«Me llamo Helen, pero nunca he escuchado el sonido de mi nombre ni conozco su grafía sobre un papel.»  La historia de Helen Keller y Anne Sullivan dio la vuelta al mundo. En 1882, con apenas dos años, Helen quedó ciega y sorda. Hundida en su oscuridad, creció como una niña salvaje y caprichosa. Sus padres, desesperados, buscaron a alguien que les ayudara a educarla. Esa persona fue Anne Sullivan, una maestra que supo encontrar una forma de comunicarse con la niña a través del alfabeto manual, que consiste en formar letras con los dedos en la palma de la mano de la otra persona. Helen aprendió poco a poco los nombres de las cosas, y a partir de ese momento su vida cambió radicalmente. Así nos introduce Libros del Zorro Rojo en ‘Un milagro para Helen‘, un álbum ilustrado en el que las ilustraciones de Ana Juan introducen al lector en el mundo de tinieblas en el que vive la protagonista. Con ella hemos charlado un poquito más sobre este proyecto.

Ana Juan

¿Cómo nace este proyecto? Ana Juan: “Un milagro para Helen” originalmente “Anna dei Miracoli” nace como una colaboración editorial entre Logos Edizioni y la organización no gubernamental CBM. CBM se dedica a trabajar para hacer que tanto niños como adultos en países desfavorecidos puedan recobrar a vista mediante, en muchas ocasiones, sencillas operaciones. Con este proyecto se busca visibilizarse el problema y sensibilizar a la sociedad sobre la falta de visión y su problemática. Mi libro es el tercero de una serie que comenzó con “Blind” de Lorenzo Mattoti y “Lucía” de Roger Olmos. Actualmente, los originales de “Lucía” y “Un milagro para Helen” están siendo expuestos en los Institutos Cervantes de Italia habiendo pasado ya por Roma y Nápoles”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “La infancia de Helen Keller, una niña que a los dos años fue víctima de una enfermedad que la dejó sorda y ciega  sumiéndola así en el vacío, la incomunicación y la incomprensión del mundo que la rodeaba. Mas tarde llegó el encuentro con Anne Sullivan y el duro aprendizaje que la llevó por fin, a la luz a través de la palabra. Una increíble historia de superación y amor”.

Ana Juan

¿Qué te pareció la historia de Helen y Anne cuando la conociste? “Esta ha sido la historia más difícil que he tenido que contar -nos cuenta Ana Juan-. Adentrarme en el mundo de la pequeña Helen me resultaba imposible, los videntes imaginamos lo que conocemos a través de la experiencia; un olor, un color, una forma, sensaciones y emociones de cosas que materializamos en nuestra imaginación pero nos resulta imposible imaginar lo que no conocemos. Este era el mundo de la pequeña Helen”.

“Lo que más me impresionó es que a Helen Keller, en su infancia es que le estaba vedado soñar. No puedo imaginar una tortura mayor porque la imaginación, la fantasía es lo que nos salva de la muerte y del horror de la vida. Helen llevaba una vida sin sentido atrapada en un cuerpo que no comprendía. Vivía en una campana de cristal donde confundía el amor y el dolor un beso una caricia el roce de la lluvia eran agresiones porque no los entendía. Helen comenzó a soñar cuando pudo darle un nombre primero a las cosas y más tarde a las emociones y llegó a comprender quien era y cual era su lugar en el mundo”.

¿Cómo fue el trabajo de documentación o investigación para este proyecto? “Tenía la historia, el libro está basado en unos hechos reales que tenía que respetar. Pero, más allá de leer su libro, visionar las películas que se han hecho sobre su vida me faltaba el tono en el que iba a contar la historia de este prodigioso encuentro de Helen Keller y Anne Sullivan. Entonces, pensé en contarlo como un cuento de hadas: Un cuento para todas las edades, que fuese soportable para un niño y diese que pensar a un adulto”.

“Tenía los elementos: una bruja malvada que era la enfermedad; una maldición; privación de los sentidos, condena al aislamiento; niña perdida en un bosque de oscuridad y silencio; una Familia que como los árboles de ese bosque la contemplan impasibles; un hada buena: Anne Sullivan; Varita mágica: lenguaje signos rompe campana de cristal donde la mantenía el maleficio; final feliz que se produce cuando llega la comunicación y el conocimiento que salvan a Helen de la oscuridad. Hellen, consiguió ver a través del conocimiento”.    

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro?  “Una historia que partía desde la oscuridad y el total aislamiento a la luz y así lo he intentado reflejar en las ilustraciones que, por otro lado, no están muy alejadas de mis trabajos en esa línea”, afirma Ana Juan.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Una técnica sencilla, casi primitiva que me llevase a expresar al máximo el horror que esta niña estaba viviendo. Una base de un tono ocre acrílico, lápiz carbón y algún tono de color para enfatizar algún momento de la narración. La técnica tenía que estar al servicio de la historia y ayudarme a contar su soledad y aislamiento por lo que me serví del blanco y negro que, como una voz, me ayudase a explicar la atonía de su vida y su deambular entre las brumas. El reto era como poder representar la ceguera-sordera que padecía Helen y por fin lo conseguí gracias a una metáfora de mariposas negras que al posarse sobre sus ojos y oídos no le permiten ni ver ni oír. En algunas culturas estas mariposas negras son asociadas con la muerte y el mal agüero”.

¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “Te contesto con la cita de Helen Keller que cierra el relato: “El saber es amor, luz, visión. Luz, ¡dadme luz!”

¿En qué estás trabajando ahora? “He clausurado recientemente una exposición de dibujo “ Todo y Parte”, y estoy trabajando en un libro secreto para Lunwerg/ Planeta. Realizando una pequeña edición independiente para “Fuera de carta” y preparando la siguiente exposición que no tiene fecha ni lugar y cien cosas más en las que maquinar”.

Podéis leer también en el blog la entrevista con Ana Juan sobre ‘Circus‘.