Cuando mamá sale de casa sin mí, no pasa nada. No me molesta, no lloro y nunca pierdo la calma… ¿o sí? Así nos presenta la editorial Tres Tigres Tristes este álbum ilustrado, ‘Cuando te vas’, un trabajo de Gastón Hauviller, con el que hemos charlado un poquito más sobre este libro.

¿Cómo nace este proyecto? Gastón Hauviller: ”Este proyecto es un poco hijo de la pandemia. Recuerdo que al comienzo, en pleno confinamiento, en los medios empezamos a ver esas imágenes de animales caminando libremente por las ciudades, pero no eran animales domésticos, sino animales salvajes que aparecían por las calles como queriendo recuperar ese espacio del que siempre los desplazamos cuando construimos las ciudades. Y también estaba la sensación de encierro que sentíamos en esos días, que de a ratos se volvía insoportable. Y bueno, todo eso fue, digamos, la semilla de “Cuando te vas”. Lo que siente el personaje que protagoniza esta historia, se podría resumir en la pregunta: ¿y por qué yo no puedo salir? Sobre todo porque la mamá se va, ella sí sale de la casa, al mundo exterior”.

Gastón Hauviller

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Sinceramente no lo sé. Es algo en lo que pienso bastante y cuantos más libros hago, más me doy cuenta de que no tiene mucho sentido intentar controlar eso, porque de todos modos el lector siempre va a encontrar cosas que tienen más que ver con su propio universo que con lo que, como autores, le podamos proponer. Como autor, propones un relato, pero siempre es un juego de ida y vuelta entre el autor y aquel que recibe y dialoga con esas imágenes y esas palabras que aparecen en un libro”. 

“Pero sí podría intentar decirte lo que yo mismo fuí encontrando como lector de este libro, que tiene que ver con algo que siempre me pasa cuando veo mis libros ya terminados o publicados -continúa Gastón Hauviller-. Y es que me sorprendo al darme cuenta de lo que me dicen a mí como lector, o incluso lo que dicen de mí como autor. Lectura que va cambiando con el tiempo, entonces, hoy pienso que este libro habla de la diferencia que existe entre lo que es amar y lo que es poseer a otra persona, como si esa persona que amamos nos perteneciera, que es un sentimiento muy primitivo y muy infantil. En este caso esa otra persona es la mamá del personaje protagonista, pero podría ser cualquiera. Pienso que eso es algo que a todos nos toca aprender en algún momento de la vida, sobre todo si queremos crecer. Pero es cierto que no es fácil y se ponen en juego muchas emociones y por momentos puede haber mucha tensión y frustración. Quizás la clave esté en aprender a confiar en las personas que queremos y que nos quieren, en este caso sería confiar en que la mamá se va a ir pero va a volver”.

Gastón Hauviller

La imaginación puede surgir en cualquier situación, ¿no? A partir de un dibujo… o leyendo un libro… “¡Totalmente!, una mancha en la pared o la borra del café en el fondo de la taza, o los juegos de palabras absurdos que surgen cuando leemos al azar carteles por la calle. Yo siento que estoy, literalmente, todo el tiempo imaginando y que no lo puedo evitar. A veces me resulta agotador incluso. Por supuesto que de toda esa imaginación, solo una pequeñísima parte se convierte en otra cosa, se materializa de algún modo, ya sea en un texto, un dibujo o un libro. Porque una idea, por más buena o por más original que nos parezca, no es un libro, le falta demasiado para ser un libro, es más, suele quedar muy poco de esas primeras ideas en lo que luego es una obra terminada. Quizás la imaginación sea algo así como esa transformación que sucede mientras estamos imaginando”, asegura Gastón Hauviller.

Gastón Hauviller

Haces un guiño a ‘Donde viven los monstruos’… “¡Sí claro! Es lo que nos pasa con nuestros referentes, en algún momento se nos aparecen en lo que hacemos. Soy un admirador de Sendak, parte de mi formación tiene que ver con el psicoanálisis y por eso su obra me resulta sumamente interesante, además de parecerme un ilustrador extraordinario. Y aunque cuando empecé a trabajar en mi libro no estaba pensando puntualmente en “Dónde viven los monstruos”, en un momento me di cuenta de que podría abrirse un diálogo con esa obra. Salvando las distancias, si bien tienen algún punto en común, también hay grandes diferencias, lo cual es lógico porque el libro de Sendak, aunque no lo parezca, se publicó hace 60 años. Y creo que los libros siempre hablan, ante todo, con su propia época. Pero al igual que Sendak ocupa un lugar importante en mi biblioteca, quise que a modo de homenaje su libro también forme parte de la biblioteca del protagonista de “Cuando te vas””.

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “En este libro trabajé con una línea estética con la que me siento muy cómodo y con la que ya había trabajado en el primer libro que publicamos con mis editores de Tres Tigres Tristes (“Viajeros Extraordinarios/Roque”). Y me pareció importante sentirme cómodo con el dibujo, porque me permitió experimentar con la narrativa visual -asegura Gastón Hauviller-. Quería probar algo que no había hecho antes en un libro álbum, que es combinarlo con un lenguaje más propio de la historieta o la novela gráfica, pero sin que deje de ser, en esencia, un libro álbum. Entonces aparecen unas secuencias de cuadros de historietas, intercaladas con dobles páginas que no llevan texto, por ejemplo”.

Gastón Hauviller

¿Con qué técnicas trabajaste? “Todo el trabajo de bocetos fue a lápiz, utilicé muchos posits (cuadritos autoadhesivos) para poder ir ajustando las secuencias, que como te decía, están narradas como si fuera una historieta. Luego, la estética de los personajes y los ambientes se la terminé definiendo con la tinta negra del estilógrafo. Me gustan mucho las tramas que genera la tinta y las imperfecciones y los posibles “errores” que luego se integran con la ilustración. Finalmente el color es digital, con colores más bien planos y saturados para que contrasten con la línea negra. Hay también una intención narrativa en el uso del color, que es la de ordenar los tres momentos de tensión en que el personaje “explota”, por así decirlo, y para ello organicé la paleta en torno a los tres colores primarios, uno para cada momento”. 

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Te contaba que este libro lo empecé a trabajar en la pandemia y en ese momento, con unos colegas amigos (Carlos Riaño, Dipacho y Carlos Díaz Consuegra), armamos un espacio virtual para charlar y mostrarnos nuestros trabajos, para hacernos devoluciones y en definitiva para sumar esas miradas que son tan importantes en un oficio como este, que se puede volver muy solitario -nos cuenta Gastón Hauviller-. Ese espacio funcionó al comienzo como un refugio, una compañía y luego ya se convirtió en algo más grande que bautizamos Colectivo Corocoro y que hasta hoy sigue funcionando como un colaboratorio creativo, en donde nos apoyamos y acompañamos en los proyectos particulares de cada uno y también planeamos proyectos colectivos. En este espacio pude desarrollar la primera maqueta del libro, que luego cuando se las mostré a mis editores de Tres Tigres Tristes, les gustó mucho y con ellos nos pusimos a pulir la versión final. Con Bárbara y Guillermo nos conocimos hace unos años en la Feria del libro infantil de Bolonia y nos entendimos muy bien desde el principio. Tienen una mirada muy clara de los libros que quieren publicar, son editores que te dan mucha libertad, a la vez que aportan mucho y acompañan el proceso creativo del libro. Para mí es un lujo trabajar con ellos”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Te contaba antes que estoy todo el tiempo imaginando historias, voy anotando en papelitos sueltos que guardo en un cajón. A veces son unos garabatos, a veces palabras sueltas “nomás”. Otras veces los trabajo mucho hasta tener una maqueta prácticamente terminada, que luego dejo reposar un largo tiempo antes de mostrarla. Ahora mismo acabamos de enviar a imprenta un libro que forma parte de una colección que se llama “Arribabajo”, que hicimos en colaboración entre los cuatro autores que integramos el Colectivo Corocoro junto a Marcela Escovar de Picnic de Palabras, de Colombia (@picnicdepalabras). Y estamos muy contentos porque es nuestro primer proyecto colectivo y lo vamos a publicar muy pronto”. 

“Y también estoy muy contento, porque estoy trabajando en los últimos detalles de un viejo proyecto de libro acordeón llamado “Anoche me soñé dragón”, que vamos a publicar este año con la editorial Diego Pun (@diegopun_ed), a quienes conocí personalmente hace poquito en la Feria internacional del libro de Guadalajara, gracias al querido Adolfo Córdova que nos presentó y congeniamos inmediatamente -continúa Gastón Hauviller-. Este libro es un poema ilustrado por una de sus caras y por la otra es un juego, una invitación a imaginar dragones “nunca antes vistos” y no les puedo contar más de momento, pero pronto habrá novedades. Y por último, te cuento que para este año se vienen dos novedades junto a mis queridos Tres Tigres Tristes (@edicionesttt), son dos libros en los que ya estamos trabajando. Uno trata sobre las emociones, pero con un enfoque humorístico que se aleja muchísimo de la mirada convencional con la que se suelen tratar estos temas. Y el otro es una coautoría con mi compañera y escritora colombiana Natalia Mera, que es una mezcla de libro álbum, obra de teatro y poesía, que nos tiene a todos muy entusiasmados”.