Juan Mayorga propone una historia inquietante que nos interpela. ¿Hay mapas peligrosos, mapas intolerables, mapas que deberían ser prohibidos? ¿Hasta qué punto el trabajo del cartógrafo supone una amenaza? Daniel Montero Galán, en cada uno de los dibujos de este libro, consigue expresar de una forma prodigiosa, con minucioso trazo y colorido fascinantes, lo que pasa -y pasea- por la cabeza de Hermida mientras responde las preguntas de sus interrogadores. ‘581 mapas’ es un atlas. Para encontrarse o para perderse. Así nos presenta La uña rota ediciones este libro, del que hemos charlado con Daniel, y esto es lo que nos ha contado.

“La primera vez que colaboré con Juan Mayorga fue en 2012, con el álbum ilustrado El elefante ha ocupado la catedral, una obra de teatro genialmente absurda destinada al público infantil, que editó la desaparecida 27 letritas. Dos años más tarde Mayorga comenzó a publicar sus obras con la editorial segoviana La uÑa Rota, cuando los editores le consultaron si tenía preferencia por alguna persona para realizar la portada del primer libro. El propio Mayorga fue el que me recomendó, por lo cual le estoy muy agradecido. Ese primer título fue Teatro 1989-2014, una recopilación de las obras que el dramaturgo realizó durante esas fechas. Sigo considerando que esa es de las mejores portadas que he realizado”.

Daniel Montero Galán

“Cuando le enseñe a Mayorga el boceto para esta portada -continúa Daniel Montero Galán-, donde se presentaba un mapa de sus obras, me confesó su pasión por las cartografías y me pasó la obra breve 581 mapas. Cuando leí el texto por primera vez fue un auténtico flechazo, me voló la cabeza y me invadió el deseo de trabajar sobre ese texto”. 

“La obra trata sobre un cartógrafo que realiza mapas por encargo: «Madrid para mendigos», «Lugares por los que he caminado sonámbulo», «Domicilios de los jueces residentes en Madrid»… Así hasta quinientos setenta y nueve. Muñoz y Lezcano lo interrogan acerca del contenido de esos mapas y de las personas anónimas que se los han encargado, pues consideran que los mapas son peligrosos y suponen una amenaza”. 

“Me identifico con Hermida, una persona absorta por su trabajo que se dedica a pensar en imágenes. Quería recorrer su mente, ver a través de sus ojos, pues metiéndome en su cabeza a la vez me adentraba en la mía”, nos cuenta Daniel Montero Galán

“Los encargos urgentes nunca me dejaban meterme de lleno en los 581 mapas. Por fin, durante el verano de 2016, tuve un parón y pude realizar cuatro ilustraciones. Aunque sabía que La uÑa Rota era la mejor candidata, por aquel entonces no sacaba libro ilustrado, así que comencé a mostrárselo a otras editoriales que pudiesen estar interesadas, pero no tuve éxito. 581 mapas resultaba incatalogable, a ninguna le encajaba un álbum ilustrado para público adulto con texto teatral, un bicho raro que puede volver loco a cualquier librero/a o bibliotecario/a, ¿en qué estante de una librería se coloca un libro así?”

Daniel Montero Galán

“Esas cuatro ilustraciones estuvieron metidas en un cajón hasta 2018, encajaban en la convocatoria de la Exposición Internacional de Ilustración Editorial Babalunga i Kamalongos, de la primera edición del Festival Baba Kamo. ¡Todo un acierto! Gané el concurso y fui el encargado de realizar la imagen de la siguiente feria -nos relata Daniel Montero Galán-. Con el premio bajo el brazo, volví a insistir a los editores uñirrotos (que ya por aquel entonces habíamos publicado el libro ilustrado Intesamente azules) y, por fin, se decidieron a editar el libro”. 

“¡Ya tenía editorial! Pero seguía sin encontrar tiempo entre los encargos urgentes para desarrollar un proyecto tan largo y trabajoso, ¡necesitaba un parón! Y justo en marzo 2020 llegó una pandemia mundial y se paró el mundo. Cuando notificaron que iban a cerrar las escuelas y que debíamos confinarnos nos entró claustrofobia y decidimos ir a la casa Seguntina de mi pareja. Nuestro piso madrileño es bastante pequeño, al igual que mis hijos, y el encierro allí habría sido asfixiante. La maleta que preparamos era pequeña, suponíamos que no estaríamos más de un mes confinados, pero entre las cosas que guardé en el equipaje estaban los 581 mapas abocetados. En las primeras (y segundas) semanas de encierro no recibí ningún encargo, en mi bandeja de correo no entraba ni spam, así que por fin pude dedicarme exclusivamente a perderme dentro de las cartografías. Durante los meses de confinamiento 581 mapas me mantuvo conectado con la ilustración y con Madrid, como no podía caminar por sus calles físicamente me dediqué a recorrerlas virtualmente y a trazarlas sobre los mapas que aparecen en el libro”.

“En principio, el libro iba a tener 14 dibujos, pero el confinamiento duró más de lo esperado y el proyecto también se dilató, hasta superar las 28 ilustraciones. Los dibujos originales los realicé con rotuladores posca sobre cartulinas, que fueron cambiando según se me acababan. Fue toda una aventura conseguir materiales para poder seguir trabajando en un pueblo pequeño. Al no disponer de los medios de los que cuento en mi estudio (mesa de luz, ordenador, escáner…) tuve que ingeniármelas bastante y volver a calcar sobre las ventanas. Cuando regresé a casa después de meses, pude digitalizar las ilustraciones y retocarlas con el ordenador”, nos confiesa Daniel Montero Galán

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Las personas que solo conozcan mi faceta como ilustrador infantil y me identifiquen con libros como El gran Zooilógico, se pueden sorprender con la gráfica de este libro, si no han seguido la evolución y adaptación que ido trazando”. 

Daniel Montero Galán

“Creo que lo más llamativo de estas ilustraciones es el enfoque, desde dónde están planteadas. A la hora de enfrentar un texto el ilustrador fija un marco que condiciona la mirada del lector. Desde el primer momento sabía que no quería ilustrar este libro de manera reiterativa, dibujando las situaciones que se comentan en el texto. Una primera opción era realizar las cartografías que se van citando durante el interrogatorio: «Número de alcohólicos por cada mil habitantes», «Refugios de hadas, duendes y gnomos», «Lugares por los que he caminado sonámbulo», son realmente sugerentes. Pero tomé la decisión de realizar mapas de pensamiento, las ilustraciones que aparecen son cartografías mentales, que plasman las ideas y emociones que siente el protagonista en cada momento del relato. De esa manera los/as lectores/as pueden imaginarse a los personajes, los escenarios, incluso los mapas citados, a su antojo”. 

¿Qué supone para ti el premio Junceda por este proyecto? “Es una gran satisfacción recibir el Premio Junceda, todos los reconocimientos son bien recibidos pero hinchan más cuando son otorgados por personas a las que admiro profesionalmente. Había muchísimo nivel entre los finalistas, es un privilegio. Espero que este premio ofrezca proyección y visibilidad al libro, se lo merece”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy muy metido en un libro juego que saldrá el próximo año, es de suspense, así que no puedo contar mucho más… “.