La editorial Milrazones publica ‘Imagodonte’, un proyecto de Gracia Iglesias y Nono Granero. El Imagodonte es un animal tan difícil de encontrar que no falta quien asegura que no existe (pero esa incredulidad le saldrá cara, como se ve en el libro). También hay quien lo confunde con el camisaurio doméstico, con el que el imagodonte no tiene nada que ver. Nadie ha conseguido capturar un imagodonte todavía, así que para tener uno lo más aconsejable es buscar uno de sus huevos y empollarlo. Claro que eso tampoco lo ha conseguido nadie hasta ahora… Nono, autor de las ilustraciones en este álbum ilustrado, nos cuenta cómo ha sido su búsqueda…
¿Qué pensaste la primera vez que tuviste en tus manos esta historia de Gracia Iglesias? Nono Granero: “Me enganchó enseguida. Pensé que quería trabajar en esta historia, porque me parecía llena de posibilidades para desarrollar. Había una cierta ambigüedad en la voz principal de la historia que me encantó”.
¿Cómo fue el proceso de elaboración de este libro? “Lo más jugoso fue que el texto de Gracia era muy sugerente, pero lo suficientemente abierto como para que hubiese que inventarlo casi todo. Es decir: desde el punto de vista de la dramatización de la historia, la ilustración podía jugar un papel fundamental, definiendo personajes y situaciones que no estaban descritos con palabras”.
“En ese sentido -continúa Nono Granero-, una vez que imaginé en qué contexto podría colocar esa voz que narra y que juega un papel doble, como si fuese una voz en off o como si fuesen los propios personajes los que la escuchan, me puse a elaborar una dramaturgia que diera unidad al conjunto, que hiciera del libro una única historia capaz de provocar resonancias en diferentes direcciones. En ese sentido, elegir un contexto concreto, un lugar y un tiempo concretos (ese lugar de juegos de infancia en verano) fue casi una deriva natural”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? “Probablemente lo más destacable sea el predominio de colores tierras y amarillos que caldean el ambiente general y remiten a esa idea de verano. Todo debía ser así, con el punto de ligereza de unas vacaciones. Y solo se abandona en determinados momentos de la historia, que piden justo lo contrario”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “He trabajado con lápiz de color y acuarela. Todo muy sencillo, porque la idea que late en este libro es esa precisamente: que partiendo de lo cotidiano, de lo habitual, pueden encontrarse y construirse lo más insospechado”, afirma Nono Granero.
¿Cómo te imaginas tú a tu Imagodonte? “Yo creo que parte de la gracia que tiene para mí esto del Imagodonte es que no tengo ni idea de cómo podría ser. Sí que puedo decirte cómo son sus huevos (de hecho, en las guardas del libro, que es una parte que me gusta siempre cuidar especialmente, he planteado varias posibilidades, incluidas las ideas sobre el tema de Gracia o de Jesús, el editor). Os dejo que busquéis en ese lugar…”
-¿Sabes si alguien ha encontrado uno desde que terminaste este libro? “Espero que no: como te decía más arriba, creo que el Imagodonte funciona como un horizonte. Es algo que nos mueve a ir más allá, pero que siempre nos va a mantener en movimiento, porque no llegaremos nunca a él. Pero, ya sabes: lo importante, véase Kavafis, está en el camino, claro”.
¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “Creo que ha sido, como suele ocurrir cuando ilustro textos para otra persona, un viaje muy interesante. En primer lugar, por esa oportunidad que me ha ofrecido de tener que buscar soluciones a cuestiones que, en un principio, no me había planteado pero que debía abrazar y hacer mías -relata Nono Granero-. Y, segundo, por la sensación que ha sobrevolado todo el desarrollo del trabajo de que podía hacerse esa unión de dos mundos de un modo tan fluido y natural”.
Podéis leer en el blog otras entrevistas con Nono Granero: ‘Dummy‘; ‘El gallo canta‘; ‘Bolobo‘.