Álbum Ilustrado
Martina Trach y ‘Clara y el hombre en la ventana’

En los años ’50, en un caserío sin escuela ni biblioteca, una niña se hace amiga de un hombre que vive encerrado en su casa. Él le presta libros y ella le cuenta cómo es el mundo de afuera: los pájaros, las plantas, las flores y el arroyo que da nombre al pueblo. Así, la niña se enamora de los cuentos y el hombre va perdiendo poco a poco su miedo. Con estas palabras la editorial Limonero nos presenta ‘Clara y el hombre en la ventana’, un álbum ilustrado de María Teresa Andruetto y Martina Trach. Con ésta última charlamos un poquito más sobre este libro.

¿Cómo nace este proyecto? “Este proyecto nace con el texto de Tere, que era más bien un guión. Según recuerdo que me contaron, en el 2018 se lo acercó a la editorial Limonero, y ellos por algún motivo pensaron que yo podría ilustrar esta historia. Lo trabajamos varios meses, con un intercambio fluido entre todas las partes” nos cuenta Martina Trach.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una historia sencilla, sensible. Una niña de pueblo, un camino repetitivo de su casa a otra casa, una madre que acompaña con su voz, un hombre misterioso que le cambia la vida”.

¿Qué te pareció la historia de María Teresa la primera vez que la leíste? “Fue mi primer libro álbum, mi primera publicación -asegura Martina Trach-. Me gustó lo que leí, pero más me acuerdo la sensación de intriga sobre cómo iba a llevarlo a cabo. Como el texto era muy visual, lo vi rápido en mi cabeza”.

¿Cómo fue el trabajo de documentación e investigación para este trabajo? “Hubo bastante búsqueda de referencias, dado que la historia viene de hechos reales. Estábamos interesadas en reflejar, no igual, pero sí en espíritu, ciertas cosas como el paisaje, las casas, la ropa. Encontré una página de Facebook específicamente del pueblo donde ocurre la historia, Arroyo Cabral (Córdoba), que me sirvió mucho”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que tienen mucho clima, se siente la atmósfera del paisaje. Las imágenes combinan una serie de técnicas y materiales que las hacen ricas, entonces una puede quedarse observando un rato, no se agotan rápido -afirma Martina Trach-. En mis trabajos posteriores no combiné tantas cosas, trabajé con menos materiales en cada libro. Creo que el haber combinado tanto tenía que ver con que era mi primer libro, entonces ante la duda, metí varias cosas. Resultó algo muy positivo. Los personajes tienen distintos tratamientos, que no son casuales, sino que intentan evocar algo más. A veces son siluetas, a veces son más realistas, a veces están desdibujados”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Probé de todo, hasta que me quedé con lápices, acuarelas, monocopia, punta seca (mal hechas, incorrectas), y con todo eso armaba collage, también un poco de collage digital. En ese momento yo estaba muy copada con una ilustradora belga, Kaatje Vermeire, y traté de que me guíen sus libros de alguna manera. Yo veía que ella más o menos usaba estas cosas. Después por supuesto me apropié del proceso”.


Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Fueron bastantes meses de tratar de encontrar al personaje de la niña, su edad, su ropa. Lo mismo con los paisajes. Por suerte en un momento el propio hacer empezó a proponer formas de narrar, entonces el proceso fue un poco más lúdico. Tuvimos mucho intercambio con Tere, también con la editorial. Recuerdo que todos estuvimos involucrados, por ejemplo, en la elección del nombre «Clara». Hoy el libro está reeditado en Argentina, y fue traducido a 5 idiomas”, asegura Martina Trach.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy ilustrando un libro que involucra a un niño y a un caballo, para la editorial A fin de cuentos. Justamente la editora, al ver Clara, le pareció una buena idea que hagamos equipo. Por otro lado estoy trabajando un texto con Nicolas Schuff, que por ahora no tiene editorial”.
Álbum Ilustrado
Víctor Jaubert teje ‘La colcha de nuestros recuerdos’

Un bello e inspirador texto nos lleva de paseo a través de la labor que, generación tras generación, han realizado todas y cada una de las mujeres de esta familia. Madres, abuelas, hermanas, tías, hijas, sobrinas, primas y nietas. Generación tras generación, todas ellas han mantenido una hermosa tradición: dejar bordada su esencia en una hermosa colcha, dando lugar a una tela, valiosa y única, forjada a base de amor y recuerdos. Mujeres tan distintas y, a la vez, tan unidas que, juntas, han tejido una hermosa familia. Pero, ¿podrá seguir siendo así? ¿Quién se encargará ahora de mantener esta tradición tan especial? ‘La colcha de nuestros recuerdos’ es una historia de respeto por las tradiciones que pone en valor la familia como el pilar fundamental de nuestras vidas. Pero ¿podrá mantenerse esta hermosa tradición? La editorial Cuento de Luz nos invita a dejarnos sorprender por esta maravillosa historia tejida por Desirée Acevedo y Víctor Jaubert. Con éste último charlamos un poquito más sobre este libro.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El mes de mayo del 2024, conocí en persona a Desireé Acevedo en mi estudio en La Laguna, Tenerife. En los pocos minutos que duró nuestro encuentro surgieron muchas ideas y ganas de trabajar juntos. A las pocas semanas me propone para que forme parte de esta bonita historia de la colcha y la editorial Cuento de luz confió en mi trabajo y dio luz verde al proyecto”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Lo que cuenta ‘La colcha de nuestros recuerdos’ es una bonita historia que se va tejiendo página tras página. Ilustraciones que narran y describen a las personas que han formado parte de su elaboración y como las nuevas generaciones quieren formar parte de ella. Una familia unida a través de una tradición”, nos cuenta Víctor Jaubert.

¿Qué te pareció el texto de Desirée la primera vez que lo leíste? “El texto de Desirée desde una primera lectura me pareció algo entrañable. En el proceso hubieron pequeños cambios pero nunca perdió su esencia. Una historia muy acogedora y para leer calentito junto a seres queridos. Un texto que da pie a entablar conversación entre diferentes generaciones y contar historias de nuestra propia familia”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “La historia es contada a través de diferentes generaciones por lo que se tuvo que tener en cuenta la estética en el transcurso de los años. Los bonitos vestidos de los años 40, peinados de los 60 o los pantalones de campana de los 70 -continúa Víctor Jaubert-. Las ilustraciones están enriquecidas con detalles y elementos que evocan ese paso del tiempo, medios de transporte, la evolución y forma de escuchar música, dando pie a revisionar la ilustración una y otra vez y encontrar esas referencias”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Bueno, para mí lo que tienen de característico o diferente las ilustraciones es que todos los escaneos que forman parte de las ilustraciones, como pueden ser flores, estampados… han formado parte de mi niñez y han sido hechos por mi familia. Quise darle ese toque, al igual que la historia, algo entrañable y familiar”.
“Yo crecí en la isla de La Palma y allí está la tradición de la seda, y el bordado palmero es muy conocido. Mi abuela, mis tías, han formado parte de esa tradición. Con la técnica del realce han quedado sabanas y bonitos manteles llenos de flores y bonitos adornos que han bordado ellas mismas”, asegura Víctor Jaubert.

¿Con qué técnicas trabajaste? “La historia gira entorno a la elaboración de una colcha, un trabajo manual y con mucha dedicación y detalle, por lo que quise que ese trabajo manual estuviera presente en la elaboración de las ilustraciones. Cada ilustración tiene un 70 por ciento hecho a mano, técnicas tradicionales como el lápiz de color, la tempera, el collage y escaneo… el resto es digital. Combinadas de una forma que se integraran lo más armónicamente posible evitando fisuras o diferencias extremas”.


Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “En el proceso y búsqueda de información y detalles para las ilustraciones, me ha pasado yo creo que uno de los objetivos que el cuento pretende, evocar recuerdos y sin querer, una unión entre diferentes generaciones para contar y conocer más a nuestra familia. En mi casa familiar que mantiene su esencia intacta desde siempre he pasado tardes rebuscando entre las diferentes cajones de armarios, observando y descubriendo cosas que ni sabía que teníamos. Cada prenda, cada bordado daba pie a una historia y a un recuerdo que mi madre me contaba orgullosa”, recuerda Víctor Jaubert.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente he terminado un libro sobre una fiesta popular de la isla de La Palma, donde crecí. A través de las ilustraciones, hablo de esta tradición que se hace cada cinco años, La Bajada de La Virgen de Las Nieves. Dirigida para el niño que la quiera conocer y al adulto que la quiere recordar. Y pronto tendré una segunda colaboración con Daniel Nesquens en la editorial Diego Pun, la primera fue “Miércoles” de la misma editorial.
Álbum Ilustrado
Irene Mala y el mundo del ‘true crime’ de ‘Desalmados’

‘Desalmados’ es el primer libro de ‘true crime’ de Irene Mala, una autora que explora como nadie el lado oscuro de la naturaleza humana. Editado por Lunwerg, sus páginas nos sumergen en el mundo fascinante y aterrador del ‘true crime’, a través del relato rigurosamente investigado de una selección de crímenes violentos y perturbadores. Estas historias nos enfrentan de manera brutal a nuestros miedos más profundos y nos asoman al abismo de psiques desequilibradas. No se trata solo de satisfacer una curiosidad morbosa, sino de entender la complejidad de la naturaleza humana y nuestras propias sombras. ¿Por qué algunos individuos son capaces de cometer actos tan atroces? ¿Cómo podemos prevenirlos? ¿Dónde está la línea que separa el bien y el mal? Lejos de proporcionar respuestas fáciles, la autora e ilustradora nos invita a explorar el lado más salvaje y despiadado de la conducta humana, cuestionando los límites de lo que somos y de lo que podemos llegar a hacer. Con estas palabras la editorial nos presenta este trabajo de Irene Mala, con la que charlamos en las siguientes líneas un poquito más sobre este libro.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “Hay mucha curiosidad, mucho interés en descubrir y conocer los orígenes del mal. ¿De dónde viene tanta violencia? ¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Cómo puede alguien llegar a cometer un crimen? Para mí era prioritario acercarme a las raíces, intentar profundizar en estas cuestiones”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontraran varias secciones. Una parte que habla de los psicópatas, otra de asesinos en serie, otra nos invita a reflexionar sobre el bien y el mal, … Todo ello ejemplificado con cuarenta y tantos casos reales, algunos de ellos ficcionados en relatos -nos cuenta Irene Mala-. ‘Desalmados’ es un libro ilustrado, la ilustración tiene mucho peso en este proyecto. En resumen, un libro que nos invita a reflexionar sobre el crimen, nuestra responsabilidad ciudadana y a ser más conscientes de la sociedad en la que vivimos”.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Ha sido muy fructífera, muy interesante y muy descorazonadora también. ¡La fase de documentación me encanta! Pero un tema me conducía a otro: filosófica, psicológica, socialmente hablando… infinito, inabarcable. Y a ratos muy duro, estrellarte de bruces con la naturaleza humana. Como he realizado tanto texto como imagen, mientras escribía iba recreando en mi cabeza las ilustraciones”.
¿Qué es lo que más te sorprendió o llamó la atención tras ese trabajo de documentación? “Me ha parecido fascinante estudiar la figura del psicópata, por ejemplo, saber que hay tantos de ellos integrados en nuestra sociedad -confiesa Irene Mala-. Lo de “matar en serie” también me ha sorprendido sobremanera, pero quizás, lo más duro es ser consciente de que cualquiera puede convertirse en un criminal o actuar como tal. Lo más chocante, lo más triste es saber de la falta de integridad que ante la maldad pueden tener algunas personas “normales”.

Dice sobre ti la web de Lunwerg: “una autora que explora como nadie el lado oscuro de la naturaleza humana”. ¿Qué nos dices de esto? “Jajaja, eso habría que preguntárselo a la editorial, pero puede que se refieran a que me gusta inspirarme en la “Cara B” de las cosas. Me inspira lo ridículo, lo sórdido, el desamor… Siempre desde la ironía, el humor y un toque de “mala leche”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? Imagino que los retratos siguen teniendo mucha fuerza… “Como siempre, he disfrutado mucho con la “iluminación” del texto. He sido bastante fiel a mi estilo, creo que es bastante reconocible -continúa Irene Mala-. Sigo trabajando con técnicas analógicas sobre papel y me he dejado influenciar particularmente por la pintura Gótica, los Primitivos Flamencos, con sus infiernos, sus cielos, sus locuras… También he querido huir de los tópicos: hay alguna que otra salpicadura de sangre pero he preferido ser más original en los recursos, recurrir a metáforas visuales, etc”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Las ilustraciones están realizadas con acrílico sobre papel. También hay dibujos a grafito”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “He leído mucho, he visto muchos documentales, muchas películas y algunas series también. He ido elaborando listas de casos, según secciones, que al principio eran muy largas… Algunas historias las he descartado, por dejar heridas muy abiertas, estar muy cercanas en el tiempo o poder herir demasiado la sensibilidad del lector. He procurado plantearlo todo desde un punto de vista de análisis que enlaza con el de responsabilidad, constructivo y feminista, siempre tratando a las víctimas con mucho respeto y cariño. De hecho el libro está dedicado a todas ellas. Después me puse a escribir y para finalizar, cogí los pinceles”, afirma Irene Mala.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahí ando, estoy dándole vueltas a algunas cosas. Más luminosas, blancas y divertidas…”.
Álbum Ilustrado
Marc Taeger, ‘Los niños guarros’ y las ‘Greguerías de la luna’

‘Los niños guarros’ es un libro compuesto por 17 poemas de Nacho Rubio, ilustrados cada uno de ellos con el arte personal e intransferible de Marc Taeger. Es el primer poemario de Pepa a Loba Editora y con el que se abre su colección de poesía infantil.

‘Doce greguerías de la luna’ contiene doce creaciones ingeniosas, humorísticas y sorprendentes para acercarnos a la obra del gran escritor vanguardista Ramón Gómez de la Serna. Este libro editado por Kalandraka contiene la inmensidad, es alimento poético, navío onírico, reflejo vibrante, instrumento musical… la luna inspiró muchas de las ocurrencias literarias de Ramón Gómez de la Serna. Este libro reúne una selección de sus célebres y genuinas greguerías con las propuestas gráficas del artista Marc Taeger, con la técnica del collage como plataforma expresiva.

Sobre estos dos libros hemos hablado con Marc Taeger para conocer un poco más sobre su trabajo en estos proyectos.
Los niños guarros
¿Cómo nace ‘Los niños guarros? ¿Qué te parecieron los poemas de Nacho Rubio la primera vez que los leíste? “Un día sonó el teléfono – al otro lado estaba Nacho Rubio, el autor de los poemas. Lo había conocido hace años a través de su padre, el gran Antonio Rubio-. Y me preguntó si me interesaría ilustrar un poemario llamado LOS NIÑOS GUARROS. No dudé en aceptar el reto cuando leí los poemas. Para empezar en los tiempos ‘políticamente correctos’ que corren hay pocos libros que tratan una temática tan poco comercial. Por otro lado estaba la editorial Pepa A Loba que llevaba poco tiempo trabajando y se atrevía a publicarlo”, nos cuenta Marc Taeger.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Son textos que tratan con mucho humor y ritmo el tema de mocos, caca, pedo, pis…. Yo quería ilustrar los poemas de manera ‘sucia’ y con humor, el tema lo requería…muy colorido y divertido” .
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Pues suelo dibujar mucho para encontrar un registro, una técnica,… que me valga. Dibujo en cuadernos para retener las ideas que me vienen a la cabeza… Quería que fuese un libro guarro, sucio por fuera y por dentro, manchado…, así que empecé manchando papeles para luego intervenir”, continúa Marc Taeger.

“Y me valía todo tipo de material: témperas, ceras, lápices, rotuladores… intervenciones espontáneas, frescas, poco estudiadas. Normalmente los errores son bienvenidos en mi trabajo, y en este especialmente. No quería un trabajo demasiado limpio y frío. La maquetación también va por ese camino: Los títulos son rotulados con una tipografía un poco torpe, y los versos de los textos bailan en la página. Un libro descuidado con mucho cuidado. Y un trabajo de edición por parte de Pepa A Loba impecable”.

Las greguerías de la luna
¿Para las greguerías de Gómez de la Serna trabajaste con las mismas técnicas? ¿Fue muy diferente trabajar con esos dos tipos de texto, la poesía y las greguerías? Danos algunas pinceladas sobre el proceso de elaboración del libro de las greguerías. “Una de las cosas que más me gusta del trabajo de ilustrador es la búsqueda de la expresión adecuada para ilustrar un texto -confiesa Marc Taeger-. Cada texto tiene su voz y su traje. No es que no me guste repetir una técnica, me gusta ilustrar lo que me sugiere el texto”.

Con ‘El elefante que perdió su ojo‘ me encontré con el mundo de Boniface Ofogo. Su tierra Camerún, los colores de sus trajes, bosques y flora. Tras dibujar cientos de elefantes, tortugas, cocodrilos, hipopótamos….. el colorido vivo de los lápices de colores tratado con fuerza y ritmo me llevar por un camino. ‘Los niños guarros‘ me pidieron un tratamiento ingenuo, un poco art brut, sucio con humor. Las ‘Greguerías de la luna‘ me llevaron a collage. Me dí cuenta que tenía que evitar ser demasiado literal. Las greguerías suele ser muy cortas y te generan una imagen al leerla. Yo no quería irrumpir en esa imagen personal de cada uno, no quería adelantar el final del chiste… había que encontrar otra manera”.

“Y el collage me lo ofreció -sentencia Marc Taeger-. Generar un juego visual con la luna, una forma muy básica: un círculo con sus menguantes y crecientes. Tenía la capacidad de generar accidentes ‘felices’. Podía crear imágenes que se completaban y complementaban con la greguería. Además es una técnica afín a la época de la creación de las greguerías. Mientras Gómez de la Serna reunía a sus contertulianos en el Café Pombo en Madrid, los dadaístas tomaban copas en el Café Voltaire en Zurich. Ambos son movimientos experimentales y transgresores”.
¿Cuál es tu favorita? “La verdad, tras trabajarlas tanto, leerlas tanto, documentarme sobre Ramón … cada día me gustaba una diferente. Aquí va una que no tiene que ver con la luna, pero me sirve para despedir este texto: “Las gaviotas nacieron de los pañuelos que dicen ¡adiós! en los puertos”.
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