Mamá es actriz de teatro, voy con ella todos los sábados a la actuación. Mientras ella actúa en el escenario, yo me quedo entre bastidores para viajar entre lunas, ciudades sumergidas y palacios, soy reina y directora de orquesta y maga… hasta que se acaba la función. Así nos presenta Thule Ediciones este álbum ilustrado, ‘Entre bastidores’, un trabajo de Sofía Venzel, con la que hemos charlado un poquito más sobre este libro.
¿Cómo nace este proyecto? Sofía Venzel: “Este proyecto nace como un proyecto personal. Cuando yo era pequeña, mi madre formaba parte de una compañía teatral (actualmente es directora de teatro para niños muy querido por el público adulto también) y muchas veces me llevaba con ella a los ensayos y espectáculos. El hecho de crecer en un teatro me pareció una bonita idea para hacer un álbum ilustrado. Inicialmente fue un proyecto universitario, pero en el año 2018 fui a la Feria del libro infantil y juvenil de Bolonia, siendo seleccionada para la exposición y el catálogo de aquel año, en la feria conocí al editor de Thule Ediciones, José Díaz, que se interesó por el proyecto y aquí lo tenemos, publicado en castellano y también en catalán”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “A una niña que se queda detrás del telón de un teatro, mientras su madre actriz está en el escenario, y monta su propio espectáculo usando los objetos y disfraces que encuentra entre bambalinas. En cuanto termina el espectáculo de la madre, el de la niña termina también. Y ambas vuelven a la realidad”.
“El teatro en este libro representa el mundo de la fantasía, de los sueños, un “descanso” de la vida cotidiana de la niña donde hay que ir al cole, hacer las cosas que ella no quiere hacer, obedecer a los padres, etc. Los espacios de teatro dejan a la niña la posibilidad de ser lo que ella quiere y no puede ser en la vida cotidiana. Las bambalinas también son nuestros secretos y sueños que guardamos lejos de las miradas ajenas y que la fuerza de la imaginación puede entreabrir y hacer visible a través del arte”.
Entendemos que has estado entre bastidores alguna vez… “¡Sí! Muchas veces, de pequeña (y de grande, pero se vive de otra manera…), cuando venía con mi madre al trabajo -nos cuenta Sofía Venzel-. Era un pequeño teatro alternativo, opuesto a lo que se llamaba en la Unión Soviética “cultura oficial” que existía bajo las directivas del gobierno. Tenían espectáculos para adultos, pero también para niños. Este teatro se localizaba en un céntrico barrio de Leningrado (actualmente San Petersburgo) en un edificio donde se juntaron los representantes de la cultura no oficial: poetas, artistas, músicos que se contraponían al arte académico y adoctrinado por el régimen. El teatro era atrevido, moderno y rompedor. Toda la cultura alternativa de Leningrado se giraba alrededor del director del teatro, Boris Ponisovki”.
“El espacio -continúa Sofía Venzel– estaba repleto de objetos, de atrezzos, de trajes, de artículos no identificables a primera vista, con los que junto con otros niños o sola podía jugar e inventar mis propias historias. De eso va este libro, del poder de imaginación, del arte que nos puede trasladar a donde queramos y con el uso de las máscaras y trajes podemos ser lo que queramos, aunque sea por un momento, antes de que el telón baje de nuevo”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? “En este libro las imágenes tienen más peso, el texto les sirve de apoyo y en comparación con mi primer álbum ilustrado “Al Sur” (Thule ediciones, 2019), las ilustraciones juegan un mayor papel y el texto es breve y transparente. Las ilustraciones dan lugar a elementos de la poética visual en algunas imágenes y a elementos humorísticos en otras. Creo que esa combinación me define muy bien como persona y como ilustradora. A veces una juega el papel de Pierrot y a veces el de Arlequín”.
Háblanos un poco del uso del color en este proyecto. “Las primeras páginas del libro hablan del invierno, que no sería un tópico de mi país natal, sino un modo de enfatizar el contraste entre la calle, la monotonía de la nieve, la opacidad de los colores, el frío y el aburrimiento, y los interiores del teatro, coloridos y llenos de divertimentos, donde es la niña quien escoge lo que quiere ser (una reina, un caballero valiente…) -afirma Sofía Venzel-. La idea inicial era con el color hacer la “frontera” entre el mundo real y el mundo del teatro y de la fantasía. La vida real está dibujada en blanco y negro y el mundo imaginario cobra vida llenándose de colores: empezando por lo blanco y negro hacia un poco de color pasando a mucho color en la cumbre y bajando la intensidad hacia el final para desaparecer completamente en el final”.
Y también me gustaría que me comentaras algo de las guardas. Tenemos un poco la sensación de que es el público antes y después de la obra… “Las guardas del álbum las usé para resumir la idea general de la obra: en el teatro uno puede ser lo que quiera. En la primera guarda vemos la sala de espectadores (que no aparece en ninguna de las secuencias internas) antes del espectáculo en la espera de la función y en la segunda guarda están los mismos espectadores disfrazados de diferentes personajes, como si sus sueños se hubieran hecho realidad con la magia transformadora del teatro”, asegura Sofía Venzel.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Rotuladores acrílicos y acuarelables”.
¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “He descubierto que ¡me siento realmente feliz haciendo libros!”