Inspirada en los cuentos de hadas, esta hipnótica obra de dos autores premiados se mueve en la frontera entre la poesía y el cuento. En ella se narra la trepidante aventura de una niña que atraviesa un bosque en busca de cobijo. Un libro para leer juntos. Una travesía nocturna nos trae ecos de niñas que se ven forzadas a huir y en el camino, encuentran su refugio… Así nos presenta Ediciones Ekaré ‘La noche de la huida‘, un libro de Adolfo Córdova y Carmen Segovia. Con ésta última hemos charlado un poquito más sobre este álbum ilustrado.
¿Cómo nace este proyecto? Carmen Segovia: “Adolfo Córdova y yo somos amigos desde hace muchos años, pero creo que la primera vez que tuve una conversación sobre este proyecto fue en 2014. Había ido a México para celebrar su boda y presentar nuestro primer libro juntos “Para la niña detrás del árbol” en la feria del libro de Guadalajara”.
“En un descanso de la feria, Adolfo me contó que le había enseñado a Cecilia Silva de Ekaré un manuscrito para un álbum, una historia que surgía de su exploración por los personajes secundarios de la literatura popular y juvenil y que tenía mucho de reescritura de cuento de hadas, y se lo estaban imaginando con ilustraciones mías. Yo conocía a Irene Savino y Pablo Larraguibel de Ekaré desde que empecé con esto de ilustrar libros, allá por el 2004, desde entonces que queríamos hacer algo juntos pero por una cosa u otra nunca sucedía. Así que por suerte esta vez coincidieron las circunstancias y el entusiasmo de trabajar juntos”.
¿Qué se encontrarán los lectores en sus páginas? “Un álbum de formato pequeño, para leer en compañía o a solas -asegura Carmen Segovia-. El libro contiene una historia que transcurre durante una sola noche en la que acompañamos a una niña que huye de un peligro atravesando un bosque y una tormenta, hasta encontrar un refugio. Es un álbum poético, atmosférico, que va de lo oscuro a lo luminoso, que no tiene miedo a dar miedo, a hablar del miedo, que toma el testigo de los cuentos populares y de hadas para hablar de ellos y de los que los leemos”.
¿Qué te pareció la historia de Adolfo Córdova la primera vez que la leíste? “El texto fue cambiando bastante durante el proceso, pero la esencia siempre ha estado ahí. El primer borrador creo que lo leí en el 2015, aunque antes Adolfo ya me había explicado cosas de esta historia que tenía en mente. En ese momento yo estaba especialmente sumergida en los universos literarios de Shirley Jackson, Samantha Schweblin, Angela Carter, Leonora Carrington… Por otro lado estaba transitando un duelo, así que la muerte, la huida, lo insólito, la naturaleza poderosa y oscura eran temas que me estaba explorando en la ficción y trabajando a través de mis dibujos o proyectos -confiesa Carmen Segovia-. El texto de Ado me cautivó en parte porque trataba estos temas que me interesaban y porque despertaba en mi muchas imágenes y unas ganas terribles de acompañar hasta la salida a esta niña que huía de un peligro mortal”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? ¿Qué hay de diferente respecto a otros libros? “Creo que esto la explicaría mejor otra persona, pero lo que yo puedo decir es que este libro ha tenido un proceso diferente a los otros libros que he hecho, ha sido el libro que he tardado más tiempo en hacer, el proyecto me ha acompañado en muchas cambios importantes en mi vida, el proceso ha sido largo, con pausas pero siempre con mucho entusiasmo y un trabajo colectivo precioso. Los editores han facilitado que el libro se mezclara con la vida, que sufriera cambios, idas y venidas y que estuviera acabado cuando sintiéramos que lo estaba. Con las ilustraciones de este libro me he permitido imaginarme muchas versiones diferentes, exploré muchas ideas que finalmente no me convencieron pero que había que pasar por ellas”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Para la primera fase de lluvia de ideas utilicé lápiz y papel. Para planificar las secuencias del storyboard dibujé en digital. En esta ocasión la importancia del ritmo, cadencia y contraste luz/oscuridad de la noche y su relación con los otros focos de color (el blanco y rojo del personaje, los verdes y azules del bosque) me llevó a hacer el storyboard directamente a color, unos trazos muy sueltos y brutos pero que me servían para visualizar mejor las conexiones entre páginas. Después, para el arte final pinté las ilustraciones con acrílicos con algún pequeño retoque/corrección final en photoshop”, asegura Carmen Segovia.
Háblanos un poco del uso del color en este libro. “Este libro tiene una paleta reducida y basada en el contraste del negro y el blanco, con el contrapunto del rojo. También hay verdes y azules que construyen los escenarios y atmósferas. Cómo te decía, el binomio luz/oscuridad es muy importante en esta historia, desde una perspectiva atmosférica y simbólica. La historia transcurre durante una noche, empezando en el anochecer y acabando con los primeros rayos del sol de la mañana siguiente. Los negros de la oscuridad están en la noche, en el bosque, en los peligros escondidos.. y los blancos de la luz están en el personaje, en el fogonazo del relámapago”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Además de los encargos de ilustración, ahora mismo tengo varios proyectos de libro sobre la mesa. Uno para pequeña infancia que va a ser un reto, cuando nació mi hija descubrí la lectura activa de estos libros y tengo muchas ganas de probar este formato. Después una antología de cuentos de una de mis escritoras favoritas y un proyecto que mezcla poesía y cómic”.