Este libro es dos libros a la vez. El primero es un manual de autodefensa mental que enseña de qué modo resistir a la manipulación y a la confusión mediante diversas estrategias para neutralizar la propaganda, el emocionalismo, el dogmatismo y el nihilismo. El segundo es un elogio de los grandes valores ilustrados, como el amor por la verdad, el ejercicio de la tolerancia, la defensa de la democracia, la promoción de un laicismo respetuoso, el valor de la amistad y la búsqueda de la felicidad para el mayor número de personas. Todo ello con un estilo claro y ágil, lleno de referencias, anécdotas, ejercicios y numerosas ilustraciones y esquemas. El resultado, que hubiera apreciado el propio Voltaire, es una obra capaz de modelar ciudadanos críticos y democráticos. Así nos presenta Thule Ediciones ‘Pensamiento crítico ilustrado’, un trabajo de Bernat Castany y Cinta Fosch. Con ésta última charlamos un poco más sobre este interesante proyecto y sus ilustraciones.

Cinta Fosch

¿Cómo nace este proyecto? Cinta Fosch: “José, editor de Thule, me propuso trabajar en un texto para jóvenes y adultos sobre pensamiento crítico. El libro debía adoptar un formato divulgativo con el fin de acercar la reflexión a los lectores y, a la vez, hacerlo manejable como manual de consulta, como recetario filosófico al que acudir. El hecho de que Bernat hubiera hilvanado el libro bajo secciones que presentaban conjuntos de reflexiones estructuradas en párrafos interrelacionados entre sí, sugería abordar la idea de manual desde un ángulo particular en el que el diseño cobraba un papel relevante como telón de fondo del proyecto”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Sobre todo, un llamamiento al sentido común y al “piensa por ti mismo”. El libro se divide en un manual de pensamiento crítico y una puesta en práctica de la teoría. Rescata ideas de la Ilustración para interpelarnos a pensar de manera autónoma y crítica. Las ilustraciones se entretejen con las reflexiones propuestas por el texto, aunque en ocasiones propongan lecturas alternativas”, nos cuenta Cinta Fosch.

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. Porque no es un libro ilustrado como los que estamos quizás acostumbrados a ver. Empezando por que se trata de Ensayo.
“Hay un trabajo de destilación de las ideas que expone el autor que después cociné con ingredientes de cosecha propia. La idea es que resultaran ilustraciones de digestión lenta. Tal vez, en este sentido, la imagen tiene algo de ensayístico también, no explica nada, quiere ser una invitación a pensar”.

Una de las sensaciones que me queda tras un primer vistazo es que hay mucho de ilustración editorial. No sé qué piensas al respecto. “Me pareció interesante trabajar con el menor número de artificios gráficos -asegura Cinta Fosch-. Tampoco había necesidad de explicar ninguna historia. Si a eso le sumamos la limitación técnica de imprimir a dos tintas, resulta un trabajo bastante centrado en el análisis y la interpretación de ideas y no en el entretenimiento visual o el adorno. Aunque rehuyendo de la narratividad del álbum parecería que las ilustraciones se acercan a un trabajo de tipo editorial, la imagen adopta, sin embargo, un carácter más propositivo y crítico”.

Cinta Fosch

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Trabajar con un formato de libro didáctico que adoptara la fórmula de manual de consulta, y hacerlo con un texto de tipo filosófico, ambos son planteamientos nuevos para mí. La limitación de tintas suele ser usual en mis ilustraciones y, aunque no venga dada por un encargo (como sí fue en este caso), autoimponerme reglas de juego de este tipo me divierte y estimula mi trabajo”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Es una mezcla entre analógico y digital partiendo de la fragmentariedad. Las imágenes están compuestas de ilustraciones propias y de la suma, creo que imperceptible, de otras imágenes: signos espigados de grabados antiguos, texturas robadas a las iluminaciones de la Enciclopedia de Diderot y Alembert, errores de impresión, etc.”, nos cuenta Cinta Fosch.

¿Qué parte fue quizás la más difícil de abordar en este proyecto? “El texto es muy gráfico, está repleto de imágenes y sugerencias visuales. Intentar hacer una propuesta gráfica que no chocara demasiado con este imaginario que se creaba, de manera natural, en la cabeza, y que incluso, en ocasiones, ayudara a ampliarlo, fue quizá lo más difícil de trabajar”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “En un libro, trabajos de prensa…”.