¿Qué pasa si juntamos «un mapa del tesoro» y «un cepillo de dientes»? Pues que tendremos «un mapa de dientes» y «un cepillo del tesoro». Marta Comín juega en ‘Un huevo en bicicleta’ a mezclar y combinar expresiones cotidianas, dando vida a imágenes y situaciones surrealistas que ilustra con ingenio y humor. Este libro editado por A buen paso, hará las delicias de todos los lectores, en casa y en la escuela. Al hilo del concepto de «binomio fantástico» formulado por Gianni Rodari, la lectura dará paso a un laboratorio de creación de personajes e historias inesperadas para que niñas y niños den vida a sus propios cuentos. ¿Cuál será el día a día de una «paloma salvavidas»? ¿Cómo se entrena un «queso de carreras»? Con un lápiz en una mano y una sonrisa en la cara, cada lector podrá hacerse preguntas curiosas y sorprenderse al descubrir todos los detalles que la autora ha escondido en las ilustraciones, creando una narración paralela que recorre el libro de la primera a la última página.

Marta Comín

¿Cómo nace este proyecto? Marta Comín: “Pues la verdad es que este libro nació en mitad de otra búsqueda. Hace dos años estaba explorando una idea para un libro para pequeños lectores, que es la franja de edad para la que suelo trabajar. La idea consistía en nombrar e identificar ciertos elementos y atributos muy sencillos como la vela de un barco, el pico de un pájaro o el brillo de una estrella, para después cambiarlos de lugar. Gracias a este desorden surgían imágenes y significados nuevos. Personajes inesperados como “un huevo de tres sabores” o “un caracol a vela” que me parecía que tenían mucho potencial narrativo y me llevaban a hacerme muchas preguntas. ¿Cuál era su historia? Hilando e hilandocombinaciones, el juego me fue llevando por caminos más complejos y vi que, si no me limitaba por el rango de edad, las posibilidades se multiplicaban y podía jugar con el humor de una forma más rica”.

Marta Comín

“Este libro se empezó a gestar, además, porque personalmente me gusta el lenguaje y los juegos de palabras y encuentro que hay muy pocos álbumes infantiles dedicados a ello. Dos grandes referentes en este sentido han sido ‘La gata moja a la gata maja’ de Olga Capdevila (2016, A Buen Paso) y ‘Ours Molaire’ de Vincent Pianina (2014, Gallimard Jeunesse). Y también un poema que me gusta mucho: ‘M de Mamá’ de Raúl Vacas. ‘Un huevo en bicicleta’ conecta con el binomio fantástico de Gianni Rodari, que decía que el tema fantástico nace cuando surge un parentesco imprevisible entre palabrasy con el espíritu de los juegos dadaístas y su reivindicación del azar y el sinsentido”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Desde un mapa de dientes a una paloma salvavidas -nos cuenta Marta Comín-. Unicornios, cohetes, piratas, aforismos vegetales y un montón de situaciones insólitas. Palabras fuera de su lugar habitual que abren la puerta a la fantasía y al humor. El libro propone un juego que consiste en combinar pares de palabras. Este par puede ser un nombre y un adjetivo (por ejemplo “una zapatilla deportiva”) o un nombre y un complemento (por ejemplo, “unas lentejas con patatas”). Si las combinamos, aparecerán “una zapatilla con patatas” y “Unas lentejas deportivas”. La gracia está en cómo cada lector le da forma en su cabeza a estos híbridos, y en el encuentro que se produce entre lo que él imagina y lo que he imaginado yo. Esto ocurre al pasar la página y es muy divertido porque los conceptos son muy abiertos”.

Marta Comín

“El libro, tal y como yo lo entiendo, además, funciona como un artefacto literario, porque cada imagen resultante esconde una historia, tal y como ocurre con el binomio fantástico. Por ejemplo, el pino vaquero, ¿de dónde sale, por qué es vaquero? Quizás, a un vaquero que pasaba por allí, el viento un día le voló el sombrero, que fue a aterrizar a la copa de este pino. El pino se vio guapo y estupendo y… ¿cómo sigue?. A esto me refiero. Ya al final de sus páginas, el libro le pasa el testigo del juego al lector, invitándole a idear sus propias combinaciones e historias”.

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Las ilustraciones de este libro son coloristas, festivas, tienen un aire gestual y despreocupado que creo que acompaña bien la idea del juego espontáneo. Para mí ha sido un reto trabajar de esta manera, porque la ilustración que vengo desarrollando ha ido más de la mano del trazo limpio y preciso, de los juegos geométricos y de un minimalismo más depurado. En este sentido, hacer este libro ha sido una fiesta. He podido trabajar con muchísima libertad y me he reído mucho haciéndolo”.

“También resulta que es la primera vez que hago un libro para un público mayor de 5 años así que, lógicamente, el planteamiento es diferente al de libros anteriores -continúa Marta Comín-. La parte interactiva de este libro por ejemplo, no viene por medio de la manipulación del papel (como en muchos otros libros que he hecho) sino por la manipulación de las palabras y los conceptos. Pero también hay muchos puntos en común: las ilustraciones tienen un lenguaje muy directo y pese a que el tono es más gamberro, la ternura, el juego y la sorpresa no dejan de estar presentes en todo momento. 

¿Con qué técnicas trabajaste? “Ilustración digital con Photoshop”. 

¿Qué importancia tienen dos conceptos en este y en otros trabajos como son el humor y el juego? ”Tanto el juego como el humor son muy liberadores. Nos recuerdan que no hay una sola forma de ver las cosas y nos ayudan a vivir mejor. El juego es además la mejor herramienta de aprendizaje que tenemos. Y la más placentera”.

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Bueno, lo primero fue tener claro el tipo de libro que quería hacer, y establecer las reglas del juego. Lo hablé con mi editora y otras personas a mi alrededor para confirmar que la idea no era una chaladura ni algo que pudiese hacerme gracia solo a mí. Cuando esto estuvo claro, hice una lista enorme de pares de palabras y empecé a cruzarlas. Este listado estuvo nutriéndose con nuevos pares hasta el final. Es decir, que el texto del libro fue muy elástico y se mantuvo abierto prácticamente hasta las últimas semanas. 

Cuando empiezas a cruzar palabras enseguida te das cuenta de que hay combinaciones sugerentes, divertidas, y otras que no te dicen nada. Tuve que cruzar muchas e ir seleccionando las que me parecían más sorprendentes. En esta criba entra en juego el humor, que es algo muy sutil y personal. Encontrar el tono de humor adecuado ha sido una parte importante del proceso. Hubo mucho descarte pero también mucho hallazgo, y la ilustración ha sido una gran aliada en este sentido. Como comentaba antes, las combinaciones que surgen admiten infinidad de interpretaciones, narrativas y gráficas, y esta búsqueda ha sido muy divertida”. 

“En una segunda parte del proceso -afirma Marta Comín-, y ya teniendo reunidas e ilustradas bastantes combinaciones, tuve que idear una lectura para todos estos juegos, aparentemente independientes. Trazar un recorrido: elegir un orden, un ritmo, equilibrar los pesos para que los juegos no compitiesen entre sí sino que se complementasen, y también detectar y trazar pequeños vínculos. Detalles y nexos que el lector puede descubrir en una segunda o una tercera lectura. Recuerdo que hubo un momento en que me obsesioné tanto por estos vínculos que sin querer me desvié del objetivo principal y el libro se complicó más de lo necesario. Había demasiada información y el juego sin querer perdió su frescura inicial. Aquí fue clave aparcarlo y tomar distancia. Lo dejé en reposo un par de meses. Después pude desandar algunos pasos, podar y reorganizar sin miedo”.

“Por último hubo que hacer algunos ajustes para que el libro funcionase tanto en castellano como en catalán. Y es que ha sido increíble poder sacarlo en dos lenguas. Con un texto tan idiomático no es algo que se me hubiese pasado por la cabeza. ¡Pero sí! Hubo que renunciar a algún que otro juego, inventar alguno nuevo y trazar puentes, pero hasta esto ha sido muy satisfactorio”. 

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy desarrollando varios varios proyectos personales que espero que puedan ver la luz a finales de 2023”.