Entrevistas
Benjamin Lacombe y su revisión de ‘La sirenita’

Benjamin Lacombe afronta un desafío: ilustrar el clásico de Hans Christian Andersen ‘La sirenita’, huyendo de los prototipos conocidos y haciendo un guiño al autor de su historia. La cuidada edición en tapa dura se ha realizado con el texto, en su versión completa y original, traducido del danés. ‘La Sirenita’ vive feliz en las profundidades del mar con su familia. Un día se dirige a la superficie, donde ve a un joven príncipe del que se enamora. A partir de entonces, su única obsesión es convertirse en humana para unirse a él. Decide beber una poción mágica que le proporciona una bruja, y que le dota de un par de piernas pero a cambio pierde el habla. La joven sirena sólo conseguirá sobrevivir si el joven príncipe se enamora de ella… Edelvives edita este trabajo, uno de los cuentos de hadas más conocidos del escritor danés. Fue publicado por primera vez en Copenhague, en 1837. Escrito originalmente como un ballet, el cuento ha sido adaptado en varias ocasiones: desde un musical, a una película de anime japonés o la conocida película animada de Walt Disney.

Esta edición incluye un prólogo, además de algunas cartas reales escritas por Andersen y un epílogo donde se explica la teoría de una posible interpretación del cuento de ‘La Sirenita’. La historia podría querer reflejar el amor platónico e imposible que el escritor sintió por su amigo Eduard Collin, que nunca fue correspondido. Esta teoría suscita un repaso a la crítica literaria y a su falta atención hacia todo aquello que tiene que ver con la homosexualidad reflejada en la historia de la literatura.
¿Cómo es tu relación personal con este clásico y sus diferentes representaciones? Benjamin Lacombe: “Mi relación personal con este clásico es un poco especial, sobre todo con todos los clásicos que he decidido ilustrar en esta colección. Lo que solicito a los ilustradores y a mí mismo cuando nos adentramos en estos proyectos es preguntarles qué clásico te ha llamado la atención o te ha conmovido de pequeño, porque tenemos que establecer una relación especial entre el clásico que vamos a ilustrar y uno mismo. Y ‘La sirenita’ obviamente sigue la reglas al cien por cien, porque es un clásico que de niño me ha conmovido profundamente y un clásico que… yo no entendía muy bien esa relación tan fuerte que tenía yo con la historia de la sirenita. Pero años después he acabado entendiendo lo que realmente en el momento de leer el libro me llamaba muchísimo la atención. Ese dolor vital, es un personaje que no se siente a gusto en ninguno de los mundos donde vive, que por un lado es un ser marino, pero por otro lado quiere convertirse en un ser humano. Entonces no pertenece a ninguno de los mundos y sufre enormemente como consecuencia de no pertenecer a ninguno de los dos mundos, y es algo que realmente me ha llamado muchísimo la atención”.

¿Qué te ha sorprendido más al sumergirte en el universo de este personaje y esta historia? “A ver, lo que más me ha sorprendido al adentrarme en este universo es que, bueno, en primer lugar hemos tenido que investigar mucho y documentarme mucho. Pero yo tenía un presentimiento, sabía que ‘La sirenita’ no era simplemente la historia de una sirena que se enamora de un ser humano y los Gender Studies de Harvard, en una de las conferencias, hablan precisamente de la metáfora que aparece en esta narrativa, es decir, un ser humano que se mutila, que pierde su voz en aras a convertirse en mujer, y es precisamente esa metáfora de la metamorfosis de la transformación, algo que he querido ahondar más en detalle -nos cuenta Benjamin Lacombe-. Y lo que hice al principio fue solicitar una nueva traducción para ir y adentrarme en el origen del texto. Y a Jean-Baptiste Coursand le he pedido…, porque él habla en numerosas ocasiones, Andersen habla de unas cartas de amor con Eduard Collin, y yo se lo pedí a Jean-Baptiste porque quería leer esas cartas que, por cierto, jamás se han publicado ni en francés, ni en inglés ni en español, y son hasta 14.000 cartas que escribe Hans Christian Andersen. Y entre ellas hay casi 300 que le dedica a Eduard Collin”.

“Hemos seleccionado ocho de esas 300, donde encontramos algunos fragmentos que hablan directamente de la sirenita y es esa metáfora, es decir, a mí lo que más me ha llamado la atención es encontrar ese sentido inédito que decide no publicar Hans Christian Andersen, que por cierto tacha, y resalta en una ocasión que lo más importante es aquellos extractos que se se han tachado, y ese es el sentido verdadero de la sirenita. En esas partes tachadas donde se revela una profundidad enorme sobre Hans Christian Andersen, que revelan verdaderamente el sentido, la sustancia de su obra -continúa Benjamin Lacombe-. Y él en un momento dado dice: “cuando la sirenita muera y por fin se convierta en un alma, solo entonces podrá ser amada por cómo es y quién es ella. Verdaderamente encontrará el amor de su príncipe recíproco”. Y que alguien diga eso en 1836, bueno se publica en el 37, pero se escribe 1836. El que esto se escriba en 1836 es increíble. En una época en la que ni siquiera el término homosexual existía, y donde la transexualidad, el transgénero era inconcebible. Es decir, algo que me ha parecido verdaderamente impresionante, que nos hace entender muchas cosas de la obra de Hans Christian Andersen”.
“También lo hemos visto en el patito feo, ese patito que nace en una familia a la que no pertenece y realmente al que no se entiende. También otro personaje que le sucede lo mismo es la reina de las nieves, es una temática muy habitual y es una de las claves verdaderas de la obra de Hans Christian Andersen”.

Háblanos un poco de tu trabajo de investigación o documentación para abordar este proyecto. Nos ha llamado la atención el material que encontramos en el libro después del primer fin, las cartas y el resto de las páginas finales. “Sí, aporta un elemento nuevo para mí -asegura Benjamin Lacombe-. Esto es revelador en esta historia”.
Sobre las ilustraciones, ¿qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? ¿Técnica? “En esta edición en concreto algo que nos llama muchísimo la atención son los colores, es decir, hemos decidido utilizar una paleta de color muy llamativa, un azul profundo e intenso que contrarresta con ese rosa, un rosa fluorescente verdaderamente, que yo jamás habría podido concebir antaño. Haber dibujado en esos colores tan llamativos, y eso es algo que he hecho muy a posta, es decir, por dos motivos fundamentalmente. En primer lugar me gustaría revelar la potencia del fondo marino, es decir, colores que sólo podemos ver cuando estamos sumergidos en el agua. Por ejemplo sacamos un coral del fondo marino que es fluorescente, y lo sacamos a la tierra y pierde ese colorido, es decir, esa luz de los océanos revelada por ese azul, tan oscuro que revela la inmensidad, y se contrarresta con el rosa”.

“Quería dar esa sensación de contraste en la sensación de inmensidad que sentimos en el fondo marino, y en segundo lugar, el libro y las historias hablan del género, de la identidad de género. Lo que hecho es utilizar el azul tan típicamente masculino y el rosa que se asigna al género femenino. El personaje de la sirenita, que bascula entre ambos, es una especie de fluidez indefinida. En el libro por ese cambio que quiere anhelar, y la cola es violeta porque mezcla el azul y el rosa, y además el morado es el color transgénero, y también es rosa sobrenatural y real, porque es esa la afirmación verdadera de la identidad femenina que busca el personaje”.

“He utilizado una nueva técnica inédita con todas las cartas, y lo que he intentado es ilustrar esas cartas de una forma surrealista, es decir, como si fuera verdadera poesía. Para ello he creado imágenes a lápiz, utilizándolo sobre un fondo ya preparado totalmente rosa fluorescente. Es un formato totalmente diferente de ilustrar”, afirma Benjamin Lacombe.
Cómic
Natalia Velarde y los entresijos de ‘Encías quemadas’

Una criatura extraña llega un día a la ciudad. Tiene aspecto mitad de chica y mitad de animal. La apodan Piel de Perro y tras ella aparecen muchos monstruos más. Se va todo al carajo. ¡Es el fin de la humanidad! Ahora Piel de Perro huye hacia el desierto. Junto al gruñón de Cielito, su misión es encontrar al Autor y que reescriba para este cuento un final mejor. Mas en la sombra acecha el mal: lupercas, pesadillas, conejos y un juicio final… ¡Ay, si fracasan! ¿De esta historia qué será? De ellos depende que sea otro nuestro cantar. Así nos presenta Reservoir Books ‘Encías quemadas’, una novela gráfica que “es una suerte de Mago de Oz repleto de triptamina para la generación Z”, asegura la editorial. Un trabajo de Natalia Velarde. Con ella la editorial organizó un encuentro virtual para poder hablar de su trabajo en este cómic. Las siguientes líneas contienen algunas de las reflexiones y respuestas de Natalia a su labor en este proyecto.

¿Cómo fue la gestación de este trabajo? “Este proyecto surgió cuando me presenté a la beca Injuve. Realmente no tenía muy claro qué era lo que quería hacer. Tengo mucha experiencia haciendo historias cortas para mis fanzines y mis otras publicaciones, pero nunca había hecho el planteamiento para un proyecto mucho más largo. Lo que hice fue coger varias cosas que sabía que me iban a ser de utilidad más adelante, que sabía que con eso iba a poder trabajar. Primero un proyecto que tenía desde los 16 años. Tenía los personajes, tenía más o menos qué era lo que pasaba, pero no tenía ni idea de qué era lo que estaba contando. Siempre le he tenido mucho cariño a esa historia, entonces me quedé con todas las cosas que en ese momento me gustaban de ese proyecto, las cosas que me obsesionaban en ese momento, y que, de hecho, al final, son las cosas que todavía me obsesionan. Que si medio personas, perro, la poesía, las fábulas, mitología, todas esas cosas las metí dentro de esta historia…”, asegura Natalia Velarde.
“Y viendo uno de mis cuadernos, la fábula en sí de piel de perro es una canción que yo había escrito en mi cuaderno cuando todavía no sabía qué hacer del todo con ‘Encías quemadas’. Alguien me preguntó una vez que por qué les llamaba cantos a los actos, canto 1, canto 2, canto 3 y es justamente porque todo viene de una cancioncita que era de piel de perro, que era un personaje. Bueno, era un ser que por su culpa el mundo estaba como estaba. A partir de esa canción, más esta historia de cuando tenía 16 años, y lo de la beca Injuve, pues al final fui juntando cosas. Pero, sobre todo, lo que yo quería era experimentar en ese proyecto. Ver cómo fusionaba el diario gráfico, que era lo que hasta ahora había trabajado en mis fanzines; el diario de autoexploración, en donde metes sueños o cosas que te han pasado, y quería ver cómo mezclaba eso con la ambición de hacer una historia de narrativa larga”.

Hablando de dar ideas para facilitar la entrada a esta obra, Natalia Velarde contaba que ella es una autora un poco egoísta, en el sentido de que “no tengo nada que perder. Quiero ser feliz trabajando. Y luego me he encontrado con la sorpresa de que había gente a la que le gustaba eso. Siempre he asumido que uno no podía vivir del cómic como tal, o muy pocas personas podían hacerlo. Y no tenía nada que ver con si eres buena o mala, sino que tiene mucho que ver con una cuestión de suerte. Las cosas en nuestro país no son muy fáciles, yo he hecho fanzines, pero he hecho fanzines desde el amor por los fanzines. Somos muy conscientes de que lo que hacemos es algo raro, que es algo difícil. Hablando con otros autores a los que admiro mucho como Munuera, por ejemplo, que tuve la oportunidad de hablar con él en Angulema, y que me diera feedback a mi trabajo, y justamente me dijo algo parecido a lo que se plantea aquí de que es una obra atrevida, arriesgada… Me gustaría ser capaz de ser menos egoísta, y pensar más en el lector, y aún así creo que, esta vez, lo he hecho bastante. Mis fanzines son un poco más críticos todavía, y justamente he intentado hacer esa fusión y llevármelo a un sitio que más personas puedan entender. Es una cosa que quiero seguir haciendo, que es encontrar la abstracción y la narración, al mismo tiempo poder seguir haciendo poesía, al mismo tiempo que todo el mundo pueda llegar a disfrutarlo. Ese es mi reto personal. Pero claro, al final la cabra tira parar el monte, y yo cuando dibujo me dejo llevar mucho. A nivel gráfico quería seguir explorando”, confiesa Natalia Velarde.

Sobre las influencias que ha tenido para llegar a su estilo único, Natalia Velarde contaba que tiene ”muchísimas influencias”. “He leído desde que tengo memoria. Yo empecé queriendo ser mangaka. Durante mucho tiempo solamente leía manga y todo lo demás era basura. ¿Qué pasa? Que después estaba en el instituto, en la biblioteca, y sólo tenían una cajita con cómics. Me aburría y me fui a ver qué tenían en la caja de cómics. Me encontré con la cara de un gato negro, ‘Blacksad’, y bueno, fue abrirlo e hizo que se me volara la cabeza. Me hice súper fan de Juanjo Guarnido, quería ser como Juanjo Guarnido a saco. Después conocí a Milo Manara, después conocí a Sergio Toppi. En ese momento quería solamente hacer cómics europeos y de repente el manga era basura. Después leí ‘Watchmen’ y también empecé a encontrar cosas en el americano que me encantaban”.
“En fin, son muchísimos autores. Lo que tienen todos estos artistas además es que son narradores increíbles, y cada uno tiene sus propias técnicas. Después volví al manga con Jiro Taniguchi, por ejemplo. En plan más estilísticamente hablando, a día de hoy se me vienen a la cabeza nombres como Yoshitaka Amano, estudio Hanna-Barbera, Juanjo Guarnido,… Estudié Bellas Artes en la Rey Juan Carlos y allí descubrí a Klimt, descubrí a Francis Bacon, Toulouse-Lautrec…

Al final del libro, se planteaba en la charla, uno de los motivos que te llevaron a esta historia era la demostración y expresión de una pérdida, la pérdida de un animal, y nos haces partícipes de esta pérdida con tu trabajo… “Fueron tres años de trabajo -nos cuenta Natalia Velarde-. Yo me centro en qué es lo que siento. Me propuse pensar en qué era lo que más miedo en el mundo me daba. En ese momento todavía Tapón no había muerto, y de hecho es un tema al que he acudido recurrentemente en mis fanzines, al miedo de que eso pasara. Pero nunca pensé qué pasaría después. Decidí que ese era un tema que quería tocar. Tapón ya estaba con muchos ataques y muchos dolores en el cuerpo y mi pareja me plantea que tenemos que hablar de qué vamos a hacer. Y yo no quería ni escucharlo. No teníamos una casa donde estar, estábamos con un tema de inestabilidad económica muy grande, con mucha impotencia de no saber cómo enfrentarme aesto sin que fuese una pesadilla. Me fui a mi habitación a llorar, y en ese momento supe de qué quería que fuese el libro realmente. Era un lugar donde guardarlo, un lugar donde él estuviera, utilizar el libro como si fuera un lugar donde volver a verle realmente, y por eso es que en el libro, al final, pues él está allí. Sentía que estaba siendo honesta y y era una necesidad para mí. Duele, y al mismo tiempo está bien que duela”.
Hablando de los estilos que encontramos en este cómic, Natalia Velarde habla de dos estilos. “Bueno, a lo mejor hay un tercero, que es un poco más pictórico -afirma-. Pero sí que es verdad que había decidido marcar dos estilos muy distintos, para representar esa fusión entre diario gráfico y narración fantástica. La parte de los diarios, que son sueños que he tenido de verdad, o cosas que me han pasado de verdad, la parte más autobiográfica, está hecha a carboncillo, de una manera un poquito más desdibujada. Y quería que tuviese mucho contraste con la parte que llevaría la línea narrativa, que sería la que es más cartoon, que tiene un estilo más tipo Hanna-Barbera, más animada”.

“En general en mis fanzines siempre intento que haya como un equilibrio, que no sea todo demasiado abigarrado, todo muy bien dibujado, porque me parece que a veces quita un poco de frescura. Tampoco que sea muy simple. Al final lleno las páginas de un montón de cosas. Intenté también separar los fondos, los fondos están hechos todos con collage, con fotografías encontradas de internet, muy mezcladas, hasta que ya no se apareciera cómo eran antes. Y los cielos sí que son todos cielos de Villa del Prado, del pueblo en el que vivo”.
“Quería más o menos algo un poco más serio, más lírico, para la parte de los sueños, y por eso decidí este estilo un poquito más vaporoso, un poquito más oscuro, con esos amarillos que, a lo mejor, al ser pesadillas, están más evocados al peligro, a la sensación de intranquilidad; y luego está la parte que es más cartoon de la narración. Ahí la verdad es que me lo paso muy bien”.
Sobre la integración de la tipografía en el dibujo, que llega a ser parte del dibujo, Natalia Velarde cuenta que esperaba que, en algún momento, su editor, Jaume, le iba a decir que lo quitara todo, y que había que hacer una tipografía. “Pero la verdad es que no llegó nunca a ese momento. Integro tipografía con dibujos para no sufrir cuando llega el momento en que tengo que poner qué es lo que dicen los personajes, porque ese momento siempre llega y te quita espacio, entonces digamos que ya lo integro dentro de la parte de la composición”.
Cómic
Lelio Bonaccorso y la vida de Peppino Impastato

La historia de un hombre capaz de desafiar a la mafia, empezando por la que tenía en casa. Una novela gráfica basada en la biografía de un icono de la lucha contra la mafia y de la libertad de expresión, acompañada varios textos críticos que analizan su figura y una entrevista al hermano. Liana Editorial nos presenta así ‘Peppino Impastato. La sátira contra la mafia’, un trabajo de Marco Rizzo y Lelio Bonaccorso. Con éste últimos hemos charlado un poquito más sobre este cómic.

¿Cómo nació este proyecto? “El proyecto nació en 2009 y viene de una persona que siempre ha contado en mi vida, la de Marco Rizzo, el guionista. Este es nuestro primer trabajo juntos, seguido de muchos otros”.
¿Qué encontremos en sus páginas? “La obra narra la vida de Peppino y sus compañeros, los momentos más importantes de su mundo. Con una serie de flashbacks, partimos de su infancia y finalmente llegamos a nuestros días, los del juicio. En definitiva, el hilo conductor siempre es la radio”, nos cuenta Lelio Bonaccorso.

¿Cómo era tu relación con esta historia y cómo ha evolucionado o cambiado al trabajar este libro? “Trabajar en este volumen fue sumamente emocionante, no fácil. La figura de Peppino Impastato es, sin duda, responsabilidad de muchas generaciones de jóvenes sicilianos y él siente el peso de esta responsabilidad en esta narración”.
¿Cómo fue ese trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, experimentación, quizás incluso planificación en un cuaderno… “La fase de investigación del material es muy importante -continúa Lelio Bonaccorso-. Marco y yo conocimos al hermano de Peppino, Giovanni, y visitamos su casa, ahora convertida en museo. Visitamos los lugares donde Radio Aut transmitía y recopiló tanta información en su libro. Textos, imágenes y vídeos…. Esta parte de la investigación es fundamental, especialmente en un trabajo de periodismo gráfico. Finalmente, el último paso es empezar a diseñar la página del libro”.

¿Qué dirías que distingue a tus ilustraciones para este cómic? ¿Qué hay de nuevo o diferente en comparación con otras obras? “Algo que caracteriza este trabajo es la parte emocional. Puse toda la pasión y la valentía que Peppino Impastato nos ha transmitido y sigue transmitiendo”.
Cuéntanos algo más sobre el trabajo desarrollado para este libro. “Este libro no es solo una obra, sino una importante iniciativa de difusión cultural, tanto que lleva 15 años en circulación y cuenta con un cómic muy leído en las escuelas. Varias generaciones de estudiantes italianos lo han leído y han aprendido de Peppino y sus compañeros. Marco y yo hemos conocido a decenas de miles de jóvenes y hemos contado esta historia. Estamos muy orgullosos del trabajo realizado. Obviamente, esperamos que ese trabajo dé sus frutos, pero es responsabilidad de los lectores decidir”, asegura Lelio Bonaccorso.

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente, esta obra está muy activa en el mercado francés y en sus diversos proyectos. Recientemente se han publicado varios volúmenes y pronto se publicará en España un cómic sobre la historia del fútbol. Colaboro constantemente con Marvel y Disney, y tengo varios proyectos con Feltrinelli, mi editorial italiana. También colaboro con varios estudios sicilianos, con proyectos de desarrollo social y cultural en mi hermosa ciudad, Messina”.
Cómic
José Luis Munuera y ‘Su olor después de la lluvia’

Tras ver un anuncio en el periódico, Cédric decide adoptar a Ubac, un perro boyero. Desde este momento, se crea un vínculo único entre ambos, que durará trece años y cambiará para siempre la mirada de Cédric sobre el mundo. De repente, solo importa el presente. La vida se convierte en paseos llenos de olores y sabores nuevos, juegos, miradas cómplices o simplemente compañía silenciosa. Una presencia que se hará imprescindible y cuyo recuerdo permanecerá grabado en la memoria como un olor amado, incluso después de la lluvia. José Luis Munuera adapta la obra de Cédric Sapin-Defour, una poderosa historia de amor incondicional, que llegó a ser el libro de no ficción más vendido en Francia en 2023, con más de 400.000 lectores.

Así nos presenta la editorial Astiberri ‘Su olor después de la lluvia’, el último trabajo de José Luis Munuera. Con él quedamos para charlar un poco de este cómic aprovechando una sesión de firmas en Granada, en Subterránea Cómics. En las siguientes líneas podéis leer el resultado de esa entrevista, mientras él dedicaba cómics con un dibujo de Ubac, el perro boyero protagonista de la historia. Y podréis leer no solo la conversación con el dibujante, sino también la intervención de alguna lectora. Al final igual más que una entrevista es una conversación, y no solo entre dos personas.
Había hablado con mi editor en Lombard y él me preguntó si me apetecía hacer algo diferente, algo más relajado, más contemplativo. Entonces me propuso leerme esta novela. Me envió ‘Su olor después de la lluvia’. No se había traducido todavía al castellano, y me encantó. Me encantó la novela porque me parecía que era un relato totalmente emocional, sin filtro intelectual de ningún tipo, sin excusas, era pura emoción. Así que me dije: “vamos a intentar hacerlo”. Entonces, la editorial inició el proceso de búsqueda de derechos y yo por fin me reuní con el autor de forma virtual. Y conectamos muy, muy bien”.

“Yo tenía mucho miedo, porque es una historia muy personal, él la cuenta en primera persona, es su peripecia personal, su aventura, su vida con su perro durante trece años, y cómo el contacto con el perro le cambia, le modifica su visión de las cosas, y cómo le afecta a título personal -continúa José Luis Munuera-. Y tenía mucho miedo porque, claro, me iba a meter yo allí, como un elefante en una cacharrería, a trastocarle a este hombre sus intimidades, inventarme personajes nuevos, situaciones, en definitiva, hacer una ficción a partir de su historia real. Y tenía miedo de que el autor fuera muy protector con sus propias vivencias”.
“Pero nada más lejos de esto. Encontré un tipo absolutamente adorable, abierto, receptivo, que entendió desde el principioesas “traiciones” que podía yo realizar respecto al relato, y que me animó desde el primer momento. Así que ha sido una experiencia fabulosa”, asegura José Luis Munuera.
No es lo habitual, ¿no? Ese contacto con el autor del texto… En realidad no te puedo decir bien, porque es la primera vez que adapto a un autor vivo, y no había tenido la experiencia de tratar con el autor. Pero me imagino que te puedes encontrar todo tipo de personalidades, desde los que son súper protectores con su trabajo, a los que pasan olímpicamente y dicen: “haz lo que te dé la gana”, a los que quieren participar más directamente. Con Cédric, ya te digo, fue cojonudo. Él estuvo allí, en el proceso, me mandó todas las fotos que necesitaba de su casa, de su vida. Fue estupendo”.

Ya has comentado un poco que al final son sus vivencias personales , las de Cédric, pero ¿qué se van a encontrar los lectores cuando empiecen a pasar las páginas de este cómic? “En Francia ahora mismo lo que está triunfando, lo que lo está petando editorialmente es una serie de novelas que se llama ‘La femme de ménage’, que son como una especie de novelas románticas, thriller, violento, medio erótico a veces. Pues ‘Su olor después de la lluvia’ está en el otro extremo del espectro narrativo”, nos cuenta José Luis Munuera.
“Esto es un ‘feel good’, una historia humana, de la experiencia vital, sin ningún tipo de epopeya dramática, la historia de un hombre y cómo construye, digamos, su familia de elección, cómo encuentra a su pareja, cómo vive con su ‘perrete’. Una cosa realmente muy ‘low-key’ en términos de aventura, pero espero que muy fuerte en términos de emoción”.
Ya hemos comentado que tú no tienes perro, entonces, ¿ha sido quizás más difícil a lo mejor conectar con la historia por eso? “No, porque la historia tiene un componente muy universal, digamos que habla del amor en términos generales. En este caso es con un perro, pero puede ser con tu hijo o puede ser con cualquier otro ser vivo. Y fue lo que me llamó también mucho la atención de la novela, cómo había conseguido, a mí como lector, emocionarme tanto sin que tuviera yo la experiencia directa de convivir con un perro en mi vida adulta, si lo tuve cuando era un crío. Y ese misterio, ese preguntarte por qué me ha afectado a mí, es una de las claves del lanzarme a intentar reconstruir el relato”, confiesa José Luis Munuera.

Y en todo ese proceso, una vez que ya hablas con él, que también estudias un poco la historia, ¿qué ha sido quizás lo más difícil? “Bueno, había varias cosas que eran complicadas. Una de ellas fue la representación del propio perro, Ubac. Yo soy un dibujante con tendencia al ‘cartoon’, más bien de escuela ‘disneyniana’. Y aquí el perro tenía que estar al mismo nivel que el humano en términos de credibilidad”.
En este momento en el que hablamos de Ubac, el perro protagonista de la historia, un un perro boyero, José Luis saluda a una de las lectoras que se ha acercado a la firma, Cris. Ella tenía un perro boyero del que se tuvo que despedir recientemente. “Sabía que estabas haciendo el libro y me lo encontré en Francia, y cuando salió, me dije, esto es para mí”, comenta esta lectora. ¿Y lo pasas muy mal con la lectura? Le pregunta Munuera. “Sí, hasta el punto de que empecé y dije, ahí se va a quedar…”, confiesa Cris. “Bueno, leí la primera parte”. “Pues ahora te toca la parte dura”, le advierte José Luis. “Y que te lo encontraras en Francia es normal, porque es como la canción del verano. Está por todos lados”.

En este momento también está a nuestro lado Joaquín López Cruces. Su nuevo trabajo, su nuevo cómic junto a Enrique Bonet está en el horno y saldrá a finales de agosto, ‘El otro mundo’. Comentamos la necesidad de juntarnos los tres para charlar de este proyecto pensando en ese lanzamiento… antes de volver a la conversación con José Luis Munuera.
Estábamos hablando del personaje del perro, de Ubac… “Sí, te decía que tengo una afiliación clara y que además reconozco sin pudor, disneyniana, y lo último que quería era hacer una versión de los 101 Dálmatas. Quería hacer algo que fuera más creíble. Entonces, el hecho de dibujar al ‘perrete’ en un registro que sea reconocible, pero que al mismo tiempo mantuviese la cualidad expresiva, que a mí me interesa mucho, de mi dibujo, era un pequeño ‘tour de force’ que me ha tenido bien entretenido. Porque la idea era que quien conoce esta raza de perros, lo reconociera”.
“Y así es. Es súper expresivo. Son unos animales increíbles”, participa de nuevo Cris. “Increíbles estos animales -comenta José Luis Munuera-. De verdad, una maravilla. Son un tipo de perro pastor que está seleccionado desde hace cientos de años para transportar carros con leche por los Alpes y demás. Y son muy familiares, muy domésticos. La verdad es que esun perro muy chulo. Un boyero”.

“Yo creo que puede tener un efecto catártico. De hecho, me he encontrado con muchas lectoras, sobre todo como tú (se dirige a Cris), que habían tenido, no necesariamente un boyero, pero sí un perro y que lo habían perdido recientemente. Es muy difícil cuando estás con alguien, y como si de repente se autorizaran a expresar todo lo que llevan dentro y no habíapodido contar. Porque tenemos como una especie de prejuicio cultural a la hora de hablar de que se te ha muerto un perro… Algunas de estas lectoras me decían que le había hecho mucho bien el libro”.

Volvemos a hablar con Joaquín que tiene entre manos varios proyectos, de los que hablaremos en el futuro seguro. Y reconectamos con la conversación con José Luis Munuera para preguntarle por la técnica utilizada en este cómic. “La técnica es un poco la misma que estoy utilizando en las adaptaciones de clásicos anglosajones, ‘Peter Pan’, ‘Cuento de Navidad’… El dibujo lo hago primero en un iPad. Eso lo imprimo. Sobre esa impresión empiezo a guarrear con acuarela, meter texturas, el modelado, el volumen, luces, sombras, etc. Con el objetivo de que sea lo más guarro posible. Lo hago sobre un papel random, un folio random que me obliga a ser muy rápido y muy eficiente y tomar decisiones así muy rápidas. Y luego eso me lo paso a Photoshop y hago un trabajo de postproducción allí, que es casi retoque fotográfico, en el que voy trabajando en la profundidad de campo y tal. Al final acabo con un fichero en escala de grises en el que están todas las texturas, todo el tratamiento de la luz. Y eso se lo paso a mi colorista que en Photoshop también aplica capas de color”.
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