Álbum Ilustrado
María Pascual y Ana Garralón transitan ‘Calle de la Oca’

Todos los días, Oliver recorre la misma calle para ir a la escuela pero, esta semana, caminando junto a nuevos acompañantes, un historiador, una bióloga, una fotógrafa… descubrirá un mundo diferente en cada trayecto. Una invitación a redescubrir tu calle. ‘Calle de la Oca’ es un libro de información ricamente ilustrado sobre las formas en que el conocimiento y la curiosidad cambian nuestros puntos de vista. Editado por Ekaré, ha obtenido el Premio Todos tus libros al Mejor libro infantil 2024. Sobre este libro hablamos un poco más con sus autoras, Ana Garralón y María Pascual de la Torre.

¿Cómo surge ese proyecto? Ana Garralón: “Bueno, hace tantos años, yo creo que surge a partir de una anécdota que cuenta una fotógrafa norteamericana que ha hecho muchos libros para niños. Ella va a una escuela experimental y les pregunta a los niños que habéis visto al venir a la escuela y ellos dicen nada. Entonces, les regala unas cámaras y la siguiente vez que los encuentra han visto un montón de cosas. Entonces, esta idea de mirar a través de un marco me parecía muy interesante y de ahí yo creo que llegué a esta idea de cómo vemos el mundo desde una perspectiva personal”.
María Pascual de la Torre: “El inicio de mi andadura en Calle de la Oca cuando aún era Una calle, tengo que agradecérselo a las dos magníficas sherpas-editoras de Ekaré, Irene Savino y María Cecilia Silva-Díaz que confiaron en mí para ilustrar el texto de Ana y embarcarme en la aventura que ha sido la construcción de este libro”.
¿Qué se va a encontrar el lector cuando empiece a pasar las páginas de este libro? Ana Garralón: “Se va a encontrar con que lo cotidiano es sorprendente y además encierra historias y puede ser hermoso”.

María Pascual de la Torre: “La vida de un barrio repleto de historias y peculiaridades que iremos descubriendo junto a Óliver, el niño protagonista que a lo largo de la semana irá por primera vez caminando desde su casa al colegio de la mano de diferentes acompañantes. Su abuelo historiador, un escritor, su tía bióloga, un filósofo, una fotógrafa, su primo músico, una tipógrafa y su vecino fisioterapeuta ciego. Descubriremos la cantidad de cosas que habían pasado desapercibidas dependiendo de quién nos acompañe en el camino y los mundos que abre cada profesión. Como un vecino más, podremos escudriñar por la calle asomándonos a los escaparates, fisgoneando por las ventanas, siguiendo a los personajes e imaginando sus historias”.
“Calle de la Oca es una invitación a la pausa, a la lectura detenida y minuciosa. Una declaración de amor a los barrios vividos por vecinos con los que se puede compartir desde la charleta en el portal a la copia de tu llave. Con establecimientos de largas raíces que conservan la caja registradora que contaba en pesetas y céntimos. Espacios que hacen más acogedor nuestro trajín cotidiano. Ante todo, busca pellizcar la curiosidad y abrir el apetito para conversar, dialogando con el mundo, máximas que contagia Oliver Sacks, a quien homenajeamos en este libro. El niño protagonista toma de él su nombre, su imagen, al igual que su abuelo”.

¿Y el trabajo con María? Ana Garralón: “Bueno, yo tengo que decir que Ekaré solamente me dijo que lo iba a ilustrar María. Ellos tienen una política que nunca nos encontramos, nunca hemos conversado, lo cual agradezco muchísimo, porque cuando vi la primera maqueta me pareció una locura que yo no imaginaba que alguien pudiera hacer ese trabajo. Creo que María realmente ha habitado esa calle, se la ha apropiado, ha creado personajes, ha dado mucha más vida a un texto que era relativamente sencillo, en un sentido, pero ella le ha dado una vida impresionante”.
¿Qué te pareció la historia de Ana cuando llegó a tus manos? María Pascual de la Torre: “Me abrió tal cantidad de senderos y posibilidades que lo difícil fue decidir el camino más sugerente para cada recorrido. Un milhojas que requería múltiples capas de lectura que fuesen desvelando nuevos matices. Uno de los retos fue estructurar visualmente los diversos hilos narrativos del texto para que se complementaran entre sí, buscando que cada doble página funcionara como un todo, interconectadas para construir un libro-calle sólido y coherente en su conjunto. Fue una mezcla de responsabilidad y disfrute máximo, buscando cómo potenciar las voces de cada acompañante para que sus recorridos ofreciesen transformaciones inesperadas de la calle dependiendo de sus universos. Que el riesgo de la monotonía de un mismo recorrido que se repite durante todo el libro se convirtiese en una aventura. Al fin y al cabo es lo que desearíamos que fuese nuestro caminar cotidiano”.

Los detalles, madre mía los detalles. Háblanos un poco de este aspecto, cómo lo has trabajado, cuánto tiempo te llevaron estas ilustraciones… “Una de las peculiaridades que me caracterizan como ilustradora es la minuciosidad en el empeño por crear diversos planos narrativos -confiesa María Pascual de la Torre-. Marca de la chifladura que sentí durante mi infancia por libros que me permitían descubrir más y más sorpresas en cada lectura. Ciertamente en ‘Calle de la Oca’ esta obsesión ha alcanzado quizás el punto más alto, a riesgo de no salir de ese mundo en dos dimensiones en el que viví durante períodos bastante intensos a lo largo de más de tres años. Comenzamos el proyecto en el último trimestre de 2021 y se publicó en octubre de 2024. Entre risas, la he rebautizado como la calle de la loca. He querido cuidar al máximo los detalles para que los diversos hilos propuestos se entrelazaran formando la unidad que debe de ser el libro álbum. Desde la planificación del urbanismo de la calle para lo que me asesoraron unos amigos arquitectos a los que freí a consultas, a extensos casting de todo tipo para cada elemento. Calle de la Oca la forman los personajes, los vecinos y los detalles que modelan la identidad del barrio: farolas, puertas, ventanas, árboles, alcorques, rótulos, señales,…”.

La perspectiva también es importante en algunas páginas… “Es un recurso muy potente para representar la singularidad de cada recorrido -asegura María Pascual de la Torre-. Refleja la manera de mirar, desde dónde nos posicionamos según lo que nos interesa o queramos contar. Entre los referentes que compartí, cada trayecto proponía diferentes perspectivas que abriesen itinerarios muy distintos. Poderlos contrastar forma parte del juego. La mirada arriba y abajo, adelante y atrás en el tiempo para asomarse a la historia actual y pasada. La perspectiva frontal, usada desde la escritura jeroglífica a las viñetas, para el relato del escritor y su camino. La perspectiva aérea y la imagen volteada para sugerir el cuestionamiento de las certezas que propone la filosofía. El recorrido sinuoso y bailongo del paseo musical. La vista de la ruta junto a la tipógrafa con la planta de la calle desplegada en sus dos lados para mostrarla al completo, usada también en la imagen nocturna de las guardas. Cierra el recorrido libre, azaroso y juguetón del fin de semana de Óliver junto a sus amigos, con la calle segmentada en casillas, versionando el tablero del juego de la oca”.

“Un camino en espiral que anima a la relectura. Esta representación que propuse para el fin de semana dio nombre a la calle y título definitivo al libro. Los nombres de los establecimientos y lugares de la calle están tomados de las casillas del juego de la oca: el puente, la posada, el laberinto, el jardín, el pozo, los dados… La oca ha sido considerada como animal sagrado y sabio en muchas mitologías, y en una de las simbologías más conocidas, ligada a la diosa Rea/Cibeles, es el acompañante que se transforma para facilitar tu trayecto, protectora del camino. El juego plantea un viaje iniciático que cambia la manera de ver el mundo”, nos cuenta María Pascual de la Torre.

Y sobre el proceso de documentación, porque hay mucha información en estas páginas… “Me fascina la documentación a la que me lleva cada nuevo proyecto y uno de los retos que más me cuesta es detener la búsqueda. El primer pdf que compartí con Irene y Cecilia tenía 170 páginas de referencias, sugerencias, propuestas y bocetos esbozando las primeras ideas para contar visualmente y estructurar la narrativa visual del libro. Me hechicé buscando archivos, recorriendo calles y multiplicando el contenido de centenares de carpetas de imágenes que me obligaron a ampliar la memoria del servicio de almacenamiento de mi ordenador. Pero cómo no alucinar descubriendo los antiguos Barrios de las Injurias de nuestras ciudades embarradas, sin asfaltar. Siguiendo el rastro de aguadores, edecanes, faroleros… El sonido del pito del sereno me llevó al del afilador que pasaba por mi plaza. ¿Cómo eran los camiones cisternas que reemplazaron a los burros para surtir de agua a las ciudades? ¿Cuánto tiempo nos acompañarán los quioscos en los que cada domingo escogía el tebeo que devoraría? 630 fotos de Robinia pseudoacacia en diferentes estaciones y posiciones a lo top model, 301 tiendas de ultramarinos para caracterizar “El Puente”. La diversidad de las bacterias que viven en un yogur. Investigar colegios que fuesen antiguas fábricas. ¿Cómo transmitir con imágenes las percepciones de una persona ciega? Aún no soy capaz de pasear sin seguir incorporando rincones de la calle”, afirma María Pascual de la Torre.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Experimenté con muchas técnicas: grafito, lápices de colores, acuarela, acrílico, collage, mucha composición y limpieza digital, fotografía, e incluso sellos”.
Hemos visto algún famoso por ahí, pero me interesa saber cuántas personas conocidas, de tu entorno, pasean por esta Calle de la Oca… “Este libro está lleno de personas inspiradoras. Mi pareja, mi hermano, mis sobrinos y mi madre son musos recurrentes que no pueden faltar en mi barrio de la vida. La caminan mis tías, primos y sus peques, pero además de la piña familiar, dan identidad a la calle amigos con quienes comparto inquietudes, pasión, hallazgos y todo. No es el primer libro en el que encontraréis a mi querida Ellen Duthie, Llanos de la Torre, Patricia Metola, Raquel Martínez, Karishma Chugani y su hijo Rai, Pep Carrió, mis amigos arquitectos y sus hijas… Los niños que caminan por Calle de la Oca son grandes cómplices que enriquecen mi camino y me enseñan a mirar. No podían faltar las compañeras de este viaje, Ana, Cecilia e Irene y muchos autores y mediadores compañeros de profesión literaria. El listado de mi gente de la oca es inmenso, incluidos médicos y personal de la sanidad pública que me han atendido de manera excepcional, pero para seguir el juego con el lector que propone el libro, os animo a buscar entre los conocidos, lupa en mano, a Maurice Sendak, Roald Dahl, Christine Nöstlinger, Arnold Lobel, William Steig, John Burningham, Helen Oxenbury, Worlf Erlbruch, Tonucci, Joaquín Díaz, Ana Pelegrín, Gloria Fuertes, Antonio Rodríguez Almodóvar, Almudena Grandes, Javier Sáez Castán, Teresa Durán, Hitchcock, Vivienne Maier, Sophie Calle, Punset, Ara Malikian, Los Beetles, Rosalía, Montserrat Caballé, Louis Amstrong, Greta Thumber, Chus Lampreave, Emma Penella, Angelica Houston… Un vecindario que crece con cada nuevo lector”, afirma María Pascual de la Torre.



Hemos visto, igual nos equivocamos, un autorretrato en una de las páginas, a través de un reflejo… “Cazador cazado. ¿No es genial la cantidad de guiños cómplices entre autores y lectores que posibilita el libro álbum? Es muy gratificante comprobar cómo se siguen las piedrecitas que se van dejando y las propuestas tan diversas que abre un texto, estimulando la exploración. Ese juego de reflejos en el camino junto a la fotógrafa también es un homenaje a grandes fotógrafos y artistas que nos fascinan con su manera única de representar el mundo. Ojalá este libro incite a seguir buscando mientras caminamos por nuestras calles, a conocer grandes profesionales de otros campos, a leer otros libros, a dejarnos llevar en exposiciones, conciertos y actuaciones de todo tipo. En definitiva, a curiosear y a fliparnos”.

De esos trabajos, o profesiones que vamos conociendo a la par que el protagonista, ¿cuál es la que más te llama la atención? O la que elegirías si no fueses ilustradora… “Difícil elección. El rastreo al que me ha llevado el texto de Ana me ha permitido indagar sobre las profesiones de los acompañantes de Óliver desde otro ángulo y me apasionan todas -continúa María Pascual De la Torre-. La escritura, la fotografía o la tipografía las siento muy cercanas al explorarlas en mi trabajo. La historia, la biología y la filosofía me fascinan y espero seguir aprendiendo, pero las disfruto más como practicante amateur. Si tuviera que elegir otra vivencia profesional de lleno, soñaría con ser músico, aunque con lo que he fantaseado desde pequeña es con el baile. En concreto bailaora de flamenco, ¡arsa!”
Por último, ¿en qué andas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy terminando un nuevo libro con Ekaré para los primeros lectores y están a punto de entrar dos álbumes en los que colaboraré con profesionales magníficos que garantizan un viaje lleno de descubrimientos. Me encantan estas inmersiones en otros campos que abren caminos antes encriptados, como le ocurre a Óliver. En cuanto a mis iniciativas personales, estoy pendiente de cerrar un proyecto propio especialmente “engatusante” que inicié hace diez años. Siempre hay ideas saltarinas esperando el espacio que necesitan, con muchas ganas de ser retomadas”.
Álbum Ilustrado
David Lorenzo y Lucía Belarte nos abren las puertas de ‘La panadería’

‘La panadería’ es una historia de tolerancia y solidaridad con unas sorprendentes ilustraciones que invitan a disfrutar de hasta el más mínimo detalle. Frente a los recelos y la desconfianza hacia quien es diferente o de procedencia foránea, esta fábula actual promueve la tolerancia, la diversidad, la integración y la ayuda mutua en aras de una sociedad mejor. Así nos presenta la editorial Kalandraka este álbum ilustrado de David Lorenzo y Lucía Belarte.
Buscando un lugar donde desarrollar su oficio como panaderos y formar parte de la comunidad, una familia de lobos deja la ciudad -un espacio hostil habitado por distintas especies de fauna salvaje que deambulan con rostro serio- para instalarse a las afueras de un pueblo cuyo vecindario está formado por animales domésticos. Aunque allí tampoco son bien recibidos, los protagonistas tratan de ganarse la confianza de la población. Ante un gran temporal que inunda las calles y las casas, la familia de lobos se une a todo el pueblo para colaborar en la limpieza del lodo, un gesto solidario que cambia la consideración negativa que les tenían.

‘La panadería’ se presentó al XVII Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado y su creación fue muy anterior a la trágica Dana de 2024 en Valencia. Desde un prisma infantil, el hijo mayor es el narrador de este relato emotivo que, a modo de flashback, describe las peripecias de la familia para salir adelante.
Lo primero, contadnos cómo nace este proyecto. Lucía Belarte: “Hace unos años surgió una idea en común con David sobre la historia de una familia de lobos que se debía mudar a una villa habitada por animales domésticos, en la que, al principio, no eran bienvenidos. En 2024 decidimos presentar el proyecto al Premio Compostela para álbumes ilustrados bajo el título de ‘La panadería’. Cuando salió el fallo del jurado y pedimos cita para ir a recoger los originales, nos informaron de que los tenía la editorial Kalandraka en su sede en Pontevedra. En una reunión con los editores nos dijeron que podrían estar interesados en publicarlo”.
¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? Lucía Belarte: “Es una fábula sobre la tolerancia y la aceptación del diferente, una invitación a no dejarnos llevar por los prejuicios. Una muestra de la solidaridad humana cuando se produce un desastre natural y también un homenaje a todas esas personas autónomas que saben lo difícil que es sacar un negocio pequeño adelante”.

David Lorenzo: “Respecto a la ilustración quiero indicar que he incluido muchos ‘easter eggs’ escondidos en las páginas, para que los más curiosos hagan descubrimientos en cada nueva lectura. Es algo que me encanta hacer, creo que se debe a mi pasión por el cine”.
¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Mi investigación fue sobre la labor de los panaderos, sus horarios, vocabulario preciso de la profesión, etc.”, nos cuenta Lucía. Para David Lorenzo “el proceso de creación de personajes fue bastante rápido, ya que Lucía y yo teníamos la misma idea en relación a la familia lobo. Traté de reflejar la ternura y el amor entre padres e hijos, el dolor y la nostalgia del viaje, el empezar de cero en un lugar diferente, la esperanza de un nuevo comienzo hacia un futuro mejor… Quería darle un trasfondo mayor a este relato, así que incluí pequeños retazos en las ilustraciones de la obra de Keith Haring. Meterme de lleno en su universo me sirvió para ahondar aún más en la idea de la tolerancia y la aceptación de lo distinto”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? “Creo que me decantaría por lo que me parecía todo un reto, que era darles vida a los protagonistas. Quería conseguir que, a pesar de ser animales antropomorfos, cualquiera de nosotros pudiese sentir el calor de esa familia e identificarse con las cosas que les ocurren”, asegura David Lorenzo.
¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Diría que realizar un álbum completo a grafito. -continúa David Lorenzo-. Es algo que he disfrutado a pesar de la cantidad de trabajo que supuso, debido a las dimensiones de las dobles páginas, así como a la cantidad de escenarios, personajes, textura del pelo/plumaje de los animales, etc. Había trabajado esta técnica con anterioridad, pero en ilustraciones independientes, nunca durante tanto tiempo seguido”.

¿Con qué técnicas trabajaste entonces? “Está elaborado íntegramente a lápiz de grafito y podéis creerme que he gastado unos cuantos lápices. Elegí el grafito porque siento que dota a las ilustraciones de cierta ambientación y nostalgia. Me gusta cambiar de técnica pictórica según el proyecto, porque creo que cada obra pide su propio medio. La historia, los personajes, el contexto… me condicionan mucho a la hora de decantarme por una u otra. Concibo la creación como un juego que despierta a ese niño interior que todos tenemos, y ¿a qué niño no le gusta jugar?”

Dadnos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. “Primero me centré en diseñar los personajes. Una vez que los tuve, creé el storyboard, donde Lucía participó activamente. Después de varias versiones y revisiones, amplié las imágenes de este storyboard para pasarlo al papel. Me gusta pasar las imágenes directamente del storyborad porque considero que conservan mayor frescura y espontaneidad. Ya en grande, detallé el dibujo, planteé la iluminación de cada escena y aquí comenzaría el proceso de sombreado a grafito”, asegura David Lorenzo.

¿En qué trabajáis ahora? ¿Algún proyecto nuevo? Lucía: “Sigo formándome, experimentando y escribiendo nuevas historias. Espero que alguna vea la luz el próximo año”.
David: “Estoy trabajando en un cómic/trilogía que verá la luz como obra completa y en un nuevo proyecto personal con Lucía del que todavía no podemos hablar”.
Álbum Ilustrado
Albert Asensio nos presenta a ‘La hija luminosa’

La Luna siempre está ahí, aunque no la estés mirando. Pero ¿cómo surgió? ¿Qué relación tiene con nuestro planeta? ¿Cómo conseguimos llegar a pisar su superficie? ¿Lo volveremos a hacer? Descubre el origen de nuestro satélite natural, sus características, la influencia que ejerce en la Tierra, y muchas anécdotas y misterios lunares más. ‘La hija luminosa’ es un álbum ilustrado de Eva van den Berg y Albert Asensio, editado por Flamboyant. Con Albert hablamos un poco más sobre este libro.

¿Cómo nació todo este proyecto? “El proyecto surgió de la propuesta de la editorial Flamboyant de poner imágenes a un libro didáctico que invita a descubrir los secretos y misterios de la Luna. La idea de acompañar a los lectores en un viaje por su historia y su simbolismo me resultó muy atractiva desde el inicio”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán con un recorrido por la historia y las características de la Luna: su origen, su relación con la Tierra, sus fases, las misiones espaciales que la han explorado y también anécdotas y referencias sobre la influencia que ejerce en los seres humanos, los animales y la vida en general”, nos cuenta Albert Asensio.

¿Qué te parecieron los textos de Eva la primera vez que los leíste? “Me cautivó la capacidad de Eva para convertir un tema científico en una narración cercana y accesible. Esa cualidad narrativa ofrecía un terreno muy interesante para explorar con la ilustración, pues aborda temas diversos y sugerentes en cada página”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? “Fue un proceso de documentación exhaustivo, consultando fuentes científicas y materiales gráficos: fotografías satelitales, imágenes de misiones espaciales, atlas lunares, entre otros -continúa Albert Asensio-. Paralelamente, fui desarrollando bocetos de las imágenes que surgían al leer el texto, procurando mantener un estilo y una narrativa gráfica coherentes tanto en el uso del color como en la composición”.

Esta es una temática que ya habías tocado en algún trabajo anterior… “Había trabajado anteriormente en proyectos vinculados con la naturaleza y el universo en ilustración para prensa, pero este es el primero en el que la Luna se convierte en la protagonista absoluta y en el marco de un libro didáctico”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “En estas páginas busqué un lenguaje visual marcado por una paleta de tonos que dialogara con el texto, la época y el contexto espacial, incorporando además un color de contraste que aportara un aire contemporáneo: en este caso, el magenta”, asegura Albert Asensio.

¿Con qué técnicas trabajaste? “ Trabajé con una combinación de técnicas tradicionales y digitales. Comencé con lápiz para captar texturas y matices orgánicos, y posteriormente integré esos elementos en un proceso digital que me permitió refinar la composición y añadir el color”.



Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Algunas ilustraciones surgieron de manera inmediata, mientras que otras requirieron varias fases de experimentación. Mi intención fue transmitir, por un lado, la atmósfera de la época a la que alude el texto -por ejemplo, los años setenta, con un aire retro-, y, por otro, reflejar gráficamente esa sensación de fascinación que provoca contemplar la Luna desde la Tierra”, afirma Albert Asensio.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente estoy trabajando en un proyecto para prensa sobre el futuro de la energía nuclear. Además, hacia finales de este año comenzaré a ilustrar dos nuevos títulos de la colección Hábitats, que publicamos junto con la editorial Juventud”.
Álbum Ilustrado
Marta Ponce da a conocer a las ‘Mujeres tatuadas’

Tatuarse la piel ha despertado fascinación y curiosidad desde los orígenes de la humanidad. Mucho más que un adorno, los tatuajes han tenido significados diversos según el contexto cultural y la época. Pero ¿qué ocurría con las mujeres que se tatuaban? ‘Mujeres tatuadas’ recorre la historia del tatuaje femenino, donde el cuerpo se convierte en un lienzo vivo y tridimensional. Conocerás a la mujer de Gebelein, la momia tatuada más antigua; a Maud Wagner, la primera tatuadora profesional; a Betty Broadbent, la mujer más tatuada del mundo; o a Olive Oatman, marcada por los mojaves en el siglo XIX. Vidas intensas y sorprendentes que revelan cómo el tatuaje ha sido, y sigue siendo, una huella de identidad y rebeldía. Un trabajo de Marta Ponce que edita Avenauta. Con Marta hemos hablado un poquito más sobre su trabajo en este libro.
¿Dónde está el origen de este proyecto? “Hace un año me tocó planear una exposición de obra original en la galería Creatitis de Madrid y quise hacer algo diferente a lo que suelo hacer. En ese momento estaba leyéndome un artículo sobre Chas Wagner, un conocido tatuador estadounidense de principios de siglo XX, y quedé tan fascinada por ese mundo de artistas, circos, tatuadores y tatuados rebeldes, que decidí hacer una investigación acerca de las mujeres en ese ámbito para darles visibilidad y unir tres de mis grandes pasiones: mujeres, historia y tatuajes. Así fue como presenté la propuesta a la galería para hacer la exposición: «Mujeres tatuadas». La exposición tuvo muy buena acogida y me apasionó tanto la investigación que había hecho que decidí ampliarla y presentar un proyecto de libro ilustrado”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontrarán un viaje a través de 20 vidas fascinantes. Un recorrido cronológico a través de 20 mujeres cuya piel es un lienzo que nos contará muchas historias -nos cuenta Marta Ponce-. Porque el tatuaje ha sido y es mucho más que un adorno y ha tenido significados diversos según el contexto cultural y la época. Desde las primeras momias tatuadas del Antiguo Egipto hasta las célebres «Venus tatuadas» de los siglos XIX y XX que desfilaban en circos y freak shows con rocambolescas historias sobre sus tatuajes. También conoceréis a la muchacha raptada y tatuada por indios, a la mujer más tatuada del mundo, a la primera mujer tatuadora o a la primera aristócrata en lucir tatuajes en una época donde una mujer debía ser recatada y discreta”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación… “Soy de ideas fijas, y cuando me obsesiono con un tema tengo que saberlo absolutamente todo sobre él, incluyo si no hay demasiada información -confiesa Marta Ponce-. Leí mucho, me pasé meses leyendo, investigando en libros, en internet, en artículos periodísticos. Encontré mucha información sobre la historia del tatuaje en términos generales, pero muy poca sobre las mujeres. Eso sí, el poco registro fotográfico que había me pareció fascinante. Partí de muchas fotografías icónicas de esas grandes rebeldes para las ilustraciones del libro, dándoles mi toque personal. Lo disfruté en grande”.

¿Cuál fue tu mayor descubrimiento tras toda esa investigación? “Me sorprendió que no se hubiera hablado más de todas esas mujeres, que de alguna manera fueron tan pioneras no solo en el mundo del tatuaje, sino en proclamarse dueñas de su cuerpo y su vida en unas épocas donde la mujer estaba muy encorsetada. ¡Incluso hablando de la segunda mitad del siglo XX! Me siento muy satisfecha y orgullosa de haber sacado a la luz a esas mujeres para el mundo las conozca a través de este libro”.
¿Con qué figura de las que aparecen en el libro te quedas o te identificas más? “¡Que difícil! Me resulta muy complicado decidirme por una, pero me sorprendió especialmente la historia de Olive Oatman, la muchacha raptada y tatuada por los indios. Y la apasionada tenacidad de Jacci Gresham, la primera mujer tatuadora afroamericana, un gran ejemplo de que el arte del tatuaje también puede servir para romper barreras raciales y de género”, asegura Marta Ponce.

¿De dónde viene esa atracción por el tatuaje? “Desde pequeña sentía fascinación por los tatuajes. Siempre iba llena de calcomanías cuidadosamente escogidas, luego de más mayor empecé a tatuarme con henna y ahora soy portadora de varios tatuajes que pese a no ser muy visibles, tienen significados muy potentes para mí. Mi afición por el tatuaje sigue y estoy diseñando mis próximos tatuajes”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que este libro va a sorprender porque he hecho una apuesta estética algo diferente de mis trabajos publicados hasta la fecha. Además se trata de mi primer libro como autora y con una temática más atrevida”, afirma Marta Ponce.

¿Con qué técnicas trabajaste? “En este libro he trabajado en técnicas exclusivamente analógicas: acrílico, tinta, grafito, collage”.
Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Desde que surgió la idea de la exposición hasta que entregué las ilustraciones estuve trabajando 9 meses en «Mujeres tatuadas», como una gestación. Fue un proceso muy ameno, en enero (con motivo de la exposición) ya tenía casi la mitad del libro hecho. Recuerdo que cada semana me «obsesionaba» con una de las mujeres y recopilaba toda la información que podía sobre ella, miraba sus fotografías una y otra vez y me empapaba de su contexto social y cultural”, cuenta Marta Ponce.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy diseñando un mural para la ciudad de Fuenlabrada (Madrid) que me llevará todo el mes de octubre (sí, ¡también soy muralista!). A la vez me encuentro inmersa en un proyecto personal de libro ilustrado que me llevará bastante tiempo y estoy creando merchandising y productos con mis ilustraciones para presentar y vender en las próximas ferias de arte y Navidad”.
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