Una tradición familiar, el paso a la edad adulta, un viaje gastronómico por el mundo… Una hermosa historia que se fragua en la cocina, con deliciosos platos en un anexo final. Así nos presenta Kalandraka este álbum ilustrado, ‘El comedor de la abuela’, un trabajo de Pilar Hurtado y Luisa Rivera. Con ésta última comentamos algunos aspectos del libro en las siguientes líneas.

Luisa Rivera

¿Cómo surge este proyecto? Luisa Rivera: “Un día recibí un mensaje de Xosé Ballesteros, director de Kalandraka, donde me contaba que tenían un texto que podía ser interesante para ilustrar. Como gran admiradora de esta editorial, acepté con ganas leer el manuscrito. En ese momento Manuela Rodríguez, cofundadora y editora de Kalandraka, me envió el documento y me contó que la autora era Pilar Hurtado, a quien yo conocía desde Chile por su trabajo. A su vez, ella está representada por Vivian Lavín, con quien me he encontrado a raíz del programa Vuelan las Plumas. Fue como si todos nos estuviéramos sentando a la mesa de las sillas rojas a planear este libro”. 

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontrarán un viaje gastronómico, pero también la posibilidad de entender la comida más allá de sus sabores, es decir, cómo nos conecta con la familia y con distintos momentos de la vida. Ojalá los lectores se lleven de este libro que la experiencia gastronómica también significa un encuentro con la familia, distintas culturas, tradiciones y mucho más”.

Luisa Rivera

¿Qué te pareció la historia de Pilar Hurtado la primera vez que la leíste? “Apenas lo leí, me hizo pensar en mi propia relación con la gastronomía. Cuando era pequeña, me demoré en tener esa curiosidad, tal como los chicos que aparecen en el cuento -nos cuenta Luisa Rivera-. Era un mundo extraño, hasta que se fue abriendo, primero gracias a la actividad familiar y hoy por mi propio interés. “El comedor de la abuela” me hizo pensar que es importante comunicar esa curiosidad y despertar los sentidos desde la niñez”.

¿Cómo fue el trabajo de documentación / investigación para abordar este libro? “Lo que implicó más trabajo de documentación fueron los lugares y los platos que se mencionan en la historia. Era importante retratar la atmósfera de aquellas ciudades, pero además entender bien los platos, porque detrás de cada preparación hay una cultura o una tradición que es clave respetar”.

¿A dónde hubieras viajado tú? ¿O eres la prima de la décima silla? “Definitivamente me habría ido a Japón, no solo por el ramen que esperaba a la vuelta, ya que es de las cosas que más disfruto comer, sino también porque es mi sueño visitar Japón”, asegura Luisa Rivera.

Luisa Rivera

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Aunque los libros no tienen edades, “El comedor de la abuela” está pensado para chicos y chicas, lo cual implica una audiencia nueva para mí. Había trabajado un álbum ilustrado, “En aquel faro”, pero ese era un libro silente, es decir, no tenía textos en las páginas. Aquí la imagen tenía que estar interactuando con la palabra, así que fue un proceso de aprendizaje y agradezco los consejos que Manuela Rodríguez fue entregándome en el camino. También es un formato nuevo, porque el libro es más apaisado que mis publicaciones previas. Quizás no suena como una gran diferencia, pero el formato apaisado es distinto al momento de componer. Tenía mucho sentido usarlo en esta historia porque esa orientación en general hace referencia al paisaje”.

Luisa Rivera

¿Con qué técnicas trabajaste? Cuéntanos algo del proceso de elaboración del libro. “La técnica para las ilustraciones finales es acuarela, gouache y lápices sobre papel. Primero partimos con un storyboard, definiendo los aspectos generales del libro -afirma Luisa Rivera-. En esa etapa se definen las imágenes a manera de bocetos. Luego viene el proceso de dibujar las escenas con más detalle, y una vez que eso está listo, se inicia la parte de la pintura”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Se acaba de publicar la edición ilustrada de “El coronel no tiene quien le escriba” de García Márquez. Además, estoy empezando un libro nuevo aunque aún no puedo hablar mucho sobre este proyecto. Voy matizando los libros con otros encargos de ilustración, por ejemplo, para revistas. En este momento estoy trabajando en un proyecto soñado que es una ilustración para National Geographic, la cual se publicará en enero”.