Con su mirada inocente y a la vez profunda, Clara nos cuenta el largo viaje que emprende junto a su familia. Nos relata con una sensibilidad mágica la historia de su migración. Mientras avanza por selvas, ríos y caminos difíciles, ella descubre que no ha perdido su casa, sino que ahora tiene una casa especial. Así nos presenta la Editorial Amanuta esteálbum ilustrado, ‘Mi casa especial’. En este instante -continúa la editorial-, mientras leemos estas líneas, hay niños y niñas que marchan, caminan sin pausa en busca de un lugar mejor. Muchas veces encuentran, aunque otras tantas el camino se hace largo y difícil. Por eso, esta historia, en la que lo valioso muchas veces es intangible y lo verdadero abraza con el sentimiento más puro, intenta honrar la valentía de todos esos niños y niñas. Deseamos con absoluta esperanza que, con sus ojos mágicos y corazón virtuoso, puedan refugiarse en su casa especial. Un trabajo de Eugenia Perella y Ángela Salerno. Con ésta última hemos charlado un poquito más sobre este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? Ángela Salerno: “La escritora, Eugenia Perrella, se inspiró en un proyecto fotográfico de Gregg Segal, un reconocido fotógrafo, que retrató a personas migrantes con las pocas pertenencias con las que viajaban. Estas imágenes la llevaron a percibir que esas personas no solo llevaban consigo esos objetos, si no algo mucho más grande pero intangible. Así surge su deseo de contar esta historia e imaginar esas casas especiales. Luego me contactaron a mi desde la Editorial Amanuta para darle vida a sus personajes e ilustrar esta historia”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Este libro cuenta la historia de Clara, una niña migrante, que nos relata de manera inocente y a la vez profunda la historia de su migración. En el camino que recorre junto a su familia y su perrita Almendra, conoce a otros niños y niñas que, como ella, se dejan llevar como hojas en el viento. Mientras avanza por selvas, ríos y caminos difíciles, ella descubre que no ha perdido su casa, sino que ahora tiene una casa especial. Siente que lo esencial viaja con ella, porque hay cosas que ni el tiempo ni el lugar pueden cambiar, que son para siempre. Y comprende que cada uno, a su manera, tiene su casa especial”.
¿Qué te pareció la historia de Eugenia la primera vez que la leíste? “Me conmovió mucho. Pude comprender al instante a que se refería la autora con las casas especiales porque yo también estoy atravesada por la migración. Vengo de una familia de inmigrantes, en la época de entreguerras mis bisabuelos tuvieron que huir de Italia y llegaron a Argentina, donde yo nací. Por otro lado, desde hace algunos años, yo también estoy migrando. Aunque a diferencia de estas historias, yo elegí irme de casa, como una aventura para conocer el mundo. Actualmente estoy viviendo en España, muy lejos de mi tierra natal. Fue por eso que pude conectar rápidamente con esta historia, pude imaginar esas casas especiales que llevan consigo cada una de las personas migrantes; esos recuerdos, esos aromas, esos sabores, esas cosas intangibles que llevamos con nosotros sin importar cuán lejos estemos”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Me interesaba mostrar la mirada inocente de un niño que migra, quien no entiende lo que está pasando ni el peligro en el que se encuentra. Quise mostrar ese recorrido como una aventura, como un viaje donde esté presente el juego, la amistad, la solidaridad y el amor -nos cuenta Ángela Salerno-. Y como sé que la realidad es mucho más cruel, quise darle a esta historia y a esos niños lo que yo siento al migrar, que puedan sentir como una hermosa aventura el conocer lugares nuevos y el desafío que representa abrirse camino a lo desconocido. Con un profundo deseo de que no pierdan en ese viaje la magia y la inocencia de la infancia. Por eso utilicé colores saturados y formas orgánicas. Intenté transmitir una sensación de alegría, de diversión, de juego. Y en algunas páginas, al utilizar colores más oscuros con pequeños acentos de luz, quise reflejar el misterio de este viaje a lo desconocido, y el desafío que representa. La manera de ilustrarlo representó un desafío para mi, porque fue la primera vez que trabajaba con esta técnica”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Comencé haciendo las ilustraciones con lápiz grafito, en hojas acuarelables de alto gramaje para aportarle texturas. Luego apliqué el color en digital, en el iPad con diferentes pinceles de Procreate”.
Háblanos un poco del proceso de realización de este libro. “Trabajar con la Editorial Amanuta siempre es una linda experiencia, ellos me dan mucha libertad a la hora de proponer la técnica con la que quiero trabajar y la forma que me interesa darle al storyboard, o cómo componer los personajes -continúa Ángela Salerno-. También siempre han sido respetuosos con mis tiempos, por lo que pude disfrutar mucho del proceso y demorar lo que hiciera falta para llegar a un buen resultado. Por otro lado, tuve una comunicación fluida con la escritora, lo cual fue super enriquecedor, porque ambas pudimos opinar del trabajo de cada una y aportarle algo nuevo. El proceso fue dinámico, primero se planteó el texto, luego -con la propuesta de las ilustraciones- el mismo sufrió algunas modificaciones, quitamos una página, y de esa manera el texto y la ilustración comenzaron a complementarse y a convivir para formar un todo”, afirma Ángela Salerno.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente estoy trabajando en un proyecto personal de libro álbum, con una temática que me interesaba abordar desde hace un tiempo. Todavía está en una fase muy inicial, pero es un proyecto que me ilusiona mucho, espero poder hablar de él en un futuro y que puedan verlo. En paralelo trabajo como diseñadora gráfica e ilustradora para un estudio de diseño australiano de manera remota”.
Para ver más del proceso de creación de este libro puedes visitar el blog de la Editorial Amanuta.