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Daniel Montero Galán y ‘El gran Zooilógico’: «Cuando tuve un muestrario con varios especímenes, acordé un pacto con ellos: ya que ellos viven gracias a mí, yo quería vivir de ellos. Para llevar a cabo esta simbiosis, ideé un bestiario»
Lo que hemos tenido que reír y lo bien que lo hemos pasado husmeando en ‘El gran Zooilógico‘ de Daniel Montero Galán, publicado por Ediciones Jaguar. Ya tuvimos la suerte de coincidir en Madrid con él en persona, tras alguna entrevista virtual sobre su trabajo. Nos vimos en un antiguo mercado. Él estaba detrás del mostrador de un puesto, uno de pollos, pero pollos por allí, no había. Sí que había muchos seres mitoilógicos.
«En esta recopilación de seres utópicos y atípicos encontrarás muchos tipos de patas y picos. Unos son peludos y otros pelones, los hay aterciopelados, peliagudos, peleones; pero la mayoría no tienen un pelo de tonto, como los melones», dice Daniel en su página web. Nos hemos puesto el traje de aventura y nos hemos adentrado, eso sí, de la mano del mejor guía, en esta especie de selva/bosque/granja/casa/mar que conforman las páginas del libro.
Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. «Desde que era una cría de animalote, cuando aún no tenía uso de razón (tampoco es que ahora la utilice mucho), he sido bastante observador y me gustaba mirar las musarañas. Tenía muchos pajarracos en la cabeza a los que contemplaba ensimismado. Con el tiempo, estos se fueron reproduciendo y se les fueron sumando todo tipo de criaturas, haciendo un gran estruendo entre graznidos, gruñidos, cacareos y alaridos. Así que decidí acallarlos en mi sesera, y sin perder los papeles, lo fui trasladando al folio para que allí tuviesen la voz cantante».
«Desde entonces no he parado de atrapar especies y especias mitoilógicas. Me sorprende que me quepan tantas dentro del cráneo, soy bastante cabezota, pero no cabezón. Mi mollera es como el cuerpo de la Chuskatrioska (Soviet matryoska), criatura que alberga en su interior dos salitas de estar, un cuarto de baño, tres habitaciones y varias camas nido donde incubar a sus polluelos».
«Cuando tuve un muestrario con varios especímenes, acordé un pacto con ellos: ya que ellos viven gracias a mí, yo quería vivir de ellos. Para llevar a cabo esta simbiosis, ideé un bestiario donde apareciesen catalogados estos seres y comencé a enviárselo a varias editoriales. Finalmente Jaguar se aventuró a acompañarme con las andanzas de estas criaturas de altos vuelos. Así, en noviembre del 2011, salió del huevo el Zooilógico que con el tiempo fue desapareciendo de las librerías. Por ello, en noviembre de 2015, vio la luz El gran Zooilógico».
Te recordamos detrás de un puesto en un mercado con alguno de tus seres mitoilógicos, en este zoo-libro, ¿cuántos estaban ya y cuántos han llegado nuevos? «En mayo del 2013 tuve el placer de participar en ‘Se Alquila / Mercado’. El proyecto ‘Se Alquila’ reúne a creadores en espacios en desuso. En su tercera edición abrieron los puestos abandonados del Mercado de la Cebada, en pleno centro de Madrid. Este mercado de abastos no dio abasto con la muchedumbre que visitó durante 3 días las obras de los más de 150 creadores e intérpretes que transformamos la galería comercial en una galería contemporánea».
«En mi caso, convertí el puesto nº 48, la antigua Pollería Marisa, en una Pajarería de Pajarracos, donde se exhibían bastantes de estas criaturas. El puesto llevaba unos 15 años cerrado así que, aparte de desempolvar recuerdos, también tuve que desempolvar su interior. Más que una pollería parecía una madriguera de Pielipelido (Mienudo mielenudo), la criatura más melenuda del Zooilógico, que a su paso va dejando un rastro de pelusas».
«Por aquel entonces ya estaba a la venta el primer Zooilógico, que contaba con un formato más pequeño (22×22, 5 cm). El gran Zooilógico, haciendo honor a su nombre, es de mayor tamaño (30×21, 5 cm). Aparte de la evidente transformación de dimensiones, para la que tuve que volver a maquetar todo el libro y la nueva imagen de cubierta, su interior también ha cambiado bastante. Incluye 32 páginas nuevas, con diez criaturas insólitas que sustituyen a otras que ya no me convencían. Así que no se trata de un libro nuevo, pero tampoco de una simple reedición del primer bestiario».
«Recientemente, en la galería Mad is Mad, se han exhibido algunos de los seres mitoilógicos que aparecen en el libro, junto a más de una treintena de nuevas criaturas que estuve estudiando para la ocasión. Estas criaturas ya existían antes del primer bestiario y se siguen y seguirán multiplicando. En el libro aparecen recopiladas una gran parte de ellas, pero el rico hábitat del Zooilógico abarca tanto espacio que no cabría en un bestiario».
¿Cuánto tiempo de campo lleva crear este zoo tan particular? «Tengo un estudio muy hogareño (trabajo en casa), así que me gusta salir a coger aire bien fresquito para inspirarme. Procuro llevar conmigo una libreta, por si me encuentro por el camino con alguna criatura mitoilógica, poder hacer un apunte rápido de su fisonomía. Después paso a limpio el dibujo y comienzo a observar sus rasgos físicos y particularidades, lo que me sirve para bautizarla, definir sus características y comportamientos, ilógicos sin duda. Por lo tanto, no es un libro de escritos que luego haya ilustrado, más bien lo contrario, es un libro de dibujos de Zooilogía que luego he descrito».
«El primer ejemplar que esbocé data de los años 80. Esta investigación me ha ido acompañado durante toda mi existencia y espero poder vivir rodeado de estas criaturas durante mucho tiempo».
Respecto a las ilustraciones, ¿sigues con tu estilo rectiforme espiraloide? ¿Hay algo nuevo respecto a trabajos anteriores? «Cada vez soy más rectiforme y con menos manchitas. Ahora trabajo más el volumen y trato de meter menos florituras. En El gran Zooilógico hay algunas criaturas antiguas y otras recientes, así que se puede percibir esta metamorfosis. Hay tres criaturas actuales a las que se les transparenta el interior, el Chupacabras (L. críptido decrepit), la Enervera lechera (Lacteum mortali) y el Cropardo (Mucus pringuis). Creo que cada vez soy más introspectivo».
Cuéntanos con qué técnicas has trabajado. «Procuro no usar mucho el ordenador, solamente cuando es imprescindible que me eche un cable. Suelo realizar la mayoría del proceso a mano (con ayuda del pincel). Para el 90% de las imágenes he utilizado pastillas de acuarela, que suelo mezclar con témpera blanca, rotuladores y tinta china. En las páginas de consejos sobre cómo criar seres mitoilógicos en tu casa también aparecen trozos de papel escaneados. Una vez digitalizadas las imágenes fui montando la maqueta. En este proceso me echaron una mano para no meter la pata. Es un libro en el que estuve omnipresente en toda su creación, ya que lo he ideado, diseñado, escrito, ilustrado y maquetado».
Al abrir las tapas de este libro y pasar sus páginas, si se escapa alguno de estos seres, ¿a cuál debemos temer más? «Hay varias criaturas que pueden resultar peligrosas, como el Revientalotodo (Quecaracabreo quetienes) que es la mar de agresivo y siempre nada a contracorriente, o la Bereberbenera (Abracadabrus cabestrus) que tiene muy malas pulgas. Hay otros seres con los que también hay que andarse con mucho ojo, como la Enervera lechera (Lacteum mortali) que da muy mala leche o la Mangarriana (Mangalaganga), criatura crujiente muy dura de mollera a la que se le suele ir la pinza».
¿El mejor para tenerlo de mascota? «Hay varios que pueden ser de gran utilidad, como la Rebanajita (Cortex multium) que con sus múltiples pinzas puede abrir cualquier envase (si le das la lata), o el Pipiripiolino (Pipiripipi poporopopo), voz cantante del Zooilógico. Como buen cantamañanas te puede servir de despertador, pues canta al amanecer para que ningún huevo se quede frito».
«Algunos son muy hogareños y se domestican fácilmente, como el Torcinito de cielo (Volatilix grasum) que su hábitat idóneo es dentro de un frigorífico, o el Sopapo (Pescaíto alajillo) al que le gusta ponerse tierno dentro de una olla. Pero antes de escoger cuál es el ser que mejor se adapta a tu hogar, has de tener en cuenta que su tamaño sea adecuado. Algunos son demasiado grandes para meterlos en una casa normal y otros minúsculos y difíciles de encontrar. A las criaturas mitoilógicas les gusta poder vivir a su aire, migrar y dar alas a su imaginación. El Zooilógico carece de barrotes que amansen a estas fieras».
¿Con cuál de ellos compartes afición? «Soy muy curioso y suelo husmearlo todo cual Tuerzuda (Torxis tuercum), por ello me encanta ponerme en la piel de otros, como al Metamorcillo (Bichejus miltrajeadum). Al igual que al Pajararrico (Pataletus detiqueta), me gusta asistir a banquetes para picotear, y ponerme las botas como un Zoopatero tres ojos (Pantunflo triocularis).
¿Cómo consigues mantener en pie ese zooilógico con un Engulleletras dentro? «Al Engulleletras (Empacherus delibirs) le encanta hacer sopas de letras y devorar textos, literalmente. Por fortuna es muy comodón y no se mueve de sus hojas, en las que ha ocasionado un gran destrozo y no ha dejado una palabra sin relamer, pues podría liarla muy gorda en las 120 páginas que tiene el bestiario. Es un libro muy sabroso de tomo y lomo, y da el cante hasta de canto. No le servirá de mucho a un biólogo para realizar sus estudios, pero le puede resultar de gran ayuda para calzar su mesa, si es que cojea».
¿Qué posibilidades ofrece el libro a los lectores? «Diversión. El primero que ha disfrutado he sido yo haciéndolo y creo que se nota. Es el libro que quería tener, tanto mi yo de hoy como mi yo de ayer, y es que tengo un niño interior muy exteriorizado. Creo que si un creador goza de su obra es más fácil que luego lo hagan el resto de personas. Lo recomiendo para todos los públicos, de 0 a 100 años. Los más pequeños y los menos jóvenes pueden imaginar más sobre estas criaturas y su hábitat, incluso seguir inventando nuevos seres».
«La parte didáctica radica en que invita al espectador a curiosear. En mi opinión la enseñanza debería girar en torno a las preguntas y no a las respuestas. Incitar a reflexionar cómo son las cosas y que cada uno saque sus propias tonteorías. Luego, claro está, dar la solución científica, pero no sin antes haber hecho el esfuerzo de imaginar. Además, es ideal para ejercitar los dos hemisferios de cerebro a la vez, al mostrar unos seres surrealistas junto a una descripción pseudocientífica pone a trabajar tanto el izquierdo como el derecho, es como ir al gimnasio de cabeza».
Actualidad
Vera Galindo nos presenta a ‘Lila y Lola’
¿Pero cómo iba a estar en la selva? ¡Nooo! Mi Lola no es así, Lolita es una tigresa de ciudad… La magia de las divertidas y sugerentes ilustraciones de Vera Galindo llenan un álbum que nos habla de respetar a los animales y a la naturaleza. ‘Lila y Lola’ es una historia que edita Apila Ediciones y que te tocará el corazón, porque querer a alguien es aceptarlo como es.
¿Cómo nace este proyecto? Vera Galindo: “La idea partió de un boceto que hice un día donde dibujé un tigre en la selva. Después del tigre dibujé una niña y le puse una correa, como si lo estuviera sacando a pasear. Todo esto sucedió en un momento de vacaciones, sin pensar mucho ni buscar ningún resultado. Ni siquiera me pregunté por qué había hecho a un tigre de «mascota», salió así. Ese dibujo lo guardé, como otros tantos, pero se quedó de alguna manera en mi subconsciente. Ese mismo año pinté un mural de un tigre, inspirado en ese mismo y más tarde hice unas pegatinas, de un tigre también. Casi un año después, en una semana más tranquila de trabajo en la que estaba revisando bocetos viejos, volví a reencontrarme con la imagen inicial y ahí fue dónde comenzó todo”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Los lectores encontrarán color, texturas y sobre todo, muchas contradicciones. Es un álbum donde hay que estar muy atento a palabras e imagen, no solo hay que leer únicamente los textos, ya que si no, cambiaremos totalmente el significado”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “En este proyecto quería trabajar con una técnica manual, aunque luego me llevaría todo a digital para mezclar y componer -nos cuenta Vera Galindo-. Quería trabajar con collage digital y darle un aspecto más caótico en ciertas páginas. Quería que la textura fuera muy importante, que las líneas se salieran de la figura, que tuviera un toque manual e imperfecto que le diera mucha naturalidad. Quería hacer lo que me apeteciera y disfrutar experimentando”.
“Iba a jugar con diferentes papeles también y con todo lo que hiciera falta para que la ilustración fuera lo más expresiva posible. Era un experimento que me apetecía mucho hacer y en un momento en el que tenía bastante tiempo para experimentar. Fue un proyecto personal y me apetecía pasármelo bien, que se publicara o no ya sería cosa del futuro. Creo que por esto puede diferenciarse con proyectos anteriores bastante en estilo. Es más manual, con más texturas, más expresivo y despreocupado con las formas… Me gustó tanto el proceso y el resultado que en otros proyectos estoy jugando con técnicas similares”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Comencé trabajando con acrílicos, pintura plástica, lapiceros y rotuladores. Compré papeles con diferentes texturas y creé las mías propias, como los imperfectos lunares del vestido de Lila o el pelaje de Lola -asegura Vera Galindo-. Trabajaba las ilustraciones por partes para poder darles más tamaño, Lila iba por un lado, Lola por otro, las plantas o elementos del espacio por otro… Después escaneaba todo. Así me permitía jugar con el tamaño y probar diferentes composiciones en digital, con Procreate, que fue donde compuse todo y añadí algún trazo o detalle más”.
Háblanos un poco del uso del color en este libro. “El color para mi es un punto muy importante siempre en mis proyectos. En «Lila y Lola» todo parte del amarillo anaranjado, rojo y morado. Lola es amarilla anaranjada, el pelo de Lila Morado y su vestido, rojo a lunares, que es el mismo rojo con el que «domestica» a Lola al ponerle el pañuelo. Serán los tres colores principales que siempre destacan y van siendo acompañados por diferentes paletas de color, según estemos en la ciudad o en la selva”.
Háblanos un poco del proceso de realización de este libro. “Como te contaba antes, casi un año después de hacer ese dibujo, en una semana más tranquila de trabajo en la que estaba revisando bocetos viejos, volví a reencontrarme con la imagen inicial. Esta vez la vi de una manera completamente diferente, me di cuenta de que esa imagen contaba mucho sin necesidad de ninguna palabra. Era un tigre «domesticado», tenía una correa, pero estaba en la selva. ¿Habían ido a buscarlo? ¿O lo estaban devolviendo? ¿Por qué esa niña estaba ahí?”, afirma Vera Galindo.
“Comencé a darle vueltas a la idea. Estaba claro que no iba a dejar acabar el libro con el tigre «atado». Pero también estaba claro de que ese tigre, bueno, tigresa, tenía que pasar por la ciudad en algún momento, por eso de que llevaba correa. No me pareció muy difícil imaginar cómo podría ser la personalidad de Lila: una niña, un poco caprichosa por cierto, que piensa que le está haciendo un favor a su queridísima tigresa llevándola a la ciudad. ¿Pero cómo no le va a gustar vivir en la ciudad? Lila no es mala persona, pero tampoco se ha parado demasiado a intentar entender a Lola”.
“Me di cuenta de que ese boceto podía acabar en un álbum y personalmente, me apetecía hacer algo diferente. Llevaba una temporada en la que había estado trabajando mucho en exterior, en muralismo y lo que más me apetecía era llevar un poco de técnica manual y textura, porque la temática además, también me lo pedía”.
“También tenía un objetivo respecto a la ilustración y su unión con el texto: tenían que ser en cierta manera «independientes» -continúa Vera Galindo-. El texto va todo el rato contradiciendo a la imagen. De esta manera, si solo lees el texto, el álbum acaba de otra manera. Si solo lees la imagen, lo entiendes más o menos. Pero cuando lees juntos texto e imagen, comprendes la historia totalmente. Me parecía muy interesante el hacer al espectador estar atento a las imágenes en un álbum en el que hablo precisamente de lo contrario, de no prestar atención”.
“También preparé un booktrailer. Me parece a día de hoy, que todo está en redes, muy importante el poder presentar el libro de manera digital. Y qué mejor que con una animación. Los personajes están animados frame a frame en Procreate a 6fps y montado y animado posteriormente en After Effects.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy entre talleres en colegios e institutos, algún proyecto de ilustración, diseño y animación y sacando tiempo, como puedo, para dar forma a un par de proyectos personales que espero puedan transformarse en álbum pronto. ¡Ojalá!”.
Entrevistas
Frank Sett y la simbiosis de ‘Extrañas parejas’
¿Un pájaro africano guiando a un babuino hacia la miel? ¿Hormigas cuidando pulgones como si fueran sus mascotas? ¿Una tarántula compartiendo lecho con una diminuta rana? ‘Extrañas parejas‘ es un libro fascinante que explora las curiosas relaciones de simbiosis que se establecen entre doce parejas de animales. «Con un enfoque único que mezcla humor y ciencia, realidad y ficción; cada historia revela los secretos de la convivencia entre distintas especies», nos cuenta la editorial Pastel de Luna, que edita este libro de Pablo Albo y Frank Sett. Con éste último hemos charlado un poquito más sobre este proyecto.
Cuéntanos cómo nace este proyecto. Frank Sett: «Nace gracias a una serie de afortunadas coincidencias: hice unas prácticas en la editorial Pastel de Luna y el editor (otro apasionado de los animales igual que yo), al ver mi portfolio, en el que en su mayoría tengo ilustraciones de naturaleza (tanto científicas como fantásticas), me propuso hacer una ilustración de prueba para un proyecto de la editorial: un libro que trataría sobre la simbiosis animal. Esa prueba anticiparía lo que ahora es el libro llamado “Extrañas Parejas”. Mi alegría al anunciarme que se me contrataría para este libro fue indescriptible. Ahora, ya publicado y viendo el buen recibimiento que está teniendo, la alegría es aún mayor».
¿Qué encontrarán los lectores en las páginas de este libro? «Encontrarán 12 situaciones fantásticas y divertidas que representan la convivencia entre dos especies que podemos vincular a las más diversas relaciones humanas. A su vez, y ligadas a cada situación, se muestra la relación real en la naturaleza de estos animales. Extrañas Parejas conjuga una sección divulgativa y científica con una fantástica: ambas tratan el fascinante mundo de la simbiosis animal. Es un libro que se ha construido con mucho mimo por todas las partes: la idea inicial del editor y su seguimiento, los divertidos textos de Pablo Albo y mis ilustraciones».
¿Cómo fue el trabajo de documentación para este libro? «Como ya he mencionado, este libro tiene de base una intención divulgativa, por lo que la investigación que tuvimos que realizar, fue prudente y muy profunda -confiesa Frank Sett-. Elegir con cuidado a las parejas que formarían parte de este “Top 12” no fue tarea fácil, además debían ser todas diferentes».
«Para ello se consultaron incontables artículos de biología, tesis, libros…, se contrastó información dudosa… Por mi parte, como ilustrador, tenía que preocuparme por la ambientación, ya que no sólo ilustraría animales, sino también sus escenarios, las habitaciones y las regiones del mundo que habitan. Tengo en mi biblioteca varios libros de “archivo” que me han ayudado más que cualquier búsqueda rápida en internet. Libros sobre culturas del mundo, zoología, botánica, arte, etc. Incluso la imagen o párrafo más humilde en la página de un libro, puede despertar la idea de toda la composición de una ilustración».
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? «Tal vez lo característico de mis ilustraciones para este libro es que no quería forzar en exceso las limitaciones anatómicas de cada animal. Me refiero, por supuesto, a la ilustración fantástica -afirma Frank Sett-. Claro que apliqué una caricaturización para los personajes, pero a su vez quería que siguieran caminando como animales, comiendo como animales e interactuando como animales; aunque tuvieran actitudes humanas no quería que dejaran de ser animales. Dentro de los estilos que puedo manejar, el realismo es el que más me caracteriza y para lograr esa credibilidad en las escenas, parecía el más adecuado.
Por otro lado, para la sección científica del libro, el estilo cambia: los dibujos son más ágiles y en blanco y negro, sirviendo así como contraste de la parte fantástica. En resumen: los estilos artísticos aplicados en este libro han sido adaptados a la medida del proyecto».
¿Con qué técnicas trabajaste? «Llevo unos años trabajando con pintura digital y es la técnica con la que ilustré este libro. Hasta hace pocos años, pintaba de forma “analógica” (como se dice ahora), ya sabes: lápiz, acrílicos, acuarela, pinceles, etc. Al pasarme al ordenador, me di cuenta de que era más limpio, no tenía que escanear las ilustraciones y para mandar bocetos o modificaciones era mucho más rápido. Me apasiona ilustrar y realmente el proceso, el gesto de usar un pincel (digital o de madera) es exactamente el mismo. Por si alguien se lo pregunta al leer esto, respondo: no, no utilizo inteligencia artificial generativa. Como ya he dicho: me apasiona ilustrar».
¿Con qué extraña pareja te quedas? «Podría responder que me quedo con la portada del libro, ya que aparecen todas las parejas; realmente he disfrutado ilustrándolas a todas -confiesa Frank Sett-. Pero me voy a mojar: elijo la del cocodrilo y el chorlito egipcio. ¿Por qué?, pues porque fue esa pareja la prueba de prácticas que mencioné en tu primera pregunta. Con esa ilustración se me dió la oportunidad de formar parte de este magnífico proyecto y por eso le guardo un especial cariño».
Danos algunas pinceladas sobre el proceso de realización de este libro. «Lo primero fue decidir cómo se estructuraría: sección fantástica y luego sección científica, así para cada pareja. Lo segundo fue decidir aspectos comunes de todas las ilustraciones: los estilos que ya he mencionado antes, los escenarios, etc. Ya desde un inicio, se acordó que las escenas se desarrollarían en un entorno doméstico, reconocible por todo el mundo. Como ilustrador he sido afortunado en cuanto a que se me dio total libertad a la hora de decidir las composiciones, previamente mostradas a modo de boceto y una vez aprobadas, me ponía con el arte final. En definitiva ha sido una dinámica de proceso típica, pero particularmente agradable. En tercer lugar, quizás podría mencionar los “detallitos” finales: las guardas decoradas con los animales que aparecen en el libro, la portadilla que invita a entrar al lector y la contraportada que cierra todo el proyecto».
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Creo que es algo que cualquier ilustrador/a respondería con un: tengo muchos proyectos empezados. Y es verdad, me encanta la ilustración editorial y espero poder hacer esto toda mi vida, por lo tanto: sí, tengo varios proyectos planificados, algunos más largos que otros. Aún así tengo uno en especial en el que estoy trabajando, un libro que calculo tendré terminado para la primavera del año que viene».
Entrevistas
Miguel Tanco y ‘La chispa en mí’
Algunas personas son soñadoras, otras más prácticas, y a algunas otras les gusta inventar. En este libro vas a encontrar a quien se hace preguntas: ¿por qué la galaxia es tan oscura si está llena de estrellas?, ¿podría andar por el techo como los insectos?, ¿por qué la nieve es blanca si el agua es transparente? La física puede ser un camino para dar respuesta a todas estas incógnitas que envuelven el mundo que nos rodea. Un bello homenaje a la búsqueda del conocimiento y de aquello que nos apasiona. ‘La chispa en mí’ es un álbum mezcla de ficción e informativo, empieza con una protagonista adorable que se hace las preguntas más increíbles, hasta que da con una profesora que la entiende. Ella despierta esa chispa que más tarde se convierte en pasión por la ciencia, concretamente la física. Un libro de Miguel Tanco y editado por Editorial Libre Albedrío perfecto para acabar con el tabú de que la ciencia es difícil mostrándo un punto de vista divertido, cercano, a través de la curiosidad y la imaginación.
¿Cómo nace este proyecto? Miguel Tanco: “El libro precedente a La chispa en mí, ‘Cuenta conmigo‘ (Libre Albedrío 2019) ha tenido un gran éxito y ha sido bien recibido por lectores de todo el mundo. Con 18 ediciones, sigue siendo recomendado por escuelas y padres en muchos países. Muchos editores me preguntaban si haría una continuación con otros temas parecidos, como podrían ser la física o la química. Como ‘Cuenta conmigo‘ trataba desde mi punto de vista personal de lo que nos impulsa en la vida, de nuestro motor interior, y de una niña que comparte esa pasión, que son las matemáticas, no creí necesario hacer una continuación. Así que les contestaba a los editores que, si se me ocurría una idea interesante, lo haría”.
“Cuenta conmigo es de 2019 y La chispa en mí de 2024, por lo que pasaron casi cinco años entre uno y otro y la idea surgió en algún momento en esos cinco años -nos cuenta Miguel Tanco-. La idea gira en torno a la transformación de esa chispa que llevamos dentro y de los caminos que pueden seguir las preguntas que nos planteamos, especialmente los más pequeños, que, en mi opinión, son quienes tienen las mejores preguntas del mundo”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Hay una historia de ficción y una continuación de no ficción que se entrelazan a través de una niña inquieta y llena de preguntas. En la primera, se exploran las preguntas de la niña, que a veces son abstractas, otras divertidas y, en ocasiones, profundas, y se plantea si tienen respuestas diferentes. En la parte final, de no ficción, las respuestas se responden con la Física, ofreciendo una posible salida a esas preguntas. Naturalmente, es solo una de las posibles respuestas, pero podrían surgir otras respuestas desde diferentes perspectivas. Y esto creo que podría ser un buen ejercicio de clase”.
“La niña transforma, con la ayuda de profesores y su familia, la chispa que siente por la física -continúa Miguel Tanco-. En mi trabajo no me interesa tanto esa transformación práctica. Las personas creativas tienden a jugar con esa chispa para ayudar a otros a ver las cosas de otra manera. Los artistas se quedan ahí, en el abstracto, no son prácticos, aunque su trabajo sea naturalmente muy importante. A los artistas les gusta descubrir nuevos mundos, y es ahí donde un físico puede explicarles cómo esos mundos podrían funcionar. Debo admitir que disfruté mucho aprendiendo sobre el tema y la física.Descubrir cómo los insectos no se caen del techo o por qué la nieve es blanca es fascinante”.
“Trabajé con la astrofísica Silvia Garbari, y ella me ayudó a ver el camino de la física y su importancia en el mundo práctico. Ahora estamos trabajando en un activity book para usarlo en las escuelas junto al libro”.
Las respuestas muchas veces están en los libros… “¡Si! Las respuestas y los diferentes caminos que uno puede tomar”, asegura Miguel Tanco.
¿Qué chispa hubo en tí para llegar a la ilustración? «Tal vez ya lo hemos hablado alguna vez, pero siempre he tenido el susurro de la ilustración y los libros para niños en el oído. Pero la ilustración y las historias están llenas de matices que hay que explorar poco a poco, llevan tiempo. Estas profesiones tan peculiares suelen tener un camino lleno de curvas, y creo que con los años he aprendido que ese camino hay que construirlo con tiempo y con mucho trabajo. Me viene a la mente una historia que me contaron hace tiempo: cuando algunos inmigrantes italianos llegaron a América, les habían dicho que las calles estaban empedradas con oro. Y al llegar, descubrieron tres cosas: que las calles no estaban empedradas de oro, que las calles ni siquiera estaban empedradas, y que los encargados de empedrarlas eran ellos”.
“Sé que esta historia es común para otras muchas profesiones y vivencias, pero lo que quiero decir es que uno tiene que construir su propia formación y su recorrido personal, lo cual requiere esfuerzo y mucho trabajo. Es cierto que encontrar a las personas y maestros adecuados ayuda mucho. Esta es una buena profesión para encontrar gente admirable y a mí me han ayudado tremendamente, pero sigo creyendo firmemente que la chispa es interna y hay que verificar diariamente que siga ahí”.
Nota: “Sigo empedrando, pero aún no he visto el oro», afirma Miguel Tanco.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? «Es difícil verlo desde dentro porque uno no siempre tiene la capacidad de apreciar esos cambios, pero diría que en este libro he puesto énfasis en los detalles que lo componen: el pasado de los protagonistas, el barrio donde viven, la ciudad, cómo sería la biblioteca, la escuela, etc.. He trabajado para no dejarme llevar tanto por una estética del momento, sino por una lógica que apoye la ambientación de la historia. Hace dos años viajé con mi familia al sur de California y me encantaron las zonas rurales con las casas pequeñas, su vegetación, los colores y la gente mixta. Quiseinspirarme en ello para situar la historia. Es una familia mixta, mitad mexicana en una sociedad muy abierta como la estadounidense”.
¿Con qué técnicas trabajaste? «Es una técnica tradicional con tinta Black Star y acuarelas sobre papel Arches. El papel tiene una ligera textura, lo que ayuda a que la acuarela se expanda mejor. Sigo prefiriendo la fisicidad del papel y la acuarela, sobre todo porque me gusta trabajar en formatos grandes y poder sentir todo el espacio de la página, además dever un color real y los accidentes que ocurren en el proceso manual. Aún disfruto mucho el momento de crear los originales con las acuarelas y no lo cambiaría por lo digital».
Háblanos un poco del proceso de realización de este libro. «Una vez que las ideas han girado lo suficiente en mi cabeza, intento escribirlas en una secuencia lógica. Después, paso a generar visualmente todas las ideas posibles, y al mismo tiempo trabajo en la ambientación, las sensaciones, los colores o los personajes. Abro varios cuadernos, al menos 3; uno para ideas, otro para ambientaciones y otro para personajes. A partir de esos cuadernos, vuelvo a empezar, pero esta vez juntándolo todo. A veces, el texto se combina con imágenes que, en un principio, no tienen mucho en común, pero que juntas crean un tercer elemento. Después de tener un storyboard decente -continúa Miguel Tanco-, lo comparto con personas que no han visto el proyecto todavía, como mi agente editorial, Debbie Bibo (https://www.debbiebiboagency.com/). Ella me ayuda con una mirada fresca a ver cosas que yo no había notado o percepciones que no había considerado. Una vez que el storyboard tiene un buen flujo y hay suficientes elementos, empiezo con las primeras pruebas de color».
Danos algunas pinceladas sobre esa parte divulgativa del final del libro. «Al final del libro hay un cuaderno donde las preguntas abstractas de la niña encuentran una aplicación práctica a través de la física. En la parte didáctica, he contado con la ayuda de la astrofísica Silvia Garbari, con quien trabajé codo a codo. Ella, que también está involucrada en proyectos educativos, me ayudó a conectar todas las ideas relacionadas con la física y a hacerlas comprensibles para los niños».
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? «Estoy trabajando en un libro álbum con el joven escritor Angelo Mozzillo sobre una historia prehistórica muy simpática, y también en un proyecto personal que ya he escrito y estoy ilustrando, pero del cual todavía no puedo hablar. ¡Espero poder hacerlo pronto!»
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