comienzo de la creación de un libro suele ser la parte más emocionante. Hice muchos bocetos y pensé en los escenarios -continúa Jérémie Almanza-. Hubo muchísima investigación, ensayo y error que dieron como resultado el libro tal como es hoy. Por ejemplo, al principio, el cómic estaba más influenciado por el Día de Muertos mexicano, pero esta referencia se descartó en favor de una estética gótica más europea. Dicho esto, esta ligera influencia aún se puede apreciar en algunos escenarios y en algunos esqueletos”.

“Al final, resultó que el Reino de los Muertos era una especie de infierno burocrático, y pensé que sería interesante que los esqueletos llevaran trajes de oficina, como funcionarios públicos”.

“Se realizaron las mismas pruebas con los fondos. Me llevó mucho tiempo encontrar la forma adecuada de abordar el universo gráfico; lo más difícil fue distanciarme un poco de las cosas que más me inspiran. En este caso, fue el juego Grim Fandango el que me cautivó cuando salió”, asegura Jérémie Almanza.


¿Cómo nació el personaje de Perséfone? “Creo que hay varias pequeñas inspiraciones gráficas, pero diría que la más obvia es el personaje Me-Mow de Hora de Aventuras. Claro que lo he transformado por completo, pero cuando ya no sé cómo dibujar a Perséfone, miro a Me-Mow y la inspiración vuelve a mí. Al mismo tiempo, mientras veía vídeos en YouTube, me impactó un vídeo en blanco y negro de Miércoles Addams. Ella también fue una gran fuente de inspiración”.



Cuéntanos algo sobre las ilustraciones. “Al principio, me interesaba más la ilustración que el cómic. Por eso, siempre que puedo, me gusta crear viñetas muy ilustrativas que muestren los escenarios. Creo que esto me permite experimentar con un tipo diferente de narrativa: la narrativa ambiental, que me fascina, tanto en películas como en videojuegos. Por eso tardo tanto en hacer mis viñetas: quiero que cada pequeño detalle contribuya a la inmersión en el universo”, afirma Jérémie Almanza. «Normalmente, cada detalle es coherente, e imagino que hay una pequeña historia detrás de él. Este es el caso, por ejemplo, de las pequeñas imágenes que se encuentran a lo largo de la tira cómica”.

Cuéntanos algo sobre la técnica utilizada en este libro. “Utilizo tinte de nogal, pluma y tinta, y aguada. También puedo usar rotuladores Rotring. Trabajo en formatos muy grandes; algunas ilustraciones están en papel A2. Como solo tengo un escáner A4, tengo que trabajar en dos hojas A3 colocadas una tras otra, lo cual es terrible. Luego escaneo todo y añado el color en Photoshop. El objetivo es crear una colorización minimalista que deje respirar el dibujo”.
¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? “Hubo muchos intentos fallidos, muchos ensayos y errores, pero también fue un libro que me permitió disfrutar mucho del aspecto gráfico. El universo creado por Séverine permite mucha interpretación gráfica, así que no me sentí limitado por su visión. Por otro lado, tardé muchísimo en terminarlo, principalmente por el gran formato de mis dibujos, y no le recomendaría a nadie trabajar en estas condiciones”, sonríe Jérémie Almanza.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tras una breve incursión en el mundo de Greenwood bajo la dirección de Barbara Canepa, actualmente estoy trabajando en el volumen 2 de ‘Los reinos silenciosos’. Aunque me prometí a mí misma que no volvería a trabajar en formatos tan grandes, sigo trabajando en formatos demasiado grandes, pero esto permite una inmersión total. Descubriremos nuevas capas de este universo, incluyendo un nivel -2 poblado por esqueletos de una clase completamente distinta a la de los funcionarios».

«Pronto empezaré a trabajar en cosas nuevas, pero aún no puedo adelantar mucho. Sin embargo, me permitirá explorar muchos mundos gráficos nuevos y más contenido para adultos”.

Álbum Ilustrado
Irene Bofill y su trabajo en ‘¡Ana, dónde vas!’
Ana es una niña con un oído muy fino. Los ruidos le molestan tanto que se pone a correr sin parar cuando oye las bocinas de los coches, gritos en una película de cine… Y sus padres ¡tienen que perseguirla! Pero, ¡Ana, dónde vas! Y es que Ana sabe muy bien dónde quiere estar de verdad, el lugar del mundo en el que mejor se siente. ¿Cuál será el refugio de Ana? Con estas palabras La Estrella Azul, la editorial de Autismo Ávila, nos presenta este álbum ilustrado de David Gómez (padre de un niño con autismo y es autor de varios álbumes infantiles) e Irene Bofill. Con ella hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en este libro.
¿Dónde está el origen de este proyecto? “Entré a formar parte de este proyecto cuando Autismo Ávila y su editorial La Estrella Azul me propusieron ilustrar un cuento escrito por David Gómez sobre Ana, una entrañable niña con autismo. El objetivo de esta y demás publicaciones de su editorial es dar a conocer y acercar el TEA (trastorno del espectro autista) a los lectores y lectoras de todas las edades”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán con la historia de Ana, una niña con hipersensibilidad auditiva debido a su TEA. En el cuento se nos muestra cómo Ana sufre mucho viviendo en la ciudad con sus padres por la cantidad y variedad de ruidos a su alrededor que no puede soportar y le hacen salir huyendo siempre. Esta hipersensibilidad se convierte en un don cuando Ana va a casa de su abuela en la montaña, allí conecta con todos los sonidos de la naturaleza y se funde con ellos, se siente en paz”, nos cuenta Irene Bofill.
¿Qué te pareció el texto de David la primera vez que lo leíste? “Me enamoré de Ana, la comprendí perfectamente. La verdad es que conecté muy bien con su personaje porque me sentí muy reflejada. Justo empecé el proyecto en el momento en que acababa de dejar todo para iniciar un viaje en furgoneta por las isla canarias, de alguna manera también huía de ese ruido de la ciudad buscando refugio en la naturaleza. Fue una sincronía muy bonita”.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Lo que más me gustó de la fase de investigación fue adentrarme en el mundo de las personas con TEA, aprender sobre el tema y poder comprenderles un poquito más -continúa Irene Bofill-. Aprendí que tienen dificultades a la hora de procesar los estímulos sensoriales, los sentidos del movimiento y la propiocepción, con diferentes grados de hiper o hiposensibilidad y esta es la razón por la que rechazan o evitan determinados estímulos. Su percepción es muy diferente a la estándar y esto me pareció fascinante… Tanto David como Gerardo y Cristina de Autismo Ávila me proporcionaron mucho material valioso para hacer el estudio del personaje de Ana y el tono del cuento”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Algo característico en este libro fue captar y representar con imagen la sensación que causaban en Ana esos sonidos tan intensos. Intenté transmitir lo que ella sentía con cada uno de los estímulos auditivos, cómo se transformaba su realidad a través de los sonidos que entraban en su campo de percepción”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Técnica digital, trabajé todo en el iPad con Procreate”, afirma Irene Bofill.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “En la creación tanto de las ilustraciones como de los personajes fue de gran ayuda todos los comentarios de David y del resto del equipo, que me ayudaron a ajustar cada detalle para que se comprendiera mejor el mensaje que se quería transmitir”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En este viaje que inicié por las islas canarias acabé grabando un disco muy vinculado a la naturaleza y ahora estoy terminando unas ilustraciones que acompañarán a cada uno de los cantos. Como Ana, yo también encontré refugio en la Naturaleza”.
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