Álbum Ilustrado
María Pascual y Ana Garralón transitan ‘Calle de la Oca’

Todos los días, Oliver recorre la misma calle para ir a la escuela pero, esta semana, caminando junto a nuevos acompañantes, un historiador, una bióloga, una fotógrafa… descubrirá un mundo diferente en cada trayecto. Una invitación a redescubrir tu calle. ‘Calle de la Oca’ es un libro de información ricamente ilustrado sobre las formas en que el conocimiento y la curiosidad cambian nuestros puntos de vista. Editado por Ekaré, ha obtenido el Premio Todos tus libros al Mejor libro infantil 2024. Sobre este libro hablamos un poco más con sus autoras, Ana Garralón y María Pascual de la Torre.

¿Cómo surge ese proyecto? Ana Garralón: “Bueno, hace tantos años, yo creo que surge a partir de una anécdota que cuenta una fotógrafa norteamericana que ha hecho muchos libros para niños. Ella va a una escuela experimental y les pregunta a los niños que habéis visto al venir a la escuela y ellos dicen nada. Entonces, les regala unas cámaras y la siguiente vez que los encuentra han visto un montón de cosas. Entonces, esta idea de mirar a través de un marco me parecía muy interesante y de ahí yo creo que llegué a esta idea de cómo vemos el mundo desde una perspectiva personal”.
María Pascual de la Torre: “El inicio de mi andadura en Calle de la Oca cuando aún era Una calle, tengo que agradecérselo a las dos magníficas sherpas-editoras de Ekaré, Irene Savino y María Cecilia Silva-Díaz que confiaron en mí para ilustrar el texto de Ana y embarcarme en la aventura que ha sido la construcción de este libro”.
¿Qué se va a encontrar el lector cuando empiece a pasar las páginas de este libro? Ana Garralón: “Se va a encontrar con que lo cotidiano es sorprendente y además encierra historias y puede ser hermoso”.

María Pascual de la Torre: “La vida de un barrio repleto de historias y peculiaridades que iremos descubriendo junto a Óliver, el niño protagonista que a lo largo de la semana irá por primera vez caminando desde su casa al colegio de la mano de diferentes acompañantes. Su abuelo historiador, un escritor, su tía bióloga, un filósofo, una fotógrafa, su primo músico, una tipógrafa y su vecino fisioterapeuta ciego. Descubriremos la cantidad de cosas que habían pasado desapercibidas dependiendo de quién nos acompañe en el camino y los mundos que abre cada profesión. Como un vecino más, podremos escudriñar por la calle asomándonos a los escaparates, fisgoneando por las ventanas, siguiendo a los personajes e imaginando sus historias”.
“Calle de la Oca es una invitación a la pausa, a la lectura detenida y minuciosa. Una declaración de amor a los barrios vividos por vecinos con los que se puede compartir desde la charleta en el portal a la copia de tu llave. Con establecimientos de largas raíces que conservan la caja registradora que contaba en pesetas y céntimos. Espacios que hacen más acogedor nuestro trajín cotidiano. Ante todo, busca pellizcar la curiosidad y abrir el apetito para conversar, dialogando con el mundo, máximas que contagia Oliver Sacks, a quien homenajeamos en este libro. El niño protagonista toma de él su nombre, su imagen, al igual que su abuelo”.

¿Y el trabajo con María? Ana Garralón: “Bueno, yo tengo que decir que Ekaré solamente me dijo que lo iba a ilustrar María. Ellos tienen una política que nunca nos encontramos, nunca hemos conversado, lo cual agradezco muchísimo, porque cuando vi la primera maqueta me pareció una locura que yo no imaginaba que alguien pudiera hacer ese trabajo. Creo que María realmente ha habitado esa calle, se la ha apropiado, ha creado personajes, ha dado mucha más vida a un texto que era relativamente sencillo, en un sentido, pero ella le ha dado una vida impresionante”.
¿Qué te pareció la historia de Ana cuando llegó a tus manos? María Pascual de la Torre: “Me abrió tal cantidad de senderos y posibilidades que lo difícil fue decidir el camino más sugerente para cada recorrido. Un milhojas que requería múltiples capas de lectura que fuesen desvelando nuevos matices. Uno de los retos fue estructurar visualmente los diversos hilos narrativos del texto para que se complementaran entre sí, buscando que cada doble página funcionara como un todo, interconectadas para construir un libro-calle sólido y coherente en su conjunto. Fue una mezcla de responsabilidad y disfrute máximo, buscando cómo potenciar las voces de cada acompañante para que sus recorridos ofreciesen transformaciones inesperadas de la calle dependiendo de sus universos. Que el riesgo de la monotonía de un mismo recorrido que se repite durante todo el libro se convirtiese en una aventura. Al fin y al cabo es lo que desearíamos que fuese nuestro caminar cotidiano”.

Los detalles, madre mía los detalles. Háblanos un poco de este aspecto, cómo lo has trabajado, cuánto tiempo te llevaron estas ilustraciones… “Una de las peculiaridades que me caracterizan como ilustradora es la minuciosidad en el empeño por crear diversos planos narrativos -confiesa María Pascual de la Torre-. Marca de la chifladura que sentí durante mi infancia por libros que me permitían descubrir más y más sorpresas en cada lectura. Ciertamente en ‘Calle de la Oca’ esta obsesión ha alcanzado quizás el punto más alto, a riesgo de no salir de ese mundo en dos dimensiones en el que viví durante períodos bastante intensos a lo largo de más de tres años. Comenzamos el proyecto en el último trimestre de 2021 y se publicó en octubre de 2024. Entre risas, la he rebautizado como la calle de la loca. He querido cuidar al máximo los detalles para que los diversos hilos propuestos se entrelazaran formando la unidad que debe de ser el libro álbum. Desde la planificación del urbanismo de la calle para lo que me asesoraron unos amigos arquitectos a los que freí a consultas, a extensos casting de todo tipo para cada elemento. Calle de la Oca la forman los personajes, los vecinos y los detalles que modelan la identidad del barrio: farolas, puertas, ventanas, árboles, alcorques, rótulos, señales,…”.

La perspectiva también es importante en algunas páginas… “Es un recurso muy potente para representar la singularidad de cada recorrido -asegura María Pascual de la Torre-. Refleja la manera de mirar, desde dónde nos posicionamos según lo que nos interesa o queramos contar. Entre los referentes que compartí, cada trayecto proponía diferentes perspectivas que abriesen itinerarios muy distintos. Poderlos contrastar forma parte del juego. La mirada arriba y abajo, adelante y atrás en el tiempo para asomarse a la historia actual y pasada. La perspectiva frontal, usada desde la escritura jeroglífica a las viñetas, para el relato del escritor y su camino. La perspectiva aérea y la imagen volteada para sugerir el cuestionamiento de las certezas que propone la filosofía. El recorrido sinuoso y bailongo del paseo musical. La vista de la ruta junto a la tipógrafa con la planta de la calle desplegada en sus dos lados para mostrarla al completo, usada también en la imagen nocturna de las guardas. Cierra el recorrido libre, azaroso y juguetón del fin de semana de Óliver junto a sus amigos, con la calle segmentada en casillas, versionando el tablero del juego de la oca”.

“Un camino en espiral que anima a la relectura. Esta representación que propuse para el fin de semana dio nombre a la calle y título definitivo al libro. Los nombres de los establecimientos y lugares de la calle están tomados de las casillas del juego de la oca: el puente, la posada, el laberinto, el jardín, el pozo, los dados… La oca ha sido considerada como animal sagrado y sabio en muchas mitologías, y en una de las simbologías más conocidas, ligada a la diosa Rea/Cibeles, es el acompañante que se transforma para facilitar tu trayecto, protectora del camino. El juego plantea un viaje iniciático que cambia la manera de ver el mundo”, nos cuenta María Pascual de la Torre.

Y sobre el proceso de documentación, porque hay mucha información en estas páginas… “Me fascina la documentación a la que me lleva cada nuevo proyecto y uno de los retos que más me cuesta es detener la búsqueda. El primer pdf que compartí con Irene y Cecilia tenía 170 páginas de referencias, sugerencias, propuestas y bocetos esbozando las primeras ideas para contar visualmente y estructurar la narrativa visual del libro. Me hechicé buscando archivos, recorriendo calles y multiplicando el contenido de centenares de carpetas de imágenes que me obligaron a ampliar la memoria del servicio de almacenamiento de mi ordenador. Pero cómo no alucinar descubriendo los antiguos Barrios de las Injurias de nuestras ciudades embarradas, sin asfaltar. Siguiendo el rastro de aguadores, edecanes, faroleros… El sonido del pito del sereno me llevó al del afilador que pasaba por mi plaza. ¿Cómo eran los camiones cisternas que reemplazaron a los burros para surtir de agua a las ciudades? ¿Cuánto tiempo nos acompañarán los quioscos en los que cada domingo escogía el tebeo que devoraría? 630 fotos de Robinia pseudoacacia en diferentes estaciones y posiciones a lo top model, 301 tiendas de ultramarinos para caracterizar “El Puente”. La diversidad de las bacterias que viven en un yogur. Investigar colegios que fuesen antiguas fábricas. ¿Cómo transmitir con imágenes las percepciones de una persona ciega? Aún no soy capaz de pasear sin seguir incorporando rincones de la calle”, afirma María Pascual de la Torre.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Experimenté con muchas técnicas: grafito, lápices de colores, acuarela, acrílico, collage, mucha composición y limpieza digital, fotografía, e incluso sellos”.
Hemos visto algún famoso por ahí, pero me interesa saber cuántas personas conocidas, de tu entorno, pasean por esta Calle de la Oca… “Este libro está lleno de personas inspiradoras. Mi pareja, mi hermano, mis sobrinos y mi madre son musos recurrentes que no pueden faltar en mi barrio de la vida. La caminan mis tías, primos y sus peques, pero además de la piña familiar, dan identidad a la calle amigos con quienes comparto inquietudes, pasión, hallazgos y todo. No es el primer libro en el que encontraréis a mi querida Ellen Duthie, Llanos de la Torre, Patricia Metola, Raquel Martínez, Karishma Chugani y su hijo Rai, Pep Carrió, mis amigos arquitectos y sus hijas… Los niños que caminan por Calle de la Oca son grandes cómplices que enriquecen mi camino y me enseñan a mirar. No podían faltar las compañeras de este viaje, Ana, Cecilia e Irene y muchos autores y mediadores compañeros de profesión literaria. El listado de mi gente de la oca es inmenso, incluidos médicos y personal de la sanidad pública que me han atendido de manera excepcional, pero para seguir el juego con el lector que propone el libro, os animo a buscar entre los conocidos, lupa en mano, a Maurice Sendak, Roald Dahl, Christine Nöstlinger, Arnold Lobel, William Steig, John Burningham, Helen Oxenbury, Worlf Erlbruch, Tonucci, Joaquín Díaz, Ana Pelegrín, Gloria Fuertes, Antonio Rodríguez Almodóvar, Almudena Grandes, Javier Sáez Castán, Teresa Durán, Hitchcock, Vivienne Maier, Sophie Calle, Punset, Ara Malikian, Los Beetles, Rosalía, Montserrat Caballé, Louis Amstrong, Greta Thumber, Chus Lampreave, Emma Penella, Angelica Houston… Un vecindario que crece con cada nuevo lector”, afirma María Pascual de la Torre.



Hemos visto, igual nos equivocamos, un autorretrato en una de las páginas, a través de un reflejo… “Cazador cazado. ¿No es genial la cantidad de guiños cómplices entre autores y lectores que posibilita el libro álbum? Es muy gratificante comprobar cómo se siguen las piedrecitas que se van dejando y las propuestas tan diversas que abre un texto, estimulando la exploración. Ese juego de reflejos en el camino junto a la fotógrafa también es un homenaje a grandes fotógrafos y artistas que nos fascinan con su manera única de representar el mundo. Ojalá este libro incite a seguir buscando mientras caminamos por nuestras calles, a conocer grandes profesionales de otros campos, a leer otros libros, a dejarnos llevar en exposiciones, conciertos y actuaciones de todo tipo. En definitiva, a curiosear y a fliparnos”.

De esos trabajos, o profesiones que vamos conociendo a la par que el protagonista, ¿cuál es la que más te llama la atención? O la que elegirías si no fueses ilustradora… “Difícil elección. El rastreo al que me ha llevado el texto de Ana me ha permitido indagar sobre las profesiones de los acompañantes de Óliver desde otro ángulo y me apasionan todas -continúa María Pascual De la Torre-. La escritura, la fotografía o la tipografía las siento muy cercanas al explorarlas en mi trabajo. La historia, la biología y la filosofía me fascinan y espero seguir aprendiendo, pero las disfruto más como practicante amateur. Si tuviera que elegir otra vivencia profesional de lleno, soñaría con ser músico, aunque con lo que he fantaseado desde pequeña es con el baile. En concreto bailaora de flamenco, ¡arsa!”
Por último, ¿en qué andas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy terminando un nuevo libro con Ekaré para los primeros lectores y están a punto de entrar dos álbumes en los que colaboraré con profesionales magníficos que garantizan un viaje lleno de descubrimientos. Me encantan estas inmersiones en otros campos que abren caminos antes encriptados, como le ocurre a Óliver. En cuanto a mis iniciativas personales, estoy pendiente de cerrar un proyecto propio especialmente “engatusante” que inicié hace diez años. Siempre hay ideas saltarinas esperando el espacio que necesitan, con muchas ganas de ser retomadas”.
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Pedro Oyarbide y su visión de ‘El Principito’

Venerado por generaciones de lectores -pequeños y grandes- en todo el mundo, ‘El principito’ es un clásico inagotable que logra conmovernos en cada lectura. La historia de Saint-Exupéry narra el encuentro, en la soledad del desierto del Sáhara, entre un aviador que ha sufrido una avería y un niño que se acerca a él para pedirle el dibujo de un cordero. Este hombrecito de cabellos dorados, que ha viajado por varios planetas antes de recalar en la Tierra, es muy sabio en su inocencia. Su capacidad para el asombro y su arrojo en las preguntas constituyen el origen de las poderosas reflexiones sobre la vida que atesoran estas páginas.

“Puede que el piloto que nos cuenta la historia no consiguiera desarrollar su talento artístico, pero sin duda sí lo ha hecho Pedro Oyarbide, que ha reinterpretado con inigualable maestría uno de los libros más entrañables de la literatura universal”, nos cuenta la editorial Lunwerg. Sus ilustraciones, vibrantes y detalladas, nos ofrecen la extraordinaria oportunidad de asomarnos a este libro como si fuera la primera vez. Este es el primer libro ilustrado de este artista español, que está detrás de las icónicas portadas de la arrolladora saga ‘Blackwater’. Con Pedro hemos charlado un poquito más sobre su trabajo en ‘El Principito’.
¿Cómo nace este proyecto? “Pues es curioso, porque yo había propuesto a Lunwerg ilustrar ‘El Principito’, pero no era posible ya que aún no estaba en dominio público. Tiempo después, me encontraba ilustrando otro título cuando mi editora me dijo que justo se habían liberado los derechos, por lo que nos pusimos manos a la obra, dejando el otro libro en standby, ya que era una oportunidad buenísima de sacar cuanto antes mi versión de El Principito”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Mi intención no era hacer una versión actualizada, sino ofrecer una visión en paralelo a la original aportando mi estilo y estética -nos cuenta Pedro Oyarbide-. Me he alejado del aire delicado y aniñado de las ilustraciones originales y lo he traducido a mi estilo, en muchos casos ilustrando pasajes desde otra óptica completamente diferente y en algunas ocasiones simplemente reinterpretando los originales”.
¿Cómo era tu relación con este libro antes de este proyecto? ¿Cómo ha cambiado o cómo es ahora tras este trabajo? “No lo leí de niño, siempre me causó cierto rechazo el estilo naif de las ilustraciones. No ha sido hasta meterme de lleno con el proyecto cuando he descubierto realmente todo lo que ofrece el texto, e incluso ahora las ilustraciones de Saint-Exupéryme parece que cobran sentido. Por otra parte me parece que es un libro que ya seas niño o adulto, tiene lecciones para todos. No tengo duda del porqué de su trascendencia, forma parte de la cultura popular”.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Es un tarea que a priori impone, por eso mismo, es uno de los libros más traducidos y leídos de la historia, quería hacer algo que estuviese a la altura, o al menos que yo estuviese orgulloso del trabajo -confiesa Pedro Oyarbide-. Primero de todo lo leí un par de veces y tomé anotaciones para potenciales enfoques, no había unos márgenes de tiempo demasiado grandes ya que corría prisa sacarlo cuanto antes. Fue un proceso bastante fluido y de los bocetos originales a las ilustraciones finales, apenas hubo cambios compositivos”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Romper con la estética asociada a la obra original puede que acerque el título a otros lectores”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajo en digital, desde el boceto al arte final”, afirma Pedro Oyarbide.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tengo varios proyectos editoriales interesantes, por una parte sigo ilustrando portadas de Michael McDowell, el autor de Blackwater. Próximamente saldrá ‘Hija de la Venganza’ con Blackie Books. También estoy con un libro completamente ilustrado de uno de los autores más relevantes de la literatura contemporánea española, pero que desgraciadamente no puedo revelar. Saldrá en 2026. A parte de eso estoy trabajando en varios proyectos para Miller Lite y Playstation”.
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Fermín Solís nos presenta a ‘Las niñas intrépidas’

‘Las niñas intrépidas’ es el abecedario con las niñas más divertidas, personajes de la A a la Z que realizan las hazañas más increíbles. Un libro en mayúsculas que invita a la lectura autónoma, a jugar con los nombres propios y los pareados, y a aprender la grafía de letras. Las ilustraciones del premiado Fermín Solís juegan con personajes cómicos, un poquito gamberros y muy, muy divertidos. Con Fermín hemos charlado un poquito más sobre este proyecto que publica Editorial Libre Albedrío.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El origen de este proyecto está en un libro anterior llamado Los niños valientes de las mismas características, pero que mezclaba nombres tanto de niños como de niñas. Digamos que esta es una actualización, pero las protagonistas son las chicas”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán un abecedario donde una serie de personajes realizan acciones bastante atrevidas. Algunas de ellas mejor no intentar hacerlas en casa”, asegura Fermín Solís.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “En este caso, no hay mucho trabajo de investigación, es un libro divertido sin más para primeros lectores y ya tenía la base del anterior”.
¿Cómo nacen estos personajes? “Pues al contrario que otros libros míos, donde los personajes son importantes, porque la historia gira en torno a ellos, en este caso es simplemente una serie de gags en función al nombre de la protagonista de cada página, es casi más importante la rima que el dibujo”, afirma Fermín Solís.

¿Con qué niña intrépida te quedas? “La que lee cómics en la cornisa. Felisa. Aunque es difícil elegir”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Pues respecto a mis nuevos trabajo es más clásico, últimamente estoy evolucionando con la línea, haciendo cosas más atrevidas. En estas me mantuve bastante fiel al estilo del anterior libro”, nos cuenta Fermín Solís.

¿Con qué técnicas trabajaste? “En este caso, la técnica es digital”.
Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Te diría que casi lo más difícil es encontrar la rima divertida para cada nombre. A veces hay nombres difíciles de rimar. Luego me hago un boceto en un papel, y finalmente lo paso a limpio en digital”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En noviembre aparece mi nuevo libro publicado por la editorial Salamandra. Fue el proyecto con el que gané el premio Salamandra FNAC de novela gráfica. Se trata de una historia que transcurre en un pueblecito de Extremadura llamado Deleitosa y, de nuevo, lleva como protagonista a una mujer”.
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Anna Pirolli nos guía en el viaje de ‘Fred y Gloria’

Fred ha recibido una carta de su amiga Gloria, que vive al otro lado del océano. Pero… ¿Dónde está el océano? ¿Cómo se llega hasta alguien a quien quieres mucho, pero no sabes dónde está? La editorial Flamboyant publica “Fred y Gloria”, escrito por Ratha Tep e ilustrado por Anna Pirolli. Una historia para leer en voz alta, compartir en silencio y soñar despiertos. Con Anna Pirolli charlamos un poco más sobre este libro.
¿Cómo surgió este proyecto? “Del encuentro entre Ratha Tep, una talentosa periodista que también escribe libros infantiles, y mi agente, Debbie Bibo. Ella me propuso el texto y acepté: me encantó de inmediato la ironía de la historia y la fuerza del personaje principal”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una historia de amistad que va más allá de las apariencias, una aventura llena de desafíos y situaciones irónicas a través de lugares increíbles, encuentros con personajes extraños y un giro que asombrará a todos”, asegura Anna Pirolli.


¿Qué te pareció el texto de Ratha la primera vez que lo leíste? “Me pareció muy tierno, divertido e intenso. La elección de Fred es contundente y no teme las consecuencias. Me gusta este tipo de personaje: aparentemente pequeño, pero al final decidido e incisivo, como una cuchilla afilada. Me encanta la ironía, y este libro está lleno de situaciones divertidas que aligera el difícil viaje del protagonista. Y también me pareció curioso que la historia comience con una correspondencia. Las cartas son un medio de comunicación casi obsoleto, pero conservan un atractivo poderoso y evocador”.

¿Cómo fue el proceso previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, documentación, pruebas y quizás incluso bocetos en un cuaderno… “Me encanta interpretar textos y encontrar el registro adecuado para dar vida al contenido, a veces oculto, de la historia -confiesa Anna Pirolli-. En cuanto leo una historia, tengo impresiones visuales, pero no tengo una idea precisa de cómo será el libro terminado, así que dedico mucho tiempo a recopilar ideas e imágenes que me ayudan a adentrarme cada vez más en la atmósfera del texto. Cuando esta sensación se hace más evidente, me sumerjo y empiezo a dibujar: primero los personajes, luego los escenarios”.


¿Qué dirías que caracteriza tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otras obras? “Esta fue mi primera vez usando acuarela y me divertí mucho. Desde hace unos años, siempre que puedo (dependiendo del tiempo disponible y del coste del proyecto), dibujo analógicamente. Tras veinte años de técnicas digitales, necesitaba volver a tocar la veta del papel y a oler los colores. La satisfacción de pintar no tiene precio, y la había olvidado -continúa Anna Pirolli-. Quería que las ilustraciones de este libro contaran la historia de Fred con detalles realistas. Quería crear entornos agradables e inmersivos para los niños, retomando las imágenes «clásicas» de los libros de mi infancia, que aún recuerdo y que me transportaron a un mundo paralelo”.

¿Qué técnicas utilizaste entonces? “Acuarela, aplicada en una capa muy densa”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “¡Empecé a trabajar en este proyecto hace tres años! La primera versión del storyboard fue completamente diferente; me centré por completo en los personajes y casi nada en los escenarios. Mi agente se lo presentó a los editores, quienes lo apreciaron, pero con algunas reservas: parecía demasiado minimalista (¡y sin duda lo era!), y quizás el título no era apropiado. Dejé el libro a un lado por un tiempo, porque tenía otras cosas que hacer. Cuando finalmente lo retomé, dos años después, tenía una mentalidad diferente y empecé desde cero. La autora también hizo algunos cambios: dejar que el proyecto «descansara» nos ayudó a centrarnos mejor en los temas fuertes del texto. Si los lectores supieran las revoluciones que hay detrás de un libro infantil «sencillo», ¡se sorprenderían de la cantidad de trabajo!”, nos cuenta Anna Pirolli.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Nuevos proyectos? “Disfruto mucho dando clases, así que estoy preparando nuevos cursos para ofrecer en escuelas y por fin estoy escribiendo mi propio proyecto. Pero no te diré nada, ¡soy supersticiosa!”.

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