Álbum Ilustrado
Patricia de Cos y los animales que intentan solucionar un ‘Pequeño problema’
En la granja, todos los animales se llevan bien. Gallina, Oveja, Hormiga y Ratón son felices y viven tranquilamente. Pero, una mañana, surge un pequeño problema. ¿Podrán resolverlo entre todos? ‘Pequeño problema’ es un cuento con el que Fran Pintadera muestra que la mejor forma de solucionar los conflictos es la colaboración entre todos, cuando cada uno aporta lo que mejor sabe hacer. Las ilustraciones son obra de Patricia de Cos, con la que hemos charlado un poquito más sobre este proyecto que edita Iglú.

¿Como nace este proyecto? “Este proyecto nace de la propuesta de la editorial Iglú, con quienes ya había trabajado en mi anterior libro para prelectores, ¡CHOF!. Cuando me propusieron ilustrar esta historia de Fran Pintadera, acepté enseguida. Se trataba de animales, algo con lo que disfruto muchísimo, y sabía que iba a divertirme con cada ilustración. Además, el reto de combinar diferentes personalidades me parecía muy estimulante”.

¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? “En este libro, los lectores encontrarán una historia bien construida, llena de ternura, acompañada de unas ilustraciones que buscan emocionar y enriquecer el relato. He trabajado para que cada personaje tenga su propia personalidad. Es un libro que combina lo visual y lo narrativo de forma muy fluida. Ratón, Hormiga, Gallina y Oveja se enfrentan a un problema que resolverán de manera natural, como lo haría cualquier pandilla de niños que se enfrenta a un contratiempo, con soluciones espontáneas y prácticas”, nos cuenta Patricia de Cos.

¿Qué te pareció la historia de Fran la primera vez que la leíste? “La primera vez que leí la historia, me gustó cómo estaba planteada: sencilla, directa y con muchas posibilidades visuales. Me atrajo especialmente la oportunidad de crear un universo de animales, lo que me permitió jugar con sus expresiones y con la composición de los escenarios. Desde el primer momento supe que podía aportar algo muy personal al proyecto”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que tienen un aire clásico, incluso un toque atemporal, que encaja perfectamente con el tono de la historia -continúa Patricia de Cos-. Respecto a otros trabajos, en este proyecto he buscado un estilo más divertido, poniendo especial atención en los detalles. Me he centrado en crear escenas dinámicas y visualmente atractivas”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Para este libro trabajé con acuarela y lápiz, técnicas con las que me siento muy cómoda. Me permiten realizar trazos con soltura y trabajar con rapidez a la hora de dibujar, algo que resulta esencial para capturar la frescura y la naturalidad de las escenas. La acuarela, además, ofrece una versatilidad que me encanta: puedes crear efectos delicados y sutiles o intensos y vibrantes, dependiendo de cómo la uses. El lápiz, por otro lado, me ayuda a definir los detalles y a aportar textura y carácter a los personajes”.

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización del libro. “El proceso comenzó con bocetos rápidos para definir los personajes y las escenas principales -afirma Patricia de Cos-. Me tomé mi tiempo para estudiar cómo serían los animales, sus posturas y expresiones, buscando que cada uno fuese especial, que tuviese su propia personalidad. Por ejemplo, me planteé desde el principio cómo representar la delicadeza de una hormiga frente a la solidez de una oveja, o cómo jugar con los tamaños para que todos encajaran en la misma escena».


«Como anécdota, la oveja fue la que más me costó; tuve que cambiar de sistema y utilizar unos recortes con formas hasta que di con ella. Después, trabajé las ilustraciones, atendiendo al diseño de cada elemento y finalmente añadí el fondo digital, que me ayudó a completar las escenas y a crear una atmósfera coherente. Fue un proceso meticuloso, pero también muy divertido y fluido”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy trabajando en varios proyectos personales para prelectores, un público que me parece especialmente interesante. Me encanta crear para esta franja de edad porque te permite jugar, experimentar y estimular la imaginación de una forma muy libre. Además, tengo otros proyectos en marcha con varios escritores, algunos de los cuales están buscando editorial, y estoy muy emocionada con las posibilidades que puedan surgir. Por otro lado, voy a volver a publicar con la editorial Iglú, en colaboración con una autora a la que admiro muchísimo, algo que me hace especial ilusión”.
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Antonio Lorente y su versión personal de ‘El Principito’
En esta edición ilustrada, la célebre narración ‘El Principito’ vuelve a latir con fuerza gracias al talento del reconocido artista Antonio Lorente. Su trazo delicado y expresivo aporta una nueva mirada al pequeño príncipe venido de otro planeta, cuyas preguntas ingenuas desvelan las verdades más hondas sobre la vida, la amistad y el amor. Con estas palabras nos presenta la editorial Edelvives este proyecto, sobre el que hablamos con su autor, Antonio Lorente.

¿Cómo surge este proyecto? “Fue una propuesta mía. Sabíamos que la obra iba a estar libre de derechos. Hace un par de años lo comenté con mi editora, y en realidad estábamos pensando en lo mismo, íbamos todos al unísono”.
¿Cuándo fue la primera vez que leíste ‘El Principito’? “Yo tuve dos lecturas importantes de ‘El Principito’ en mi vida. Luego la he leído otras muchas, pero la más importante y, digamos, la que me ha marcado en mi vida, fue cuando era un niño. Igual tendría 8 o 9 años. No le vi la profundidad que realmente tiene, sino que me pareció como un libro de aventuras, ¿no? Y me marcó, me encantó -confiesa Antonio Lorente-. Pero después tuve una segunda lectura cuando fui a vivir a Londres, a buscarme la vida. Lo leí en inglés, quería un libro sencillo, un libro que no fuese muy denso para aprender inglés y para hacerme con el idioma, y me leí ‘El Principito’. En esa segunda lectura ya empecé a comprender lo que era esta obra, qué es lo que te quiere decir. La magia de este libro es que cada vez que te lo lees le sacas una lectura diferente”.

¿Cómo ha cambiado un poco esa visión? Ahora que lo has trabajado más en profundidad, por decirlo de alguna manera. “He llegado a hacerlo propio, y eso está muy guay. Al final he construido mi propio universo de ‘El Principito’. Me headentrado tanto, tanto, que al final lo he hecho muy mío, que era de lo que se trataba. Respetando todo lo que viene siendoel libro, lo que es la historia, intentando siempre respetar al máximo su imaginario. Pero en este caso me he permitido incluso algunas licencias”.
“Tienen bastante similitud, si te das cuenta, porque tiene mucho espacio blanco. Era difícil intentar hacer un libro con mi estilo de algo tan sencillo. Esas pequeñas líneas del autor, y hacerlas de repente tan barrocas… Entonces, ahí tuve un poco de miedo al principio, pero luego pensé que era una idea bastante buena, hacer una nueva versión”, asegura Antonio Lorente.

¿Has disfrutado este proyecto? “Un montón, lo he disfrutado muchísimo. Empecé con miedo, pero me suele pasar en muchos proyectos, sobre todo con proyectos que tienen una iconografía tan marcada, como el caso de ‘El Principito’. Esemiedo fue desapareciendo conforme humanicé a Mi Principito, y estoy súper contento, la verdad, con lo que he realizado”.
Recuero, por ejemplo, cuando hablábamos sobre tu trabajo en ‘Peter Pan’, como le habías dado también tu toque al personaje… ¿Cómo es El Principito de Antonio? “Yo quería que fuese muy especial. Muy especial ya desde ese primer impacto visual. Y al principio empecé a inspirarme un poco, no en el personaje en sí de Eduardo Manos Tijeras, pero sí en esa sensación que transmite de pureza, de nobleza, de un punto lunático. Por eso, cuando empecé a crear ‘El Principito’, en los primeros pasos, le di muchas vueltas, hasta que llegué al que quería. “Al principio lo hice como muy repeinado, y empecé como a desmelenarlo, a sacarle mechones más largos, a darle ese punto más lunático que yo considero que tiene, hasta que dije: “lo tengo”, este es El Principito que tiene que salir”, afirma Antonio Lorente.

Si hablamos de técnicas, imagino que está en la misma línea que los últimos proyectos… “Sí, es cierto que estoy retrocediendo, estoy volviendo a las bellas artes… pero luego, como todo, lo termino digitalizando, dándole toques de color digital, pero sí que hay mucho de gouache, de óleo, de técnica artesanal tratada con alguna pintura digital o con toques concretos”.

¿Qué hay de Antonio Lorente en este Principito? “Pues yo diría que todo, tiene todo de mí, porque he intentado volcar todo lo que sé en este libro y la verdad que viendo el resultado final estoy súper contento, he salido de mi zona de confort también, porque es algo muy diferente a lo que suelo hacer, imágenes sin fondo. “No me habría imaginado nunca hacer un libro prácticamente sin fondo, y que a la vez funcione como esa sensación de espacio. Todo lo conceptual que he metido en este libro creo que ha funcionado, y como objeto final estamos muy contentos”.
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Ana Santos y la vida en el bosque de ‘Bambi’
La novela ‘Bambi’, de Felix Salten, es un canto a la vida a la vez que la historia de aprendizaje y de superación de un cervatillo que, desde que nace, se enfrenta a las dificultades y peligros que acechan en el bosque. El animal se encuentra inmerso en un majestuoso entorno, poblado por otras especies que cohabitan en aparente armonía, pero en lucha constante por sobrevivir. A esto se le une la presencia humana que irrumpe en su hábitat con nuevas y mortíferas amenazas… A la vez que refleja el comportamiento animal y el mundo natural de manera extremadamente vívida y realista, Salten hace reflexionar al lector en torno al crecimiento, a las relaciones, a los miedos… en definitiva, construye una bella y profunda metáfora de la condición humana. Lunwerg publica una nueva edición de este clásico atemporal, ilustrada por la artista Ana Santos, con la que charlamos en las siguientes líneas sobre este proyecto.

Lo primero, cuéntanos cómo nace este proyecto. “Este proyecto nace de la propuesta de Lunwerg para ilustrar ‘Bambi, una vida en el bosque’, el clásico de Felix Salten. Desde el principio me pareció un reto precioso, sobre todo porque es una historia que todos creemos conocer, pero el cuento original tiene una profundidad y una sensibilidad muy distintas. Me ilusionó poder reinterpretarlo desde mi mirada, con respeto por su esencia, pero aportando también mi propio enfoque visual. Fue una oportunidad para trabajar en un proyecto distinto a lo que habitualmente suelo hacer”, nos cuenta Ana Santos.
¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? “Van a encontrarse con la historia original de Bambi, no con la versión que tenemos tan asociada al imaginario de Disney. Es un relato más realista, más cercano a la naturaleza, al paso del tiempo y a la vida misma. Pero también es una historia llena de ternura, de aprendizaje y de conexión con lo salvaje. En cada capítulo hay dos ilustraciones que acompañan el tono del texto y busca reflejar esa atmósfera del bosque y sus personajes, sin edulcorarla, pero desde la belleza real y la sensibilidad”.

¿Cómo te enfrentas a un clásico tan universal? “Con mucho respeto e incluso, ¡algo de miedo! -confiesa Ana Santos-. Cuando una historia ha sido tan retratada y tan reconocida, parece difícil aportar algo nuevo. Pero decidí no pensar tanto en eso y centrarme en lo que yo podía contar, en cómo sentía a los personajes y los paisajes. Más que intentar competir con otras versiones, traté de entender la historia desde dentro, conectar con su mensaje y dejar que eso guiara las imágenes. No quería centrarme solo en Bambi y darle protagonismo también a muchos de los personajes que salen en el libro”.
¿Cómo era tu relación con esta historia antes del proyecto y cómo ha cambiado después? “Antes conocía lo básico y lo que todos conocemos: la muerte de la madre de Bambi y poco más. Aunque me encantan los clásicos de Disney, reconozco que Bambi nunca la había visto, porque me daba mucha pena, (no quería pasarlo tan mal como con la muerte de Mufasa…). Tampoco conocía el cuento original y pensaba que era una historia más infantil, pero al leer el clásico me encontré con una obra muy profunda, que habla del ciclo de la vida, de la pérdida, del aprendizaje, del respeto por la naturaleza, de la valentía. Ahora la siento como una historia muy humana, con un gran mensaje de fondo”.

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? “La primera fase fue leer el cuento, tomar notas y simplificar la idea principal de cada capítulo -continúa Ana Santos-. Luego hice una recopilación grande de referencias visuales, de ciervos, otros animales del bosque, paisajes. Me gusta crear carpetas con muchas imágenes de apoyo, y desde ahí empiezo los bocetos digitales. A partir de esos bocetos selecciono las ideas”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? “Creo que tienen un tono más sobrio y naturalista que en otros trabajos míos. He querido alejarme de lo decorativo o dulce para buscar algo más real, más “terrenal”. Me apetecía que el lector sintiera el bosque, las texturas, la atmósfera, y que los animales transmitieran emociones auténticas. Ha sido un trabajo más narrativo y emocional que otros, y eso me ha gustado mucho”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Al principio de cada proyecto hago algunas pruebas y exploro qué puede encajar mejor. Tras probar entre acrílico y óleo me decanté por éste último, y en algunas ilustraciones utilizo tinta. Suelo trabajar en técnica mixta, pero en este caso el libro me pedía algo más matérico y profundo -asegura Ana Santos-. El óleo me permitió crear texturas, luces y ambientes muy orgánicos”.

¿Podrías contarnos algo más sobre el proceso de realización? “Después de la fase de documentación y bocetos, pasé a la pintura al óleo, trabajando cada ilustración de manera independiente, incluso en algunas en las que hay varios personajes, los suelo pintar de manera independiente a un tamaño grande que me permite detallar mejor al óleo. Por último, finalizo la composición en Photoshop. Intenté mantener coherencia entre todas, pero también que cada una tuviera su propia atmósfera según el momento del libro. Fue un proceso largo, de mucha observación”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún nuevo proyecto? “Ahora mismo estoy empezando un nuevo libro junto a otra autora. Estamos en la fase de documentación y bocetos, que es la que más disfruto, porque todo está por construir. Si todo va bien, se publicará el próximo año”.
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Carmen Segovia y los ‘Cuentos oscuros’ de Shirley Jackson
Shirley Jackson, autora de obras maestras como La maldición de Hill House y Siempre hemos vivido en el castillo, firmó también numerosos relatos; no solo «La lotería» (1948), cuya célebre aparición en The New Yorker causó tanto revuelo y que, durante décadas, fue la única obra verdaderamente conocida de una autora por lo demás relegada, durante largo tiempo, a los rincones del «género» (llámese horror gótico o terror). Autora cuyo genio literario por fin aflora con la fuerza que merece ante lectores de todo tipo.
‘Cuentos oscuros‘ es una selección, coeditada entre Libros del Zorro Rojo y la editorial Minúscula e ilustrada por Carmen Segovia que reúne once cuentos que revelan una mirada penetrante sobre la oscuridad que permea la vida cotidiana, combinada con un talento peculiar para valerse de narradores poco fiables y crear personajes tan retorcidos como aparentemente ordinarios y hasta respetables. Sobre este proyecto hablamos en las siguientes líneas con Carmen.

Lo primero, cuéntanos cómo nace este proyecto. «Para mí este libro es un proyecto muy deseado que viene de lejos. En el verano de 2018, en una conversación con las editoras de Libros del Zorro Rojo, me preguntaron a qué autor de narrativa me gustaría ilustrar, y enseguida les respondí que a Shirley Jackson. Ahí quedó la idea sobre la mesa, nada más. Tenía clara la respuesta, porque ya llevaba tiempo con esa pequeña obsesión, la de ilustrar a esta autora».
«Había descubierto a Shirley a través de otras autoras. En 2014 estaba viviendo en México. Allí había descubierto otras maneras de entender el espacio entre lo real y lo fantástico, y cómo lo representaban artistas como Leonora Carrington, Remedios Varo.. pero a raíz de un duelo buscaba literatura que explorara lo inexplicable, y así fue como me topé con la antología de cuentos “Pájaros en la boca” de Samantha Schweblin editado por Almadía. Este libro me voló la cabeza y empecé a tirar del hilo. Así fue como descubrí a Shirley Jackson, una amiga me recomendó “Siempre hemos vivido en el castillo” y ya no pude parar de leerla. Quería ilustrarla para meterme de lleno en sus historias», confiesa Carmen Segovia.

«En el 2015, cuando se iba a cumplir el centenario del nacimiento de Shirley Jackson, junto con una agente literaria, estuvimos moviendo un proyecto de su cuento “La bruja”, uno de mis favoritos, pero no prosperó. Después intenté ilustrar sus cubiertas, pero tampoco se materializó nada. Paralelamente a los proyectos con editoriales, que no había manera que salieran, su referencia me iba acompañando de una manera u otra en proyectos personales de aquella época como en los fanzines “Hiedra Venenosa” o “Haunted House”, un experimento escénico con una amiga música».
«Pero no fue hasta hace tres años que Libros del Zorro Rojo me pregunta si todavía seguía interesada en ilustrar a Shirley Jackson. La respuesta fue un sí, claro. Y el proyecto se convirtió en el libro que tenemos entre manos “Cuentos Oscuros”, publicado finalmente en 2024 en coedición con Minúscula y traducido por Maia Figueroa Evans».


¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? «Yo creo que encontrarán el universo de una de las mejores escritoras de relatos, más allá del género con el que se la quiera etiquetar. Esta edición reúne once relatos, y cada relato contiene una ilustración a doble página, que propongo como un momento de pausa en la lectura, para poder entrar en la historia desde otro lugar. Encontrarán personajes que deambulan entre la ingenuidad y la crueldad, casas que son refugio y cárcel, escenas domésticas donde se abren grietas a lo insólito. Personajes, en su mayoría femeninos, con problemas de adaptación a una casa, a un marido, a una familia, a un pueblo, a una sociedad opresora. Historias inquietantes contadas con maestría, humor, humor negro, sutileza e inteligencia, o sea, pura diversión», afirma Carmen Segovia.
¿Que te parecieron estos cuentos de Shirley Jackson la primera vez que los leíste? «Yo los disfruté muchísimo, como la misma autora dijo “I delight in what I fear”. Creo que es una selección interesante, todos los relatos son diferentes entre sí, una buena muestra de las distintas aproximaciones al terror que tiene esta autora -nos cuenta Carmen Segovia-. Algunos ya los conocía y otros no. “Los del verano” ya estaban entre mis favoritos, pero otros no, como “Louisa, por favor, vuelve a casa” o “El desconocido”, que me dejaron KO. Los cuentos de Shirley tienen ese poder increíble de acompañarte durante mucho tiempo una vez leídos, muestran contradicciones morales sin ser moralista, propone más preguntas que respuestas».


¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? «Aunque, en su mayoría, los cuentos están ambientados en un contexto muy concreto, el de las grandes mansiones decadentes, pequeñas poblaciones y suburbios estaudounidenses de posguerra (1940-1960), mi intención no era hacer un retrato realista del mundo de Shirley Jackson, sino intentar captar la esencia de sus temas y dejarme llevar por mi propia interpretación, crear imágenes que dialogaran con los relatos desde una visión de síntesis más que mostrar escenas en particular», afirma Carmen Segovia.

«Ilustrar una antología de cuentos es diferente a ilustrar una única historia en un álbum ilustrado. Los personajes, los escenarios, son diferentes, pero los temas o el tono de la autora son recurrentes, así que hay que buscar ideas visuales que también atraviesen y cohesionen todos los cuentos y que al mismo tiempo muestren lo particular de cada historia. Después de muchas vueltas, encontré los elementos recurrentes que iba a usar: las casas, los reflejos, las flores y el contraste entre colores brillantes y oscuros. Estos elementos pretenden ser la representación visual de los temas, para mí, importantes de los cuentos de Shirley: la ambivalencia entre el bien y el mal, la crueldad cotidiana, la opresión doméstica y social, la locura…».
¿Con qué técnicas trabajaste? «Los bocetos y estudios previos a lápiz, las ilustraciones finales están realizadas con acrílico y luego intervenidas mínimamente en digital».

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. «El proceso fue todo un reto, precisamente porque me gustaba mucho y quería hacer algo que me pudiera interesar como lectora, o que le interesara a alguien que no conociese a Shirley Jackson. Aproveché para empaparme bien de la autora, biografías, películas… y de otras autoras/pintoras que me resonaban en el mismo universo, como Gertrude Abercrombie. En una libreta del proyecto iba tomando notas, bocetos… También tomo fotos y voy montando un archivo que me sirve de referencia. Ahí fui llegando a las conclusiones que os explicaba antes y ya me lancé a los bocetos más definitivos», continúa Carmen Segovia.

«Tenía claro que quería que todas las ilustraciones fueran a página doble, que no se mezclaran visualmente con el texto, para abrir un paréntesis entre las dos experiencias. Así que todas las ilustraciones tienen el mismo formato. Mi editora Diana Hernández me iba acompañando en los diferentes pasos. Luego pasé a la fase de pintura. Era verano y una parte de este proceso me tocó en la casa familiar de Galicia. Para concentrarme y no verme tentada por las tentaciones vacacionales me encerraba a trabajar en la buhardilla o fallado, como se dice allí. Un escenario muy de novela gótica. Acabaron las fiestas y la mayoría de veraneantes empezaron a irse menos nosotros. Cuando bajaba del fallado, bromeaba con risa nerviosa al observar que todo empezaba a parecerse sospechosamente a los cuentos de Shirley».
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Sigo con mis encargos de ilustración y clases. En cuanto a libros, desde hace un tiempo estoy más metida en la poesía, veremos si sale algo en forma de libro».
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