Entrevistas
Dipacho y la poesía de ‘Tortuga’

La memoria es una casa con jardín. Si miras de cerca, en el jardín encuentras agua, tierra y rastros de tortugas. Si te acercas aún más, verás que el caparazón de las tortugas esconde olores, colores, texturas y un cálido recuerdo. Con estas palabras nos presenta la editorial Tres Tigres Tristes este álbum ilustrado, ‘Tortuga’, un trabajo de Ángela Cuartas, ilustrado por Dipacho. Con éste último hemos charlado un poquito más en torno a este proyecto.

¿Cómo nace este proyecto? Dipacho: “Conozco a Ángela de hace muchos años, porque fue la editora de mi primer libro como autor integral del texto y las ilustraciones, “El animal más feroz”, y desde esa época quedamos con ganas de hacer algún proyecto juntos. Más o menos 15 años después de esa primera experiencia, ella me pasó el texto de tortuga para que lo leyera, y me gustó tanto que le dije que trabajáramos ese libro juntos en coautoría”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Desde el texto encontrarán poesía, un libro conmovedor y que trae la memoria de un ser querido. Desde la imagen un poco de experimentación, entrando en ese mismo tono poético, buscando dar esa sensación de evocación y recuerdos que sugiere el texto. En la relación entre textos e imágenes, encontrarán un juego; el diseño y la disposición del texto en la página también cumplen un papel importante para la narrativa y la interpretación, está todo conectado”.

¿Qué te pareció la historia de Ángela la primera vez que la leíste? “Usualmente trabajo en proyectos de mi autoría, dejé de ilustrar textos hace unos seis años, y trabajo poco en coautoría -nos cuenta Dipacho-. Pero este texto me pareció increíble, me encantó, de inmediato vinieron imágenes a mi mente, ideas de cómo lo ilustraría, y me dieron todas las ganas de hacerlo. Ya había leído manuscritos de Ángela, como “La ceiba” que fue publicado en Colombia por SM, y conocía de antemano la escritura de ella, solemos compartir procesos creativos, sabía que Tortuga me iba a gustar, y sí, me gustó mucho”.
¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Para cada libro me propongo un reto distinto, ya sea desde la ilustración o desde el texto. En este caso pensé trabajar principalmente desde la composición, con elementos básicos del diseño, aprovechando el formato alargado del libro y jugando con el espacio que ese formato da. Me pareció un texto muy visual, con muchas imágenes, preferí dejarle esas imágenes al texto, mi principal reto fue el de explorar la síntesis, manejar la menor cantidad de elementos posibles; darle todo el protagonismo a las tortugas”, confiesa Dipacho.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Las tortugas están pintadas con óleo pastel, queríamos relacionar los personajes con el trazo infantil, con las crayolas, y esta técnica lo permitió. La composición de las páginas las hice en Photoshop, repitiendo elementos, borrando partes de las tortugas y remplazándolas para generar movimiento. Las páginas de color también son con técnica digital. El libro tiene una mezcla de ambos lenguajes, el análogo y el digital, creo que no pelean entre ellos”.
¿Cuántas tortugas has llegado a dibujar en el proceso de elaboración de este libro? ¿Has contado las que salen en el libro? “Son sólo diez tortugas. En una página doble del libro las combino y parece que fueran muchas diferentes, pero la idea era precisamente esa, que fueran las mismas diez tortugas mezcladas entre ellas. Después de que planeamos el libro con Ángela, llegué a casa a pintar tortugas en un papel, y las que pinté fueron las que salieron en el libro, me gustó lo espontáneo que resultó -continúa Dipacho-. Lo demorado y que requirió más trabajo fue pensar y planear el libro: las composiciones de las páginas, bocetar, hacer story boards, y demás procesos que trabajamos en equipo con Ángela, ella también pensó las imágenes, esa es mi idea de coautoría, que la escritora también entre en el universo visual, y por mi parte poder proponer desde la narrativa tanto visual como escrita. El libro también tuvo cambios en el texto, no resultó el mismo primer texto que leí, este se tuvo que acomodar al libro para que funcionara como un todo”.

Háblanos del uso del color que haces en este libro y de la relación de esas guardas con el personaje… “Nos interesaba mantener fondos blancos para darle protagonismo siempre a las tortugas, pero cuando aparecen fondos de color, estos se vuelven protagonistas y también cuentan, narran algo, dejando al lector su interpretación. Teníamos planeado hacer unas guardas con bocetos de tortugas, dibujos a lápiz y otras ideas, pero luego trabajando con los editores de TTT, nos pareció que lo mejor era que fueran sutiles, limpias, fondos planos que no interfirieran tanto con el resto del libro. La mirada de los editores fue importante para hacer algunos cambios, sutiles, pero que ayudaron al libro a narrar y fluir mejor”.
¿Qué importancia tiene el humor a la hora de abordar cualquier tema? “En todos mis libros hay una cuota de humor, creo que es algo que le da identidad a mi obra -asegura Dipacho-. El humor me permite tratar temas como la muerte o la pérdida, sin necesidad de que los libros resulten siendo melancólicos o tristes, pero manteniendo la esencia del tema que esté tratando. Creo que el humor conecta con todo tipo de lectores. Me interesa que los libros tengan distintas capas de interpretación, para los diversos niveles de comprensión lectora; el humor permite el acercamiento al público infantil y a los primeros lectores”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Siempre estoy con libros en proceso, trabajo varios proyectos al mismo tiempo, pero lento, a veces varios años para un libro; los guardo, los dejo quietos y luego los retomo, así van saliendo en el momento en que tengan que salir, tratando de no apresurar los procesos. Esa fue la manera que encontré para disfrutar del trabajo y no generar el estrés de trabajar contra el tiempo de entrega. Además, estoy diseñando juegos de mesa, y trabajando en proyectos animados. Me ha gustado mucho porque son procesos creativos diferentes, en otros formatos y con dinámicas de creación distintas a las de los libros”.
Arte Urbano
Lidia Cao y el protagonismo de sus líneas y colores

En las siguientes líneas nos acercamos al trabajo de Lidia Cao, y lo hacemos como hasta ahora, partiendo de uno de sus trabajos. En este caso, a partir de “Community”, un mural que encontramos en Carabanchel (Madrid). Técnica Superior de Ilustración por la EASD Pablo Picasso de A Coruña, en 2016 el arte urbano se cruzó en su camino, y desde 2018 su carrera como ilustradora se compagina con su trabajo mural, llevándola a participar en diversos eventos de arte urbano en los últimos años, tanto a nivel nacional como internacional.

¿Cómo surge la idea de ‘Community’? Lidia Cao:“La idea surge a través del encargo por la empresa Node. Se trata de un espacio de coworking y hospedaje, por lo que pensé en la importancia de convivir en armonía con gente de diferentes estilos de vida, cultura, etc.”
¿Qué has querido reflejar en este mural? ”En el mural quise representar un poco en resumen la idea que menciono anteriormente, hacer comunidad y piña en un espacio en donde convivan ideas y gustos diferentes”.

Me gustaría que me hablaras de tus procesos de trabajo. No sé si sueles trabajar con algún boceto previo… “Sí, siempre trabajo con un boceto. En este caso es necesario que pase por la validación del cliente por lo que sí o sí necesitas crear un boceto previo. Me sirve de ayuda para probar colores antes de enfrentarme al muro, afinar algunos detalles para llevarlo más claro y luego ya improvisar según la marcha”, nos cuenta Lidia Cao.
¿Con que técnicas trabajas? Y ¿materiales? “Suelo trabajar con pintura plástica base agua y acabado mate. A veces uso esmaltes al agua y spray. Las herramientas que más uso son los rodillos, brochas y los extensores/pértigas”.

¿Hay algo nuevo en este sentido en ‘Community’ respecto a otros trabajos? “Es el primer mural que hago en donde he introducido un gran número de retratos principales -continúa Lidia Cao-. Normalmente juego con uno o dos retratos, pero este ha sido un reto en cuanto a tiempos, y el hecho de hacer varias caras en primer plano”.
¿Qué dirías que es lo más difícil a la hora de enfrentarse a una fachada en blanco? “Adaptarse al tamaño y el proceso de encaje. Si sale bien, todo se hace más «ameno», sin quitarle importancia al resto del proceso porque es duro igualmente, pero para mí si la base no está bien sentada (y como base me refiero al boceto en la pared) el mural se hace más complejo”.

¿Y lo más satisfactorio? “De igual manera que lo anterior, lo más satisfactorio es hacer un buen encaje y posteriormente un buen acabado final con la línea en mi caso”, asegura Lidia Cao.

¿Qué importancia tiene la colaboración con otras personas en la realización de trabajos de esta envergadura? “Te llena de nuevas experiencias y nuevas perspectivas. Muchas veces al ser un trabajo de muchas horas en solitario, pierdes un poco el sentido del criterio, y al trabajar con alguien que se dedica a lo mismo, pero con un estilo diferente, te abre otro campo de visión y las experiencias compartidas son muy gratificantes”.
¿Qué dirías que caracteriza tus trabajos en la calle? “Diría que a día de hoy me caracterizan la línea y los colores que empleo. Las temáticas también, aunque pueden ser variables”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy preparándome para los proyectos que están por venir esta primavera/verano. Habrá algún mural más por Francia, Portugal y por el territorio español”.
Álbum Ilustrado
Anna Aparicio nos acompaña ‘De camino a la fiesta’

La liebre ha invitado a algunos amigos a su fiesta de cumpleaños. Pero, de camino, la pandilla de animales se encuentra con un montón de obstáculos que tendrán que resolver con mucha maña y ayudándose los unos a los otros. ‘De camino a la fiesta’ invita al lector a acompañar y ayudar a la pandilla en un viaje lleno de sorpresas y pistas escondidas. La editorial Flamboyant edita este libro juego sobre liderazgo compartido y el reconocimiento de lo que nos hace únicos, un trabajo de Meritxell Martí y Anna Aparicio. Con ésta última hablamos un poco más sobre este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? “Fue un encargo de la editorial Flamboyant, y me hizo muchísima ilusión desde el principio. Me encanta cuando una editorial confía en mí para dar vida a una historia, y en este caso, la propuesta fue especialmente bonita: una aventura en el bosque con animales que van a una fiesta de cumpleaños. ¡Tenía todos los ingredientes que me gustan!”, asegura Anna Aparicio.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán con una pandilla de animales humanizados que emprenden una aventura por el bosque para llegar a la fiesta de cumpleaños de su amiga, la liebre. A lo largo del camino, se enfrentarán a diferentes obstáculos y retos que tendrán que resolver con ingenio y, sobre todo, con mucha colaboración. Las páginas están llenas de vegetación, flores, detalles escondidos y pequeñas sorpresas visuales que invitan al lector a mirar y remirar. Es una historia que celebra la amistad, el trabajo en equipo y la magia de la naturaleza”.
¿Qué te pareció la historia de Meritxell la primera vez que la leíste? “Me gustó muchísimo desde la primera lectura -confiesa Anna Aparicio-. La temática de los animales como protagonistas me resulta muy atractiva y cercana, y el escenario -un bosque con tintes de cuento de hadas- es uno de mis preferidos a la hora de ilustrar. Además, la propuesta de Meritxell tiene un ritmo muy ágil y está llena de detalles que se van descubriendo poco a poco: pistas, objetos escondidos, elementos que reaparecen… Como lectora, me parece una historia que engancha y que invita a volver a leer. Y como ilustradora, fue un campo de juego lleno de posibilidades”.

¿Con qué personaje te identificas más y por qué? “El personaje con el que más me identifico es la rana. Me parece divertida y observadora, y además me encanta el agua, los ríos, los estanques… Me imagino perfectamente nadando por ahí con ella. Y si pudiera elegir un lugar del libro en el que vivir, sería sin duda la doble página donde aparecen las hadas. La idea de un bosque lleno de casas-árbol y animalitos haciendo su vida cotidiana me parece entrañable y fascinante”.


¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que este álbum es especialmente personal. He tenido mucha libertad creativa a la hora de construir las escenas y dar forma al universo visual. Paralelamente, he estado trabajando en un cómic, y creo que eso ha influido en algunos encuadres más cinematográficos que no suelo utilizar tanto, como un picado muy marcado o un primer plano bastante llamativo de la verja».

«También hay secciones transversales, como en la doble página del túnel o en la página de las nueces, que aportan variedad narrativa -afirma Anna Aparicio-. Además, creo que hay más riqueza en los detalles y he utilizado una paleta de color algo distinta, con tonos que le dan un aire un poco vintage. Todo esto ha hecho que sea un trabajo muy especial dentro de mi trayectoria”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajo con lápiz para la línea y las texturas, y después coloreo en Photoshop. Me gusta ese equilibrio entre lo manual y lo digital, porque me permite mantener la calidez del trazo a lápiz y a la vez jugar con el color de forma más libre y precisa”.



Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “La elaboración fue un proceso muy divertido, aunque también con sus retos -confiesa Anna Aparicio-. Tenía que asegurarme de que los seis personajes principales y el pastel aparecieran de forma constante a lo largo de toda la historia, sin que se perdiera el ritmo visual. Además, había que integrar algunos detalles que el lector descubriría más adelante, así que tuve que pensar muy bien la composición de cada página. Un ejemplo es la escena del túnel de tierra que escarba el topo: imaginé que los personajes tenían que desmontar el pastel para poder avanzar y volver a montarlo después. Me lo pasé genial ideando estas pequeñas soluciones. También disfruté muchísimo creando el vestuario de cada animal y buscando rasgos gráficos que les dieran personalidad. Creo que esa diversión se nota en el resultado final”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora en mayo se publicará un poemario en catalán con la editorial Animallibres, escrito por Germán Machado, que se llama Veure ploure (Ver llover). Es la primera vez que ilustro un libro de poemas y la verdad es que ha sido una experiencia muy especial. Me permitió trabajar de una manera más libre y sugerente, dejando espacio al silencio y a la emoción. Estoy muy contenta con cómo ha quedado».


«Además, este último año he estado trabajando intensamente en un cómic que nace de un proyecto personal. Saldrá en Francia a finales de agosto, publicado por Les Aventuriers d’Ailleurs. Ha sido un proceso largo y profundo, y tengo muchas ganas de que vea la luz”.

Álbum Ilustrado
Kike Ibáñez y su trabajo en ‘El diablo sobre ruedas’

Lucía Fernanda es una niña lista e intrépida que ama con locura su bicicleta. ¿Tiene algún problema? Lucía Fernanda no sabe lo que es la paciencia, sobre todo si el tráfico de la ciudad le impide llegar a tiempo a la fiesta de carnaval. Y si además una furgoneta cargada de mercancía peligrosamente radioactiva está a punto de chocar con ella y su madre… No veas el pandemonio que es capaz de desatar. Kike Ibáñez en ‘El diablo sobre ruedas’ celebra la lucidez del pensamiento infantil dando vida a un personaje provisto de una personalidad irresistible que le ha llevado a ganar el premio del Concurso Internacional de la Biblioteca Insular de Gran Canaria. Un álbum ilustrado editado por A buen paso sobre el que hablamos con su autor.

¿Dónde está el origen de este libro? “El diablo sobre ruedas nace de un enfado. A mí me gusta moverme en bicicleta, me desplazo diariamente al estudio en bici, es una media hora de trayecto y la mitad es por carril bici. Un día iba yo tan tranquilo por el carril cuando de repente aparece un coche circulando por el carril bici hacia mí. Yo me quedé sorprendido, no porque hubiera un coche invadiendo el carril sino porque es un carril segregado, es decir, está aislado de la carretera y es difícil meterse en él si eres un coche -nos cuenta Kike Ibáñez-. Bien, pues yo me bajo de la bici y salgo del carril para que el coche pueda pasar y el conductor, un tipo muy calvo, muy gordo y con un enorme puro al llegar a mi altura me dice un insulto que no puedo reproducir, pero imagínate el insulto más asqueroso que hayas oído, yo me quedo más sorprendido aún, el tipo encuentra un hueco, da la vuelta y se incorpora a la carretera, y al volver a pasar a mi altura me vuelve a decir el insulto más repugnante que hayas podido imaginar. Yo aluciné y de la alucinación pasé al enfado, y del cabreo empecé a imaginar diferentes maneras de venganza. Cuando llegué al estudio empecé a dibujar El diablo sobre ruedas”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Los lectores se encontrarán una historia que está pensada para divertir, hice este libro para los niños, no sé qué les parecerá a los padres que la madre muera al principio y ese no sea el tema del libro, pero estoy seguro que a los niños les encantará porque aunque parece un disparate, en realidad todo tiene sentido”.
¿Qué nos dices del humor como herramienta de denuncia social? “La denuncia social es necesaria pero también es aburrida. Si cuentas lo mismo pero con gracia probablemente te escuchen más -asegura Kike Ibáñez-. Y no solo me refiero al humor, el arte como medio de comunicación y de entretenimiento llega más lejos que cualquier queja en una reunión familiar, en una cola de supermercado o en un atasco”.

¿Qué hay de Kike en la protagonista de esta historia? “La historia nace de mi experiencia personal y de cómo digiero esa vivencia, pero también el estilo gráfico bebe de mi mirada más limpia, es decir, de aquellas cosas que me gustaban cuando era niño, y muchos de esos referentes se pueden encontrar literalmente en las ilustraciones del libro: Superman, Pipi Calzaslargas, Mortadelo y Filemón, Bola de dragón, Wally…”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Estoy en mi momento profesional más sólido, siempre he variado el estilo en función del proyecto porque me parecía coherente, pero ahora he dado con una manera de dibujar con la que me siento muy identificado, las imágenes del diablo son lo más Kike que he hecho hasta ahora, inspirado por esa mirada infantil y sobre todo por una mirada a mi yo más profundo. Puede que mirar dentro de uno mismo parezca dramático, pero en realidad es bastante divertido”, confiesa Kike Ibáñez.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Todas las imágenes las hice sobre una cuadrícula, construyendo a partir de formas geométricas muy básicas, con un software de dibujo vectorial que no controlo demasiado, por que pensé que esa limitación podría dar un resultado interesante, al final trabajar así fue un infierno, ideal para esta historia”.

Cuéntanos un poco más sobre el proceso de elaboración de este libro. “Algo que me parece interesante de este proyecto es que primero fueron las imágenes, hice tres dibujos que no sabía si se convertirían en unas pinturas, unas láminas o una historia; ni siquiera sabía si esa historia sería un cómic o el álbum que al final salió -afirma Kike Ibáñez-. Y fue un álbum porque me quise presentar al Concurso de Álbum Ilustrado de la Biblioteca Insular de Gran Canaria, y entre todos los proyectos que tenía, generar una historia sobre ese diablo me parecía que era lo que mejor encajaba con A Buen Paso que es quién edita el libro si ganas el premio. La historia que envié al concurso era un delirio, en algunas fases un sin sentido, pero gustó mucho al jurado y con la ayuda de Arianna (A Buen Paso) mantuvimos el delirio pero creamos un libro”.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy trabajando en varios proyectos muy diferentes: una serie de cuadros, un libro para niños muy pequeños, un ABC book, un libro informativo y unas ilustraciones para un juego de cartas”.
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