Como cada día, Mofeta reúne con mucho cuidado todo lo que necesita para preparar su cena.
Solo tiene que llegar a su madriguera y disfrutar del banquete. ¿Qué puede fallar? ‘La merienda’ es una simpática historia con una estética sencilla y colorida pensada para los más pequeños, para mirar y para escuchar. Sencilla, tierna y divertida con la originalidad de las ilustraciones de Raquel Bonita a través de unos animales muy especiales. Un cuento editado por Apila Ediciones que nos habla de compartir, pero también de no dejarse avasallar. Sobre este libro hablamos con Raquel.
¿Cómo nace este proyecto? Raquel Bonita: “Esa una historia curiosa la de este proyecto. Yo vivo en Copenhague donde la bicicleta es prácticamente una extensión de tu cuerpo. Estaba aprendiendo danés y me apetecía tratar de escribir un libro en danés. Hace tiempo escuché en una charla a Marta Altés contar que ella escribía primero en inglés, porque al no ser su lengua materna, le permitía escribir de forma más sencilla y concisa, con lo que me quería proponer hacer ese ejercicio con el danés. Para ello quería encontrar una historia que pudiera funcionar en este mercado editorial. Un día volviendo en bicicleta del supermercado, con la cesta cargada hasta los topes, de repente se me ocurrió la idea de un viaje en bicicleta y una docena de huevos. Así que empecé a tirar del hilo. Además dio la casualidad que yo estaba impartiendo un taller online de creación de álbum ilustrado y me pareció muy interesante desarrollar este proyecto como ejemplo práctico para mis alumnas. Llegaba la Feria del Libro de Bolonia de 2023 y, aunque el proyecto no estaba en mi portfolio, dio la casualidad, que Apila y yo llevábamos un tiempo buscando un proyecto para trabajar juntos, pero no dábamos con algo que encajara, conocían todo mi portfolio, así que decidí enseñarles este y… aquí está “La merienda”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Creo que se van a encontrar de nuevo la huella humorística que utilizo en casi todos mis proyectos para tratar de temas que realmente son bastante serios e importantes para los niños -nos cuenta Raquel Bonita-. En este caso el libro habla de la empatía, de la necesidad de establecer límites y de que eso de que hay que compartir tiene muchas salvedades. Hay mucho de mí en la pequeña mofeta protagonista. Nos bombardean desde todos lados la necesidad de ser asertivos, pero es algo muy complicado. Yo misma tiendo a tragar y aguantarme por no saber decir que no, y al final llego a un punto en el que estallo y respondo, muchas veces de forma desproporcionada, y esto es un poco lo que le pasa a nuestra protagonista. Aunque creo que ella tiene mucha más paciencia que yo y que muchos mortales, jaja”.
¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Hay cierta influencia del cómic, que ya comenzó con Revancha. Desde hace un tiempo para acá, siento la necesidad de utilizar recursos como los bocadillos, por ejemplo, para generar diálogos. Pero creo que lo que más destacaría de este proyecto es el color. El color es uno de mis signos distintivos y suele resultarme muy sencillo encontrar las paletas para mis proyectos, pero en este caso, el color se me atascó, y le di muchas idas y venidas ya que debía dar vida a muchos personajes que se apelotonaban mucho. Un reto conseguir una unidad cromática permitiendo que los personajes se distinguieran unos de otros. Sudé la camiseta, pero estoy muy satisfecha con el resultado”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Debido a la maternidad, mi forma de trabajar ha cambiado mucho y tengo que ser mucho más eficiente. El iPad ha pasado a ser mi herramienta principal y trabajo de forma digital. Sin embargo trato siempre de trabajar con las texturas y acabados que conseguía cuando trabajaba con estampación, generar esos puzzles o collage de texturas, aunque sean de forma digital”, afirma Raquel Bonita.
¿Qué importancia tiene el humor en tu trabajo y en este en concreto? “Si te digo la verdad, cuando empiezo a trabajar en una historia, nunca me planteo que vaya a ser humorística. Pero me he dado cuenta con el paso de los años que el uso del humor me ha ayudado, casi sin darme cuenta, a contar y afrontar temas serios con ironía y sarcasmo. Y creo que es importante poder contar historias que permitan a las niñas y niños descifrar estos códigos humorísticos, aprender de ellos, y descubrir que no hay que leer todo al pie de la letra, que no todo tiene un sentido literal. Ya que me da la sensación de que hoy en día estamos perdiendo un poco la capacidad de abstracción, ese juego simbólico tan importante en la literatura infantil”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Pues ahora mismo acabo de dejar enviados dos proyectos que se publicarán en 2024. Por un lado mi segundo álbum ilustrado con la escritora Valeria Kiselova que se publicará con la editorial asturiana La Maleta Ediciones. Y por otro lado un proyecto muy especial para mí porque ha supuesto salir completamente de mi zona de confort. Publicaré mi primer cómic con Liana Editorial. Y hasta aquí puedo contar”.