Inspirado por algunos poemas de poetas como Rimbaud, Emily Dickinson, Walt Whitman, Sylvia Plath y unos cuantos nombres más, Fernando Vázquez nos invita a adentrarnos en el mundo de la poesía en busca de su secreto, porque con escribir versos no es suficiente, sino que –para ser poeta– hacen falta curiosidad, silencio y tiempo para explorar, ganas de jugar y experimentar con los cinco sentidos… como en la infancia. Y, tal como si fuera un niño, Fernando Vázquezjuega a su vez e incluye en este conjunto a un aparente intruso cuya presencia se explicará al final. Allí el lector encontrará los nombres de poetas y poemas que han inspirado sus páginas. En otras palabras, una invitación para seguir leyendo y despertar ese espíritu poético que nos acompañó en nuestra infancia y que es muy probable que siga presente en cada uno de nosotros, a la espera de que lo escuchemos. Así nos presenta la editorial A buen paso este libro, ‘Poetas’, del que charlamos con su autor.
¿Cómo nace este proyecto? Fernando Vázquez: “Mis libros nacen de la visión (casi siempre nebulosa) de una imagen. En este caso, había estado releyendo a Rimbaud y llegaron imágenes de él y Verlaine, la vida bohemia de finales del XIX, etc. Más tarde apareció la nave de los locos del Bosco y Diego Maradona corriendo por el césped junto a una frase: “Hay poetas que no escriben versos”. Con eso, ya tenía piezas sueltas de un rompecabezas que debía que ir completando. En ese proceso anduve y desanduve varios caminos diferentes”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Cada lector (espero) encontrará cosas propias. Si son niños o niñas, encontrarán compañeros de juego que hacen las mismas cosas que ellos y ellas. El lector adulto encontrará al niño que lleva dentro y el valor de una cierta mirada del mundo”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “Para mí es tan importante lo que representa una imagen, como su factura, cómo está hecha -nos cuenta Fernando Vázquez-. Me gusta pensar que hago libros para que el lector se pierda en los detalles de las imágenes, así como en sus colores y texturas. Estoy muy contento y agradecido con la edición tan cuidada que ha hecho Arianna Squilloni, porque permite disfrutar del aspecto sensorial y físico (pinceladas, cargas de materia, etc.) de las ilustraciones originales. Lo nuevo o diferente en relación a mi primer trabajo (Un libro de la selva) está en el hecho de que he trabajado con texto y que no hay una narración lineal”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Parto de una base de acuarela, pero a medida que avanzo utilizo tintas, acrílicos, lápices. Trabajo más como un pintor: doy muchas vueltas, pinto y repinto hasta que encuentro la imagen que estoy buscando”.
De todos los poetas retratados en este libro ¿Cuál es tu favorito?¿A cuál has leído más? “Una cosa que he aprendido es que, a lo largo de la vida, me han gustado diferentes cosas en distintos momentos. Es difícil tener un “favorito”. Dicho esto, hay artistas que me han acompañado siempre, a los que (por así decir) llevo en la mochila: es el caso de John Coltrane o Egberto Gismonti en la música, o Rembrandt y Soutine en la pintura. En el caso de la poesía lo tengo claro: amo profundamente a Walt Whitman”.
¿Qué crees que pueden tener en común la poesía y la ilustración? “En poesía, ilustración o en cualquier disciplina artística, me parece que lo fundamental es prestar atención, detenerse y mirar, estar presente”, afirma Fernando Vázquez.
Háblanos del proceso de elaboración de este libro, porque cada ilustración está inspirada en un poema. “Una vez que tenía a los poetas subidos a la nave de los locos, fue simplemente pensar a qué iba a jugar cada uno y cada una. Tenía claro que lo que iban a hacer era lo que yo hacía de niño, mis juegos de la infancia: inventarme una casa dentro del armario de la ropa, mirar lo que hacían las hormigas en el jardín de mis abuelos, jugar al fútbol, etc. Y estas actividades, por supuesto, tenían que estar relacionadas con la poesía de cada uno de ellos y ellas”.
¿En qué trabajas ahora?¿Algún proyecto nuevo? “Tengo un libro terminado y libretas llenas de apuntes e ideas. Nunca se sabe qué ilustración va a abrir una puerta hacia un libro”.