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Patricia Esteban Erlés y Sara Morante ‘comparten hipoteca’ en «Casa de Muñecas»

Un lugar por el que “se pasean los miedos infantiles, los ecos literarios, cinematográficos y fotográficos, el género fantástico teñido de magenta, de niñas que no crecen, de muñecas con vida propia, de fantasmas y lugares secretos…”.
Hablamos de “Casa de Muñecas”, un libro de microcuentos, editado por ‘Páginas de Espuma’, con diez habitaciones y cien textos escritos por Patricia Esteban Erlés e ilustrados por Sara Morante. Hemos ‘hablado’ con las dos, aunque por separado. El resultado de este encuentro se ve en el libro, pero también en estas líneas. Una historia que comienza en el cuarto de juguetes y que terminará en los exteriores de la casa, eso sí, pasando, por ejemplo, por la cripta y por el desván de los monstruos.
Patricia: “El libro surgió de forma espontánea, como esas florecitas amarillas que van creciendo dentro de las casas abandonadas, sin pedirle permiso a nadie. Todo fue muy natural, me gustaba colgar pequeños cuentos en Facebook, acompañados de una fotografía que a veces era el génesis mismo del texto. Los cuentos aparecían y un buen día me di cuenta de que tenía un buen borrador para trabajar, con muchos textos, en torno a 600, y un eje temático común, porque se repetían con frecuencia personajes infantiles, fantasmas, obsesiones femeninas, muñecas…».
«En un principio iba a ser un libro de microrrelatos, una vez se puliera y seleccionara bien el material, pero entonces se cruzó Sara Morante en el camino y la perseguí para que hiciera la cubierta, luego le entusiasmó el proyecto y aceptó ilustrarlo. De ahí a compartir hipoteca de la ‘Casa de Muñecas’ hubo un paso. Se convirtió en la segunda autora, en una voz paralela a la mía que cuenta, con su propio lenguaje plástico, la historia escrita, enriqueciéndola, dándole un tono propio, eligiendo aquellos detalles del texto que prefiere resaltar, como si fuera un zoom o un subrayado”.
Sara: “A Patricia Esteban Erlés y a mí nos presentaron dos escritores: Felix Yusupov y Vsévolod Garshín. Patricia había escrito el prólogo de un libro del primero, “El final de Rasputín”, y yo había ilustrado un libro del segundo, “La flor roja”. Cada una por nuestro lado disfrutamos del trabajo de la otra, y nos encontramos por casualidad en Facebook, en donde aprovechamos para felicitarnos por nuestra obra. Poco a poco me fui dando cuenta de que el trabajo de Patricia como escritora me era muy afín, compartíamos imaginario; el estilo de Patricia me cautivó al momento. Cada texto que leía de ella, cada brevedad, cada cuento, me parecía de lo más inspirador, incluso llegué a pensar que sus palabras eran en realidad los “pie de foto” de ilustraciones que yo aún no había dibujado. Ella me habló de su proyecto, Casa de Muñecas, y acordamos que yo me encargaría de hacer la portada, pero el libro era muy goloso, una portada sabía a poco y yo me moría de ganas de trabajar con ella, creía firmemente que estábamos hechas la una para la otra».
«Convencimos al editor, Juan Casamayor, y poco a poco el libro se fue asentando. Durante un año Patricia apuntaló y cimentó la casa, durante un año Patricia nos puso a todos, editor, ilustradora y lectores en la red, la miel en los labios compartiendo con nosotros partes de sus microcuentos, rasgos de sus personajes. Cuando por fin comencé, oficialmente, a ilustrar este libro, eran tantas las ideas y las ganas acumuladas a largo de los últimos meses, que las ilustraciones fueron saliendo sin apenas esfuerzo. Me he sentido muy a gusto, muy ‘como en casa’ ilustrando ‘Casa de Muñecas’, en parte porque he estado muy presente en la elaboración de los textos, pero creo que, sobre todo, porque de verdad hemos maridado muy bien texto e ilustraciones”.
Patricia: “En este libro el lector se encontrará, como te digo, dos historias, una elaborada con palabras, la otra en imágenes magníficas, muy marcadas por los tonos negro y magenta que Sara eligió. Nuestra Casa es una pequeña mansión con diez espacios distintos, habitaciones que contienen diez cuentos cada una. Pero dejando de lado el edificio, podemos hablar de sus inquilinos. Creo que allí habitan todos mis fantasmas y mis obsesiones. La Casa está llena de muñecas, esos seres aterradores y fascinantes que nos ven envejecer a los humanos desde sus estanterías, hay una colección de niñas y niños extraños en la habitación infantil, hay gemelas, hay monstruos debajo de la cama, vestidos y zapatos caros en el armario del dormitorio principal… Hay un poco de terror, hay humor, melancolía, rencores mal curados… En definitiva, todo el mobiliario que decora cualquier casa convencional”.
Sara: “Supongo que lo más relevante sería destacar el color magenta del libro. Normalmente me gusta trabajar con los colores negro y rojo, pero para este libro decidimos que el color magenta, junto con el negro, le daría ese tono rabioso, femenino y muy vivo que destilaban las historias. En cuanto al texto de Casa de Muñecas, me ha dado la posibilidad de sumergirme en un ambiente en el que se combina lo tierno con lo macabro de una forma muy elegante y sutil, sin piedad, ni siquiera si hablamos de una muñeca con tuberculosis con un pie en la tumba. Ha sido divertido, de alguna manera, poder adentrarse en este ambiente. Además, la ilustración me permite rendir homenaje a personas reales que existen en mi vida, a las cuales admiro y quiero, introduciéndolas en los dibujos, y también mis pequeñas venganzas, tomando prestadas caras, incluso dando rienda suelta a pequeñas fobias (como esa que tengo con Pinocho). Casa de Muñecas es un popurrí de muñecas y sus macabras historias, repartidas a lo largo y ancho de una antigua casa de muñecas en ruinas, con referencias cinematográficas, góticas, victorianas, hielo y unas gotas de punk ochentero, gestadas por Patricia Esteban Erlés y por mí en última instancia. En este libro no nos hemos cortado a la hora de volcar, cada una con sus herramientas y en su espacio, nuestras filias y nuestras fobias, y creo que uniendo ambas lecturas hemos dado con una buena armonía”.
Patricia: “El proceso de creación ha sido emocionante y una de esas experiencias que no se olvidan. Con Sara pactamos que yo no contaminaría su lectura, que el manuscrito le llegaría virgen y ella sugeriría su visión de los textos y elegiría cuáles le parecían más ‘ilustrables’. Así fue, ella marcó sus preferencias, salvo dos o tres que para mí era imprescindible que fueran acompañados de antemano por una imagen. En todos los demás estuvimos muy de acuerdo, sus propuestas siempre eran sorprendentes, acertadas y llenas de todo el misterio y el glamour un punto macabro que debía respirarse en cada página. Sara captó la atmósfera que yo quería para el libro y hemos vivido unos meses de obsesión maravillosos, ideando cada detalle. Las ideas acudían en tropel, los mail eran delirantes y llenos de propuestas endiabladas que siempre me fascinaban y que han hecho crecer a cada relato. En otra habitación del mismo proceso nos esperaba el editor, que creyó enseguida en ‘Casa de Muñecas’ y nos ha dejado trabajar muy libremente, aunque siempre que hemos necesitado el aporte digamos racional que cabe atribuirle a quienes editan, ha estado ahí, imponiendo sensatez y sentido común”.
Sara: “En cada libro intento evolucionar un poco, no detenerme e intentar dar un paso más allá. Es inevitable que esto suceda, ya que estoy aprendiendo cada día, mejorando mi técnica (llevo tres años trabajando profesionalmente como ilustradora, por lo tanto soy una recién llegada, como quien dice), pero casi siempre empleo la misma técnica y las mismas herramientas; lápiz, tinta, plumilla, a veces acuarela, lápices de colores, y collage con mis propios dibujos. Trabajo un formato muy grande para los personajes, por lo que me veo obligada a escanear las partes del cuerpo por separado, y luego montar la ilustración en forma de collage con el ordenador. Suelo separar el proceso en dos partes; la concentración y la calma del dibujo y la parte más eufórica del montaje de la ilustración final. Trabajar de estas dos maneras, con sus ritmos tan distintos, hace que mi trabajo sea muy entretenido y adictivo. Hay lugares comunes en todos mis libros. Me gustan los motivos vegetales, los ambientes vetustos, el lujo decadente, los árboles sin hojas y las zarzas, los personajes de mirada difícil de interpretar. Supongo que lo que me atrae de un texto es en parte la posibilidad de poder introducir este imaginario en él, y también ampliarlo, tomando prestado el que te ofrece el texto, incluso si este es radicalmente distinto al mío, ya que me obliga a adentrarme en derroteros difíciles, y eso le suma emoción a mi trabajo. En este caso Casa de Muñecas ha sido un ardor constante, ya que Patricia tiene un estilo de escritura muy visual, y cada dos palabras arroja imágenes que para mí son un cebo difícil de ignorar”.
¿Qué te parecen las ilustraciones de Sara?
Patricia: “Aquí debería quedarme en silencio y poner los ojos en blanco, simplemente. Para mí Sara es uno de los grandes talentos de la ilustración actual, pero a nivel interplanetario. Creo que tiene un estilo propio que te hace reconocer sus trabajos al primer golpe de vista, pero hay más, mucho más. Sara es una autora. Inventa sus historias, transforma o caracteriza a los personajes sirviéndose de detalles mínimos, como el estampado de un vestido, la profundidad de una mirada o el peinado. Hace un uso del color que es verbal, que narra emociones, sensaciones, que crea clima como si fuera una pieza musical que comienza a escucharse dentro del texto y de la mente del lector. Sara ama su trabajo y su trabajo le corresponde como merece, sé que se va a vivir a cada obra que ilustra, que entra y permanece allí, completamente entregada, hasta que acaba la última ilustración. Podría decirte que vive tórridos romances con sus encargos, que vive con pasión la creación artística y que no puede ser de otro modo, que por eso lo que ella hace es siempre distinto, siempre suyo. Soy, como ves, la presidenta del club de fans de Sara Morante y espero que tenga todo el éxito y el prestigio que merece un talento como el suyo”.
Al tratarse de pequeños relatos, es decir, de varias historias, a la hora de ilustrar¿es más fácil o más difícil que si se tratara de una sola historia?
Sara: “No hay mucha diferencia si se está en sintonía con el texto, con la historia, con la forma en la que está narrada. Yo suelo tener una impresión, cuando leo un texto por primera vez, que una vez que empiezo a trabajar con las ilustraciones cambia, pero solo por un corto período de tiempo. Hay una parte común en todos los libros que ilustro, y es el momento caos absoluto/amor-odio por el texto. Es la parte en la que organizo las ideas que me transmite la historia, decido qué partes ilustrar, qué lectura hacer, etc… como es una parte que depende mucho de la improvisación, es todo muy inestable y me causa mucha ansiedad (de ahí el ‘odio’ del amor-odio). Dibujo a los personajes, hago pruebas y desecho mucho. Esta forma de trabajar sucede con todo tipo de textos, incluyendo la poesía, supongo que es el proceso mediante el cual los ilustradores nos ‘metemos dentro del texto’, o hacemos nuestro el texto. A partir de ese momento todo suele fluir bastante bien, y no suelo perder el ritmo. Es una forma un poco ‘in extremis’ de trabajar, ya que parece que dejo la parte ‘más importante’ (la de la realización de las ilustraciones finales) para el final, pero para mí es igual de importante la anterior, la de la angustia de no saber qué hacer; en esta parte del proceso es frecuente escuchar en mi estudio palabras negativas del tipo ‘no sirvo para esto’, ‘estoy acabada’, ‘voy a hacer una porquería’, ‘debí quedarme en aquella oficina’, etc… Pero afortunadamente poco a poco voy comprendiendo esta forma de trabajar mía y aunque no atenúa el mal rato, lo tomo de forma más natural. Sé que tarde o temprano me haré con la historia”.
Y, tras ‘Casa de Muñecas’, ¿en qué estás trabajando ahora Sara?
Sara: “Este otoño hay varios proyectos sobre mi mesa que me entusiasman. Uno de ellos es una sorpresa literaria, que no lo es tanto, con la editorial Impedimenta. Es una idea que me rondaba la cabeza desde hace muchísimo tiempo, y se la propuse a Enrique Redel, le gustó, y en ello estamos. Trabajaré de nuevo con la editorial Contraseña, en la portada de un libro, y estoy colaborando con la revista ‘Marie Claire’.
Cómic
La memoria contra el olvido en la muestra de Paco Roca

El Instituto Cervantes alberga la exposición ‘La memoria. Viaje emocional por los cómics de Paco Roca’, que recoge más de 70 piezas del autor de ‘Arrugas’ con las que propone un recorrido para «vencer el olvido» a través de viñetas que van desde la memoria silenciada de los exilados españoles hasta enfermedades como el alzhéimer.
En total, la muestra, además de con cuatro murales con dibujos inéditos, cuenta con 19 viñetas enmarcadas y 51 piezas originales en vitrina, entre páginas, bocetos, apuntes, guiones y fotografías de referencia. Todas ellas obras desde el año 2007 hasta la actualidad, provenientes de la colección privada del autor, y que recorren desde el dibujo hasta la impresión digital.

El hilo conductor de la muestra es la memoria, tanto en su vertiente histórica como en la emocional y la identitaria, temas recurrentes en la obra del artista, que cuenta en su haber con títulos como ‘Los surcos del azar’, ‘El abismo del olvido’, ‘Arrugas’ o ‘Regreso al Edén’.
Para el director del Cervantes, Luis García Montero, Roca ha organizado una exposición «luminosa y llena de color», lo que supone una apuesta significativa por la memoria. «Los ejercicios de memoria de hoy, más que invitar a un recuerdo en blanco y negro, tienen que invitar al color, porque se trata de recordar lo vivido sin mentiras», ha apuntado. En este sentido, ha defendido que la memoria en la obra del autor no se convierta en «una vuelta a las heridas del pasado», sino un ejercicio de recuerdos a través de imágenes y palabras. «Porque las palabras también son importantes y en ellas cabe algo más que un vocabulario: memoria, olvido, miedo, justicia…todas ellas nos invitan a pensar por dentro la realidad», ha destacado García Montero.

En esta exposición, coorganizada junto al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática y que estará hasta el próximo 28 de septiembre, se recoge obra original, viñetas, bocetos, guiones y fotografías de Paco Roca, premio Nacional de Cómic (2008). Se trata de un recorrido estructurado en tres partes, cada una representada a través de un mapa emocional y la correspondiente obra del autor. Por un lado, la memoria histórica, centrada en cómics como ‘Los surcos del azar’ y ‘El abismo del olvido’, donde se abordan testimonios, injusticias, reconstrucción del pasado o memoria visual. Por el otro, la memoria e identidad, cuando a partir de ‘Arrugas’ se aborda la memoria como un elemento clave en la construcción de la identidad, reflejando el impacto del paso del tiempo y la pérdida de recuerdos. Por último, la memoria familiar, enfocada en ‘Regreso al Edén’ y ‘La casa’, en la que se profundiza en los recuerdos íntimos y la herencia emocional.

La lucha «contra el olvido» de Paco Roca
Se exhiben originales de estos cómics: páginas, bocetos, apuntes, guiones y fotografías de referencia, además de disponer un bodegón con dibujos recortados de distintas obras del autor. «Nos pasamos la vida luchando contra el olvido, queriendo mantener el recuerdo de lo vivido, de las personas que ya no están o de nuestro pasado como sociedad», señala Paco Roca, quien explica que esta muestra gira en torno a esa «preocupación» del ser humano en su lucha por mantener los recuerdos.
«En cierta manera se parece a un viaje en el que de camino a nuestro destino nos paramos a descansar en un lugar, un lugar pintoresco: nos detenemos a comer en un merendero de la infancia, nos desviamos a ver un sitio sugerente, y el azar nos hace parar en un sitio inesperado», apunta, asegurando que esta muestra es una recopilación de «lugares a los que se vuelve una y otra vez, recuerdos, testimonios o fobias».

La España «desmemoriada»
Para el dibujante, existe un riesgo al dejar de lado la memoria, en especial con las nuevas generaciones. «Es nuestra identidad y somos parte de nuestro pasado. Como dijo Orwell, quien controla el pasado controlará el futuro y ese es el peligro: España a la fuerza se ha hecho desmemoriada y es un grave riesgo no saber de dónde se viene», ha afirmado.

De hecho, Paco Roca ha hecho una crítica a que esa desmemoria actual permite que «todo quepa y acabe siendo un gran embarramiento en el que no se entiende nada». «Ahora ser fascista o franquista es lo más moderno entre determinados chavales y eso es el gran peligro de desconocer el pasado», ha lamentado.
La muestra se puede visitar hasta el 28 de septiembre.
Cómic
COMICMED, el encuentro que conecta el cómic con el Mediterráneo

La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales del Ayuntamiento de Málaga, han celebrado la primera edición de COMICMED, un encuentro que ha abordado el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, ha combinado conversaciones con autores, talleres prácticos para público infantil y juvenil, y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, ha visto la luz en castellano este mes y los asistentes a COMICMED han podido tener acceso a el en primicia. Nadia protagonizó una de las mesas de este encuentro, en la que conversó con Javier Alonso, director del programa ‘Territorio 9’ en Radio 3.



Siguiendo con autores de gran nivel, el festival ha traído por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversaron sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También tuvieron cabida los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de ‘Robot Dreams’, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranaron los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.

Y si la historia de ‘Robot Dreams’ viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.


Igualmente por su importante proyección, destaca el reconocido dibujante e historietista Diego Galindo (Sevilla, 1978), que conversó con la profesora e ilustradora Cristina Peláez sobre su experiencia adaptando Stranger Things al cómic, explorando los retos y oportunidades de trasladar esta exitosa serie. Comentaron sus inicios, y Diego confesó que «siempre fue primero la imagen, el dibujo. Yo al principio miraba los cómics, más que los leía».

Por último, cabe mencionar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien se analizaron libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Wilfrid habló sobre el proceso de investigación y documentación para el libro. «Era difícil poner en imágenes un universo que no había sido representado. Era como poner una primera piedra», indicó. Lupano señaló el trabajo enorme de investigación que había realizado también el ilustrador, y apuntó a la idea de sacar a la luz temas como la arquitectura y también toda la producción de la Gran Biblioteca de Córdoba. «En occidente la construcción de Catedrales era un gesto económico y político fuerte. La construcción de Bibliotecas también lo era». Definió a ‘La bibliomula de Córdoba’ como una «mula movie», una road movie a ritmo de mula, en la que se expresa su amor a la cultura y los libros. «El libro es un objeto con una fragilidad increíble… y a pesar de todo, todo el saber ha llegado hasta nosotros porque ha habido personas que han hecho la conservación, las copias… Siempre algunas escapan hasta la civilización siguiente».


Además, fue uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra El lobo en calzoncillos en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofreció otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostró cómo dibujar superhéroes.

En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se habló mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes.
Cómic
Málaga se convierte en el centro del cómic mediterráneo con la primera edición de COMICMED

La Fundación Tres Culturas y el Polo de Contenidos Digitales de Málaga organizan la primera edición de COMICMED del 6 al 8 de marzo en las instalaciones de Tabacalera con la presencia de creadores como Benjamin Lacombe, Victoria Jamieson, Sara Varon, Pablo Berger, Nadia Hafid, Natacha Bustos, Wilfrid Lupano y Carmen Carnero.
La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales, del Ayuntamiento de Málaga, presenta la primera edición de COMICMED, un encuentro sin precedentes que abordará el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, combina conversaciones con autores, tres talleres prácticos (para distintas franjas de edad: adultos, adolescentes y niños) y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The Economist’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, verá la luz en castellano en este mes de marzo y los asistentes a COMICMED podrán tener acceso a ella en primicia.

Otro de los grandes nombres propios del festival es Benjamin Lacombe (París, 1982), considerado uno de los ilustradores más importantes del mundo, con un estilo muy marcado y personal que le lleva a concebir cada dibujo como una auténtica obra de arte: figuras pálidas, de grandes ojos y una mezcla de fragilidad y potencia visual.

Siguiendo con autores de gran nivel, el festival traerá por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversarán sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También habrá lugar para los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de Robot Dreams, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranarán los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.
Y si la historia de Robot Dreams viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.

Por último, cabe destacar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien analizaremos libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Además, será uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra ‘El lobo en calzoncillos’ en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofrecerá otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos (en el Campus 42) y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostrará cómo dibujar superhéroes.
En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se hablará mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes. Una iniciativa en la que, además, se han implicado otras entidades e instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, la Fundación Telefónica, el Instituto Francés y las editoriales Maeva, Edelvives, Norma Editorial, Apa Apa Cómics y Penguin Random House.
El acceso a todas las propuestas de este festival será gratuito previa inscripción en la página web de la Fundación Tres Culturas (www.tresculturas.org). Asimismo, los interesados podrán adquirir ejemplares en el punto de venta que habilitará la tienda Cómic Stores en el mismo festival.
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