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Miguel Pang y Catalina González Vilar nos hablan de su libro «La invasión marciana», editado por A buen paso

Ha llegado el momento de que el Primer Ser Terrestre que Conoció a un Marciano cuente lo que pasó ese lejano agosto en el que el cielo se llenó de soles y el marciano Marc cayó en el balcón del narrador con su heladera estropeada. Y es que un marciano sin heladera no es nadie. Esto ahora lo sabe cualquiera, pero por ese entonces los humanos tenían unas ideas muy extrañas y distorsionadas sobre los marcianos, en realidad no sabían nada y, desde luego, jamás habrían imaginado lo que estaba a punto de pasar. Todo fue gracias al sistema de comunicación marciano, tan especial como para cambiar para siempre la vida en la Tierra.
Miguel Pang ilustra el cuento de Catalina González Vilar “con imágenes de una vitalidad incontenible y creando un prototipo de marciano maleable, dinámico e inolvidable”, nos dice la editorial A buen paso de “La invasión marciana”, del que hemos hablado con sus creadores.
Catalina González Vilar: “La escribí durante una estancia en Barcelona, en pleno verano. Estaba allí por trabajo y me alojaba en un apartamento junto al parque de la Ciutadella. Era un piso muy alto, desde cuyo balcón se veían, a nuestros pies, los árboles, y más allá la ciudad, el mar. Al amanecer y al atardecer se escuchaban los sonidos de los animales del zoo que hay en una zona del parque. Era un ambiente muy sugerente, como si estuvieses en el límite entre la civilización y la selva. Cuando una mañana me senté a escribir, pensé que la historia trataría sobre un niño que se adentra en la naturaleza, pero en cambio escribí «Aquel agosto el cielo se llenó de soles. Pero no eran soles, era la Invasión Marciana. La Primera Invasión Marciana…» y ya no pude parar”.
Miguel Pang: “El proyecto surgió cuando Arianna Squilloni, la editora de A buen paso, me pasó el texto de Catalina. Me encantó al momento y decidí ilustrarlo. A Catalina no la conocía en ese momento, pero Arianna nos puso en contacto y cuando nos conocimos en Valladolid hubo tal complicidad que ahora estamos desarrollando un proyecto conjunto.
Catalina: “Como la mayoría de las historias, “La invasión marciana” habla de muchas cosas. Del amor por los demás seres vivos, del asombro y del respeto por todos ellos, del misterio que encierran. También habla de esa soledad de nuestra especie, ¿no crees? De que no solemos darnos cuenta de que únicamente hablamos con nosotros mismos, entre seres humanos. Y, por supuesto, habla de «el otro», sea un marciano, un geranio o sencillamente una persona distinta a nosotros”.
“En la presentación del libro, en la librería Abracadabra, de Barcelona, Arnal Ballester, me dijo medio en broma que tenía una visión animista del mundo. Creer que todo tiene un alma. En realidad ni siquiera sé si nosotros la tenemos, pero sí comparto esa idea de que todo es valioso, todos los seres vivos. Asombrosos, dignos de ser tratados, cada uno de ellos, como algo magnífico. Sin embargo, lo más real de todo esto, es el nudo de contradicciones que encierra. Estas semanas hemos tenido en casa una invasión de hormigas (lástima que no fuesen marcianos) y después de desear durante días que llegásemos de un modo natural a un equilibrio y conseguir así convivir con ellas pacíficamente, la cosa se desmadró tanto que terminé poniendo unas trampas. Parece una reacción sensata, pero a la vez… ¿no es una sucia traición a mis principios? Ni siquiera puedo argumentar que fuese cuestión de vida o muerte, solo de dejar de encontrar hormigas en mi cama”.
Miguel: “En este libro hay una línea de trabajo que ya había estado desarrollando en algún proyecto personal, como el cuarto mandamiento y el Derecho a la pereza. Pero cada proyecto es diferente y en la Invasión Marciana, que se coció a fuego lento durante prácticamente dos años, me dio tiempo de fraguar algunas de las cosas que había estado trabajando anteriormente. Eso después de repetir cada una de las páginas una veintena de veces y un giro del proyecto total, a partir de unos comentarios de la editora que pensaba que necesitaba más blanco, y a la cual le estoy agradecido”.
Catalina: “Cuando Arianna Squilloni, la editora de A Buen Paso, me envió el enlace a la web de Miguel, y me lo propuso como ilustrador para “La invasión marciana”, miré su trabajo con mucha curiosidad. Era distinto y muy especial, así que me pareció emocionante tener la oportunidad de trabajar con él. Estaba claro que el tándem Squilloni-Pang ofrecería una visión muy personal del texto, un libro marciano lleno de ternura y delicadeza”.
Miguel: “Las ilustraciones están hechas con acuarela. Es una técnica que tiene un carácter especial. El secado y la cantidad de pintura que se pone condiciona el resultado, que en general es muy azaroso. Pero en este caso decidí controlar al máximo la técnica sin que hiciera de las suyas, ya que la composición y el dibujo lo tenía previamente muy definido”.
Catalina: “¿En qué me inspiré para crear a los marcianos? No lo tengo muy claro. Seguro que me influyeron un montón de cosas en las que ahora no caigo. Relaciono mucho el mundo de los marcianos con mi infancia y los dibujos que hacían mis hermanos de batallas espaciales, monstruos y ese tipo de cosas. Eran dibujos llenos de pequeños personajes (casi siempre armados con pistolas láser), flotas de aviones en llamas, disparos que recorrían las páginas como letales líneas de puntitos, hombrecillos cayendo al vacío… imágenes, supongo, influenciadas a su vez por los videojuegos de los ochenta. No es que esto aparezca en La invasión marciana, pero sí es su reverso. ¿Qué pasaría sí los marcianos fuesen de otro modo? Siempre es este juego, el ¿qué pasaría…?”
“Pensándolo ahora, Marc, el marciano protagonista, es el amigo que todos querríamos tener, o eso me parece. Transparente (no solo literalmente), honesto, capaz de transformar nuestra mirada y ampliar así el mundo de una manera sorprendente (y con baba caramelizada, lo que siempre es un plus)”.
Miguel: “Al principio del proyecto miré algunos referentes de revistas de ciencia ficción, portadas, y carteles. De la ilustración prefiero no influenciarme tanto ya que considero que cada conclusión gráfica a la que ha llegado cada ilustrador forma parte del trabajo como ilustrador”.
¿Por qué carritos de helados? Catalina: “El texto habla de heladeras, sí. Los marcianos están locos por los hielos, los necesitan para sobrevivir. Yo pensaba en pequeñas neveras, y Miguel imaginó heladeras como las de antes. Me gustó. En mi imaginación, durante mucho tiempo, se cruzó la profesión de mi abuelo, que fue pastelero, turronero y heladero durante muchos años, con las historias de mi madre sobre vendedores de leche merengada y granizado de limón, caminando por las calles con esos carros, como los de Miguel Pang. No sé si mi abuelo llegó a manejar uno de esos, pero yo lo imaginaba así”.
Entre los terrestres da la sensación de haber caras conocidas… Miguel: “¡Y las hay! Estamos Iratxe (López de Munáin) y yo, y también un colega y mi madre, que no se reconocen tan bien”.
Cómic
La memoria contra el olvido en la muestra de Paco Roca

El Instituto Cervantes alberga la exposición ‘La memoria. Viaje emocional por los cómics de Paco Roca’, que recoge más de 70 piezas del autor de ‘Arrugas’ con las que propone un recorrido para «vencer el olvido» a través de viñetas que van desde la memoria silenciada de los exilados españoles hasta enfermedades como el alzhéimer.
En total, la muestra, además de con cuatro murales con dibujos inéditos, cuenta con 19 viñetas enmarcadas y 51 piezas originales en vitrina, entre páginas, bocetos, apuntes, guiones y fotografías de referencia. Todas ellas obras desde el año 2007 hasta la actualidad, provenientes de la colección privada del autor, y que recorren desde el dibujo hasta la impresión digital.

El hilo conductor de la muestra es la memoria, tanto en su vertiente histórica como en la emocional y la identitaria, temas recurrentes en la obra del artista, que cuenta en su haber con títulos como ‘Los surcos del azar’, ‘El abismo del olvido’, ‘Arrugas’ o ‘Regreso al Edén’.
Para el director del Cervantes, Luis García Montero, Roca ha organizado una exposición «luminosa y llena de color», lo que supone una apuesta significativa por la memoria. «Los ejercicios de memoria de hoy, más que invitar a un recuerdo en blanco y negro, tienen que invitar al color, porque se trata de recordar lo vivido sin mentiras», ha apuntado. En este sentido, ha defendido que la memoria en la obra del autor no se convierta en «una vuelta a las heridas del pasado», sino un ejercicio de recuerdos a través de imágenes y palabras. «Porque las palabras también son importantes y en ellas cabe algo más que un vocabulario: memoria, olvido, miedo, justicia…todas ellas nos invitan a pensar por dentro la realidad», ha destacado García Montero.

En esta exposición, coorganizada junto al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática y que estará hasta el próximo 28 de septiembre, se recoge obra original, viñetas, bocetos, guiones y fotografías de Paco Roca, premio Nacional de Cómic (2008). Se trata de un recorrido estructurado en tres partes, cada una representada a través de un mapa emocional y la correspondiente obra del autor. Por un lado, la memoria histórica, centrada en cómics como ‘Los surcos del azar’ y ‘El abismo del olvido’, donde se abordan testimonios, injusticias, reconstrucción del pasado o memoria visual. Por el otro, la memoria e identidad, cuando a partir de ‘Arrugas’ se aborda la memoria como un elemento clave en la construcción de la identidad, reflejando el impacto del paso del tiempo y la pérdida de recuerdos. Por último, la memoria familiar, enfocada en ‘Regreso al Edén’ y ‘La casa’, en la que se profundiza en los recuerdos íntimos y la herencia emocional.

La lucha «contra el olvido» de Paco Roca
Se exhiben originales de estos cómics: páginas, bocetos, apuntes, guiones y fotografías de referencia, además de disponer un bodegón con dibujos recortados de distintas obras del autor. «Nos pasamos la vida luchando contra el olvido, queriendo mantener el recuerdo de lo vivido, de las personas que ya no están o de nuestro pasado como sociedad», señala Paco Roca, quien explica que esta muestra gira en torno a esa «preocupación» del ser humano en su lucha por mantener los recuerdos.
«En cierta manera se parece a un viaje en el que de camino a nuestro destino nos paramos a descansar en un lugar, un lugar pintoresco: nos detenemos a comer en un merendero de la infancia, nos desviamos a ver un sitio sugerente, y el azar nos hace parar en un sitio inesperado», apunta, asegurando que esta muestra es una recopilación de «lugares a los que se vuelve una y otra vez, recuerdos, testimonios o fobias».

La España «desmemoriada»
Para el dibujante, existe un riesgo al dejar de lado la memoria, en especial con las nuevas generaciones. «Es nuestra identidad y somos parte de nuestro pasado. Como dijo Orwell, quien controla el pasado controlará el futuro y ese es el peligro: España a la fuerza se ha hecho desmemoriada y es un grave riesgo no saber de dónde se viene», ha afirmado.

De hecho, Paco Roca ha hecho una crítica a que esa desmemoria actual permite que «todo quepa y acabe siendo un gran embarramiento en el que no se entiende nada». «Ahora ser fascista o franquista es lo más moderno entre determinados chavales y eso es el gran peligro de desconocer el pasado», ha lamentado.
La muestra se puede visitar hasta el 28 de septiembre.
Cómic
COMICMED, el encuentro que conecta el cómic con el Mediterráneo

La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales del Ayuntamiento de Málaga, han celebrado la primera edición de COMICMED, un encuentro que ha abordado el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, ha combinado conversaciones con autores, talleres prácticos para público infantil y juvenil, y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, ha visto la luz en castellano este mes y los asistentes a COMICMED han podido tener acceso a el en primicia. Nadia protagonizó una de las mesas de este encuentro, en la que conversó con Javier Alonso, director del programa ‘Territorio 9’ en Radio 3.



Siguiendo con autores de gran nivel, el festival ha traído por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversaron sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También tuvieron cabida los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de ‘Robot Dreams’, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranaron los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.

Y si la historia de ‘Robot Dreams’ viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.


Igualmente por su importante proyección, destaca el reconocido dibujante e historietista Diego Galindo (Sevilla, 1978), que conversó con la profesora e ilustradora Cristina Peláez sobre su experiencia adaptando Stranger Things al cómic, explorando los retos y oportunidades de trasladar esta exitosa serie. Comentaron sus inicios, y Diego confesó que «siempre fue primero la imagen, el dibujo. Yo al principio miraba los cómics, más que los leía».

Por último, cabe mencionar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien se analizaron libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Wilfrid habló sobre el proceso de investigación y documentación para el libro. «Era difícil poner en imágenes un universo que no había sido representado. Era como poner una primera piedra», indicó. Lupano señaló el trabajo enorme de investigación que había realizado también el ilustrador, y apuntó a la idea de sacar a la luz temas como la arquitectura y también toda la producción de la Gran Biblioteca de Córdoba. «En occidente la construcción de Catedrales era un gesto económico y político fuerte. La construcción de Bibliotecas también lo era». Definió a ‘La bibliomula de Córdoba’ como una «mula movie», una road movie a ritmo de mula, en la que se expresa su amor a la cultura y los libros. «El libro es un objeto con una fragilidad increíble… y a pesar de todo, todo el saber ha llegado hasta nosotros porque ha habido personas que han hecho la conservación, las copias… Siempre algunas escapan hasta la civilización siguiente».


Además, fue uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra El lobo en calzoncillos en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofreció otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostró cómo dibujar superhéroes.

En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se habló mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes.
Cómic
Málaga se convierte en el centro del cómic mediterráneo con la primera edición de COMICMED

La Fundación Tres Culturas y el Polo de Contenidos Digitales de Málaga organizan la primera edición de COMICMED del 6 al 8 de marzo en las instalaciones de Tabacalera con la presencia de creadores como Benjamin Lacombe, Victoria Jamieson, Sara Varon, Pablo Berger, Nadia Hafid, Natacha Bustos, Wilfrid Lupano y Carmen Carnero.
La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales, del Ayuntamiento de Málaga, presenta la primera edición de COMICMED, un encuentro sin precedentes que abordará el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, combina conversaciones con autores, tres talleres prácticos (para distintas franjas de edad: adultos, adolescentes y niños) y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The Economist’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, verá la luz en castellano en este mes de marzo y los asistentes a COMICMED podrán tener acceso a ella en primicia.

Otro de los grandes nombres propios del festival es Benjamin Lacombe (París, 1982), considerado uno de los ilustradores más importantes del mundo, con un estilo muy marcado y personal que le lleva a concebir cada dibujo como una auténtica obra de arte: figuras pálidas, de grandes ojos y una mezcla de fragilidad y potencia visual.

Siguiendo con autores de gran nivel, el festival traerá por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversarán sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También habrá lugar para los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de Robot Dreams, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranarán los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.
Y si la historia de Robot Dreams viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.

Por último, cabe destacar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien analizaremos libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Además, será uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra ‘El lobo en calzoncillos’ en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofrecerá otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos (en el Campus 42) y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostrará cómo dibujar superhéroes.
En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se hablará mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes. Una iniciativa en la que, además, se han implicado otras entidades e instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, la Fundación Telefónica, el Instituto Francés y las editoriales Maeva, Edelvives, Norma Editorial, Apa Apa Cómics y Penguin Random House.
El acceso a todas las propuestas de este festival será gratuito previa inscripción en la página web de la Fundación Tres Culturas (www.tresculturas.org). Asimismo, los interesados podrán adquirir ejemplares en el punto de venta que habilitará la tienda Cómic Stores en el mismo festival.
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