Dos poblados separados por una alambrada. Con escasez de agua y de pan: -“Lo siento el agua es nuestra”. -“Lo siento el pan es nuestro”. Con este sencillo planteamiento nos presenta la editorial NubeOcho este álbum ilustrado, ‘Sin agua y sin pan’.
Un libro que nace y crece con un fin social, ya que comprándolo se estará ayudando un poquito. Un libro que pone sobre la mesa un asunto muy importante y de actualidad, el de las personas refugiadas o, más bien deberíamos decir, el de las personas que buscan refugio y no lo encuentran. Un trabajo de Luis Amavisca y Guridi. Un regalo que nos hacen ellos y un regalo que deberíamos hacer nosotros. Un proyecto en colaboración con Amnistía Internacional.
¿Cómo nace este proyecto? Luis Amavisca: “El proyecto nació de la editorial NubeOcho. Llevábamos meses hablando de hacer algo con la crisis de los refugiados. Posteriormente me pidieron pensar algo o llamar a algún escritor. Yo, que también escribo, era consciente de que era difícil hacer algo que no fuera muy dramático… Di muchas vueltas al tema, y un día, me vino una idea. Partir del punto de vista del niño, que lo ve menos dramático, y que a veces aportan soluciones a problemas de una manera que nosotros no vemos. Pero de la que quizás podríamos aprender tanto”.
Guridi: “El proyecto surge de una conversación entre Luis y yo sobre el tema de los refugiados y la impotencia que teníamos en cuanto a lo que estaba y está pasando con respecto a esta terrible situación. Queríamos aportar algo de visibilidad, y nuestra parte económica a luchar contra esta injusticia”.
¿Qué mensaje querías transmitir? Luis: “Quería transmitir un mensaje de empatía y solidaridad. A veces, las soluciones podrían existir si pudiéramos pensar de una forma más sencilla. Querer es poder. Por otra parte, intenté involucrarnos, al lector, a todos nosotros. En el sentido que también nosotros somos los protagonistas de este libro. Todos tenemos muros, en nuestras relaciones sociales, en nuestras fronteras… Pero las fronteras son de muchos tipos y las que tenemos dentro de nosotros mismos también pesan mucho”.
¿Qué importancia tiene mostrar a los más pequeños estos temas? Guridi: “Tiene muchísima importancia, a los niños hay que enseñarles lo que ocurre de forma que puedan entenderlo, deben tener actitud crítica ante los acontecimientos de su época y los adultos tenemos la obligación de enseñarles que no viven solos en este planeta, que otro mundo es posible, un mundo diverso, más solidario y más justo”.
¿Cómo se hace? Guridi: “Pues, la verdad, no creo que haya una varita mágica o receta secreta para conseguir mostrar estos temas a los niños, lo que si creo es que siempre se han tratado de una forma muy negativa o dramática, lo que crea un rechazo a leer la historia”.
Luis: “Los niños son el futuro. Las nuevas generaciones. Con un álbum ilustrado puedes hablar a los más pequeños de solidaridad y de empatía. Y esto es necesario para ellos. Además es necesario hablarles de la realidad… Por otra parte, un álbum muchas veces es leído por el adulto que está con el niño. Y podemos concienciar con un libro así. Ayudar y contribuir a una causa social”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? Guridi: “Me cuesta mucho hablar de mi trabajo, la verdad. Supongo que la combinación entre sencillez y uso del espacio en blanco. He buscado una lectura fácil y expresiva, un código universal. Lo más complicado ha sido que los personajes no tuvieran características reconocibles de ninguna etnia ó religión”.
¿Con qué técnicas trabajaste? Guridi: “Lápiz y ordenador básicamente”.
¿Cómo ha sido el proceso de elaboración de este libro? Guridi: “Bastante complicado, el proceso pasó por un planteamiento más serio y cromático, más adulto hasta llegar a la simplificación gráfica y cromática final. La verdad es que hubo mucha búsqueda de opinión a todo el que estaba cerca y Luis ha sabido coordinar todo de una manera magistral. Por otro lado, las labores de gestión y reuniones con Amnistía también tuvieron lo suyo pero el resultado nos ha encantado”.
Luis: “Pues primero llegó el texto. Llamé a Guridi. Y él desde el principio se involucró. Lo leyó y en cinco minutos me escribió. Tanto él como yo donamos los derechos de autor a Amnistía. NubeOcho se involucró desde el principio, y también hicieron una donación primera a la ONG. Además de imprimir el libro y difundirlo, donará un 50% de los beneficios. Poco a poco conseguimos apoyos diferentes. Amnistía Internacional España y Amnistía Madrid nos ayudaron a encontrar un cauce de comunicación conjunta para participar en la difusión del proyecto. Y por último, nos ha apoyado Rosa Montero con una frase eslogan para el libro, Emilio Urberuaga (Premio Nacional de Ilustración) o Esteban Beltrán de Amnistía”.
“La distribuidora de libros UDL también se implicó y donan un 5% de su margen (que no es mucho). Y ya estamos empezando a ver un gran apoyo por parte de libreros independientes. Pequeñas librerías. Pero también La Casa del Libro nos ha demostrado un gran apoyo, y la FNAC. El libro salió el lunes 14 de noviembre a la venta y estamos encontrando un gran apoyo. Esperamos que se materialice con la ayuda de todos los lectores y amigos que pueden comprarse un libro, o regalar uno a un ser querido. Sabiendo que con cada libro se donarán 3,3 euros a Amnistía Internacional para la defensa de los derechos humanos”.