Exposiciones
Hasta el 31 de mayo se puede visitar la exposición «Caperucitas al rojo vivo», organizada por Espacio Edelvives y el Museo ABC
Organizada por Espacio Edelvives y el Museo ABC, hasta el 31 de mayo podemos visitar la exposición “Caperucitas al rojo vivo”, una selección de ilustraciones de distintos artistas nacionales e internacionales de distintas épocas que muestran su visión de este clásico personaje de Perrault.
La exposición rinde homenaje a uno de los personajes más fascinantes y controvertidos de la historia de la literatura. Con este fin, la muestra se ha dividido en cuatro secciones diferenciadas que permiten viajar del presente al pasado y recorrer, al mismo tiempo, una gran variedad de significados propios del relato y de su protagonista.
En la primera parte, ¡Qué lecturas tan grandes tienes!, ilustradores de alto reconocimiento nacional e internacional se dejan seducir por la niña de rojo y le rinden su particular homenaje a través de diferentes técnicas. Aquí encontraremos originales de Ana Juan, Emilio Urberuaga, Patricia Metola, Iban Barrenetxea, Claudia Ranucci, Rafa Vivas, Jesús Gabán, Tesa González, Xan López Domínguez, Adolfo Serra, Liesbet Slegers, Agustín Comotto, Annalaura Cantone y Javier Zabala.
La segunda sección, Para imaginarte mejor, representa las posibilidades narrativas que aún tiene el cuento a partir de tres versiones muy distintas entre sí. Las ilustraciones originales aquí expuestas han sido realizadas por Mar Ferrero, Julio A. Blasco y Miguel Tanco y pertenecen a los libros Lo que no vio Caperucita Roja, La ladrona de sellos y Caperucita Roja, respectivamente (publicados por Edelvives). La tercera parte, la visión más clásica, Para recordarte mejor, enseña una cuidada y representativa selección de reproducciones de gran calidad preparadas para esta cita. Conforman esta selección las muestras de Gustave Doré, Fortuné Méaulle, Arthur Rackham, Tom Browne, Harry Clarke, August Macke y Walter Crane. Por último, … Y este cuento no se ha acabado, ofrece visiones muy singulares sobre la protagonista y su historia llevadas a cabo por diversos e interesantes creadores.
En una vitrina se exponen dibujos de Caperucitas del fondo del Museo ABC. Estas obras están fechadas entre 1903 y 1959 y pertenecen a importantes artistas de la colección tales como el modernista Eulogio Varela, el colorista Máximo Ramos o los reconocidos: Joaquín Valverde, Narciso Méndez Bringa, Fernando Fresno y Ana María García Badell.
Para finalizar, cuenta con varios ejemplares pop up de Caperucita pertenecientes a la espléndida colección privada de Antonio Escamilla Cid (Montalbo, Cuenca) que cuenta con más de trescientos cuentos de todo el mundo fechados entre 1889 y 1986.
Érase una vez…
Pocos mitos han resultado tan atractivos y enigmáticos como el de Caperucita Roja, por lo que no es de extrañar que su rastro perviva en la tradición oral de culturas muy diferentes. Su primera versión literaria, Le Petit Chaperon rouge, apareció en una recopilación de cuentos de Charles Perrault, publicada en 1697. Varios son los historiadores y folcloristas que atribuyen a Perrault la invención de la caperuza roja y del tarro de mantequilla, que tanto juego han dado a los psicoanalistas. Sin embargo, no parecen las únicas modificaciones introducidas por el autor. La inocencia de la niña y su final dentro del vientre del lobo no coinciden con otras recopilaciones realizadas durante los siglos xix y xx, lo que sugiere la profunda raíz y extensión geográfica del mito.
Hay numerosas versiones tradicionales apartadas de la sola intención aleccionadora. En esas versiones, Caperucita es algo más que una heroína que escapaba del lobo haciéndole creer que debía salir de la cabaña para “aliviar” su vientre. Podía ser, también, una muchacha que se desnudaba despacio mientras arrojaba sus ropas al fuego al son de las palabras de su captor (después de ser invitada a entrar en la cama) y que bebía la sangre de su abuela, al creer que se trataba de vino. Pese a las divergencias, el final en el que la protagonista es devorada era el más frecuente en los relatos, y fue ese el que perduró.
Hubo que esperar a la versión de los hermanos Grimm (incluida en su recopilación publicada entre 1812 y 1815) para que apareciera el buen cazador. Desde entonces las versiones de este cuento no han parado de crecer y transformarse. El misterio sigue intacto en lo profundo del bosque. Corresponde, ahora, a los visitantes, tratar de descifrarlo.
Cómic
María Herreros nos acerca a Georgia O’Keeffe
La sala de la Muralla del Colegio Mayor Rector Peset acoge hasta el 4 de junio en colaboración con el Aula de Cómic del vicerrectorado de Cultura y Sociedad de la Universitat de València la exposición Georgia O’Keeffe x María Herreros, un recorrido a través del cómic por la vida de la artista norteamericana.
María Herreros (València, 1983) es una de las pintoras, ilustradoras y autoras de cómic más originales y con una trayectoria más afianzada en nuestro país y en el extranjero. Ha publicado con editoriales como Taschen, Lunwerg o Astiberri, así como en diferentes revistas y periódicos, como La Vanguardia, El País o Público. Sus obras se han expuesto en el CCCB de Barcelona, el SLPinture Institute of Arts de Seúl o el SOMArts a San Francisco. Fue elegida como una de las 100 ilustradoras más influyentes del mundo por el catálogo Taschen en 2019.
La exposición que ahora podemos disfrutar es el resultado del trabajo de investigación sobre la figura de Georgia O’Keeffe que María Herreros llevó a cabo para la realización del cómic que el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza le encargó sobre la pintora norteamericana con motivo de la celebración de la exposición que, junto con la Fundación O’Keeffe, organizaron en 2021. Se trata de los 102 dibujos a lapiz y carbón con la totalidad de la historieta, el original de la portada, 14 bocetos del rostro de O’Keeffe que María realiza para familiarizarse con el rostro tan característico y expresivo de la pintora de Wiscosin, y el layout de la obra, donde puede verse el primer germen de lo que será la obra terminada.
Asier Mensuro, comisario de la exposición, destaca la importancia de incluir el cómic dentro de la programación de exposiciones como ya viene realizándose en museos como el MNAC, el MoMA, El Centro de Arte Georges Pompidou, el Museo del Prado, y evidentemente el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. También destaca que “una de las peculiaridades de este cómic es que la autora rotula la obra sobre el propio original, lo que permite al visitante, dado que las páginas están ordenadas en la sala, realizar una lectura integra de la obra y así apreciar el proyecto en su dimensión narrativa”.
Con esta exposición el CM Rector Peset continúa la colaboración con el Aula de Cómic del vicerrectorado de Cultura y Sociedad de la Universitat de València, apostando por acercar el cómic a la comunidad universitaria y a la sociedad valenciana, siguiendo con la trayectoria ya iniciada con las exposiciones Dr. Uriel. Mil dies de guerra, de Sento Llobell, y Cálamos y viñetas organizada por Casa Árabe y el IEMed, la presentación de varias publicaciones o de diversas ediciones de Splash Sagunt Festival del Còmic de la Comunitat Valenciana.
La exposición en el Colegio Mayor Rector Peset se realiza en colaboración con el Aula de Cómic del vicerrectorado de Cultura y Sociedad de la Universitat de València y se podrá visitar hasta el 4 de junio.
Entrevistas
El Roto y sus heterónimos en el Centro José Guerrero
A lo largo de una trayectoria que abarca medio siglo, en la obra de Andrés Rábago se pueden rastrear temas, motivos y símbolos que han persistido, con variaciones, en la producción de sus tres heterónimos, y que inciden en distintos aspectos de la realidad, plasmados de diferentes maneras. OPS, El Roto, Rábago: Una microhistoria del mundo, es el título de la exposición que podemos visitar en el Centro José Guerrero de Granada, y que hace un repaso de su trabajo a través de sus diferentes firmas.
La mirada dadaísta de OPS los recoge desde un punto de vista crítico y mordaz, que retrata el inconsciente de una época y un país ―los últimos años de la dictadura franquista― y pone en tela de juicio su herencia ideológica y consecuencias. Sus imágenes generalmente carecen de palabras, obedeciendo a un silencio impuesto por la censura.
Los dibujos de El Roto, de rasgos expresionistas en la línea de los artistas satíricos del periodo de entreguerras, como George Grosz, se aproximan en ocasiones a la poética beckettiana del absurdo a través de un deslumbrante y paradójico uso del lenguaje. Su enorme corpus de imágenes, que dio comienzo a mediados de los años 70 y se extiende hasta nuestros días, denuncia los continuos abusos de poder, subraya las taras ideológicas y cuestiona los postulados actuales del neocapitalismo y la sociedad digital.
El tercer heterónimo del autor es el pintor Rábago, que se sitúa en una zona próxima a lo espiritual y se ocupa de los aspectos que trascienden la mirada automática y superficial de lo que convencionalmente se denomina «realidad». Rábago pretende recuperar esa dimensión de lo humano y posibilitar una ventana (el cuadro) por la que pueda filtrase una luz a la vez física y simbólica. En sus lienzos percibimos una atmósfera de calma y sencillez que se deriva no tanto de lo que sus personajes hacen en silencio como de lo que el silencio hace con y en sus personajes.
Las obras seleccionadas por el escritor Óscar Curieses para esta exposición explora los vasos comunicantes de las tres vertientes plásticas a través de elementos constantes que reaparecen en su obra con distintas apariencias y formas: el bosque, los sombreros, los tránsitos, la familia, los pájaros, la vigilancia, la figura del doble, el poder, la guerra, la creación artística, las guerras, etc. Todo se repite, pero en otro nivel y con otro significado gracias al fenómeno intertextual y a las resonancias que despliegan unas imágenes sobre otras, unos bloques sobre otros.
Entrevistas
Sergio García y su trabajo toman el Hospital Real
La exposición En línea: Sergio García Sánchez plantea un recorrido en torno a la trayectoria profesional del dibujante, ilustrador, teórico del cómic y profesor del Departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la UGR Sergio García (Guadix, 1967), Premio Nacional de Ilustración 2022, a partir de su continua experimentación desde la década de los noventa en torno a la narrativa secuencial del cómic.
Esta constante experimentación gráfica, que parte del rechazo de los límites acotados de la viñeta, de la página y del libro, que encorsetan e impiden la expansión del dibujo, ha transcendido y revolucionado tanto los formatos tradicionales del cómic como su lenguaje secuencial. En su lugar, Sergio García apuesta por la búsqueda de formatos alternativos y recursos gráficos que posibiliten la deconstrucción de la narración lineal del cómic, propuesta de la que se ha convertido en un destacado referente y sobre la que teorizó en Sinfonía gráfica. Variaciones en las unidades estructurales y narrativas del cómic (2000) y en Anatomía de una historieta (2004).
De este modo, desde sus primeras creaciones, ha mostrado una actitud inconformista respecto al lenguaje convencional del cómic basado en el uso de la viñeta como unidad narrativa básica y del globo como soporte textual, caracterizándose su obra por la ruptura de la composición de página y del orden de lectura tradicional.
Este cuestionamiento de los recursos considerados esenciales dentro del cómic a lo largo de su historia, de los que él disiente al considerarlos como códigos cerrados que restringe tanto la libertad creativa del autor como la de lectura del público, lleva a Sergio García a explorar nuevas propuestas alternativas o a profundizar en otras que, experimentadas previamente por otros autores, por lo general, no han tenido más que un carácter incidental en la narrativa gráfica, convirtiéndose, en cambio, en fundamentos del proceso de creación en su obra. Esencialmente, lo que plantea, por tanto, es socavar el orden tradicional de lectura del cómic basada en una secuencialidad narrativa que se dispone de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha y en páginas que se suceden unas a otras.
Gracias a recursos como el dibujo-trayecto y la narrativa multilineal, la tradicional página basada en la composición de viñetas deja paso a formatos más extensos como el panel de doble página, el póster desplegable o la concertina. En consecuencia, una parte de la obra de Sergio García resulta ser un arte híbrido, a medio camino entre el cómic y la ilustración, al introducir la narrativa secuencial en una única imagen que concentra un alto grado de información y detalle y que exige, por tanto, una lectura más detenida para su captación.
En este sentido, el jurado del Premio Nacional de Ilustración destacó en el comunicado hecho público por el Ministerio de Educación y Deporte que el premio se ha concedido este año a Sergio García Sánchez porque “es un ilustrador que amplía el formato libro llevando la narración gráfica a otros lugares y por multiplicar las posibilidades de la ilustración con imágenes que por sí solas narran… goza de un lenguaje propio y singular, además de una técnica con una riqueza lineal que se adentra al infinito”.
Más allá de los formatos editoriales, Sergio García, dentro de una novedosa tendencia surgida en los últimos años, que ha venido en denominarse como cómic expandido, experimenta en el presente para generar piezas con el lenguaje del cómic sin las limitaciones espaciales de la página del libro, interviniendo, por ejemplo, sobre las paredes de un espacio expositivo.
Sus innovadoras propuestas han conllevado el progresivo reconocimiento internacional de su obra tanto en el mercado editorial del cómic como en los medios de comunicación de la prensa escrita con los que colabora, algunos tan prestigiosos como The New York Times, The New Yorker o El País. Refrendo de este reconocimiento ha sido la concesión de otros galardones como los Premios ÑH (2019-2020), APIM (2020), Society of Illustrators (2016, 2021 y 2022), American Illustration (AI37), School Library Journal (2016), Kirkus (2016), Festival Internacional de Bande Dessinnée de Sierre (2001) y el CBBD-Centre Belge de la Bande Déssinne, así como la participación en exposiciones celebradas en París, Angulema, Nueva York, Bruselas, Frankfurt, Ginebra o Barcelona.
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