Este libro-disco ilustrado para contar, cantar y bailar es un homenaje a la música popular caribeña, aquella que ha bailado todo el mundo. Es también una historia que atraviesa ocho canciones-cuento y que rememora con su sonido una época de salones de baile y de parranda callejera; de noche urbana y de fiesta en la playa. Un libro que desprende energía y celebra la vida y la buena música bailable, aquella que puede ser disfrutada por adultos y niños. Así nos presenta la editorial Ekaré ‘Cuentos bailables’, un proyecto sobre el que hemos hablado con Ramón París, que está detrás de las ilustraciones.

¿Cómo nace este proyecto? Ramón París: “El libro nace por una iniciativa del director de Ekaré Pablo Larraguibel, el editor del libro, que es un apasionado por la música. El proyecto tenía un tiempo, esperando el momento ideal para realizarse y una vez que terminé Zooilógico con ellos me preguntaron si me gustaría trabajar en este libro”.

Ramón París

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “El libro en un principio es un cancionero de 8 clásicos bailables del caribe: Se va el caimán, No critiques, El otorrinolaringólogo, El Orangután, El Camaleón, La piragua, Pare, cochero y la Parranda de los clásicos. Son canciones que crecí escuchando. Recuerdo cuando era pequeño y nos llevaban a fiestas en las que generalmente terminaba durmiendo en algún sofá. Podía sonar alguna de estas canciones mientras un enredo de piernas se movían al ritmo de la musica. Desde el punto de vista visual, te encuentras una historia que hilvana todas las canciones en un solo relato”, nos cuenta Ramón París.

¿Cuántas veces has escuchado estas canciones? “Ufff, no sé, muchas. Si tomamos en cuenta que me sabía ya 5 de ellas. Pero para hacer el libro, volví a escucharlas un par de veces, llevaba mucho tiempo sin oírlas. Una vez se hacen las nuevos arreglos y se graban las nuevas versiones que unifican en un mismo mundo sonoro todos los ritmos, guaracha, merengue, chachachá, cumbia, charanga y merengue caraqueño, lo oí un montón, aún ahora lo sigo oyendo. En el libro se pueden conseguir los enlaces a muchas plataformas de audio en las que puedes reproducir estos Cuentos Bailables”.

Ramón París

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que lo que más lo diferencia de los otros libros que he realizado es la cantidad de personajes distintos que aparecen en el libro, algunos históricos, otros no. También diría que el uso de una paleta de color muy amplia, quería separar las diferentes canciones, que cada una se sintiera distinta pero parte de una misma historia -continúa Ramón París-. El hecho de que el libro transcurre temporalmente en un día ya me ayudaba a ir variando tonos y eso afectaba a cada uno de los ambientes que cree para cada canción”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Todos los bocetos y dibujos siempre uso lápiz y papel, algunas veces separados por parejas de baile, otras por el entorno, y luego monto la maqueta en digital. Luego lo recreé y coloreé todo en una tableta, usando un programa informático”.

Háblanos un poco de cómo fue el proceso de elaboración de este libro. “Para empezar podría mencionarte que no me gustan los cancioneros, nunca me han gustado, como objeto lo siento extraño de leer. Me hizo sentir muy incómodo en un principio, hasta que conseguí un hilo narrativo que podía unirlos y lo empecé a ver desde un punto de vista más narrativo que solo ilustrar canción por canción. En Ekaré Pablo Larraguibel esta vez como editor e Irene Sabino, la directora de arte, quería rescatar la nostalgia por los discos de vinilo, formato donde todas estas canciones fueron grabadas originalmente. El libro queríamos que fuera un objeto que te recordara a un LP, (Long Play) nos pasamos por muchas ideas desde el punto de vista de qué era lo que al final debía llegar a las manos del lector, mientras iba avanzando en las ilustraciones. Al final, el formato es similar a un vinilo de 33 revoluciones”, asegura Ramón París.

“También a mitad del proceso de realización surgió la idea de hacer nuevas versiones de las canciones, a cargo de Gonzalo Grau, María Elena Medina, Omar Acosta y Tato Luis Leandro. Yo no sabía nada de esto. El libro se realizó en medio de la Pandemia, pero este esfuerzo musical y su resultado ubican al libro dentro de un panorama muy raro, ¿es libro?, ¿LP?, ¿se baila o lee? Generalmente un libro se acaba cuando lo acabas de leer, si te gusta, lo saboreas después, te resuena en la cabeza, pero este lo puedes oír y, claro está, bailar”.

En el propio libro se dice que es un homenaje a la música popular caribeña. Me gustaría que me dieras alguna pincelada de esa última parte del libro, en la que se ofrece más información sobre esos bailes y cantes… “Si, si bien son canciones conocidas para algunas generaciones era importante resaltar las diferencias entre cada uno de los géneros, dónde nacieron, influencias, etc. Uno como caribeño tiene alguna aproximación bastante general a sus raíces, qué y quienes las influenció y cómo se interrelacionaron entre sí, pero si algunos lectores quieren conocer un poco sobre estos ritmos se creó este glosario bastante conciso como abreboca, hay que recordar que estos ritmos han marcado mucho la música contemporánea”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora estoy trabajando en dos libros, uno está en fase de conceptualización y creo terminaré haciendo un libro informativo sobre un personaje histórico y el otro es un libro álbum sobre un hecho que forma parte de uno de los grandes mitos de Sudamérica pero que está basado en hechos históricos. Mira, no lo había pensado antes pero son dos libros de sobre hechos reales”.