De una batalla perdida es el inolvidable discurso que pronunció Svetlana Aleksiévich en la entrega del Nobel. Esta edición ilustrada por Arnal Ballester es la mejor manera de descubrir a una de las voces más destacadas de nuestro tiempo, y lo hacemos de la mano de Nórdica Libros.

«No estoy sola en esta tribuna… Me rodean voces, centenares de voces, siempre están conmigo. Desde pequeña. Vivía en un pueblo. A los niños nos gustaba jugar en la calle, pero por las tardes nos atraían, como imanes, los bancos junto a las casas, o jatas, como se dice en nuestra tierra, en las que se reunían las mujeres agotadas. Ninguna de ellas tenía marido, padre o hermanos; no recuerdo que hubiera hombres en el pueblo después de la guerra: durante la Segunda Guerra Mundial, en Bielorrusia, en el frente y en las operaciones de los partisanos, pereció uno de cada cuatro bielorrusos. Nuestro mundo infantil de después de la guerra era un mundo de mujeres».

Arnal Ballester

¿Cómo nace este proyecto? Arnal Ballester: “Como una propuesta de Diego Moreno, editor de Nórdica, que acepté de muy buena gana porque era un texto sobre el que podía decir algo como ilustrador, que es lo que normalmente me impulsa a trabajar en un libro”. 

¿Cómo es trabajar con un texto de estas características? “Entiendo que el primer paso de un ilustrador que no se limite a decorar superficies es leer bien el texto que tiene que ilustrar, para comprender qué dice el autor o la autora. Esto vale para cualquier trabajo. A partir de aquí uno se plantea qué tiene el texto de particular, y en este caso se trata de un discurso muy sintético de una experiencia personal y colectiva tan dramática como decisiva para la historia contemporánea -continúa Arnal Ballester-. Porque se trata de hechos que cambiaron nuestro mundo de manera durable, y hasta a día de hoy. Por otro lado está la propia posición de la autora, que contiene una reflexión muy aguda, pasional y a veces perpleja, sobre un proceso histórico que escapa a los análisis de blanco y negro”.

“Esto hace que sea importante -si uno ha aceptado el trabajo- plantearse dos cosas: el respeto a las ideas y opiniones de la autora, y a la vez la manifestación honesta de las propias, sean las que sean. No vale salirse por la tangente con bonitas y asépticas imágenes”.

Arnal Ballester

¿Cómo ha sido el trabajo de investigación y documentación para este trabajo? “Básicamente ha consistido en realizar otras lecturas sobre el tema y buscar documentación gráfica de distintos aspectos de la vida soviética desde Stalin hasta la caída de la URSS. Si no hubiera leído antes a Svetlana Alexiévich -que ya lo había hecho porque es una autora que me interesa mucho- hubiera buscado otros textos suyos para conocer mejor su universo vital y literario”, afirma Arnal Ballester.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que tú estás en mejor posición para responder a esto porque lo ves desde fuera, y en cambio yo, ni antes ni después, me he planteado la cuestión. Lo único que puedo decir es que he trabajado las ilustraciones con la misma intención de siempre, que es aportar mi visión sobre lo que dice y muestra su autor, autora en este caso; todo lo demás, continuidades o rupturas, es una consecuencia accidental de ello”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Con un lápiz electrónico. Es la herramienta que utilizo desde hace años”.

Arnal Ballester

Háblanos un poco del proceso de realización de este libro. “En parte lo he respondido antes. Puedo añadir que, además de leer atentamente, documentarme y agarrar el lápiz puse mucho cuidado en seleccionar de toda la información que manejé, unos pocos elementos que podían tener un significado preciso en lo que yo quería decir”, nos cuenta Arnal Ballester.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “A propuesta de Libros del Zorro Rojo estoy trabajando en un texto muy corto e irónico de un revolucionario del siglo XIX. Dejo el personaje y el texto en el misterio para que tenga más gracia. Si todo sale bien en unos meses lo sabremos”.