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Entrevistas

‘El bosque es nuestra casa’ de Sara Fernández

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El bosque es nuestra casa’ nos abre la puerta a conocer los bosques, su funcionamiento y sus ciclos naturales con un enfoque científico y ecológico. Pero también a entender nuestra relación pasada con ellos y la importancia que tienen en nuestro día a día -nos cuenta la editorial, A buen paso-. Este libro es, ahora más que nunca, necesario para entender que necesitamos tener un futuro junto a los bosques y qué podemos hacer para que nos sigan cuidando y dando tanto sin ponerlos en peligro. En este libro –escrito e ilustrado por dos ingenieras de montes–, cada detalle, cada hoja, cada árbol dibujado tiene una función específica. Las autoras (Sara Fernández y Sonia Roig) indican algunas, pero otras no son nada más que pistas para que el lector atento emprenda su propia labor de investigación y descubrimiento. Nosotros hemos hablado un poquito más con Sara sobre su trabajo en este libro.

Sara Fernández

¿Cómo nace este proyecto?  Sara Fernández: “El germen de ‘El bosque es nuestra casa’ nace hace diez años. A raíz de los talleres de ciencia y bosques que de vez en cuando hacía en colegios me di cuenta de cómo las niñas y niños, incluso muy pequeños, son capaces de deducir cosas muy complicadas si se les plantean las preguntas adecuadas, de lo orgullosos que se sienten cuando lo consiguen por sí mismos, de cómo se fijan en los detalles y los conectan con aspectos generales y con su día a día… Les interesaba muchísimo lo que les contaba sobre los bosques. Y algunas de las cosas que íbamos viendo eran también un descubrimiento para los profesores. Recuerdo perfectamente la cara de uno de ellos: «¿En serio los árboles tropicales no tienen anillos?». 

“Cuando tras varios años trabajando como ingeniera de montes decidí “reformarme” como ilustradora y escritora sabía que en algún momento haría coincidir mis dos pasiones: los libros y los bosques. Pero claro, ya había muchos libros muy buenos sobre bosques. Así que le di bastantes vueltas para ver qué podía ofrecer yo de diferente y que valiera la pena. Finalmente a principios de 2019 pensé que quizás (sólo quizás) había encontrado cómo se podría enfocar, lo comenté con Sonia Roig, una amiga que es profesora en la UPM, le planteamos el proyecto a Milrazones y nos pusimos al lío. Este libro nos ha exigido muchísimo esfuerzo y, seguramente por eso, también mucho reposo durante las primeras fases, así que por el camino se metieron otros libros que nacieron antes, aunque el trabajo de El bosque es nuestra casa seguía adelante. Durante el confinamiento este bosque fue, literalmente, mi refugio y a partir de ese momento empezó un intenso trabajo de 9 meses. Cuando ya lo teníamos todo muy armado, Milrazones buscó la colaboración de A buen paso, y allí fue donde, tras otros 9 meses de embarazo más, ha visto la luz este libro”. 

Sara Fernández

¿Qué se encontrarán los lectores en sus páginas? “El bosque es nuestra casa es un libro en el que hay muchísima información sobre los bosques y los árboles, su ecología, su funcionamiento, su variedad, etc. Pero también sobre nuestra relación con ellos -nos cuenta Sara Fernández-. Hablamos del pasado, del presente, de nuestro impacto, de cómo los cuidamos, de incendios forestales… Sin embargo, y esto es una de las cosas que más nos ha costado, hemos intentado que esa información se entendiera sin darla demasiado masticada. Queríamos que nuestros lectores se pusieran “en modo científico” a observar, leer indicios (los paisajes y la madera también se leen y nos cuentan muchísimas cosas), conectar información que está dispersa en diferentes páginas o no es evidente y deducir por sí mismos a partir de preguntas que hacemos pero no respondemos directamente. Buscar ese equilibrio entre lo que contamos, lo que callamos y que se nos entendiera ha sido muy complicado”.

¿Cómo fue el trabajo de documentación / investigación para este libro? “En realidad para este libro hemos tenido que hacer un trabajo de “desdocumentación”. Creo que es generalizado que cuando sabes de un tema, todo te parece interesantísimo e importantísimo, y te cuesta mucho decidir de qué prescindir. Sonia y yo tenemos bastante experiencia como ingenieras de montes, en aspectos muy diversos, además. Ella lleva muchísimos años investigando en ganadería extensiva, ecosistemas de pastos, dehesas, cambio climático… y también es profesora de repoblaciones en la UPM. Yo he trabajado en etnobotánica (una rama muy bonita que mezcla botánica y antropología), en desarrollo rural, en gestión forestal sostenible, evaluando proyectos de impacto ambiental desde la administración, como técnico de apoyo en incendios, en un centro de investigación de agua y también dando talleres sobre bosques en colegios -afirma Sara Fernández-. Y claro, hay un montón de temas, de curiosidades, de anécdotas de las que queríamos hablar. El problema es que no todo puede caber en un libro informativo. Y, además, entorpece. Y, además, sería un auténtico ladrillo. Así que elegir qué contábamos y cómo lo hacíamos fue, definitivamente, lo que más nos costó”. 

“Aun así, es verdad que también hemos tenido que pegarle un repaso considerable a algunas materias que teníamos más olvidadas (y ha sido un gusto volver a ellas) y buscar información de temas de los que no sabíamos tanto. Para ello hemos pedido ayuda a amigos que son grandes expertos en algunos temas y ha sido un lujo poder consultar el trabajo de grandes investigadores y divulgadores que de forma tan generosa comparten sus conocimientos”.

¿Cómo fue el trabajo con Sonia Roig? “Sonia y yo somos amigas desde hace mucho tiempo y trabajar con ella ha sido muy cómodo. Además, El bosque es nuestra casa tiene una fuerte componente vocacional, el bosque es muy importante en nuestras vidas y creo que sin ese sentimiento no hubiéramos podido hacer este libro en la forma en que lo hemos hecho. Lo primero que hicimos fue elaborar una lista (infinita) de aspectos relacionados con los bosques que queríamos tratar (por supuesto, “todos importantísimos e imprescindibles”) y a partir de ahí, todo lo demás. O sea, rendirnos a la evidencia. O sea, que no cabe. ¿Y si lo apretamos un poquito? Tampoco. Vamos, que ni siquiera sentándonos las dos juntas a la vez encima éramos capaces de cerrar esa maleta. Y a partir de ahí empezó el trabajo de decidir con qué nos quedábamos y con qué no, qué iba en texto y qué con imágenes, cómo organizábamos toda la información, cómo conseguir que cada capítulo fuera independiente pero que a la vez estuviera conectado con los demás (igual que todo está conectado en un bosque)”. 

“El trabajo de edición ha sido fundamental, y este libro es como es gracias también a nuestros editores Jesús Ortiz y Arianna Squilloni y al diseñador Miquel Puig que han tenido una paciencia infinita con nosotras”, asegura Sara Fernández.

¿Dónde está ese bosque que es tu casa? “Yo tengo la suerte de vivir a escasos metros de un bosque. Así que el bosque está muy presente en mi día a día. Pero realmente esto nos sucede a todos, aunque vivamos en una ciudad. Todos tenemos un bosque que nos cuida. Si podemos beber agua es porque hay un bosque que está protegiendo la cuenca del río en su parte más alta. Si podemos tener alimentos es porque hay bosques en la montaña o alrededor de los cultivos que protegen ese suelo fértil. Si podemos vivir en casas es porque los bosques nos han proporcionado la madera para hacer los encofrados de la cimentación y de las estructuras, y nuestros muebles. Incluso si podemos ir al W.C. teniendo la seguridad de que al terminar nos envolverá “una sensación de suavidad” como dice el anuncio (por cierto, el confinamiento nos dejó claro que el papel higiénico es un bien preciadísimo en nuestra sociedad) es porque los bosques también nos lo proporcionan. Aparte, claro está, de que podamos ir a pasear y disfrutar en ellos y de un montón de cosas más que aparecen en nuestro libro”. 

“Los bosques son ecosistemas maravillosos, conocer cómo funcionan, las relaciones ecológicas que tienen lugar, todo lo que sucede en un bosque al margen de nosotros es impresionante. Pero nuestra realidad es que nosotros no podemos vivir al margen de ellos. Llevamos viviendo gracias a los bosques desde hace miles de años, nuestra existencia tal y como la concebimos no sería posible sin los bosques. Como recogemos en El bosque es nuestra casa, todos somos “bosquedependientes” -afirma Sara Fernández-. Por eso es tan importante gestionarlos de forma sostenible, intentar por todos los medios prevenir los grandes incendios que son una de las mayores amenazas a las que nos enfrentamos. Realmente, a una “escala de naturaleza”, los bosques no nos necesitan. Mañana podrían desaparecer miles de hectáreas por un incendio bestial y, sin embargo, al cabo de unos 200 ó 1.000 años volver a ser un bosque. Pero nosotros no nos lo podemos permitir, nuestra supervivencia como especie depende de que sigan ahí en el corto plazo. Por eso hay que seguir cuidando de los bosques para que ellos nos puedan seguir cuidando”.

Sara Fernández

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? ¿Qué hay de diferente respecto a otros libros? “Las ilustraciones de este libro tienen una gran carga de información científico-técnica, creo que esa es la diferencia fundamental con otros proyectos que he hecho anteriormente -continúa Sara Fernández-. En El bosque es nuestra casa, no hay nada que esté dibujado que no sea “cierto”, no hay nada puesto al azar (¡y hay muchísimas cosas!, ¿eh?) y, aunque yo utilice un estilo algo naïf, todos los elementos, animales, plantas, hongos (en total aparecen más de 180 especies), tienen el aspecto que les corresponde en la realidad. Y además, “están donde tienen que estar y comen lo que tienen que comer”: por ejemplo, si hay níscalos es porque hay un pino cerca, el ruiseñor que aparece está posado en una zarza y, sí, los erizos también comen víboras. En algunos casos me he servido de un estilo más realista para imitar las láminas de los libros de botánica. Sin embargo, para facilitar los conceptos más abstractos, como la fotosíntesis o los procesos físico-químicos en la erosión de las rocas sí he utilizado metáforas o comparaciones visuales y ahí sí que me he tomado licencias… por ejemplo, no es real una gota de agua vaya por la vida con un pico, una probeta o una retroexcavadora”. 

¿Con qué técnicas trabajaste? “Todas las ilustraciones están hechas a mano y para ello utilicé rotuladores de alcohol para hacer las masas de color y luego lápices de colores para definir, matizar, aportar texturas y detalles. También hay detalles que imitan a ilustración científica en lo que utilicé lápices de grafito”. 

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Un gran divulgador al que admiro mucho me ha propuesto una colaboración preciosa. También tengo ganas de sacar del cajón un par de proyectos y comprobar si ya han reposado lo suficiente como para poder volver a ellos. Además, nos están demandando muchas actividades con El bosque es nuestra casa, así que ahora mismo Sonia y yo estamos diseñando nuevos talleres temáticos, para poder ofrecérselos a colegios, bibliotecas, etc”. 

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Cómic

Léa Mazé y ‘Elma, una vida de osa’

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Léa Mazé

Elma y Papá Oso tienen que marcharse. Dejar su hogar en el bosque y lanzarse a un largo y arriesgado viaje del que Papá Oso no quiere desvelar ni el destino ni el motivo. Para Elma, una niña humana temperamental y cariñosa de casi ocho años criada desde bebé por el animal, el viaje es un misterio y solo sabe que irán lejos, muy lejos. El oso, en cambio, es plenamente consciente de que tiene que disfrutar de estos preciados momentos, ya que son los últimos juntos. Aceptó una misión hace siete años y ahora tiene que “devolver” a la pequeña humana. ¿Por qué razón? ¿Y por qué parece que el mismísimo bosque no quiere que padre e hija consigan terminar el viaje?

Los caracteres de los dos miembros de esta familia muy unida chocan a lo largo de un peligroso recorrido hacia el destino de Elma, recordando por momentos al Libro de la selva. La ternura y el suspense están presentes en cada una de las páginas de esta historia de Ingrid Chabbert, creadora de un relato iniciático que aborda cuestiones como la madurez, la resiliencia y el luto. Vuelve a impactar el colorido trabajo de la talentosa Léa Mazé, autora completa de la trilogía Los Muértimer (Astiberri, 2021-2022), ganadora entre otros galardones del premio al mejor cómic infantil ACBD (Asociación de periodistas y críticos de cómic de Francia). Con ella hemos charlado un poco más sobre su trabajo en ‘Elma, una vida de osa’.

Léa Mazé

¿Dónde está el origen de este proyecto? Léa Mazé: “El proyecto nació en 2016. En ese momento, solo había publicado un cómic; yo estaba apenas empezando. Un día recibí un correo electrónico de Ingrid, a quien todavía no conocía personalmente, quien me ofreció el guión de Elma. ¡Me sentí muy halagada y emocionada de que ella pensara en mí para esta historia! Además, los planetas estaban alineados: estaba haciendo las maletas para irme a Quebec durante varios meses. Así que pude inspirarme en los fabulosos colores del otoño y los paisajes canadienses para crear los decorados”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Los lectores encontrarán dos personajes extremadamente entrañables: Elma, una pequeña y alegre humana del bosque, y su Papá Oso, un oso gruñón con un corazón tierno. Ambos se embarcan en un viaje lleno de obstáculos, donde vemos florecer su hermosa relación padre-hija. Es una historia llena de aventuras, secretos, peligros, pero también llena de ternura, emoción y amor”.

Léa Mazé

¿Qué te pareció la historia de Ingrid la primera vez que la leíste? “Me encantó inmediatamente la atmósfera del bosque y los personajes -nos cuenta Léa Mazé-. En sus diálogos, Ingrid logró destilar una vivacidad y una complicidad loca entre Elma y Papá Oso, lo que me permitió visualizar inmediatamente los dibujos, los escenarios, las miradas. ¡Fue una historia hecha para mí!”

¿Qué hay de Léa en el personaje de Elma? “Al igual que Elma, me encanta la naturaleza y es en el bosque donde mejor me siento. Por otro lado, cuando era pequeña era muy tímida y tenía miedo de todo… ¡así que Elma es demasiado atrevida para mí!”

Léa Mazé

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Antes de empezar a dibujar, paso mucho tiempo recopilando documentación, haciendo bocetos de los personajes e investigando los escenarios. ¡También hice muchas pruebas de herramientas, técnicas de color, pinturas, papeles varios y variados antes de encontrar la técnica final!, asegura Léa Mazé.

Léa Mazé

Léa Mazé

Léa Mazé

¿Qué dirías que tienen de característico de tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “Elma, una vida de oso” es la primera tira cómica que he creado íntegramente con pintura. Descubrí lo mucho que me encantaba pintar y lo mucho que esta técnica daba vida a mis dibujos. ¡Aprendí y mejoré mucho con este libro y cambió mi visión del dibujo para siempre!”

¿Qué nos puedes contar del uso del color? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Como era mi primera vez trabajando con pintura, no tenía mucha confianza. Entonces encontré una técnica para tranquilizarme: pinté las páginas de Elma sobre papeles de colores (papel amarillo para el atardecer, azul para las escenas nocturnas, gris para los días de lluvia, etc.). Así que tuve una base desde la cual trabajar para crear el ambiente de iluminación que quería. Antes de empezar a pintar, siempre hacía un boceto rápido de los colores en la tableta, lo que me permitía saber hacia dónde iba. Luego agregué las áreas planas en gouache, las texturas en lápiz de color y los detalles y contornos en tinta”, afirma Léa Mazé.

Léa Mazé

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Con Ingrid tuvimos la suerte de encontrar inmediatamente un editor que se enamoró del proyecto. Entonces fue todo un reto, porque al mismo tiempo estaba dibujando la serie “Los Muértimer”. Además, los dos volúmenes 1 fueron publicados el mismo día en Francia (en Francia Elma fue publicada en dos volúmenes, unidos en un solo volumen integral en la edición española de Astiberri). Así que fui pasando de un álbum a otro, y no conté mis horas de trabajo… Aunque trabajé mucho, disfruté mucho dibujando y pintando esta historia, cada página era un nuevo desafío y una alegría absoluta de lograr”.

Léa Mazé

Léa Mazé

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente estoy trabajando en un cómic en solitario que se lanzará en Francia en 2026. Por primera vez, me dirijo a un público adulto en una historia que combina ciencia ficción, road movies e historias íntimas. Sigue a un grupo de centenarios que descubren que son inmortales… pero que aún envejecen. Es una historia divertida y conmovedora a la vez, que me permite abordar muchos temas que me llegan al corazón. ¡Y como Elma, dibujo todo el álbum en papel de colores!”

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Álbum Ilustrado

Irene Mala y el mundo del ‘true crime’ de ‘Desalmados’

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Irene Mala

‘Desalmados’ es el primer libro detrue crime’ de Irene Mala, una autora que explora como nadie el lado oscuro de la naturaleza humana. Editado por Lunwerg, sus páginas nos sumergen en el mundo fascinante y aterrador del ‘true crime’, a través del relato rigurosamente investigado de una selección de crímenes violentos y perturbadores. Estas historias nos enfrentan de manera brutal a nuestros miedos más profundos y nos asoman al abismo de psiques desequilibradas. No se trata solo de satisfacer una curiosidad morbosa, sino de entender la complejidad de la naturaleza humana y nuestras propias sombras. ¿Por qué algunos individuos son capaces de cometer actos tan atroces? ¿Cómo podemos prevenirlos? ¿Dónde está la línea que separa el bien y el mal? Lejos de proporcionar respuestas fáciles, la autora e ilustradora nos invita a explorar el lado más salvaje y despiadado de la conducta humana, cuestionando los límites de lo que somos y de lo que podemos llegar a hacer. Con estas palabras la editorial nos presenta este trabajo de Irene Mala, con la que charlamos en las siguientes líneas un poquito más sobre este libro.

Irene Mala

¿Dónde está el origen de este proyecto? “Hay mucha curiosidad, mucho interés en descubrir y conocer los orígenes del mal. ¿De dónde viene tanta violencia? ¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Cómo puede alguien llegar a cometer un crimen? Para mí era prioritario acercarme a las raíces, intentar profundizar en estas cuestiones”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontraran varias secciones. Una parte que habla de los psicópatas, otra de asesinos en serie, otra nos invita a reflexionar sobre el bien y el mal, … Todo ello ejemplificado con cuarenta y tantos casos reales, algunos de ellos ficcionados en relatos -nos cuenta Irene Mala-. ‘Desalmados’ es un libro ilustrado, la ilustración tiene mucho peso en este proyecto. En resumen, un libro que nos invita a reflexionar sobre el crimen, nuestra responsabilidad ciudadana y a ser más conscientes de la sociedad en la que vivimos”.

Irene Mala

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Ha sido muy fructífera, muy interesante y muy descorazonadora también. ¡La fase de documentación me encanta! Pero un tema me conducía a otro: filosófica, psicológica, socialmente hablando… infinito, inabarcable. Y a ratos muy duro, estrellarte de bruces con la naturaleza humana. Como he realizado tanto texto como imagen, mientras escribía iba recreando en mi cabeza las ilustraciones”. 

¿Qué es lo que más te sorprendió o llamó la atención tras ese trabajo de documentación? “Me ha parecido fascinante estudiar la figura del psicópata, por ejemplo, saber que hay tantos de ellos integrados en nuestra sociedad -confiesa Irene Mala-. Lo de “matar en serie” también me ha sorprendido sobremanera, pero quizás, lo más duro es ser consciente de que cualquiera puede convertirse en un criminal o actuar como tal. Lo más chocante, lo más triste es saber de la falta de integridad que ante la maldad pueden tener algunas personas “normales”.

Irene Mala

Dice sobre ti la web de Lunwerg: “una autora que explora como nadie el lado oscuro de la naturaleza humana”. ¿Qué nos dices de esto? “Jajaja, eso habría que preguntárselo a la editorial, pero puede que se refieran a que me gusta inspirarme en la “Cara B” de las cosas. Me inspira lo ridículo, lo sórdido, el desamor… Siempre desde la ironía, el humor y un toque de “mala leche”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? Imagino que los retratos siguen teniendo mucha fuerza… “Como siempre, he disfrutado mucho con la “iluminación” del texto. He sido bastante fiel a mi estilo, creo que es bastante reconocible -continúa Irene Mala-. Sigo trabajando con técnicas analógicas sobre papel y me he dejado influenciar particularmente por la pintura Gótica, los Primitivos Flamencos, con sus infiernos, sus cielos, sus locuras… También he querido huir de los tópicos: hay alguna que otra salpicadura de sangre pero he preferido ser más original en los recursos, recurrir a metáforas visuales, etc”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Las ilustraciones están realizadas con acrílico sobre papel. También hay dibujos a grafito”.

Irene Mala

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “He leído mucho, he visto muchos documentales, muchas películas y algunas series también. He ido elaborando listas de casos, según secciones, que al principio eran muy largas… Algunas historias las he descartado, por dejar heridas muy abiertas, estar muy cercanas en el tiempo o poder herir demasiado la sensibilidad del lector. He procurado plantearlo todo desde un punto de vista de análisis que enlaza con el de responsabilidad, constructivo y feminista, siempre tratando a las víctimas con mucho respeto y cariño. De hecho el libro está dedicado a todas ellas. Después me puse a escribir y para finalizar, cogí los pinceles”, afirma Irene Mala.

Irene Mala

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahí ando, estoy dándole vueltas a algunas cosas. Más luminosas, blancas y divertidas…”.

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Álbum Ilustrado

Marc Taeger, ‘Los niños guarros’ y las ‘Greguerías de la luna’

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‘Los niños guarros’ es un libro compuesto por 17 poemas de Nacho Rubio, ilustrados cada uno de ellos con el arte personal e intransferible de Marc Taeger. Es el primer poemario de Pepa a Loba Editora y con el que se abre su colección de poesía infantil. 

Marc Taeger

‘Doce greguerías de la luna’ contiene doce creaciones ingeniosas, humorísticas y sorprendentes para acercarnos a la obra del gran escritor vanguardista Ramón Gómez de la Serna. Este libro editado por Kalandraka contiene la inmensidad, es alimento poético, navío onírico, reflejo vibrante, instrumento musical… la luna inspiró muchas de las ocurrencias literarias de Ramón Gómez de la Serna. Este libro reúne una selección de sus célebres y genuinas greguerías con las propuestas gráficas del artista Marc Taeger, con la técnica del collage como plataforma expresiva.

Marc Taeger

Sobre estos dos libros hemos hablado con Marc Taeger para conocer un poco más sobre su trabajo en estos proyectos.

Los niños guarros

¿Cómo nace ‘Los niños guarros? ¿Qué te parecieron los poemas de Nacho Rubio la primera vez que los leíste? “Un día sonó el teléfono – al otro lado estaba Nacho Rubio, el autor de los poemas. Lo había conocido hace años a través de su padre, el gran Antonio Rubio-. Y me preguntó si me interesaría ilustrar un poemario llamado LOS NIÑOS GUARROS. No dudé en aceptar el reto cuando leí los poemas. Para empezar en los tiempos ‘políticamente correctos’ que corren hay pocos libros que tratan una temática tan poco comercial. Por otro lado estaba la editorial Pepa A Loba que llevaba poco tiempo trabajando y se atrevía a publicarlo”, nos cuenta Marc Taeger.

Marc Taeger

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Son textos que tratan con mucho humor y ritmo el tema de mocos, caca, pedo, pis…. Yo quería ilustrar los poemas de manera ‘sucia’ y con humor, el tema lo requería…muy colorido y divertido” .

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Pues suelo dibujar mucho para encontrar un registro, una técnica,… que me valga. Dibujo en cuadernos para retener las ideas que me vienen a la cabeza… Quería que fuese un libro guarro, sucio por fuera y por dentro, manchado…, así que empecé manchando papeles para luego intervenir”, continúa Marc Taeger

Marc Taeger

“Y me valía todo tipo de material: témperas, ceras, lápices, rotuladores… intervenciones espontáneas, frescas, poco estudiadas. Normalmente los errores son bienvenidos en mi trabajo, y en este especialmente. No quería un trabajo demasiado limpio y frío. La maquetación también va por ese camino: Los títulos son rotulados con una tipografía un poco torpe, y los versos de los textos bailan en la página. Un libro descuidado con mucho cuidado. Y un trabajo de edición por parte de Pepa A Loba impecable”.

Marc Taeger

Las greguerías de la luna

¿Para las greguerías de Gómez de la Serna trabajaste con las mismas técnicas? ¿Fue muy diferente trabajar con esos dos tipos de texto, la poesía y las greguerías? Danos algunas pinceladas sobre el proceso de elaboración del libro de las greguerías. “Una de las cosas que más me gusta del trabajo de ilustrador es la búsqueda de la expresión adecuada para ilustrar un texto -confiesa Marc Taeger-. Cada texto tiene su voz y su traje. No es que no me guste repetir una técnica, me gusta ilustrar lo que me sugiere el texto”. 

Marc Taeger

Con ‘El elefante que perdió su ojo‘ me encontré con el mundo de Boniface Ofogo. Su tierra Camerún, los colores de sus trajes, bosques y flora. Tras dibujar cientos de elefantes, tortugas, cocodrilos, hipopótamos….. el colorido vivo de los lápices de colores tratado con fuerza y ritmo me llevar por un camino. ‘Los niños guarros‘ me pidieron un tratamiento ingenuo, un poco art brut, sucio con humor. Las ‘Greguerías de la luna‘ me llevaron a collage. Me dí cuenta que tenía que evitar ser demasiado literal. Las greguerías suele ser muy cortas y te generan una imagen al leerla. Yo no quería irrumpir en esa imagen personal de cada uno, no quería adelantar el final del chiste… había que encontrar otra manera”.

Marc Taeger

“Y el collage me lo ofreció -sentencia Marc Taeger-. Generar un juego visual con la luna, una forma muy básica: un círculo con sus menguantes y crecientes. Tenía la capacidad de generar accidentes ‘felices’. Podía crear imágenes que se completaban y complementaban con la greguería. Además es una técnica afín a la época de la creación de las greguerías. Mientras Gómez de la Serna reunía a sus contertulianos en el Café Pombo en Madrid, los dadaístas tomaban copas en el Café Voltaire en Zurich. Ambos son movimientos experimentales y transgresores”.

¿Cuál es tu favorita? “La verdad, tras trabajarlas tanto, leerlas tanto, documentarme sobre Ramón … cada día me gustaba una diferente. Aquí va una que no tiene que ver con la luna, pero me sirve para despedir este texto: “Las gaviotas nacieron de los pañuelos que dicen ¡adiós! en los puertos”.

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