Cómic
Jaume Vadell y su metáfora de la ansiedad en ‘Hormigón’

Clara es una chica que empieza a recibir diferentes impulsos negativos que provocan que su cuerpo se deforme hasta el punto de explotar y quedarse en estado líquido. ‘Hormigón’, el nuevo cómic de Jaume Vadell, es una metáfora sobre la ansiedad, relacionándola directamente con esa sensación física de vivir con hormigón en la cabeza, el cual no deja filtrar los pensamientos. De este cómic que edita La Granja Editorial hemos charlado un poquito más con su autor.

¿Cómo nace este proyecto? Jaume Vadell: “El proyecto empezó como un fanzine a partir de mi experiencia personal; fui haciendo páginas poco a poco hasta que vi la oportunidad de apuntarme a un concurso. Entonces hice unas 40 páginas y empecé a moverlo por diferentes editoriales hasta que vi la open call de La Granja Editorial en Instagram”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “En Hormigón encontrarán una metáfora sobre el hecho de explotar y volver a componerse. Se explica a través del viaje de Clara, el personaje principal, la cual acaba explotando de tanto acumular ansiedad y nerviosismo. Es una metáfora de lo difícil que es seguirle el ritmo a la vida cotidiana actualmente y cómo, a veces, esta nos supera. El cómic intenta transmitir la sensación de ansiedad de Clara pero siempre dejando una ventana para la esperanza y la recomposición. No diría que es un cómic pesimista”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Es mi primer cómic, así que es la primera vez que utilizo mi estilo de dibujo para adaptarme a las viñetas. En mi caso utilizo un estilo simple a la vez que geométrico que enfatiza las formas y los espacios -nos cuenta Jaume Vadell-. En el caso de ‘Hormigón’, me interesaba jugar con los espacios, tanto a nivel compositivo de las viñetas como dentro de estas. Quería jugar mucho con la forma física del personaje, de manera que la historia no se contara solamente a través del avance narrativo, sino también con la propia forma de la protagonista. Su forma cambia dependiendo de cómo y dónde se encuentra. A diferencia de otros trabajos anteriores, la mayoría de ellos fanzine, en ‘Hormigón’ destacaría la cohesión del estilo y la experimentación con la composición y la disposición de los elementos dentro de la página”.

Háblanos de los recursos que utilizas para transmitir lo que siente el personaje… “Intento usar diferentes recursos gráficos para expresar lo que siente Clara. La meta del personaje es volver a ser sólida de nuevo, pero su cuerpo no puede evitar estar en estado líquido todo el rato; he procurado jugar con la sensación de rigidez y laxitud. Además, creo que el propio color azul que domina el cómic también ayuda a transmitir las sensaciones de la protagonista. Considero que con una paleta de colores más amplia o incluso con otro color protagonista, la historia no habría funcionado de la misma manera. Creo que es la conjunción de las dos cosas: la forma de la protagonista y el color que está presente durante toda la obra”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Dibujé todo el cómic digitalmente. Aun así, es cierto que realicé muchos bocetos a mano, especialmente para plantearme la estructura de las viñetas a la hora de incluirlas dentro de la página”, afirma Jaume Vadell.

Háblanos un poco del proceso de realización de este libro. “La motivación de este libro nació de contar una experiencia personal. He vivido con la ansiedad durante años, y consideraba que era un tema lo suficientemente importante y poco visibilizado como para dedicarle un cómic. Es cierto que la historia que se plasma en ‘Hormigón’ es totalmente ficticia, pero sí que es cierto que la idea principal nace de esa vivencia con la ansiedad. Una vez que tuve esa idea, dar con la historia fue más sencillo, fue como buscar un vehículo para transportar aquello que yo sabía que quería comunicar”.

Danos algunas pinceladas más sobre el uso del color en este proyecto. “Como he mencionado anteriormente, el uso del color es muy significativo en la obra. El título de Hormigón hace referencia a la sensación de pesadez que sentimos algunas personas con ansiedad, una especie de hormigón dentro de la cabeza -continúa Jaume Vadell-. El objetivo de utilizar el azul era remarcar esa idea de pesadez, pues es un color que suele asociarse a la abulia, al cansancio y a la tristeza. Creo que son conceptos que encajan con la sensación de una persona que está pasando por un proceso ansioso”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tuve unas cuantas ideas después de terminar ‘Hormigón’. Recientemente me decidí por una de ellas, y ahora estoy trabajando en ella. Mi intención es dar con una historia que tenga más elementos y, a la vez, una paleta de colores más variada, pero que no deje de lado la cohesión entre la historia y el color para representarla”.
Cómic
‘Chris Ware. Dibujar es pensar’ en el CCCB hasta el 9 de noviembre

El norteamericano Chris Ware es uno de los autores más innovadores del cómic contemporáneo. Sus dibujos y viñetas emocionan porque abordan la existencia humana con gran profundidad. La exposición ‘Chris Ware. Dibujar es pensar’ repasa la obra y el pensamiento artístico de un historietista fundamental.
Comisariada por Jordi Costa, jefe de exposiciones del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), la muestra recorre cronológicamente la obra de Chris Ware a través de piezas originales, audiovisuales, objetos, libros y esculturas, y pone el foco en su invención de lenguaje. Producida por el CCCB y Ficomic, con la colaboración de la Galerie Martel, se puede visitar en la sala -1 del CCCB hasta el 9 de noviembre de 2025.

Chris Ware (Omaha, Nebraska, 1967) dibuja desde pequeño o, como él mismo dice, escribe con viñetas. Ware ha experimentado e innovado con el lenguaje y la narrativa del cómic durante toda la vida: desde los cuadernos de dibujo, pasando por las icónicas portadas de la revista ‘The New Yorker’, hasta sus tres obras esenciales: ‘Jimmy Corrigan’, ‘Building Stories’ y ‘Rusty Brown’.
Esta exposición nos acerca al universo creativa de un artista emotivo, artesano y minucioso, influido por los orígenes del cómic, la música ragtime y la arquitectura, que ha narrado de forma brillante las emociones humanas, el racismo, el consumismo o los efectos de la política en la vida cotidiana. Según Ware, “dibujar es pensar”, porque el dibujo nos conecta con el pensamiento y la memoria.

La exposición se completa con una programación de actividades paralelas entre las que destacan la participación de Ware en la próxima edición de la bienal de literatura Kosmopolis en octubre.
La muestra es una adaptación ampliada de “Building Chris Ware”, comisariada por Benoît Peeters y Julien June Misserey, con la colaboración de Chris Ware, y presentada en el Festival Internacional de Cómic de Angoulema, en 2022. Posteriormente, ha itinerado por Francia, Suiza, Italia, Países Bajos y Alemania. La muestra del CCCB, clausura europea de la itinerancia, amplía los contenidos aportando, entre otros, nuevos originales y objetos de la colección privada de Chris Ware.

Para Judit Carrera, directora del CCCB, “Chris Ware es el autor de cómic más radical de la contemporaneidad y una figura que ha marcado profundamente su época. Max habló de la era Ware por su enorme influencia en los creadores situados en la vanguardia y las comparaciones con Joyce, Nabokov y Tolstói nunca han sido gratuitas. De Tolstói, Ware saca la fuerza para hacer de la ficción un fidedigno reflejo de la vida. La convicción de Nabokov de que palabras e imágenes se entrelazan en nuestra mente para formar el tejido de la memoria sostiene toda la poética visual del historietista. Y Joyce es su referente explícito a la hora de aportar una formulación visual a la subjetividad de los personajes y su corriente de conciencia”.

Apartados de la exposición
1. ACME NOVELTY LIBRARY. UNA CORPORACIÓN UNIPERSONAL
En 1993 apareció el primer número de Acme Novelty Library, en una edad de oro del cómic independiente norteamericano donde muchos autores nuevos controlaban sus propias cabeceras y convertían las páginas en un laboratorio de experimentación. Acme Novelty Library fue el proyecto que llevó más lejos este impulso, con ejemplares que cambiaban radicalmente de formato y aventurándose a una posmodernidad firmemente comprometida con sus raíces en la cultura popular. Todos los personajes principales de Chris Ware nacieron en estas páginas y se fueron integrando en narrativas cada vez más complejas. Los últimos ejemplares de Acme Novelty Library fueron autoeditados por Ware, adoptando la forma de libros objeto donde portadas, lomos y texturas formaban parte del mensaje y el sentido integral sumaba fragmentos de las obras en proceso Building Stories y Rusty Brown.

En este apartado se presenta una selección de los cómics publicados de la serie Acme Novelty Library, así como algunos objetos. Entre ellos, un dispensador de libros en miniatura que los suministra a cambio de llaves, un visor en 3D de imágenes en movimiento publicado como recortable en una de sus ediciones, muñecos de los personajes hechos por el artista y dibujos originales de algunas historietas.
2. JIMMY CORRIGAN. EL PADRE QUE (CASI) NUNCA ESTUVO
‘Jimmy Corrigan, the Smartest Kid on Earth’ es una historia sobre la soledad, el abandono y las relaciones familiares complejas, con un fuerte componente emocional y autobiográfico. Publicado como libro el año 2000, Chris Ware afirmaba que las cuatro o cinco horas que había que invertir en su lectura equivalían al tiempo que él había pasado con su padre, que abandonó la familia cuando Ware era muy pequeño y no se puso en contacto hasta muchos años después.
Una ciudad imaginaria de Michigan en 1993 y la Chicago de la Exposición Universal de 1893 son los principales escenarios en este relato de fracasos y soledades que traza un árbol familiar marcado por el abandono. Con un deslumbrante despliegue de recursos, la obra destaca por su representación de los tiempos muertos, la armonía de sus arriesgadas transiciones narrativas y la precisión gestual de sus personajes.

Este apartado está dedicado a su primera gran obra. Incluye la publicación original del libro Jimmy Corrigan. The Smartest Kid on Earth, la maqueta del libro, una selección de cómics de la serie Acme Novelty Library con historietas protagonizadas por Jimmy Corrigan, un audiovisual en el que se analiza en detalle un fragmento del libro, los dibujos originales de algunas páginas y figuras de los personajes hechas por Ware. Además, se ha recuperado para la exposición un interactivo de Jimmy Corrigan, creado en el año 2000.
3. QUIMBY THE MOUSE. LA MUSICALIDAD DEL SLAPSTICK
‘Quimby the Mouse’ son historietas donde Chris Ware rinde homenaje a las formas más libres de los cómics de los orígenes que más le han influido, especialmente Krazy Kat de George Herriman. Están protagonizadas por un ratón bicéfalo o por la excéntrica pareja formada por un ratón y una cabeza de gato. Ware creó la mayoría de estas páginas cuando estudiaba en Austin y su substrato autobiográfico es la nostalgia por la casa donde pasó la adolescencia con su abuela. La memoria, un interiorizado sentido de la pérdida y un pulso contra el olvido conviven en las peripecias de Sparky y Quimby con un trabajo formal y metalingüístico radical. La historieta es un mensaje visual donde las imágenes han de ser leídas como signo. El tratamiento extremadamente simplificado de los personajes, los acerca a la forma de piezas de una fuente tipográfica o de notas de una partitura musical que la mirada del lector activa y pone en movimiento.
Este apartado incluye dibujos originales con historietas del personaje, una animación de Quimby The Mouse realizada por John Kuramoto, publicaciones con el ratón como protagonista y una figurita de Quimby The Mouse. También se incluye un audiovisual en el que se analiza un fragmento de la obra.
4. VIAJE A LAS RAÍCES. LA INSPIRADORA VANGUARDIA DE LOS ORÍGENES
La obra de Chris Ware se sustenta en un profundo conocimiento de la historia del cómic, reivindicando la libertad expresiva de sus orígenes cuando, antes de que se consolidase su lenguaje hegemónico, vivió en Norteamérica una gran efervescencia de formas y posibilidades. Ware se transforma ocasionalmente en historiador y teórico del cómic y ha sido el rescatador editorial de obras de aquella edad de oro, como Krazy Kat de George Herriman o Gasoline Alley de Frank King. Herriman, King y Cliff Sterrett, autor de la serie Polly and Her Pals, son los grandes referentes de Chris Ware, que se inspiró en sus soluciones formales y narrativas para reactivar todos los potenciales del medio. El surrealismo poético de Herriman, el realismo humanista de King y los diálogos de Sterrett con las formas del arte de vanguardia se combinan en Ware en una fórmula transformadora que define el futuro de la historieta.
El apartado está dedicado a tres grandes influencias del artista. Se presenta un dibujo original de Cliff Sterrett, un cuaderno de bocetos de Frank King y los dibujos de Krazy Kat que George Herriman estaba preparando justo antes de su muerte. También se muestran dibujos e historietas publicadas en los periódicos de Polly and Her Pals de Cliff Sterrett y de Gasoline Alley de Frank King, así como diferentes objetos de los personajes de Gasoline Alley.
El apartado también cuenta con la obra Historie d’Albert, de Rodolphe Töpffer, considerado el padre del cómic por su pionera creación de libros satíricos ilustrados a mediados del siglo XIX. Además, este apartado incluye una entrevista realizada a Chris Ware expresamente para la exposición por Brian Ashby, así como los dibujos originales de la sobrecubierta creada por Ware para la publicación MeSweeney’s Quarterly Concern, núm. 13, la revista de Dave Eggers.
5. BUILDING STORIES. LA ARQUITECTURA DE LA EXISTENCIA
Chris Ware, amante de los edificios viejos y muy crítico con la arquitectura moderna más formalista, ha profundizado en las similitudes entre la construcción de un edificio, el diseño de una página y la articulación de un relato en uno de sus proyectos más singulares y complejos. Fruto de diez años de trabajo, Building Stories (‘Fabricar historias’) (2012) es una caja con catorce objetos editoriales de distintos formatos que no imponen un determinado orden de lectura: libros con lomo de tela, periódicos de grandes dimensiones, comic-books, tiras que forman bucles tableros de juego y otros. El centro de gravedad de este laberinto de destinos e historias entrecruzadas es un viejo edificio de apartamentos de Chicago de tres plantas que dispone de voz propia.

El tema de la renuncia recorre el conjunto de la obra y Ware despliega una madurez que le permite capturar las sutilezas y la complejidad de toda una existencia, dando tanta importancia a los entornos y a los objetos como a los pensamientos, a las emociones e incluso a las cosas nunca dichas.
En este apartado se presentan los dibujos de las páginas, una libreta de anotaciones y la publicación de Building Stories: una caja con 14 elementos -libros de diferentes formas y otros elementos- que conforman la historia. También, un audiovisual con el análisis de un fragmento de la publicación, una animación del interactivo Touch Sensitive, diseñado para la app iOS de McSweeney’s en 2011, una maqueta hecha de papel y un puzzle, ambos del edificio en el que se sitúan las historias.
6. RUSTY BROWN. EL UNIVERSO EN UN COPO DE NIEVE
Rusty Brown es una obra monumental y una auténtica (tragi)comedia humana donde Ware amplía su vocabulario narrativo hasta explorar territorios inéditos en el lenguaje de la historieta. La primera parte, la única publicada, contiene cuatro largos capítulos. El de apertura pone en relación los personajes principales a partir de la descripción del primer día de instituto de los hermanos Chalky y Alison. Ware juega de manera virtuosa con la temporalidad y las acciones paralelas, otorgándose el papel poco favorecedor de un pomposo profesor de arte. El segundo capítulo se centra en la juventud del padre de Rusty Brown, marcada por un tortuoso descubrimiento de la sexualidad y por sus vanas aspiraciones como escritor de ciencia ficción. Los dos capítulos restantes son los grandes descubrimientos de la propuesta. Uno retrata la vida del exacosador escolar Jordan Lint y da forma visual a la corriente de conciencia joyceana. El otro retrata a Joanna Cole, solitaria profesora afroamericana aficionada al banjo, poniendo el foco en la verdadera esencia del arte de Ware: la generosidad de su mirada humanista y la fuerza de la empatía para hacer de la ficción un instrumento de comprensión.

El apartado incluye la maqueta del libro y la publicación de Rusty Brown, una selección de cómics de la serie Acme Novelty Library donde aparecen historietas protagonizadas por los personajes del cómic y una amplia selección de dibujos originales, además de muñecos de los personajes hechos por el artista. También se muestra un tráiler animado hecho para presentar la publicación y el análisis detallado de un fragmento de la obra.
7. THE NEW YORKER
Desde 1999, Chris Ware colabora regularmente con la revista The New Yorker. A través de estos encargos, ha podido establecer un diálogo más directo y fructífero con el presente de su país. Sus portadas para la revista dialogan entre sí, comparten personajes o muestran una misma situación desde diferentes puntos de vista. El resultado es un fascinante work in progress que elabora una crónica desgarradora sobre un país sometido a cambios y transformaciones radicales: sus ilustraciones hablan de la América polarizada, de la sociedad pospandémica, de tensiones raciales y crisis económicas, de desajustes generacionales, de la inseguridad en los institutos y de la forma en que la tecnología digital acaba teniendo un coste en la comunicación y la percepción del mundo, entre muchas otras cosas.

Este apartado presenta un audiovisual con la secuencia cronológica de todas las portadas diseñadas por Chris Ware para The New Yorker, dibujos originales de algunas portadas y una selección de las revistas publicadas. También se muestra la animación de una de las portadas de The New Yorker hecha en colaboración con el programa de radio de Ira Glass This American Life y una entrevista a la escritora Zadie Smith sobre la obra de Chris Ware, grabada expresamente para la exposición.

8. ÉTICA DE LA OBSERVACIÓN. CUADERNOS DE DIBUJO Y VIEJOS EDIFICIOS
La publicación de los cuadernos de dibujos de Robert Crumb, padre fundador de la historieta underground norteamericana, causó un gran impacto en Chris Ware, que también ha acabado publicando sus cuadernos en tres volúmenes que muestran un interesante reverso de su producción editorial: aquí el estilo es más visceral, menos sintético y hay que interpretarlo como un pulso productivo con una realidad exterior que el artista quiere interiorizar destilando su observación cuidadosa en forma orgánica.
La selección de páginas de los cuadernos de dibujo de Chris Ware que se presenta se centra en la representación arquitectónica, sea del natural o de materiales documentales recogidos en el proceso de creación de Jimmy Corrigan. El estilo de estos dibujos contrasta con la estética más nítida y depurada de otros trabajos de tema arquitectónico, como los dibujos preparatorios de la animación Lost Buildings sobre la preservación de los viejos edificios de Chicago y las ilustraciones para la Historical Society of Oak Park and River Forest.

Este apartado incluye Lost Buildings, un audiovisual hecho por Chris Ware también en colaboración con el programa de radio This American Life y dibujos originales de este proyecto; así como esbozos hechos por el artista y posteriormente publicados en la serie Acme Novelty Datebook. Además, hay otros dibujos hechos para la Historical Society of Oak Park and River Forest.
9. RAGTIME. LOS SONIDOS DE UN TIEMPO RECUPERADO
Intérprete aficionado de piano y banjo, Chris Ware cayó bajo la seducción del ragtime cuando el éxito de la película El golpe (1973) de George Roy Hill revitalizó la popularidad de la música de Scott Joplin. Más tarde, una pareja sentimental de su madre, columnista del periódico donde ambos trabajaban, lo introdujo de manera más minuciosa en este género musical que tardó en ser reconocido como uno de los grandes tesoros de la cultura popular norteamericana del cambio de siglo.

Amigo de músicos como Reginald R. Robinson, que recuperan la esencia del ragtime, Ware ha diseñado portadas de discos del género, ha dibujado historietas que rinden homenaje a piezas concretas y ha canalizado parte de esta pasión a través de su inolvidable personaje de Joanna Cole de Rusty Brown. Ha sido también editor del fanzine The Ragtime Ephemeralist, que representa un buen testimonio de su condición de coleccionista obsesivo de memorabilia relacionada con este universo.
Aquí se presentan originales de fanzine The Ragtime Ephemeralist, los dibujos de algunas portadas de figuras destacadas de este género musical, como Scott Joplin y Reginald R. Robinson, además de una lista de reproducción de música ragtime. Este espacio también expone los carteles de las seis sedes europeas que han mostrado la obra de Chris Ware durante los últimos cuatro años.
10. PEDANTRY & PEDAGOGY. LA CUARTA DIMENSIÓN DE LA GRÁFICA
En 2015, la School of the Art Institute of Chicago invitó a Chris Ware como corresponsable de la asignatura «Medios Impresos». En sus materiales didácticos empezó un nuevo registro gráfico de acusada radicalidad que en 2018 dio forma al proyecto Pedantry & Pedagogy, materializado en una exposición en la Galerie Martel de París y en un dosier de edición limitada. Aquí el artista abraza el límite con la abstracción practicada por autores de cómic experimental como Yüichi Yokoyama, Jochen Gerner, Oscar Raña o Cynthia Alfonso para proponer el diálogo entre una serie de objetos de madera e intrincados diagramas murales que reflexionan sobre el acto creativo en un juego que consigue armonizar metalenguaje y humor visual. Las figuras deconstruidas de Pedantry & Pedagogy son, al mismo tiempo, personajes de historieta, lectores y autores en un laberíntico juego de espejos que disloca perspectivas y rompe las leyes físicas del espacio. Aquí se podría estar esbozando la próxima frontera en la trayectoria de Ware: la de la inmersión en una forma pura que no es necesariamente críptica e indescifrable, sino imposible de ser reducida a palabras.

En este apartado se presenta una caja con los objetos diseñados por Ware para la School of the Art Institute of Chicago, así como dibujos originales y una litografía de la serie. Este espacio también muestra algunos materiales relacionados con la publicación Monograph, editada por el propio artista.
Cómic
Pascal Rabaté y su trabajo junto a Prudhomme en ‘¡Vivan las vacas!’

En ‘¡Vivan las vacas!’ David Prudhomme y Pascal Rabaté consiguen hacer un análisis sociológico realista e irónico del ser humano veraneante del siglo XXI. Editado en España por Barbara Fiore Editora, hemos charlado un poquito más sobre este cómic con uno de sus autores, con Pascal Rabaté.

¿Cómo surgió este proyecto? “El proyecto surgió del deseo de colaborar con David Prudhomme. Como escritor e ilustrador, queríamos fusionar nuestras ideas y nuestros trazos”.
¿Qué encontraremos en este libro? “Mucha observación y recuerdos, tanto compartidos como individuales”, asegura Pascal Rabaté.

¿Cómo fue el trabajo preparatorio? Me refiero a la fase de investigación, la documentación, las pruebas y quizás incluso algunos bocetos en un cuaderno… “Originalmente, se trataba principalmente del deseo de colaborar en un proyecto coral. Empezamos a pensar en una historia sobre huertos familiares. Dibujamos un plano de los jardines, añadimos una vía férrea, luego un campo de fútbol, una iglesia, una tienda de comestibles y una playa. Rápidamente dejamos los jardines para ir a la playa”.

“Una vez tomada la decisión, nos propusimos enriquecer nuestro proyecto con observaciones sobre las costas mediterránea y atlántica -continúa Pascal Rabaté-. Nos impregnamos del ambiente, especialmente de Palavas-les-Flot (ciudad natal del ilustrador Dubout). Recogimos situaciones y diálogos y llenamos nuestros cuadernos de bocetos”.
Háblanos un poco sobre las ilustraciones. “La idea al trabajar juntos no era elegir un estilo común, sino combinar nuestros dos estilos para crear un diálogo dibujado. Dividimos a los personajes y contribuimos a todas las viñetas. Al final, los estilos resultaron ser similares”.

Me gustaría que nos hablaras del lenguaje cinematográfico de este cómic. Tenemos la sensación de que todo el cómic se compone de un único plano secuencia… “El proyecto consistía en pasar de un grupo a otro, retratar a la comunidad de vacaciones a lo largo de un día, sin detenernos ni juzgar -asegura Pascal Rabaté-. No hablaría de un plano secuencia, sino de anadiplosis, una cosa lleva a otra, y luego a otra… el proyecto, para mí, está muy alejado del cine”.

Háblanos de las técnicas utilizadas en este cómic. “David y yo usamos las mismas herramientas: pluma estilográfica y lápiz, o grafito para crear la escala de grises o el modelado. Nos turnábamos trabajando en las tablas. Empezamos con notas tomadas en las playas; cuando nos quedábamos atascados en una pose, le pedíamos al otro que posara”.
¿Cómo se desarrolló el proceso creativo? “El proyecto solo se hizo en conjunto. Intentamos trabajar por separado, él en Burdeos, yo en París, y nos dimos cuenta de que necesitábamos estar juntos para avanzar. Así que hicimos sesiones de trabajo en París y Burdeos”, nos cuenta Pascal Rabaté.

¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Algún proyecto nuevo? “David acaba de publicar un libro ambientado en la Grecia de los años 20, y yo estoy terminando otro que se ambienta en la Alemania de esa misma década. Por supuesto, cada uno tiene otros proyectos en marcha, pero estamos empezando a pensar en otro proyecto conjunto, esta vez sobre la Navidad”.
Cómic
Sandro Bassi y el aislamiento social de ‘La Nacionalien’

“Las imágenes de este libro están basadas en la realidad. Cualquier semejanza o parecido no es casual”, eso advierte Sandro Bassi al final de su obra, cuando ‘La Nacionalien’ ya ha dejado al lector conmocionado por su crudo retrato de los tiempos actuales. Un accidente que causa interferencias en los teléfonos de los pasajeros del metro signa este viaje y revela al lector la dependencia tecnológica con la que se convive en la actualidad. El teléfono móvil es, sin duda, una ventana de conexión con el mundo globalizado, pero también una cámara de aislamiento que nos desconecta de toda presencia física o estímulo circundante, nos cuenta la editorial Libros del Zorro Rojo en la presentación de este libro.
Sandro Bassi despliega un escenario familiar en el que la forma virtual de la conexión implica necesariamente la ausencia de contacto. La alienación, que en su trazo artístico cobra forma en los retratos de cabezas monstruosas, sucede en ambientes recargados de detalles gráficos que pueblan las páginas de esta impactante novela gráfica. La finalidad no es aleccionar, sino abrir una puerta para que cada quien incursione, de manera crítica y reflexiva, en las situaciones comunicativas que propician las tecnologías digitales. Con Sandro hemos charlado un poquito más sobre este trabajo.

¿Cómo nace este proyecto? “Este proyecto nació una mañana de invierno parado al fondo de un vagón del metro repleto de pasajeros. Todos miraban sus móviles en silencio sin que nada los apartara de sus mundos personalizados. Esa imagen me pareció muy potente y además, vista desde mi propio aislamiento me hizo pensar: Qué pasaría si de pronto y por un pequeño instante, todos los teléfonos móviles dejaran de funcionar al mismo tiempo, quizás por un accidente o un error de la data, provocando interferencias en todos los aparatos y que, así, se revele la dependencia tecnológica con la que vivimos a diario. A partir de esa reflexión, comencé a dibujar y a desarrollar personajes de extrañas cabezas (metáforas de sus aislamientos), sugiriendo que cada una de ellas es un mundo completamente diferente del que tienen a su lado. Vamos todos juntos y a la vez aislados. Cada quien navegando en su propio universo”, afirma Sandro Bassi.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Una situación que nos atañe a todos: El ser humano y el uso de la tecnología. Afortunados y esclavos a la vez. Una historia sobre la dependencia tecnológica en la que vivimos y que nos transforma de seres sociales a seres aislados. Compartimos el espacio físico, mas no el social. Con esta obra invito al lector a debatir en torno a las ironías que trae consigo la tecnología”.
¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “La investigación la realizaba en las estaciones y en los vagones del metro en los que viajaba a diario -continúa Sandro Bassi-. Observaba atentamente a los usuarios. En algunos casos tomaba fotografías con mucha discreción o apuntaba alguna idea o anécdota. Dibujé en muchísimos cuadernos de bocetos en donde desarrollé a todos los personajes, situaciones y escenarios”.
¿Por qué un libro sin palabras? “El hecho de que sea una historia silente refuerza la idea de la dependencia tecnológica y el aislamiento”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Mi trabajo suele ser realista, bastante elaborado y lleno de detalles, muchos de ellos ocultos y en este libro quise hacer que el espectador se recreara en cada lámina en busca de significados que le ayuden a avanzar sin el uso de palabras. Sin embargo, pienso que la técnica no es lo que hace que ‘La Nacionalien’ sea diferente a otras obras. Yo diría que el hecho de que no hay un protagonista en esta historia silente hace que sea un poco más compleja y arriesgada que otras historias ilustradas. El rol de protagonista pasa de un personaje a otro a medida que nos vamos internando en las páginas”, asegura Sandro Bassi.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Básicamente con lápiz de grafito desde el HB hasta un 9B sobre papel”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “La Nacionalien me tomó poco más de un año de trabajo sin contar el tiempo que me llevó desarrollar el tema y los respectivos bocetos. El uso del grafito fue constante en toda la obra. Me gusta mucho la inmediatez y la sensibilidad del dibujo a lápiz, ya que con este medio puedo producir bocetos rápidos hasta lograr un dibujo finamente acabado. Mis trabajos suelen ser muy detallados por lo que la etapa de bocetos es primordial para poder realizar una ilustración final. Una vez que estoy seguro de que los bosquejos poseen el encuadre, la proporción, el balance apropiado y la narrativa es cuando trazo en el papel definitivo -nos cuenta Sandro Bassi-. Trato de no agregar nuevos elementos al momento del trazado final. Si tengo alguna duda, vuelvo a la etapa de bocetos. La utilización del tramado para crear volumen en el dibujo es una combinación de técnicas del grabado, de la plumilla y del mismo grafito. Con esa técnica, no solamente obtuve control sobre las formas y los detalles sino que también pude lograr una atmósfera gris y opresiva que, considero, aportó mucho a la historia”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En estos momentos estoy trabajando en un proyecto que he tenido archivado por un poco más de 30 años y al que finalmente le ofrezco la oportunidad de desarrollarse. No puedo decir mucho más al respecto salvo que esta vez estoy pintando con acrílicos”.
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