Chiquita’ es un álbum editado por Bindi Books que juega visualmente con los contrarios grande/pequeño para interpelar y conectar con uno de los sentimientos más intensos de los niños: ¿Qué es ser mayor? “Soy pequeñita. Tan pequeñita que quizás ni me ves… Pero a menudo todo lo pequeño puede ser grande también”. Anna Font se adentra en sus recuerdos de infancia y de forma intuitiva experimenta con su arte hasta llegar a unas escenas preciosas que muestran una inmensidad de pequeños detalles de la vida. Momentos, sensaciones y olores que conectan con los más pequeños y los revelan lo grandes que pueden ser.

¿Cómo nace este proyecto? Anna Font: “Chiquita empezó a gestarse en un curso que hice durante el confinamiento por la pandemia, con Gusti de profesor. Nos invitó a pensar en recuerdos de infancia para, a partir de uno de ellos, tirar del hilo y buscar una posible historia. Cuando relaté mis recuerdos, una compañera me hizo prestar atención al hecho que todos ellos compartían cosas o detalles bien “chiquitos”. Me di cuenta que esas pequeñas cosas habían tomado una dimensión enorme fruto de la nostalgia y lo importantes que eran para mí, y pensé que eso era lo que tenía ganas de contar”.

Anna Font

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “A una niña muy chiquita que nos invita a reflexionar en torno a distintas cosas pequeñas como ella, pero que según como se miren, pueden ser bien grandes también. Así, página a página nos adentra en un juego de contrastes entre grande/pequeño, a veces meramente formal, a veces metafórico o poético, pero que de manera sencilla intenta evocar instantes o sensaciones que conecten con los más pequeños y revelarles lo grandes que pueden ser. Chiquita nos recuerda así que todo es relativo; lo grande puede ser pequeño y viceversa, y nos invita a pensar de este modo en el valor de las pequeñas cosas de la vida”. 

¿Qué importancia tienen tus recuerdos de infancia en este proyecto? “Son como digo, el motor y punto de partida de este álbum -asegura Anna Font-. Así, muchas de las páginas se basan en algunos de los detalles que recuerdo de mi infancia. Por ejemplo, los lápices que mi abuelo dejaba minúsculos después de hacer cuentas, y que yo usaba fascinada para escribir o dibujar. Las batas estampadas de pequeñas flores que usaba mi abuela. Los baños interminables en el mar de mi infancia, mis libretas repletas de dibujos…”.

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Son ilustraciones sencillas, de pocos elementos, donde en vez de leer una imagen compleja y llena de detalles, invito a pensar en aquello que evocan o puedes interpretar junto con el texto breve que las acompaña. Este planteamiento de contrastes hace que haya páginas con mucho color invadiendo la mayoría del espacio semántico y un solo pequeño detalle en el que fijar la atención. Es la primera vez que me arriesgo a contar más con un trazo, un gesto o un color, que con ilustraciones más elaboradas y explícitamente narrativas”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “A pesar que hay mucho trabajo previo de esbozo, personajes y composición de página, las ilustraciones finales están hechas digitalmente”, afirma Anna Font.

Cuéntanos algo del proceso de elaboración del libro. “Para este proyecto, el trabajo en el que empleé más tiempo fue en el de pensamiento y planteamiento inicial, recopilando un montón de posibles instantes, acciones y metáforas que derivaban de mi lista de recuerdos. Luego el reto estuvo en la selección de éstos y en ordenar la secuencia de manera que mantuviera un ritmo no solamente gráfico, sino de camino emocional, entre los momentos más tiernos o alegres, y aquellos tristes o tensos. Cuando esta parte estuvo clara -continúa Anna Font-, me entretuve bastante también en los esbozos de personajes y las composiciones que pudieran explicar el contraste de tamaños. En paralelo fui encajando el texto, para el que me funcionaba la figura retórica de la anáfora, a modo de lista de ideas. Finalmente, hubo un trabajo de edición excelente por parte de Cristina Feliu, mi editora en Bindi Books, que me acompañó en el retoque de algunas expresiones y me dio buenos consejos para rematar detalles gráficos en alguna de las páginas”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy terminando un álbum con un texto precioso de José Carlos Andrés para NubeOcho. También trabajaré en un proyecto muy bonito de la mano de Bindi Books que estará a caballo entre un libro y un posible juego manipulativo. En paralelo sigo desarrollando proyectos personales y dando talleres de formación en ilustración, que es una cosa que me encanta para equilibrar esa parte más solitaria del trabajo. Y por supuesto sigo formándome también, cosa que me parece necesaria para enriquecer mi trabajo y crecer como autora”.