Ardilla es una gran acróbata y tiene alucinados a todos sus amigos del bosque con sus increíbles saltos y piruetas. Mapache es el único que no aplaude su talento, puesto que le tiene un poco de envidia. Para demostrar a todos que Ardilla no es tan habilidosa le propone un reto: él construirá el próximo circuito de saltos. Ardilla acepta encantada. ¿Será capaz de conseguir superar cada reto que Mapache le va proponiendo? ¿Qué ocurrirá con estos dos personajes? ¿Se harán amigos? Esta es la presentación de ‘El reto‘ que hace la Editorial Libre Albedrío. Un álbum ilustrado de Pilar Serrano y David Sierra Listón. Con éste último charlamos un poco más sobre este libro.

¿Cómo nace este proyecto? David Sierra Listón: “Yo pasé a formar parte del proyecto en 2018. Ya había trabajado con Pilar Serrano en un álbum titulado ‘Amor en una caja de cartón’, de la editorial Bookolia. La experiencia fue realmente buena y ambos quedamos muy contentos con el resultado. También había trabajado con Gema Sirvent (editora de Libre Albedrío) en los libros ‘Señor Aburrimiento’ y ‘Cuentos criminales’. Fue idea de ellas dos contactarme para ilustrar ‘El reto’. Nunca había ilustrado un libro protagonizado por animales, así que fue un reto tanto para los protagonistas como para mí”. 

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontrarán a una Ardilla con mucho talento para hacer piruetas y a un Mapache celoso de su éxito que, tratando de ponerle obstáculos, no hará más que alimentar su afán de superación”.

¿Qué te pareció la historia de Pilar? “Me encantan los cuentos protagonizados por personajes que no son unidimensionales, que se enfrentan a dilemas personales y muestran una evolución, aunque su profundidad esté adaptada al público infantil. Y creo que Pilar lo consigue con El reto. Tanto Ardilla como Mapache empiezan y acaban en puntos diferentes, y ambos obtienen algo positivo de su interacción. Mientras Ardilla disfruta de éxito y reconocimiento, Mapache aprende a valorarse a sí mismo sin necesidad de compararse con los demás. Y eso es maravilloso”, asegura David Sierra Listón.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? “Diría que son unas ilustraciones llenas de humor, ternura, color y vida. O al menos, esa era mi intención cuando las realicé: dar vida a un rico bosque lleno de criaturas, cuyas emociones fueran fácilmente reconocibles por los niños. Espero haberlo conseguido”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Técnica digital, pero un poco a mi manera. Aunque trabajo con Photoshop, intento no usar los atajos ni las herramientas preestablecidas que el programa pone a tu disposición, y experimento con pinceles, modos de fusión, transparencias, texturas, etc… Para lograr un aspecto más tradicional e imperfecto. Por eso empleo pinceles (en gran parte de cosecha propia) que resulten orgánicos a la vista. Los uso de la misma manera que lo haría sobre papel, trazando cada línea, texturizando y dando cada pincelada. Por eso cuando alguien me pregunta si hago mis ilustraciones a mano o con la tableta, le contesto que las hago a mano usando una tableta. Dicho esto, no tengo nada en contra de las ilustraciones que son visiblemente digitales. Si alguna vez encuentro un proyecto en el que este acabado me pareciera adecuado y me sintiera cómodo con ello, lo usaría también”. 

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “En mi caso, los comienzos de cada proyecto son siempre un poco tortuosos. El reto no fue una excepción. Tropecé a la hora de dar con el diseño de personajes y el tono del libro. Como ya he comentado, no me sentía del todo hábil a la hora de dibujar animales, y mis primeros diseños reflejaban ese temor. Me obsesioné con hacer animales que fueran gráficamente diferentes, y los resultados eran tristes y poco expresivos. Estuve unas cuantas semanas probando combinaciones que no funcionaban hasta que me di cuenta de que tenía que cambiar el enfoque. Lo primero que hice fue adoptar un tono más desenfadado y caricaturesco. Y lo segundo, olvidarme de que los protagonistas eran animales. Los convertí en niños con aspecto animal. Si observas las ilustraciones, verás que a menudo las escenas recuerdan a un patio de colegio. Un niño tímido escondido tras una columna, una niña correteando en un columpio, etc… y con este planteamiento en mente, cada uno de los animales del bosque empezó a cobrar vida en el papel. Y ya por fin pude enviar los primeros bocetos a mi editora, la rueda empezó a girar y yo empecé a disfrutar plenamente de todo el proceso”.

¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “He aprendido muchas pequeñas cosas, como con cada proyecto. Sobre todo en lo relacionado a aspectos técnicos. A nivel personal, me gustaría decirte que he aprendido a no sabotearme a mí mismo y que ya no me digo que no soy capaz de esto o aquello, pero sería mentira. Es la piedra con la que tropiezo siempre. La parte buena es que, ya sea saltándola, rodeándola o cargándomela a la espalda, los libros siempre llegan a tiempo a imprenta, así que podemos decir que he aprendido a vivir con ella”. 

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo me encuentro inmerso en la ilustración de dos series de narrativa, ‘Los rescatadores mágicos’ (La Galera) y ‘Anna Kadabra’ (Planeta). Además, tengo dos libros pendiente de publicar con Susanna Isern. El primero de ellos saldrá en febrero y es un híbrido de álbum y novela que lleva por título ‘Charito Plin y el monstruo de Piripindio’ (Tierra de MU). El segundo lo estoy ilustrando ahora y pronto podré revelar un poco más sobre él”.