Gustavo Roldán y “Para noches sin sueño”: “Arrancar y pegotear papeles con los dedos es una de las experiencias más sensuales que conozco. Da mucho placer hacerlo y produce siempre un efecto de sorpresa”

Gustavo Roldán y “Para noches sin sueño”: “Arrancar y pegotear papeles con los dedos es una de las experiencias más sensuales que conozco. Da mucho placer hacerlo y produce siempre un efecto de sorpresa”

Un libro que, en un instante, llevará al lector a recortar un espacio propio en el mismo corazón de una noche insomne. Las imágenes que dan forma al libro se componen de papeles recortados y, así, dan vida a una propuesta estética expresionista y, al mismo tiempo, primitiva, sintética, directa. Este libro, que se presenta en un formato pequeño, como un secreto, se convierte de esta manera en la clave para preservar eso tan importante que es el espacio (íntimo y pequeño) de cada uno.

Así nos presenta la editorial A Buen Paso el libro “Para noches sin sueño”, de Gustavo Roldán. Una pequeña joyita que te transporta y te dibuja una sonrisa por dentro y, a veces, también por fuera, al terminar de leerlo. Nosotros hemos hablado con su autor para que nos contara un poco más sobre esas noches sin sueño…

“En realidad se trata de la remake de un libro que publiqué hace unos quince años en Argentina, Holanda y Bélgica y que llevaba varios años agotado. Hace unos meses, charlando de bueyes perdidos, le conté el argumento a Arianna Squilloni, la editora de A buen paso y me dijo: “Gustavo, ese es el libro que hace falta para estos tiempos”. En cierta manera es un libro que habla de que uno es el hacedor de su propia suerte, corran los tiempos que corran. Entonces acordamos publicarlo otra vez, pero yo quise rehacer los dibujos totalmente, quería darle un carácter más expresionista”.

“En cuanto a las noches sin sueño, me refiero más al ser noctámbulo, que aprovecha el silencio y la tranquilidad nocturna para conectar con lo que más le importa, más que al insomne. Por suerte duermo muy bien. De dónde surgió el texto, realmente no me acuerdo. Duermo bien, pero tengo mala memoria”.

¿Qué nos cuentas? “Supongo que una metáfora que cada lector, según su edad y sus experiencias, podrá interpretar a su manera. Es un texto muy breve, abierto, un poquito poético, más sugerente que decidor”.

“Se diferencia de mis últimos libros en que los dibujos son algo más “abstractos”, por decirlo de alguna manera. Trabajé con pinceles rotos, manchando papeles, usando grandes planos de negro para crear clima. De hecho hay páginas que son directamente abstractas. Fueron necesarias para contar y desarrollar la historia”.

¿Con qué técnica están hechas? “Fundamentalmente collage, técnica que adoro y que hacía mucho tiempo que no utilizaba para ilustrar un libro. Sí la utilizo mucho cuando dibujo porque sí. Arrancar y pegotear papeles con los dedos es una de las experiencias más sensuales que conozco. Da mucho placer hacerlo y produce siempre un efecto de sorpresa”.

¿Cual es el mejor lugar desde el que has observado una noche estrellada? “En Mazunte, un bellísimo pueblecito de cien habitantes sobre la costa del Océano Pacífico mexicano. No había luz eléctrica y las estrellas eran tantas que pinchaban los ojos”.

¿Sería también un buen lugar para leer un álbum ilustrado? “Seguramente, sí. Pero es un lugar tan magnífico que me dediqué a nadar, comer erizos de mar y papar moscas todo el tiempo. Si mi chica no me sacaba de una oreja, tal vez todavía estaría allá retozando en la arena”.

¿Qué será lo próximo que leamos de Gustavo Roldán? “Para el 2014 habrá dos novedades con una pequeña sorpresa: son dos libros con texto mío, pero no los voy a ilustrar yo. Uno se llama “Jonpirú” y lo ilustrará Guridi. Lo editará Thule, supongo que para la primavera. El otro, “Las trece muertes del hombre con sombrero”, sale en el otoño, editado por A buen paso y con ilustraciones de Sergio Mora. Para mí es un desafío y un cambio que me tiene muy contento”.