Álbum Ilustrado
Dipacho nos plantea un montón de ‘Preguntas animales’
¿Qué se preguntarán los animales cuando no están ladrando, aullando, maullando…? ¿Qué es más divertido, rascarse o lamerse? ¿Existen las preguntas animales o son preguntas sobre animales? Un libro con demasiadas preguntas ¿es un libro de dudosa reputación? ‘Preguntas animales’ no se parece a ningún otro libro que conozcas. Un álbum del ilustradorDipacho que edita Apila Ediciones y que abre las puertas a la imaginación y te invita a divertirte y a dar rienda suelta a la creatividad Un libro para peques. Para grandes. Y para disfrutar juntos niños y mayores. Arte y surrealismo en estado puro. Descubrir a los demás es una aventura. Con Dipacho hemos charlado sobre su trabajo en este proyecto.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “Al ser un ilustrador que escribe, me he interesado en los talleres de escritura creativa, y distintas formas de explorar y de jugar con el texto. En los últimos años estuve muy conectado con la poesía, y encontré en las preguntas una manera sencilla y divertida de relacionar el juego poético con mis ilustraciones. En este libro, primero fueron las ilustraciones y después el texto. Entonces, es un texto que ilustra a las ilustraciones. La clasificación de animales que hago y las preguntas, surgen animales que he ilustrado de distintas maneras en mis libretas y en diversos talleres de ilustración que he impartido y que he tomado”, nos cuenta Dipacho.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Mi trabajo literario y artístico está muy relacionado con el juego, diseño y me gustan los juegos de mesa, y me gusta también pensar la creación como un juego. En este libro encontrarán eso, un juego de imágenes y textos relacionados entre ellos y que tienen por excusa temática los animales. Algunas de las preguntas invitan a pensar la creación y el dibujo. Este libro es una invitación para que el lector se anime a crear”.

¿Qué importancia dirías que tiene en este mundo hacerse preguntas? “Cuestionarse sirve para no caer en soluciones fáciles, para no responder ni plantearse lo primero que se venga a la mente, entre más te cuestionas, más posibles respuestas y soluciones tendrás para cada pregunta”, asegura Dipacho.
De todas las preguntas que hay en este libro, ¿cual crees que es la más difícil de responder? O la que tendría más respuestas… “El libro tiene una página en blanco, sin ilustraciones, y también una página con bocetos a lápiz. Las preguntas que acompañan esas páginas tienden a ser más existenciales que las demás por el hecho de no tener animales o de ser animales en proceso de creación por tratarse de bocetos. La primera pregunta de la página en blanco es: Si me inventé un animal y está sólo en mi mente ¿no existe?”.
El humor sigue siendo una seña de identidad en tu trabajo… “Creo que el humor es uno de los recursos principales en mi obra, es cierto, y me gusta usarlo porque se puede tratar todos los temas, hasta los más complejos, aprovechando el humor para llegar al lector sin ser tan directo o tan evidente”, continúa Dipacho.

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “En mi blog tengo una sección de apuntes y reflexiones sobre mi trabajo como autor e ilustrador, y uno de los temas que me ha interesado desde el inicio de mi carrera ha sido la morfología y sus distintas posibilidades en la ilustración, las clasifico en cinco morfologías: Geométrica, orgánica, accidental, objetual y anatómica. Este libro es una respuesta creativa a ese planteamiento morfológico, pueden ver el texto y ejemplos pinchando AQUÍ. Varias de las ilustraciones de este libro están en ese post del blog, que es de hace más de diez años”.


¿Con qué técnicas trabajaste? Porque cada paso de página y cada tanda de preguntas, lleva consigo un trabajo diferente… “En este libro usé: Acuarela, acrílico, lápiz de color, grafito, digital, ensamble de objetos, collage, oleo pastel, tinta china, recorte y rasgado de papel, entre otras. Las distintas técnicas utilizadas para la creación de animales, generan algún sentido o alguna interpretación que el texto complementa. También me interesa ese uso de las técnicas para cada libro que hago, o sea, no uso la misma técnica siempre, sino que uso la más conveniente de acuerdo a lo que quiero transmitir con el libro. Para ‘Preguntas animales’, cada paso de página tiene una o varias técnicas y estilos distintos, porque el mismo libro lo requiere así”.

¿Qué material es el más extraño que has utilizado en este libro? “Le pedí prestado a mis plantas algunas de sus hojas para poder hacer la página con animales a partir de hojas, tampoco estoy muy acostumbrado al uso de madera. Pero lo más extraño para mi fue intentar dibujar de manera realista, no estoy acostumbrado a hacerlo, me gusta jugar con la morfología en la ilustración, exagerar las formas, el sinsentido, y dibujar de manera realista es algo que no suelo hacer. Fue un reto”, confiesa Dipacho.
¿Con qué doble página te divertiste más? Te dejo que elijas una por las preguntas y otra por las ilustraciones. “Me gustaron las preguntas de los animales hechos con objetos, están muy relacionadas con personajes específicos como el perro inodoro, el canino voltajudo, los recuerdos del toro, la memoria de las aves… Visualmente, ensamblar trozos de madera, buscarles formas de animales y tomarles fotos fue algo que me divirtió mucho, es una técnica que no había usado antes en mis libros y me encantó poder hacerlo en este”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Los referentes literarios que tuve para hacer este libro fueron: «El libro de las preguntas» de Neruda y también la clasificación que hace Borges de los animales en su texto «El idioma analítico de John Wilkins». Ambos fueron textos inspiradores y que me motivaron para la creación de los textos. En cada proyecto nuevo que hago trato de ponerme un reto distinto a los libros anteriores, en este libro la escritura creativa, juguetona, poética y divertida jugó un papel importante”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Hablando de retos, sí, estoy terminando una serie de seis libros llamada «Popa y Papo» en la que el motor creativo es el libro como objeto que se mueve y se manipula, pero también los diálogos entre los personajes que era algo que no había hecho antes, ya se publicaron los dos primeros libros en Brasil, espero pronto tener noticias de su publicación en español. Otra serie de cuatro libros que se publicará este año en México se llama «Había una, dos, tres, cuatro casas«, ilustrada por mi amigo Carlos Diaz Consuegra, escrita y pensada visualmente por mí, donde la narrativa principal será dada por fachadas de casas y lo que pasa alrededor de ellas, el texto es una concatenación de palabras, otro reto distinto, ya que en estos libros no ilustro, pero sí los pensé visualmente. Y vienen otros libros con textos un poco más largos, que era algo que quería hacer hace rato”.
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Ana Santos y la vida en el bosque de ‘Bambi’
La novela ‘Bambi’, de Felix Salten, es un canto a la vida a la vez que la historia de aprendizaje y de superación de un cervatillo que, desde que nace, se enfrenta a las dificultades y peligros que acechan en el bosque. El animal se encuentra inmerso en un majestuoso entorno, poblado por otras especies que cohabitan en aparente armonía, pero en lucha constante por sobrevivir. A esto se le une la presencia humana que irrumpe en su hábitat con nuevas y mortíferas amenazas… A la vez que refleja el comportamiento animal y el mundo natural de manera extremadamente vívida y realista, Salten hace reflexionar al lector en torno al crecimiento, a las relaciones, a los miedos… en definitiva, construye una bella y profunda metáfora de la condición humana. Lunwerg publica una nueva edición de este clásico atemporal, ilustrada por la artista Ana Santos, con la que charlamos en las siguientes líneas sobre este proyecto.

Lo primero, cuéntanos cómo nace este proyecto. “Este proyecto nace de la propuesta de Lunwerg para ilustrar ‘Bambi, una vida en el bosque’, el clásico de Felix Salten. Desde el principio me pareció un reto precioso, sobre todo porque es una historia que todos creemos conocer, pero el cuento original tiene una profundidad y una sensibilidad muy distintas. Me ilusionó poder reinterpretarlo desde mi mirada, con respeto por su esencia, pero aportando también mi propio enfoque visual. Fue una oportunidad para trabajar en un proyecto distinto a lo que habitualmente suelo hacer”, nos cuenta Ana Santos.
¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? “Van a encontrarse con la historia original de Bambi, no con la versión que tenemos tan asociada al imaginario de Disney. Es un relato más realista, más cercano a la naturaleza, al paso del tiempo y a la vida misma. Pero también es una historia llena de ternura, de aprendizaje y de conexión con lo salvaje. En cada capítulo hay dos ilustraciones que acompañan el tono del texto y busca reflejar esa atmósfera del bosque y sus personajes, sin edulcorarla, pero desde la belleza real y la sensibilidad”.

¿Cómo te enfrentas a un clásico tan universal? “Con mucho respeto e incluso, ¡algo de miedo! -confiesa Ana Santos-. Cuando una historia ha sido tan retratada y tan reconocida, parece difícil aportar algo nuevo. Pero decidí no pensar tanto en eso y centrarme en lo que yo podía contar, en cómo sentía a los personajes y los paisajes. Más que intentar competir con otras versiones, traté de entender la historia desde dentro, conectar con su mensaje y dejar que eso guiara las imágenes. No quería centrarme solo en Bambi y darle protagonismo también a muchos de los personajes que salen en el libro”.
¿Cómo era tu relación con esta historia antes del proyecto y cómo ha cambiado después? “Antes conocía lo básico y lo que todos conocemos: la muerte de la madre de Bambi y poco más. Aunque me encantan los clásicos de Disney, reconozco que Bambi nunca la había visto, porque me daba mucha pena, (no quería pasarlo tan mal como con la muerte de Mufasa…). Tampoco conocía el cuento original y pensaba que era una historia más infantil, pero al leer el clásico me encontré con una obra muy profunda, que habla del ciclo de la vida, de la pérdida, del aprendizaje, del respeto por la naturaleza, de la valentía. Ahora la siento como una historia muy humana, con un gran mensaje de fondo”.

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? “La primera fase fue leer el cuento, tomar notas y simplificar la idea principal de cada capítulo -continúa Ana Santos-. Luego hice una recopilación grande de referencias visuales, de ciervos, otros animales del bosque, paisajes. Me gusta crear carpetas con muchas imágenes de apoyo, y desde ahí empiezo los bocetos digitales. A partir de esos bocetos selecciono las ideas”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? “Creo que tienen un tono más sobrio y naturalista que en otros trabajos míos. He querido alejarme de lo decorativo o dulce para buscar algo más real, más “terrenal”. Me apetecía que el lector sintiera el bosque, las texturas, la atmósfera, y que los animales transmitieran emociones auténticas. Ha sido un trabajo más narrativo y emocional que otros, y eso me ha gustado mucho”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Al principio de cada proyecto hago algunas pruebas y exploro qué puede encajar mejor. Tras probar entre acrílico y óleo me decanté por éste último, y en algunas ilustraciones utilizo tinta. Suelo trabajar en técnica mixta, pero en este caso el libro me pedía algo más matérico y profundo -asegura Ana Santos-. El óleo me permitió crear texturas, luces y ambientes muy orgánicos”.

¿Podrías contarnos algo más sobre el proceso de realización? “Después de la fase de documentación y bocetos, pasé a la pintura al óleo, trabajando cada ilustración de manera independiente, incluso en algunas en las que hay varios personajes, los suelo pintar de manera independiente a un tamaño grande que me permite detallar mejor al óleo. Por último, finalizo la composición en Photoshop. Intenté mantener coherencia entre todas, pero también que cada una tuviera su propia atmósfera según el momento del libro. Fue un proceso largo, de mucha observación”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún nuevo proyecto? “Ahora mismo estoy empezando un nuevo libro junto a otra autora. Estamos en la fase de documentación y bocetos, que es la que más disfruto, porque todo está por construir. Si todo va bien, se publicará el próximo año”.
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Carmen Segovia y los ‘Cuentos oscuros’ de Shirley Jackson
Shirley Jackson, autora de obras maestras como La maldición de Hill House y Siempre hemos vivido en el castillo, firmó también numerosos relatos; no solo «La lotería» (1948), cuya célebre aparición en The New Yorker causó tanto revuelo y que, durante décadas, fue la única obra verdaderamente conocida de una autora por lo demás relegada, durante largo tiempo, a los rincones del «género» (llámese horror gótico o terror). Autora cuyo genio literario por fin aflora con la fuerza que merece ante lectores de todo tipo.
‘Cuentos oscuros‘ es una selección, coeditada entre Libros del Zorro Rojo y la editorial Minúscula e ilustrada por Carmen Segovia que reúne once cuentos que revelan una mirada penetrante sobre la oscuridad que permea la vida cotidiana, combinada con un talento peculiar para valerse de narradores poco fiables y crear personajes tan retorcidos como aparentemente ordinarios y hasta respetables. Sobre este proyecto hablamos en las siguientes líneas con Carmen.

Lo primero, cuéntanos cómo nace este proyecto. «Para mí este libro es un proyecto muy deseado que viene de lejos. En el verano de 2018, en una conversación con las editoras de Libros del Zorro Rojo, me preguntaron a qué autor de narrativa me gustaría ilustrar, y enseguida les respondí que a Shirley Jackson. Ahí quedó la idea sobre la mesa, nada más. Tenía clara la respuesta, porque ya llevaba tiempo con esa pequeña obsesión, la de ilustrar a esta autora».
«Había descubierto a Shirley a través de otras autoras. En 2014 estaba viviendo en México. Allí había descubierto otras maneras de entender el espacio entre lo real y lo fantástico, y cómo lo representaban artistas como Leonora Carrington, Remedios Varo.. pero a raíz de un duelo buscaba literatura que explorara lo inexplicable, y así fue como me topé con la antología de cuentos “Pájaros en la boca” de Samantha Schweblin editado por Almadía. Este libro me voló la cabeza y empecé a tirar del hilo. Así fue como descubrí a Shirley Jackson, una amiga me recomendó “Siempre hemos vivido en el castillo” y ya no pude parar de leerla. Quería ilustrarla para meterme de lleno en sus historias», confiesa Carmen Segovia.

«En el 2015, cuando se iba a cumplir el centenario del nacimiento de Shirley Jackson, junto con una agente literaria, estuvimos moviendo un proyecto de su cuento “La bruja”, uno de mis favoritos, pero no prosperó. Después intenté ilustrar sus cubiertas, pero tampoco se materializó nada. Paralelamente a los proyectos con editoriales, que no había manera que salieran, su referencia me iba acompañando de una manera u otra en proyectos personales de aquella época como en los fanzines “Hiedra Venenosa” o “Haunted House”, un experimento escénico con una amiga música».
«Pero no fue hasta hace tres años que Libros del Zorro Rojo me pregunta si todavía seguía interesada en ilustrar a Shirley Jackson. La respuesta fue un sí, claro. Y el proyecto se convirtió en el libro que tenemos entre manos “Cuentos Oscuros”, publicado finalmente en 2024 en coedición con Minúscula y traducido por Maia Figueroa Evans».


¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? «Yo creo que encontrarán el universo de una de las mejores escritoras de relatos, más allá del género con el que se la quiera etiquetar. Esta edición reúne once relatos, y cada relato contiene una ilustración a doble página, que propongo como un momento de pausa en la lectura, para poder entrar en la historia desde otro lugar. Encontrarán personajes que deambulan entre la ingenuidad y la crueldad, casas que son refugio y cárcel, escenas domésticas donde se abren grietas a lo insólito. Personajes, en su mayoría femeninos, con problemas de adaptación a una casa, a un marido, a una familia, a un pueblo, a una sociedad opresora. Historias inquietantes contadas con maestría, humor, humor negro, sutileza e inteligencia, o sea, pura diversión», afirma Carmen Segovia.
¿Que te parecieron estos cuentos de Shirley Jackson la primera vez que los leíste? «Yo los disfruté muchísimo, como la misma autora dijo “I delight in what I fear”. Creo que es una selección interesante, todos los relatos son diferentes entre sí, una buena muestra de las distintas aproximaciones al terror que tiene esta autora -nos cuenta Carmen Segovia-. Algunos ya los conocía y otros no. “Los del verano” ya estaban entre mis favoritos, pero otros no, como “Louisa, por favor, vuelve a casa” o “El desconocido”, que me dejaron KO. Los cuentos de Shirley tienen ese poder increíble de acompañarte durante mucho tiempo una vez leídos, muestran contradicciones morales sin ser moralista, propone más preguntas que respuestas».


¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? «Aunque, en su mayoría, los cuentos están ambientados en un contexto muy concreto, el de las grandes mansiones decadentes, pequeñas poblaciones y suburbios estaudounidenses de posguerra (1940-1960), mi intención no era hacer un retrato realista del mundo de Shirley Jackson, sino intentar captar la esencia de sus temas y dejarme llevar por mi propia interpretación, crear imágenes que dialogaran con los relatos desde una visión de síntesis más que mostrar escenas en particular», afirma Carmen Segovia.

«Ilustrar una antología de cuentos es diferente a ilustrar una única historia en un álbum ilustrado. Los personajes, los escenarios, son diferentes, pero los temas o el tono de la autora son recurrentes, así que hay que buscar ideas visuales que también atraviesen y cohesionen todos los cuentos y que al mismo tiempo muestren lo particular de cada historia. Después de muchas vueltas, encontré los elementos recurrentes que iba a usar: las casas, los reflejos, las flores y el contraste entre colores brillantes y oscuros. Estos elementos pretenden ser la representación visual de los temas, para mí, importantes de los cuentos de Shirley: la ambivalencia entre el bien y el mal, la crueldad cotidiana, la opresión doméstica y social, la locura…».
¿Con qué técnicas trabajaste? «Los bocetos y estudios previos a lápiz, las ilustraciones finales están realizadas con acrílico y luego intervenidas mínimamente en digital».

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. «El proceso fue todo un reto, precisamente porque me gustaba mucho y quería hacer algo que me pudiera interesar como lectora, o que le interesara a alguien que no conociese a Shirley Jackson. Aproveché para empaparme bien de la autora, biografías, películas… y de otras autoras/pintoras que me resonaban en el mismo universo, como Gertrude Abercrombie. En una libreta del proyecto iba tomando notas, bocetos… También tomo fotos y voy montando un archivo que me sirve de referencia. Ahí fui llegando a las conclusiones que os explicaba antes y ya me lancé a los bocetos más definitivos», continúa Carmen Segovia.

«Tenía claro que quería que todas las ilustraciones fueran a página doble, que no se mezclaran visualmente con el texto, para abrir un paréntesis entre las dos experiencias. Así que todas las ilustraciones tienen el mismo formato. Mi editora Diana Hernández me iba acompañando en los diferentes pasos. Luego pasé a la fase de pintura. Era verano y una parte de este proceso me tocó en la casa familiar de Galicia. Para concentrarme y no verme tentada por las tentaciones vacacionales me encerraba a trabajar en la buhardilla o fallado, como se dice allí. Un escenario muy de novela gótica. Acabaron las fiestas y la mayoría de veraneantes empezaron a irse menos nosotros. Cuando bajaba del fallado, bromeaba con risa nerviosa al observar que todo empezaba a parecerse sospechosamente a los cuentos de Shirley».
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Sigo con mis encargos de ilustración y clases. En cuanto a libros, desde hace un tiempo estoy más metida en la poesía, veremos si sale algo en forma de libro».
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Berta Páramo nos hace viajar en el tiempo en ‘Momias egipcias’
Descubre cómo los egipcios lograban transformar un cuerpo en inmortal. Las momias no son solo cuerpos envueltos en vendas. Se forman cuando el ambiente impide la descomposición natural, conservándolos durante siglos. Los antiguos egipcios perfeccionaron la técnica de la momificación con rituales complejos para garantizar la vida eterna. En las páginas de “Momias egipcias” aprenderás cómo se preparaban para el viaje hacia el más allá. Un trabajo de Berta Páramo que coeditan Zahorí Books y la editorial del CSIC, y que cuenta con la supervisión científica del egiptólogo José Manuel Galán.

Lo primero, cuéntanos cómo nace este proyecto.“Momias egipcias” es el tercer número que hago con CSIC y Zahorí Books en coedición para la colección Mentes curiosas-Curiosas mentes y tras “Oler” y “Bichos”. La editorial del CSIC tiene varias colecciones de adultos y tenían pendiente la idea de llevar la ciencia a los más pequeños. Así se pusieron en contacto con Zahorí Books, editorial especialista en libros informativos con la que yo ya había trabajado con“Robotland”, y surgió mi nombre para comenzar. La idea además era presentar a un investigador del CSIC con cada número que es el experto que revisa mi trabajo científicamente, lo que es un lujo. Como en el CSIC investigan de todo barajamos muchos temas. Egipto me ha atraído siempre, he estado allí por turismo y trabajando como arquitecta en una excavación arqueológica, así que encantada. Además, las momias tienen algo especial y muy particular en mi familia. Entre mis primos no nos mandamos caramelos o felicitaciones al uso en los cumpleaños, nos mandamos momias. ¡Somos así! (risas)”.
¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? “Encontrarán un pedacito del Egipto Antiguo, el origen de la momificación, de cómo se convirtieron en maestros momificadores, por qué momificaban a sus muertos y cómo lo hacían paso a paso y alguna otra curiosidad”, afirma Berta Páramo.

Como ya nos decías, no es el primer libro informativo en el que trabajas… “Por el momento todos mis libros son informativos, de alguna manera parece que me estoy especializando, aunque no descarto la ficción. El primero fue ‘Cambio climático’ (Litera Libros) para el que hice las ilustraciones con textos de Yayo Herrero y María González. El resto los ilustro y escribo: ‘Fluidoteca’ (Litera Libros) sobre los fluidos corporales que se llevó Mención Especial en la categoría de Opera Prima en los Bologna Ragazzi Awards 2022 ; ‘Robotland’ (Zahorí Books) sobre la historia de los robots; ‘Manual de supervivencia para piojos’ (Litera libros) sobre los piojos de la cabeza, un libro que me está dando muchas alegrías entre ellas el prestigioso premio Jugendliteraturpreis en la categoría de no ficción que recibí el mes pasado en la Feria de Fráncfort; ‘Oler’ (Zahorí Books y CSIC) sobre el olfato; y ‘Bichos’ (Zahorí Books y CSIC)”.
“Siempre cuento que me gusta investigar, me gusta dibujar, me gustan los libros…¡así que hago todo lo que me gusta! No está nada mal. He descubierto que con mis libros hago lo que hacía de pequeña para estudiar: buscar mi propia manera de entender las cosas. Si yo lo entiendo así pienso que otros también pueden hacerlo”, confiesa Berta Páramo.
¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Siempre comienzo mis libros investigando qué hay en el mercado sobre el mismo tema. Imagínate, de Egipto hay muchísimo. La idea es no hacer más de lo mismo. Este es un libro exclusivo sobre momias egipcias, así que es una parte muy concreta de la historia de Egipto en la que podía centrarme. José Manuel Galán, el egiptólogo que luego revisó mis textos me sugirió algunos libros con los que comenzar y luego llegaron más”.

“También busco documentales. Una vez que tengo una idea amplia del tema decido qué es lo que quiero contar y cómo. ¿Dibujos? Sí, para pensar, componer…pero como método de trabajo… En este caso no los recopilé, no suelo hacerlo”.
¿Cuál ha sido tu mayor descubrimiento tras ese proceso o qué te ha sorprendido más? “Quizá la industria que se montó en torno a la momificación. Los antiguos egipcios pensaban que el ser humano estaba formado por un cuerpo físico y unas entidades espirituales. Al morir el cuerpo esa unión se rompía. Para poder vivir en el Más Allá tenían que recomponerla. El cuerpo físico era el soporte y por eso había que conservarlo, había que momificarlo. Eso sí, existían distintos tipos de momificación según lo que pudieras pagar… así que con dinero tu supervivencia en el Más Allá era más fácil”, nos cuenta Berta Páramo.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Diría que no soy una ilustradora típica con un estilo reconocible. Seguro que se ve la misma mano en todos mis libros, pero cada proyecto, cada libro, me pide algo distinto. En este caso las ilustraciones tienen mucho que ver con el arte egipcio y la paleta de colores también. Pero, por ejemplo, la parte en la que explico los pasos de la momificación es una vista cenital. No lo he visto nunca así explicado y supongo que tiene mucho que ver con mi formación como arquitecta. Me he dado cuenta de que hay muchos “planos” en mis libros”.
“Además, siempre me gusta meter historias paralelas, cosas que a veces no son muy evidentes en una primera lectura o bien para algunos lectores, aunque los más pequeños suelen verlo. En este caso, en los pasos de la momificación hay un gato que acompaña todo el proceso y cuando ya está acabada la momia que la llevan en procesión a la tumba, aparece el gato momificado también. Resulta que también momificaban animales por diversas razones y una de ellas era llevarse a sus mascotas para seguir teniéndolas en la vida en el Más Allá”, continúa Berta Páramo.

“También introduzco elementos que muy pocos verán pero que me hacen gracia. Aquí, en los textos que lee el sacerdote lector en el ritual de la momificación escribo en jeroglíficos “¡que la fuerza os acompañe!”, que vi traducido en la cuenta de la egiptóloga Marina Escolano-Poveda por el día de Star Wars y que me parece muy propio para decir a alguien que se va a la vida de ultratumba”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Suelo hacer bocetos a mano y trabajar en digital. Como he dicho, no soy muy cuidadosa con los bocetos y además me he mudado, de modo que de este libro no os puedo mostrar nada del proceso”.

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. Bueno, creo que ya lo he ido desgranando un poco: primero investigo, leo, leo y leo hasta que me hago una idea del tema. Luego paro para pensar qué quiero contar y cómo, y me pongo manos a la obra. En este caso la extensión del libro está definida por la colección, así que planteo un alzado del libro completo. Escribo e ilustro al mismo tiempo porque necesito ver la página compuesta. Luego hablo con los editores y discutimos temas. La diseñadora Joana Casals maqueta. Una vez hechas correcciones editoriales se lo envían al investigador, en este caso José Manuel Galán, egiptólogo, que lo revisa. Incorporamos, si hay, correcciones y ¡a imprenta!”, asegura Berta Páramo.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Sí, estoy trabajando en un libro sobre el Más Allá con Zahorí Books.Me he embarcado en un proyecto titánico pero que me está gustando muchísimo y creo que será un libro que refleje mucho cómo soy como autora”.
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