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Cómic

Kenny Ruiz y la metáfora de Cira ‘Dos Espadas’

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Kenny Ruiz

Norma Editorial nos invita a conocer a ‘Cira Dos Espadas’ en una nueva edición integral. Una nueva edición, revisada y remasterizada, de este manga de capa y espada lleno de acción obra de Kenny Ruiz. Pese a su habilidad con el acero, su baja cuna y su relación con una banda de ladronzuelos le impiden entrar en la elitista Escuela Unicornia para convertirse en una Primera Espada. Pero ella no piensa cejar en su empeño, aunque un fortuito encuentro con dos espadachines salidos de las leyendas cambiará su destino para siempre… y pondrá a todo lo que ama en peligro de muerte. Así nos presenta la editorial esta edición integral. Hablamos con Kenny Ruiz de este y de otros de sus trabajos.

Kenny Ruiz

¿Cómo nació este personaje? “Cira. El personaje principal de ‘Dos Espadas’ es una traslación de mi personalidad como dibujante, pero contado en calidad de esgrima. O sea, a mí me apetecía o necesitaba, más que me apetecía. Necesitaba explicar el proceso que yo estaba siguiendo en aquel momento de intentar dibujar cómics como a mí me gustaba dibujarlos, pero adaptarme al formato, a la industria del cómic franco-belga, que estaba muy lejos de lo que yo quería hacer. Entonces, creía que podía hacer algo interesante en esa industria, pero no sabía muy bien cómo”. 

Kenny Ruiz

“Y esa incertidumbre me parecía interesante de tratar, de trasladarla de alguna forma para, primero, yo explorarla, a ver qué sentía yo en todo eso e intentar sacar algo en claro -continúa Kenny Ruiz-. Porque creo que muchas personas se sentirían igual, intentando ser ellos mismos, pero al mismo tiempo adaptarse a lo que la gente les exige. Pensé que era un sentimiento muy global. Me parecía guay hablar de eso. Pero iba a ser bastante aburrido si contaba la vida de un dibujante. Entonces, encontré una metáfora a través de la esgrima. Y, en realidad, lo que le pasa a Cira de tener un estilo mezcla de un montón de cosas, pero aspirar a ser una gran esgrimista, una primera espada, en un mundo en el que le exigen ser diferente, explicaba bastante bien lo que yo estaba sintiendo. Así que, en realidad, Cira era mi traducción al mundo de la épica”. 

Kenny Ruiz

¿Qué se van a encontrar los lectores en esa edición integral? “Es toda la serie que hice hace diez años, entre 2014 y 2017. Hice cuatro tomos de la serie que cuentan dos arcos completos de la aventura de Cira. En ‘Dos espadas’ podemos seguir al personaje desde que comienza, desde que tiene su llamada a la aventura. Y encuentra su camino y cómo se desarrolla, va creciendo como esgrimista.Y, en el segundo arco, cuando se enfrenta al peor de sus miedos. El segundo arco, que sería el cuarto tomo, el final de este cofre, cerraba una etapa muy fuerte de Cira. A mí me hubiera gustado que la serie continuara, pero la vida… Así que se quedó solamente en eso. Si compras el cofre que ha sacado Norma editorial ahora, tienes la totalidad de la historia que yo pude dedicarle a este universo”, nos cuenta Kenny Ruiz

Kenny Ruiz

A la hora de trabajar, ¿qué técnicas utilizaste para la historia de Cira? “Toda esa época fue pre Clip Studio, entonces yo trabajaba en papel. Aquí yo estaba entintando con rotuladores Unipin y en A3, con un montón de páginas, y trabajaba con Rubén Candel, que es un gran ilustrador y siempre me ha hecho de asistente, que en aquel momento tenía mucho más trabajo que ahora, porque escaneaba las páginas, ponía líneas cinéticas, los diálogos… Al ser trabajo material, había mucho trabajo de preparación de la página, que lo hacía Rubén y venía a mi casa y nos pasábamos toda la tarde entintando y poniendo música y jugando videojuegos, pero sobre todo muy concentrados. Y lo que intenté con ‘Dos Espadas’ fue trabajar al ritmo japonés”.

“En aquel momento yo quería aprender a hacer manga como lo hacen los japoneses y sabía que una de las grandes exigencias es que allí se trabaja mucho más rápido que en Europa, así que yo me autoimpuse hacer un tomo en cuatro meses, que era el tiempo que se suele tardar en un manga -confiesa Kenny Ruiz-. Y así lo hicimos. Pero todo en papel y muy sufrido, pero muy contento con cómo quedó, la verdad”.

Kenny Ruiz

“Ahora es totalmente distinto, claro. Ahora cambio… Clip Studio es un software que en aquel momento estaba en proceso y cuando ya creo que maduró, digamos, ha otorgado un montón de herramientas que hacen que el entintado sea muy natural y que la sensación se parezca mucho a la que tienes cuando estás entintando en papel y agiliza infinito los procesos más técnicos. El entintar y el dibujar sigue siendo igual, tienes que hacerlo tú y no hay atajos, pero las líneas cinéticas, los bocadillos, el marco de página, estas cosas que nunca piensas en ellas cuando estás formando, en realidad se llevan muchísimas horas de trabajo. Y con software las hacemos más rápidas. Y la situación de la industria ahora exige ser muy rápido. Así que me pasé al dibujo digital y a este software y desde entonces todo lo hago así”.

Kenny Ruiz

¿Cómo fue el trabajo de documentación para este trabajo? “Muchísimo, sobre todo porque yo no diferencio la documentación del proceso creativo. La documentación forma parte, porque cuando me voy documentando voy descubriendo cosas que generan nuevas ideas. No trabajo creando un guión y una vez que está sólido busco las cosas que necesito, sino que mientras que estoy escribiendo voy leyendo cosas, y esas cosas producen nuevas ideas -afirma Kenny Ruiz-. De hecho, con ‘Dos Espadas’ fue un caso muy emocionante porque en realidad con muchos de los personajes empezaba porque había encontrado una espada que me parecía preciosa y buscaba cómo se había hecho, a quién pertenecía, qué tipo de ejército. Recuerdo que me pasó mucho con los húsares. El sable húsar es muy bonito y es muy diferente de un sable de un tercio español o de un florete francés. Y al leer quiénes eran los húsares, cómo lo utilizaban, luchaban a caballo, este tipo de duelos, lo reconocí enseguida de películas que había visto como Barry Lyndon o Los Duelistas, donde aparece esa espada que me pareció tan bonita. Y ahora resulta que tiene toda una mitología detrás, y al documentarme sobre ella enriquece el personaje en el que estaba trabajando. Así que, sobre todo, yo creo que siempre me pasa, pero en concreto en ‘Dos Espadas’ la documentación era la escritura del propio guión”.

¿Qué nos puedes contar de tu trabajo en ‘Hijos del trueno’? “Sí, mi nueva serie, ya es la segunda vez que utilizo la mitología como herramienta porque ya estuvo en ‘Telemaco’, y con Los Pequetruenos, que yo creo que lo vamos a llamar así, ojalá en español pronto, pero en Francia se llama ‘Fils du Tonnerre’, que es Los Hijos del Trueno, pues adaptamos los relatos nórdicos de la manera más fiel posible. Pero hemos encontrado que si te los imaginas protagonizados por niños de siete años en vez de por tíos brutacos y bien hechos, tiene más sentido. O sea, a diferencia de la mitología griega, la nórdica está llena de travesuras, toda la mitología nórdica son trampitas, engaños.…”, nos cuenta Kenny Ruiz.

Kenny Ruiz

“Entonces cuando empezamos a trabajar aquí, Toussaint y yo, en que queríamos hacer algo de mitología nórdica, él me propuso hacerlo con niños. Me dijo, es que yo creo que si son niños, tiene más sentido. Y yo tengo dos niños pequeños, entonces de pronto me cuadraba todo mucho. Y además me identifiqué mucho con Odín, que es el padre de todos y que está soltero la mitad del año porque su mujer está en otro lado y tiene que lidiar con todo esto. Y al principio yo quería llamarlo Odín padre soltero, pero al final aquí me convenció de que Thor fuera el protagonista. Así que lo estamos pasando muy bien porque en realidad son anécdotas mitológicas, pero tratadas con la ingenuidad de un niño”. 

Kenny Ruiz

Y también me gustaría que me dieras alguna pincelada de este nuevo trabajo que hemos conocido del universo de Star Wars, lo que puedas contar. “Todos sabemos que estas grandes franquicias conllevan unas grandes responsabilidades. Pero es cierto… Claro, un gran poder. Pero es cierto que vamos a hacer un manga que se llama ‘Path of the Lightsaber’ y que escribo y dibujo, y que es todo lo que yo había soñado hacer en mi vida y que probablemente sea el cómic más interesante a todos los niveles que he podido hacer hasta ahora. La experiencia está siendo muy, muy motivadora y estoy muy, muy contento con cómo está quedando”. 

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Cómic

Joaquín López Cruces, Enrique Bonet y ‘El otro mundo’

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Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

Verano de 1933. Un reducido grupo de estudiantes y maestros llega a Neveros, una remota aldea de la Alpujarra, enviados por el gobierno de la Segunda República para desarrollar allí uno de sus proyectos culturales más ambiciosos: las Misiones Pedagógicas, con las que quiere hacer llegar a los campesinos un inmenso patrimonio cultural al que nunca han tenido acceso -la música, el teatro, la poesía, el arte…-. En sesiones cargadas de magia, les descubrirán el cine y sus asombrosas proyecciones; les ofrecerán charlas sobre sus derechos y deberes como ciudadanos de la República, y les dejarán el rastro imperecedero de una biblioteca de libros y discos de pizarra. Con mucho esfuerzo, los viajeros se irán ganando la complicidad y el entusiasmo de los aldeanos, especialmente de los niños; pero también la hostilidad y la desconfianza de quienes ven amenazadas sus ideas, sus creencias y sus formas tradicionales de vida…

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

El otro mundo’, editado por Astiberri, se inspira en la experiencia real de la Misión Pedagógica desarrollada en varios pueblos de la Alpujarra granadina en agosto de 1933, entre cuyos miembros se encontraban el cineasta José Val del Omar y el escritor y poeta Antonio Sánchez Barbudo. Enrique Bonet Joaquín López Cruces indagan en los efectos del choque cultural entre dos mundos que siempre se habían dado la espalda, y en el enfrentamiento entre los anhelos de transformación social y la feroz resistencia al cambio y la pérdida de privilegios. Con ellos hablamos una mañana, en una cafetería junto al Arco de Elvira, en Granada, en una cafetería con libros que gestiona una familia gazatí. En las siguientes líneas tenéis algunas pinceladas y reflexiones alrededor de este trabajo.

¿Cuántos encuentros como este, aunque solo entre los dos, ha habido? “Alguna que otra, pero también muchas digitales, evidentemente, con mucho WhatsApp y mucho correo electrónico”, comenta Enrique Bonet. “Recuerdo que tuvimos la primera reunión, eso ya lo hemos contado varias veces, y esto fue por culpa de Munuera, fue el que nos lió. Fue en una reunión con varios dibujantes y cerveza -continúa Joaquín López Cruces-. Llevaba tiempo queriendo hacer un cómic largo, porque desde el primero que hice, hace más de 30 años, solo había hecho cosas más pequeñitas. Tenía mi propio proyecto, pero nada, eso de trabajar en solitario es muy complicado. Y fue Munuera el que me dijo que Enrique tenía un proyecto muy interesante”.

‘Le pedí a Enrique que me contara, pero me extrañó también un poco, porque siendo dibujante, y le dije: “¿no lo quieres hacer tú?” Y me dijo, no, no, estupendo”. “Yo llevaba tiempo dándole vueltas a la cabeza, con esta idea, con este proyecto de las misiones. Llevaba casi un año reuniendo documentación, pero no arrancaba con el guión”, apunta Enrique. “Si lo dibujas tú, no me lo pienso.Porque Joaquín, él lo sabe, ha sido uno de mis referentes o de mis maestros”.

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

¿El proceso de documentación? Enrique Bonet: “Yo había reunido mucha documentación escrita, empecé a informarme sobre las misiones, porque en internet había muchísima información, muchos artículos, y luego un libro que fue la fuente fundamental de información, tanto para mí como para Joaquín, que es un catálogo de una exposición que hizo la Residencia de Estudiantes hacia 2006, muy rico en imágenes y fotos. Es un libro muy bien editado. Fue un incentivo también para empezar a meterme en el mundo gráfico. Porque a mí esta idea surge gráficamente. La primera idea fue viendo imágenes que encontré por casualidad, y vi las primeras imágenes de un pequeño documental rodado por Val del Omar. Y esas primeras imágenes fueron las que me abrieron la pista y lo que me motivó a hacer la historia”. 

“También unida al tema de la Alpujarra -continúa Joaquín López Cruces-, que es un mundo que conozco bastante. He ido muchas veces y me parece también muy sugerente para dibujarlo”. En este momento comentamos cómo se refleja la singularidad de esta comarca granadina en una doble página, en la que Joaquín nos traslada casi a vista de pájaro a la plaza del pueblo… “Sí, eso fue gracioso, hacer la doble página fue una sugerencia de un amigo, de Javier de Isusi, el dibujante. Le enseñé las páginas que llevaba, y esa ilustración era una media página. Y me dijo, “estás loco, ponlo más grande, eso merece más”. Entonces, empecé a pensar, hice la prueba, y claro, tenía razón. Pero eso me obligó a retroceder, para que eso fuera una doble página, tuve que volver al principio y rehacer muchas cosas. Pero se lo agradezco, porque es una doble página que le gusta mucho a la gente. Además al lector le ayuda a descansar un poco, a situarse, a entender ese momento, hay como un cambio de ritmo, narrativamente funciona muy bien”. 

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

Una de las esencias de la historia es ese momento previo a la Guerra Civil, en el que ya algo se palpa en el ambiente. “Realmente el objetivo de la historia es contar ese momento en el que ya la gente no se ponía de acuerdo, la gente no hablaba, sino que empezaba a haber un enfrentamiento en el que el diálogo parece que era imposible”, señala Enrique Bonet. Y, claro, el papel de las misiones era todo lo contrario, era la idea de llevar la cultura, el diálogo, la razón, de extenderla a todos los rincones, y te encuentras con esa realidad donde el país ya empezaba a estar dividido y partido. Que, además, tiene unas lecturas muy contemporáneas también, desgraciadamente. Quizás no era la intención, alprincipio, no teníamos esa idea, pero luego te das cuenta de que estamos casi reflejando un momento”. 

“Una cosa que me ha gustado mucho, a la hora de todo el desarrollo del libro, es que muchas de las cosas que han ido ocurriendo con el libro han sido, no digo casuales, sino que la propia estructura de la historia, los propios elementos que Joaquín iba aportando, van construyendo la historia. Al final, es todo como muy orgánico”. 

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

“No había cosas premeditadas, sino que han sido hallazgos que hemos ido encontrando, conforme el guión se iba construyendo y la historia iba creciendo también gráficamente. Aparte que yo he hecho una cosa que creo que no hay que hacer, que es que lo he dibujado por orden y página por página, y la primera parte incluso sin que se hubiera acabado el guión. Por eso, quizás, tiene ese aspecto orgánico, que ha ido desarrollándose”, indica Joaquín López Cruces.

“Él me ha sugerido cambios de dibujo, yo le he sugerido cambios de guión… Yo tenía una estructura básica desde el principio, que fueran tres días, tres actos, sabía cómo empezaba, cómo acababa, sabía más o menos lo que pasaba en medio, pero el desarrollo de todo eso lo fui desgranando poco a poco. Lo del color, también fue surgiendo. Me gustó mucho cuando Álex Romero dijo que parecía hecho por una sola persona, lo lees y no se nota que hay dos autores, y eso me encanta porque yo también lo veo así, y además pienso que esa es la magia de trabajar con alguien”.

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

Después hablaremos un poco más del uso del color, pero me gustaría también que habláramos de la figura del maestro. “Hay una frase cuando llegan al pueblo y los recibe el maestro, es el que recibe a la misión, porque las autoridades estaban en otras cosas, y uno de los componentes de la misión dice: “nadie mejor que un maestro para representar a la República”. Creo que esa es una de las claves también de la historia, el papel que hizo la República en ese sentido”, nos comenta Enrique Bonet. “Era un apoyo, todo ese suministro de libros, era para apoyar a la escuela y al maestro, para que tuviera herramientas. Las misiones, yo las veía como una extensión de la escuela pública, de ese intento que hizo la República y en el que invirtió muchísimo esfuerzo en dignificar el papel de los maestros, en crear escuelas, y que esas escuelas enseñaran de una determinada manera. Y las misiones eran un poco una extensión de esa política”.

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

“A mí lo que me gustaba de los proyectos de las misiones, entre otros, como el de La Barraca, que es más conocido, es que éste era un plan sistemático y un plan muy bien pensado, muy bien programado, muy planificado, y con una intención a muy largo plazo -continúa Enrique-. Lo que siempre pedimos en las políticas culturales, que no se suele hacer, aquí era una cosa muy a largo plazo, sabiendo que esto no iba a dar un resultado inmediato. Eran semillas. Y lo que contamos nosotros, la misión ha pasado por ese pueblo, ha dejado una semilla, y algo va a pasar ahí, personificado en esta niña, en Lucía, lo que recibe, pero no solo ella, porque el resto de los niños también, al final cambia su vida”. 

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

Vamos con el color, que lo marcan la niña, Lucía, el pelo de María y el fantasma… “Es como una V, porque es Lucía la que se relaciona con las otras dos -nos cuenta Joaquín López Cruces-. Fíjate que ni siquiera en el guión estaba eso, tampoco son exactamente protagonistas, porque María es una más de las misiones. Pero a mí me gustó, ya que teníamos una pelirroja, que es la que da ese color rojo, unirla con las otras, me parecía que era interesante. Al principio, yo pensaba hacerlo en blanco y negro, pero claro, una pelirroja en blanco y negro, cómo se indica, cómo se cuenta, es relevante que sea pelirroja, porque también añade ese punto de extrañeza a los lugareños… Pensé hacerla a dos tintas, hice bastantes pruebas, a ver cómo quedaba, pero en el fondo era como un reto para mí, porque siempre he sido más dibujante de líneas, de blanco y negro. Al final me obligué a trabajar con una paleta pequeña. Que no fuera blanco y negro, pero mitigarlo de manera que el rojo destacara”. 

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

¿Y las técnicas? “Hice bocetos a lápiz, pero en una libreta aparte, y luego las páginas están dibujadas directamente en un iPad. A veces fotografiaba los bocetos con el mismo iPad o escaneaba alguna cosa, si lo tenía muy trabajado prefería escanearlo y lo calcaba”, afirma Joaquín López Cruces.

¿Y el fantasma? “Bueno, esta es una historia de ficción, estamos fabulando, estamos en un mundo donde se van a mezclar elementos mágicos con elementos reales y quería jugar desde el principio en ese terreno, no de la fantasía, pero sí donde, como fabulador, nos permitía hacer cualquier otra cosa. Y si conseguíamos que el lector ya desde el principio entrara en ese juego, pues ya eso nos daba una herramienta. Tenía claro desde el principio que quería mezclar el tema de la magia, quería que aparecieran elementos mágicos y en la Alpujarra eso también estaba muy presente”, asegura Enrique Bonet. “Y en ese mundo pensé rápidamente en este fantasma, que nos permitía, por un lado, tener el contacto con la niña, como la niña era muda, la niña no hablaba, el único personaje con el que mantiene cierto diálogo es con este fantasma, aunque ella no habla, pero hay un diálogo entre las dos, y permitía introducir esas pinceladas de lo que está por venir, del futuro y también esa referencia al pasado sangriento de la Alpujarra. Con todas esas claves se va construyendo ese personaje. Y luego la aportación de Joaquín, que fue fundamental, a la hora de darle forma a ese fantasma, que yo lo había imaginado de una manera totalmente distinta…”.

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

“Yo, en vez de poner a una señora andando, la envolví en sudarios, me documenté en esculturas griegas, porque era lo que me sugería a mí alguien envuelto así, en vendas, no iba a poner a la momia, pero tampoco a una señora muy bien arreglada. Esta mujer se ha despertado, la han sacado de ahí, pues estará envuelta así… Y luego, no sé, la primera vez que la puse andando, la subí unos centímetros por encima del suelo, y ya la hice que volara y todo. Pero yo pienso que sí, que si eres un fantasma, qué menos que puedas volar, no tienes esas limitaciones que tenemos en vida”, sonríe Joaquín López Cruces.

El otro mundo’ cuenta además con un sugerente apéndice de 16 páginas escrito por Enrique Bonet, que incluye diverso material gráfico y ubica lo que fueron las Misiones Pedagógicas que se desarrollaron en la Segunda República española. Un extra sobre el qué, y el quién es quién de aquel proyecto de promoción de la cultura que llegó a miles de pueblos y aldeas de España y que se desmanteló con la instauración de la dictadura franquista al fin de la guerra civil. También en esta parte del libro podemos disfrutar de los bocetos de Joaquín… “Tenía claro que quería meter algún tipo de complemento, de contextualización de las misiones -afirma Enrique Bonet-. Porque eso me permitía, también, no tener que explicar cosas en el tebeo. Habrá gente que se lea esto y quiera saber algo más, pero no se lo voy a contar en la historia”.

Joaquín López Cruces y Enrique Bonet
Joaquín López Cruces y Enrique Bonet

“La mayoría de bocetos son de la libreta, claro. Así es como yo trabajo, subo aquí las paginitas que hago antes de meterme en faena. Primero los hago sin páginas ni nada para ver si funciona la lectura de las viñetas, luego ver cómo encajan en la página… Tiene una parte que siempre es más rica el boceto”, añade Joaquín López Cruces.

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Cómic

Marina Velasco y su trabajo en ‘Mientras sea verano’

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Marina Velasco

El verano es una época de oportunidades, capaz de crear situaciones que en ningún otro momento se darían. En Almajadilla, un pequeño pueblo ficticio que aúna la cultura mudéjar aragonesa y la herencia andalusí del sur, coinciden dos mujeres de generaciones y vidas muy distintas. Lejos de chocar, crean un fuerte vínculo gracias a la búsqueda conjunta del amor propio: Fina, vecina y trabajadora del pueblo, nunca lo ha conocido; a Berta, recién llegada de la ciudad, se le ha arrebatado a la fuerza. ‘Mientras sea verano’, editado por Salamandra Graphic, es una historia que homenajea la cultura popular, celebra la diversidad y pone en valor el conocimiento transmitido entre mujeres. Con su autora, Marina Velasco, hablamos en las siguientes líneas.

Marina Velasco

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El proyecto surge de las ganas de reflexionar sobre las posibles relaciones que se darían si nos detuviéramos a conocer verdaderamente a las personas de nuestro entorno (compañeras de trabajo, vecinas, etc…). Personas con las que compartimos gran parte de nuestro día y, sin embargo, apenas conocemos”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontrarán dos historias de crecimiento. Dos mujeres, totalmente opuestas, que coinciden en un pueblo recóndito de España. Movidas por su necesidad mutua de compañía, entablan una relación que les hace reflexionar y aprender sobre el cuidado. Todo ello contado desde la cotidianeidad y el humor. Acompañado de las sorpresas, el color y la magia que una DragQueen inesperada trae a sus mundos”, nos cuenta Marina Velasco.

Marina Velasco

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Esta obra se aleja del carácter documental de «Que no se olvide«, introduciéndose en la ficción. Por ello el inicio del proceso tuvo que ser muy diferente. El primer trabajo era dar vida y personalidad a los personajes. Algo que, para mí, empieza en mi mente: creé tres personajes que dejé habitar mis pensamientos a su modo; observando la manera en que interactuarían unos con otros en la vida real y planteando situaciones ficticias con las que ir desarrollando su personalidad y su forma de expresarse -continúa Marina Velasco-. Una vez tuve los personajes y las motivaciones de la historia claras, llegó la hora de materializarlo. Para ello tengo un cuaderno, reservado exclusivamente a esta obra, que fui llenando de bocetos, ilustraciones, anotaciones de guion, etc.”.

Háblanos un poco más sobre cómo nacen estos personajes. “A pesar de ser personajes o historias ficticias, me gusta que mi trabajo nazca siempre de la realidad y de mi percepción del mundo. Observo el entorno, buscando detalles y fragmentos de historias que llamen mi atención y las anoto en mi cuaderno. Los personajes de «Mientras sea verano» nacieron de una de esas observaciones. Una breve situación en la que pude ver cómo el mundo de una mujer rural, que apenas conocía lugares fuera de su pueblo, se puso patas arriba al chocar, de manera inocente y genuina, con la comunidad LGTB”

Marina Velasco

¿Con cuál te identificas más? o ¿Qué hay de Marina en estos personajes? “Por edad, me es más fácil identificarme con Berta. Pero tengo un cariño enorme a Fina. Podría afirmar que Fina ha ido absorbiendo su ternura desbordante de mujeres imprescindibles en mi vida. Creo que es imposible descubrir a Fina y no quererla”, confiesa Marina Velasco.

¿Qué relación tienes (si la hay) con ese mundo rural que se muestra en el cómic? “Los veranos de mi infancia han trascurrido en un pequeño pueblo aragonés. Un lugar perdido en el monte, en el que la vida sucede ajena a la velocidad y la locura de las ciudades. Conforme crecí, mi vida se desplazó a Madrid y ninguno de los pueblos que yo veía a su alrededor se parecía a los pueblos de mi memoria. Eran grandes, con carreteras recorriendo sus calles y con tantos habitantes que no podían conocerse todos entre ellos. Por trabajo, me marché una temporada a la zona rural de Almería. Y para mi sorpresa, allí, en la otra punta de la península, los pueblos eran iguales a los que tanto conocía. Pueblos pequeñitos, llenos de cuestas, de rincones en los que ni los coches ni las prisas pueden entrar, con una historia propia en la que todos sus habitantes son protagonistas. De esa gran sorpresa surge el pueblo de esta historia, Almajadilla. En el que se mezcla la herencia Andalusí con la Mudéjar, el sur con el norte y nos da como resultado un lugar que podría estar en todos y en ningún sitio de España”.

Marina Velasco

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Mis ilustraciones están siempre marcadas por la búsqueda de la expresividad. No pretenden ser anatómicamente correctas o fieles a la realidad, sino que deforman la perspectiva y las proporciones para ganar expresividad y narrar a través de los cuerpos. En esta obra, busco además explorar con mayor profundidad el lenguaje del cómic. Parto de las composiciones de viñetas más clásicas y juego con ellas para crear páginas dinámicas llenas de color y movimiento”, afirma Marina Velasco.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Al igual que en mi obra anterior, parto del dibujo analógico. Me gusta mucho la fuerza y la expresividad que los materiales dejan sobre el papel. Creo todas las ilustraciones en papel, empleando lápiz y manchas de tinta. Seguidamente escaneo los dibujos y les añado el color de manera digital”.

Marina Velasco

Nos ha llamado mucho la atención y nos ha encantado ese recurso que has utilizado en algunas viñetas para describir algunas acciones o movimientos, a través de flechas discontinuas, y nos gustaría que nos hablaras un poco de este recurso. “Ese recurso viene de mi pasión por el movimiento. Me encanta jugar con las diferentes maneras de representarlo -comenta Marina Velasco-. Por ello, en la obra podemos ver figuras que se duplican, como si se superpusieran los fotogramas de una animación tradicional. O cuerpos de los que salen numerosos brazos, siguiendo el movimiento que realizan cuando gesticulan al hablar. Las flechas acompañan estas estrategias. En algunos casos enfatizan el dinamismo y guían el movimiento de la propia ilustración. En otros, adquieren un valor más irónico, recalcando detalles que ya son obvios para el espectador”.

Marina Velasco

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Después de haber publicado dos libros en 2025 («Mientras sea verano» y «Luna por encima de todo«), ahora estoy tomándome un pequeño descanso antes de ponerme manos a la obra con los siguientes proyectos editoriales que tengo en mente. Mientras tanto, sigo trabajando en proyectos artísticos de otra índole, como mi colaboración con La Pulpería, espectáculo de la DragQueen Lucy Octopussy, que dibujo en directo y para el que realizo toda la cartelería; el diseño del cartel del XXIV Salón del Cómic de Zaragoza; o intervenciones artísticas para el Festival Asalto de arte urbano”.

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Ken Niimura habla de la vida en Tokio en ‘Henshin’

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Ken Niimura

Henshin’ significa “transformación” en japonés, y en las trece historias que componen este manga, las decisiones y los acontecimientos -ya sean trascendentales o aparentemente insignificantes-, cambian la vida de las personas que buscan su camino en el Tokio moderno, desplegando a su paso una visión única de la vida japonesa. La imaginativa narración gráfica de Ken Niimura -ganador un Premio Eisner por ‘Umami’ y, junto con el guionista Joe Kelly, del Premio lnternacional de Manga por ‘Soy una matagigantes’ (Astiberri, 2024)- se adentra en las vidas emocionales de sus personajes, desde un niño con poderes peculiares o un empleado que pierde el último metro, hasta una chica solitaria que busca una nueva vida en la gran ciudad… Historias que van del costumbrismo al thriller y de la comedia al drama para reflexionar sobre la constante transformación que supone la vida. 

Esta edición de Astiberri actualizada cuenta con una nueva portada y 32 páginas de extras con una muestra del proceso de creación desde el primer storyboard, los diseños de personajes y un capítulo completo a lápiz, que no estaban en la edición original de 2013. Sobre este trabajo hemos charlado un poquito más con Ken Niimura, y este es el resultado.

Ken Niimura

¿Dónde está el origen de este proyecto? “Este proyecto se serializó en la web de la revista Ikki, de la editorial Shogakukan, porque conocí a Taiyo Matsumoto, que es un autor que me encanta y trabajaba en esta revista, en el salón del manga de Barcelona del 2009 . “Henshin” se realizó en 2013, a lo largo de un año entero, a razón de un capítulo por mes”, nos cuenta Ken Niimura.

“Me presentó a su editor, al que le gustó mi trabajo. Habían visto sobre todo ‘I kill Giants’, y me propusieron hacer algún proyecto juntos. Después de varias pruebas con algunos proyectos fallidos, que al final no acabaron de cristalizar, me propusieron trabajar en un proyecto compuesto de 12 capítulos, a lo largo de un año entero, que se publicarían en su página web. Después de dar muchas vueltas, decidí que quería hacer un proyecto que hablara un poco del día a día de mi vida en Tokio, que fuera una especie de diario de mis experiencias allí”.

Ken Niimura

¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? “Son historias cortas, de corte costumbrista, con un punto un poco fantástico y a veces surrealista, que hablan de la vida en la gran ciudad, y en la que sus personajes pasan todos por un proceso de cambio. La palabra Henshin en japonés quiere decir transformación o cambio, y es de alguna manera también la premisa de toda historia corta, donde un personaje atraviesa un cierto tipo de transformación”, asegura Ken Niimura.

“En Japón es muy habitual que a los autores nóveles se les encarguen historias cortas antes de comenzar a hacer un proyecto largo. Con mi editor llegamos a la conclusión de que merecía la pena trabajar en historias cortas para ir viendo un poco cómo me defendía con ellas, y el resultado fue este libro”. 

¿Qué hay de Ken en estas historias? “Creo que estas historias funcionan un poco a modo de diario. Comparo un poco a veces el proceso de creación de este cómic con lo que se llama comida de mercado, como los chefs que van a un mercado, ven los ingredientes que hay frescos ese día y con eso preparan un plato. Eso en este proyecto se traduce en que yo estaba viviendo en Tokio, y lo que hacía era un poco tomar elementos de cosas que había visto y vivido, y trataba de crear una historia nueva con cada uno de ellos. Lo que hay de mí es, probablemente, mi mirada sobre el Japón de ese momento”, confiesa Ken Niimura.

Ken Niimura

¿Con cuál de ellas te quedas? ¿Cuál es tu favorita? “Creo que mi favorita es una que creo que en español se llama ‘El gatito y yo’, que es una historia semi-autográfica. Yo vivía en ese momento en una casa, y había un gato que venía a menudo a mearse fuera de mi casa, y de alguna manera se estableció una relación entre yo y este gato que nunca veía, porque siempre venía cuando estaba durmiendo, fuera o trabajando. Fue la primera historia de corte semi-autobiográfico que realicé para este proyecto, y si te digo la verdad, lo realicé con bastante miedo, pensando que el editor me lo iba a echar atrás”.

“Sin embargo, -continúa Ken Niimura-, fue una de las pocas historias que casi me aprobó de manera automática. Es una historia de las que más me gustan, quizás por el elemento personal”. 

Ken Niimura

En alguna de ellas prescindes de las palabras, ¿por qué? “Estas historias cortas se publicaron inicialmente en la web de la revista. Daba por hecho que cuando se publicaran, y yo anunciara la publicación de cada historia en mis redes sociales, la gente vendría a verla, incluso lectores que no hablaban japonés. Uno de los objetivos que me establecí fue tratar de que cada historia tuviera un elemento visual divertido o interesante, para que incluso aunque la gente que no hablara el idioma encontrara algo que les divirtiera, al margen de lo que se transmite a través de los textos. Con mi editor lo que acordamos fue, por lo menos, hacer una historia que fuera completamente sin palabras para que todos pudieran disfrutarla”.

“Se trata de la historia que se llama ‘La primera nevada’, que en su versión original online la hicimos en formato webtoon, un scroll vertical continuo en el que las diferentes viñetas se iban encadenando, como una manera de aprovechar las ventajas de publicar en formato digital”. 

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, documentación, de pruebas, no sé si de dibujos, en algún cuaderno, etc. “Hubo mucho más de lo que se puede apreciar a simple vista, porque con este editor creamos dos proyectos previos a ‘Henshin’ que al final no cuajaron. Creo que estos proyectos, que eran muy diferentes en su temática y naturaleza a ‘Henshin’, fueron el trabajo previo, porque decidí hacer ‘Henshin’ como reacción a estos dos proyectos. En Japón el trabajo con el editor se hace todo en torno al storyboard, y por lo tanto lo que hacía en cada caso era realizar un storyboard, presentárselo al editor, discutir con él el contenido, e irlo puliendo poco a poco. Una vez que teníamos el story, es cuando ya me ponía a trabajar en la parte visual, con lo cual el guión o la idea de fondo era un poco el germen de cada una de las historias”, afirma Ken Niimura

Ken Niimura

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de diferente con respecto a otros trabajos? “Cada historia tiene un estilo diferente, hechas con técnicas distintas, un poco en la extensión de esta idea que te comentaba, de que se utilizan mucho aquí en Japón las historias cortas como elemento para ir fogueando a los autores. Aproveché esa premisa a fondo y lo que me planteé fue que cada historia tuviera un estilo diferenciado, una técnica diferente, para poder probar cosas en estas historias.”

¿Con qué técnicas trabajaste? “Hay historias que están hechas todas con rotuladores, otras con plumilla, a lápiz y pincel también. Están todas acabadas en digital, en Photoshop”.

¿Por qué decidiste incluir al final unas páginas dedicadas a la creación de los personajes y el proceso? “Me gusta pensar no solamente en los lectores, sino en gente a la que le guste conocer el proceso de creación de una obra, como quien mira un poco los extras de una película, y también para posibles futuros autores que, o bien quieran ver un poco cómo trabajo”, asegura Ken Niimura.

Ken Niimura

“Tanto en ‘I Kill Giants’ (‘Soy una Matagigantes’), como en Sargento Inmortal, hay una sección bastante extensa de extras, hablando del proceso creativo, y apliqué esta misma filosofía en ‘Henshin’. Lo que hay aquí son bocetos preparatorios y el story completo de la primera historia, así como los lápices de esta misma historia. Me encantaría que la gente vaya mirando la versión final y la versión bocetada, y, viendo las diferencias, se hagan una idea de cómo ha ido evolucionando esa historia”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Sí, estoy preparando un proyecto de cómic nuevo, guionizado y dibujado por mí. Llevo un año trabajando en ese proyecto, y todavía no tiene fecha de salida. Espero poder tener noticias en breve”. 

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