Una antología de cómics y relatos breves escritos e ilustrados por un enjambre de auténticas obreras. Así define Norma Editorial este estupendo trabajo que lleva por título “Enjambre” y que reúne a un grupo increíble de autoras. Coordinado por Susanna Martín, ella ha sido la que nos ha guiado por los entresijos de las páginas de este proyecto.
“Todo empezó una tarde de otoño del 2012, tomando unas cervezas en una terraza del Raval (barrio de Barcelona) con Álex Fernández, editor de Norma. Estaba también María Castrejón, guionista del cómic en el que estoy trabando ahora. El editor nos comentó la idea de publicar una antología de autoras de cómic actuales y yo acepté su coordinación. María y yo realizamos una historieta para incluirla en el dossier que luego enviaría a las autoras y que es la que aparece en el libro”.
¿Quienes están detrás de él? ¿Qué autoras? “Ana Galvan, Srta. M, Sonia Pulido, Lola Lorente, Miriam Muñoz, Txus García, Gally, Paulapé, María Castrejón, Susanna Martín, Pupi Herrera, Clara-Tanit Arqué, Mamen Moreu, Elisa McCausland, Alejandra Alarcón, Ana García, Raquel GU, Lydia Sánchez, MP5, Carla Berrocal, María Herreros y Cristina Durán. Con un prólogo de Ana Miralles y un epílogo de Marika Vila”.
¿Qué nos vamos a encontrar en sus páginas? “17 historietas y 2 relatos cortos ilustrados por autoras actuales nacionales e internacionales. No hay una temática concreta pero sí las une un sentimiento común”.
¿Qué nos puedes decir del título? “Nos identificamos con un enjambre de abejas obreras. Citando a Marika Vila en su epílogo, «las obreras no solo son hembras, sino que son los miembros más activos y numerosos de la colonia, resultan imprescindibles y cuando forman un enjambre es para salir al exterior y empoderarse de un nuevo espacio donde generar su propio lenguaje transgresor, eliminar fronteras, romper con la homogeneidad de las etiquetas y mostrar la singularidad en sus múltiples subjetividades.»
Yo no podría decirlo mejor y más claro. Esa es la filosofía del libro y lo que nos ha unido”.
¿Cuál es el objetivo de este libro? Al menos un aspecto reivindicativo si que tiene, ¿no? “Enjambre somos un grupo de autoras que nos hemos juntando para reivindicar un espacio que todavía no tenemos en el mundo del cómic. Para demostrar que no existe un “cómic femenino” (esa etiqueta tan terrible y dañina) sino que cada una se expresa como quiere, pero que todavía nos tenemos que agrupar para romper con catalogaciones y hacernos visibles a partir de la fuerza colectiva. Y hacernos oír. Como dice Ana Miralles en el prólogo, Enjambre «es zumbido, es grito, es canto, es denuncia, es advertencia», porque, aunque cada vez seamos más, sigue habiendo una exclusión y una invisibilidad, no solo de las autoras actuales sino de las antepasadas también, y eso hace que no tengamos unos referentes, no nos conozcamos entre nosotras y siga siendo un mundo masculinizado”.
¿Qué técnicas podemos encontrar en el mismo? “Hay una gran variedad, tanto de técnicas narrativas como de técnicas gráficas y estilos. Desde el coloreado digital a las ceras o pasteles, acuarela o lápices de colores, o a la tinta, y en cada historieta distintas formas de aplicar el color o la ausencia del color. Incluso hay quien ha girado la lectura de las páginas, como es el caso de Pupi Herrera”.
¿Cómo ha sido el proceso de elaboración del mismo? “En total ha sido un año y medio casi desde que iniciamos el proyecto. Al principio hubo un poco de problemas, muchas autoras no quisieron participar porque temían que se etiquetara Enjambre de “cómic de chicas”, y no fue hasta el Salón del Cómic de Barcelona del 2013, cuando quedamos de forma espontánea varias autoras a través de la Asociación de Autoras de Cómic, que la lista ya se completó. En el bar del salón fue donde nació el título y el discurso reivindicativo y obrero de “enjambre”. Me acabo de dar cuenta que la gestación de Enjambre ha estado muy ligada a los bares,(risas)”.
“Tenía muy claro que quería que todas las autoras sintieran este libro suyo también y que se implicaran en su elaboración. Creamos un grupo en Facebook e íbamos comentando cada cosa. Y por mail también. Incluso la portada, realizada por María Herreros, la debatimos y cada una aportó ideas para que luego María las tuviera en cuenta. Sentí que debía ser todo lo más horizontal posible y que el grupo decidiera en el proyecto. No sé si es la misma impresión que tienen todas, pero yo al menos lo intenté. Aunque suene a frase tópica, coordinar este libro ha sido una gran experiencia en todos los sentidos. He conocido un montón de autoras a las que admiraba mucho y, a las que no conocía, he descubierto, y me han encantado. Ahora vamos a estar conectadas de alguna forma y siento que hemos allanado un poco más el camino. Eso es lo bonito”.
